El Dr. Juan Rodés Teixidor creador de la Unidad de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los médicos que más ha contribuido a la modernización de la medicina y de la investigación clínica en España falleció el 10 de enero de 2017 en Barcelona a la edad de 78 años.
Juan Rodés se graduó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en 1962. Tras su formación en Medicina Interna en el Hospital Clínic, completó su formación con una estancia en el Servicio de Hepatología del Hospital Saint-Antoine de París dirigido con el Profesor Jacques Caroli lo que posiblemente marcó su futuro. En 1968 fundó la Unidad de Hepatología del Hospital Clínic que en pocos años llegó a ser una de las unidades más importantes de Europa y un referente a nivel internacional. Gracias a su capacidad de liderazgo y a su generosidad supo rodearse de un grupo de excelentes profesionales que se han mantenido en la unidad a lo largo de los años, junto con la incorporación sucesiva de nuevos médicos que la han ido engrandeciendo. La unidad de hepatología se organizó en diversas líneas clínicas y de investigación, responsabilizándose cada uno de sus miembros de una de ellas, destacando por su producción las complicaciones de la cirrosis, la hipertensión portal, las hepatitis virales, el cáncer de hígado, el trasplante hepático, las colestasis y las enfermedades hepáticas producidas por el alcohol.
Desde siempre el Dr. Rodés vio claro que la clínica y la investigación eran 2 actividades complementarias y que un buen médico debía compaginar ambas actividades. Por este motivo inculcó a todos los miembros de la unidad la importancia de la investigación, de la realización de la tesis doctoral y de efectuar una estancia posdoctoral en centros de reconocido prestigio. Asimismo insistió en la necesidad de divulgar la investigación tanto mediante las comunicaciones a congresos como la publicación en revistas científicas. Especialmente meticuloso fue en el cuidado de los aspectos formales de las comunicaciones y artículos.
La importancia del Dr. Rodés en la transformación del Hospital Clínic ha sido trascendental, tanto en la reconversión de las antiguas cátedras primero en servicios y más adelante en la creación de institutos, como en sus etapas como director médico y director general, siendo capaz desde este último cargo de superar un momento difícil para el hospital. Para integrar la investigación clínica y traslacional creó y dirigió primero la Fundació Clínic per a la Recerca Biomédica y posteriormente el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS). El IDIBAPS ha sido el modelo en que se ha inspirado el Instituto Carlos III para la creación de los Institutos de Investigación Sanitaria, organizados alrededor de los grandes hospitales del país. Otras iniciativas del Dr. Rodés en el Hospital Clínic fueron la creación de los premios fin de residencia y de los años sabáticos de los que a lo largo de los últimos 30 años se ha beneficiado gran parte de la plantilla del hospital.
El ejemplo de la unidad de hepatología ha servido para el desarrollo de la especialidad en España. En este sentido, el Dr. Rodés contribuyó a la creación de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) de la que fue presidente. También fundó y fue el primer director de la Revista Gastroenterología y Hepatología. Del auge de la hepatología en España es buena muestra la calidad y el elevado número de delegados, alrededor de 800, de los últimos congresos de la AEEH. La contribución del Dr. Rodés al desarrollo de la hepatología a nivel internacional ha sido también muy destacada, habiendo sido miembro del governing board de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL), editor de la revista Journal of Hepatology, presidente de la Asociación Internacional para el Estudio del Hígado (IASL) y miembro destacado de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD), siendo uno de los pocos médicos no estadounidenses que ha recibido el máximo galardón de dicha sociedad.
Otra de las facetas destacadas de Juan Rodés ha sido la actividad docente, obteniendo la Cátedra de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en 1985 y fomentando desde la unidad de hepatología numerosas iniciativas para la formación pre y posdoctoral, como los Cursos para Estudiantes, los Cursos para Posgraduados, los Cursos Iberoamericanos de Hepatología, el Máster de Investigación en Enfermedades Hepáticas y el International Meeting on Therapy in Liver Diseases que este año cumplirá su duodécima edición. Durante estos años la unidad de hepatología ha acogido docenas de médicos de Europa y Latinoamérica para completar su formación clínica e investigadora. Especialmente destacables son las estrechas relaciones establecidas entre Juan Rodés y el resto de médicos de la unidad con las distintas Sociedades de Hepatología de Latinoamérica.
La influencia de Juan Rodés en el desarrollo de la investigación biomédica en España ha ido más allá del campo de la hepatología como lo muestra sus pertenencia a numerosos órganos consultivos de organismos públicos y privados relacionados con la investigación, siendo además el presidente del consejo asesor del Ministerio de Sanidad, cargo no remunerado que desempeñó durante 15 años con gobiernos de distinto color político. Su disposición siempre fue total como lo demuestra la aceptación ya en los inicios de su enfermedad, a coordinar los trabajos de la comisión para elaborar el Plan Nacional para la Hepatitis C. Este plan cuyo desarrollo no era fácil ha sido un éxito y es un modelo a seguir por otros países.
A Juan Rodés nunca le gustó el protagonismo ni la presencia en los medios de comunicación. A pesar de ello recibió a lo largo de su carrera profesional números galardones, entre otros la Creu de Sant Jordi, la Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya, la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad, las medallas Josep Trueta y Narcis Monturiol y el Premio Nacional de Investigación en Medicina. Sin embargo, el mayor orgullo de Juan Rodés era el reconocimiento de su trabajo por parte de sus colaboradores y de la comunidad hepatológica nacional e internacional. Una forma de perpetuar su recuerdo son las becas Juan Rodés de la AEEH, destinadas a completar la formación de jóvenes hepatólogos y los contratos Juan Rodés del Instituto de Salud Carlos III para el desarrollo de la carrera investigadora de los médicos.
Finalmente quiero manifestar mi admiración y agradecimiento a Juan Rodés. Lo conocí siendo alumno interno en al año 1969 cuando el iniciaba la aventura de la unidad de hepatología y desde entonces su influencia en el desarrollo de mi carrera profesional ha sido decisiva. Es imposible enumerar todos los recuerdos y vivencias de estos casi 50 años, pero quiero resaltar su consejo para que iniciara una nueva línea de investigación en la unidad dedicada al estudio de la enfermedad hepática alcohólica, su generosidad, su accesibilidad y su interés tanto por el trabajo como por aspectos personales y familiares. Este interés me lo siguió demostrando hasta los últimos meses de su enfermedad. Quiero expresar mis más sentidas condolencias a su esposa Paula y a sus hijas Idoia y Claudia y decirles que encontraré a faltar su amistad y sus consejos. Estoy seguro que estos sentimientos son compartidos por todos los miembros de la Unidad de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona.
