El cáncer de esófago es uno de los tumores más agresivos, con una supervivencia inferior al 20% a los 5 años1, debido a que en la mayoría de los casos el tumor se encuentra en un estadio muy avanzado en el momento del diagnóstico. Actualmente el adenocarcinoma de esófago ha aumentado y supone ya más de una tercera parte de los casos de cáncer esofágico, suele diagnosticarse en el tercio inferior y en la unión gastroesofágica, se asocia a enfermedad por reflujo y con la presencia de esófago de Barrett. El diagnóstico de extensión de este tumor es de vital importancia para la selección del tratamiento más adecuado2,3.
Presentamos imágenes de un paciente varón de 65 años, con orientación clínica de disfagia. El tránsito esofagogastroduodenal (fig. 1) es un buen método para ver lesiones orgánicas y tumorales, determinar su extensión e identificar fístulas, estenosis, perforaciones y abscesos, en determinados casos puede valorar el riesgo que comporta una endoscopia digestiva diagnóstica o terapéutica. Para establecer el grado de propagación realizamos una tomografía computarizada toraco-abdominal (fig. 2) y se concluyó con una neoplasia de esófago en estadificación T3, N2 y posible M1, por imágenes sugestivas de nódulos pulmonares. La biopsia endoscópica confirmó el diagnóstico de adenocarcinoma sobre esófago de Barrett.
Tomografía computarizada en sección sagital con contraste intravenoso y oral, se observan múltiples adenopatías paratraqueales, subcarinales e hiliares, engrosamiento concéntrico de las paredes del esófago distal de 56mm de longitud, con irregularidad de los márgenes externos, y pequeños ganglios locorregionales.
Los autores declaran no tener fuente de financiación.
Queremos expresar nuestro agradecimiento al Dr. Jesús Aznar, radiólogo del CAP Mataró-Maresme, Mataró, Barcelona, por su colaboración y apoyo continuo.