La invaginación de intestino grueso en el adulto es un proceso poco frecuente, normalmente causado por lesiones malignas cuyo tratamiento es quirúrgico1–4. Sin embargo, existen algunos casos en que el origen de esta enfermedad son entidades benignas como tumores estromales, lipomas, mucocele apendicular2,5–7 y pólipos2,8,9. A este propósito presentamos el caso clínico de un paciente con invaginación de colon sigmoide causado por un pólipo adenomatoso de gran tamaño diagnosticado por tomografía computarizada y tratado con polipectomía endoscópica.
Paciente varón de 55 años sin antecedentes familiares de interés, con antecedentes personales de tabaquismo severo y sin intervenciones quirúrgicas previas. Diagnosticado un año antes de adenocarcinoma broncopulmonar estadio T4N2M0, sin observar lesiones en colon ni adenopatías abdominales patológicas en la tomografía computarizada (TC) de estadificación de la neoplasia. Fue tratado con radioterapia y quimioterapia, con respuesta completa. Una vez terminado el tratamiento, en una TC de control se apreció una imagen a nivel de ángulo esplénico compatible con invaginación colocolónica, aparentemente causada por una lesión endoluminal sólida de 32×32mm, que se ubica en la cabeza de la invaginación (figs. 1-3). No se observa dilatación retrógrada del colon ni signos de sufrimiento de asas, estando el paciente asintomático.
Se realiza una colonoscopia que muestra a nivel del ángulo esplénico la lesión observada en la TC, que se corresponde con un pólipo de aspecto morular de 35mm de diámetro, con superficie vellositaria y con un pedículo corto y estrecho, ocluyendo casi totalmente la luz colónica, pero permitiendo con cierta dificultad el paso del colonoscopio convencional. Tras infiltrar la base del pedículo con 5ml de adrenalina diluida (1/10.000) se reseca el pólipo en un solo fragmento con asa de diatermia, sin complicaciones inmediatas ni tardías. La colonoscopia fue completa hasta ciego y no se observaron otras lesiones como divertículos o estenosis. El análisis histológico del pólipo es de adenoma velloso con displasia de bajo grado.
La invaginación intestinal se define como la introducción de un segmento de asa dentro de la luz del segmento intestinal contiguo, y es una entidad característica de la infancia, presentándose solo el 5% de los casos en la edad adulta. En la población adulta esta enfermedad es la causante de entre el 1-5% de las oclusiones intestinales y su localización principal (90% de los casos) es el intestino delgado, pudiendo englobar parte del colon (formas ileocólicas). En los adultos, a diferencia de los pacientes pediátricos, la invaginación suele ser causada por una lesión orgánica (enfermedad inflamatoria crónica intestinal, lesiones intraluminales benignas o malignas, metástasis, cuerpos extraños, divertículo de Meckel,…) o por un síndrome adherencial posquirúrgico, aunque aun así el 8-20% son idiopáticas1–4,8.
En cambio, las invaginaciones colocolónicas son mucho menos frecuentes y de origen predominantemente maligno2,3. Existen excepciones en que la lesión causante de la invaginación es benigna, especialmente por lipomas, aunque existen casos descritos con otras lesiones como tumores estromales2,4–7 o pólipos colónicos adenomatosos, con muy pocos casos publicados2,8,9.
A diferencia de los niños, donde predominan el dolor abdominal o la sensación de ocupación de masa, en los adultos los síntomas suelen ser inespecíficos, con periodicidad, o incluso sin síntomas, como nuestro paciente1,2,4. Para lograr un diagnóstico precoz es importante tener presente esta entidad.
La prueba diagnóstica más útil es la TC, especialmente para pacientes oligosintomáticos o con clínica inespecífica2–4,9,10. Además, otras pruebas de imagen como la radiografía simple, el enema opaco o la resonancia magnética pueden tener su papel. Algunos casos solo son diagnosticados intraoperatoriamente2–4,8.
El tratamiento de la invaginación es normalmente quirúrgico, bien por hallarse en intestino delgado o bien por el predominio de lesiones malignas en colon2–4,9. Sin embargo, en los pocos casos en que la invaginación colónica sea por una lesión polipoidea puede tratarse mediante resección endoscópica, tal y como realizamos en nuestro paciente.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.