La fuga anastomótica es una complicación grave de la cirugía colorrectal. Ocurre entre un 1-24%1,2 de los casos tras una resección anterior baja. Asocia unas tasas de morbimortalidad que oscilan entre un 6-22%1,3. Los pacientes que reciben radioterapia o quimioterapia neoadyuvante presentan mayor riesgo de fuga, con necesidad de estoma permanente hasta en un 62% de los casos4,5.
El tratamiento es difícil y puede requerir de técnicas invasivas con resultados poco alentadores. Una alternativa mínimamente invasiva a las estrategias quirúrgicas es la terapia de vacío endoluminal con Endo-Sponge®, para reducir el tamaño de la cavidad, limitar la sepsis pélvica y reducir el riesgo de estoma1–5.
Se trata de un varón de 43 años diagnosticado de adenocarcinoma de recto medio. Recibió neoadyuvancia con quimioterapia y radioterapia y posterior intervención mediante resección anterior baja por vía laparoscópica-transanal combinada (TaTME) con anastomosis lateroterminal mecánica e ileostomía de protección. A las 48 h presentó fiebre y elevación de parámetros infecciosos en la analítica (PCR, procalcitonina y leucocitosis con desviación izquierda). Se realizó TC en el que se describió colección presacra de 7x4x7cm. Se realizó rectoscopia (fig. 1), que mostró la integridad de la anastomosis y una solución de continuidad que comunicaba con una cloaca a nivel del asa ciega (fig. 2). Se colocó dispositivo Endo-Sponge® (fig. 3), recambiandólo cada 48-72 h. Tras 5 recambios, presentó abundante tejido de granulación y ausencia de débito purulento (fig. 4), permaneciendo apirético y con normalización analítica por lo que pudo ser alta tras un mes de hospitalización y estando actualmente a la espera de reconstrucción del tránsito.
La terapia de vacío endoluminal con Endo-Sponge® es una técnica segura y eficaz que debe considerarse como tratamiento de fístulas anastomóticas/colecciones presacras tras cirugía colorrectal.