Fetichización y crítica de la razón | Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos

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Tal preocupación fue profundizándose a partir de la irrupción, en los años sesenta, de la teoría de la dependencia, de las teologías y filosofías de/para la liberación, como también de la pedagogía del oprimido y ciertas expresiones de la literatura latinoamericana. A continuación presentamos algunos aportes teóricos del cientista social Franz Hinkelammert al pensamiento crítico latinoamericano, la reflexión de este intelectual es parte de aquella historia, jalonada con una multiplicidad considerable de nombres. Para el caso de otros intelectuales alemanes en América Latina, podríamos nombrar a Gunder Frank y Norbert Lechner.En la primera parte del texto indicamos las razones históricas y teóricas que nos llevaron a estudiar su pensamiento. En un segundo momento organizamos sus aportes en torno a la categoría fetichismo, de fuerte cuño marxista, vinculándola con procesos sociopolíticos de la historia del continente. Señalar y distinguir los múltiples procesos de fetichización supone hacerlo desde un determinado modo de comprender la función de la crítica y de la utopía. Posteriormente nos abocamos a examinar una reflexión insinuada por el autor en su etapa chilena, que luego abandonó. Estamos convencidos que dicha reflexión leída desde el actual contexto latinoamericano y mundial es susceptible de ser retomada, dada las metamorfosis del capitalismo contemporáneo que lo hacen eficaz en sus modos de dominación. Su recuperación nos permitirá señalar algunos desafíos para profundizar praxis colectivas críticas de los modos de legitimación del capitalismo.¿Por qué hInkelammert?Razones histórico-biográficasLa historia del pensamiento crítico latinoamericano es la historia de una sensibilidad social anudada a la toma de conciencia de las dificultades que aún impiden a Nuestra América conquistar más dignidad, igualdad y libertad para sus sociedades dependientes, dominadas, explotadas, racializadas y desiguales. En Latinoamérica sabemos en carne propia que existe una configuración histórica de la razón que atenta contra la vida humana y la vida de la naturaleza. Una desbocada racionalidad moderno-instrumental, asentada en una filosofía de la historia nutrida por el mito del progreso, la cual ha obstruido proyectos, que al haber nacido como utopías críticas, vieron declinar sus deseos de emancipación en múltiples utopismos que fragmentaron y hasta arrollaron la sensibilidad y el imaginario colectivo que las produjo. Por ello también, la historia de Nuestra América, y en ella la historia del pensamiento crítico, es la historia de los horizontes utópicos que han producido sus sociedades.Sería arduo realizar una evaluación de la orientación que prima actualmente en las ciencias sociales o en la sociología en particular. Aunque sospechamos que los análisis fragmentarios y cuantitativos, por demás utilizados y sedimentados en la vida cotidiana académica y algunos sumamente sólidos en el uso de instrumentos de medición y análisis, suelen opacar, olvidar u ocultar —intencional o no intencionalmente— las pretensiones emancipatorias que movilizaron tradicionalmente al pensamiento crítico latinoamericano.La producción de teoría crítica emancipatoria, por cierto un proceso sumamente complejo, ambiguo y conflictivo, fue dejando paso a una racionalidad de tipo instrumental, no sin un dejo de positivismo detallista, aunque siempre existen claroscuros. Sin embargo, la historia del pensamiento crítico en el continente ha mostrado que la creatividad teórica irrumpe en el tiempo cuando en éste se abren ciertas posibilidades de emancipación, transformación o revolución. Son estas novedades históricas las que parecen alentar la producción de novedades teóricas.Por ello nos adherimos a la siguiente hipótesis: las posibilidades históricas de superación de algunas matrices de dominación y dependencia que asolaban al continente latinoamericano, vinculadas a experiencias socialistas revolucionarias y/o democráticas fueron la materia prima para un estallido creativo de teorías críticas en el seno del pensamiento latinoamericano. Dicho proceso intelectual contó con su geohistoria: especialmente México, Brasil, Chile, Argentina, a partir de la posguerra o la Revolución cubana hasta la irrupción de las dictaduras militares.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0005">1</a> Por supuesto que tenemos que dejar de lado numerosos aportes teóricos y procesos sociales como también intelectuales de renombre, que trascienden este marco geográfico e histórico-político.Cuando decimos irrupción creativa nos referimos a la teoría de la dependencia, la sociología crítica antipositivista, las filosofías y teologías de/para la liberación, el pensamiento político indio, la pedagogía popular, el realismo mágico literario, el nuevo cine latinoamericano, el teatro del oprimido o el itinerario estético-político de la muralística mexicana. La creación de la cePal (1948), flacso (1957) y clacso (1967) y el exilio de intelectuales brasileños y de otras latitudes en Chile a mediados de la década de los años sesenta del siglo pasado, forman parte del proceso al que hacemos referencia. Y es aquí donde aparece Franz Hinkelammert (1931). Intelectual alemán enviado por la Konrad Adenauer del Partido Demócrata Cristiano que, al encontrarse con el proceso político que se llevaba a cabo en Chile, reorientará sus principales tesis en función de las transformaciones que allí se sucedían. Ello explica su posterior renuncia a la Democracia Cristiana y su ingreso al Movimiento de Acción Popular Unitaria (maPu) perteneciente a la Unidad Popular de Salvador Allende.Conocimos a Hinkelammert en 1991 cuando por primera vez hojeamos la Revista Pasos de la que fuera su mentor junto a Hugo Assmann. La caída del muro de Berlín y la crisis de los socialismos realmente existentes asestaba un duro golpe a la tradición filosófica y teológica liberacionista latinoamericana de la cual proveníamos. Nuestra interpretación de sus escritos era por demás limitada y hasta errada en algunos casos. Pero lo que nos llamaba la atención era su esfuerzo por resituar un pensamiento de cuño liberacionista-emancipador en un momento histórico, en el cual se decretaba su muerte. Nos impactó también el recurso a la teología para analizar la sacrificialidad de Occidente en general y del capitalismo en particular. Años más tarde quedaríamos profundamente movilizados por un texto memorable: “La metafísica del empresario”, incluido en su obra Las armas ideológicas de la muerte del año 1977. Así, el concepto de “idolatría del mercado” inauguraba nuevos horizontes de comprensión.Algunas razones teóricasCrítica y Utopía son dos referencias histórico-prácticas que persisten en la historia de los pueblos latinoamericanos y su conciencia política, ambigua y errática por cierto, pero sin lugar a dudas sufrida, mas nunca resignada.Los diversos modos en que se instauraron ciertas modernidades, los proyectos políticos de los pueblos indios, los formatos nacionalistas y antiimperialistas criollos, los intentos socialistas, las variantes nacional-populares, o las pretensiones contemporáneas de constituir democracias por fuera de su configuración capitalista, colonialista y racialista,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0010">2</a> han recurrido reiteradamente al imaginario utópico<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0015">3</a> o incluso, a una razón mítico-utópica que potenció las diversas praxis de plurales sujetos políticos.Tales acontecimientos y procesos abrieron en la historia posibilidades para pensar alternativas, sujetos y proyectos a partir de utopías en las que se mixturan ideologías políticas, construcciones mitológicas, gramáticas religiosas y teorías sociales. Parte de los intelectuales del pensamiento latinoamericano científico social, filosófico, político y teológico han pensadocon creces esta amalgama de crítica del orden establecido y horizonte utópico. Allí tenemos por ejemplo las filosofías de la liberación, por cierto equívocas y hasta exageradamente idealistas en sus diagnósticos y lenguajes, aunque atravesadas por las tensiones utópicas que han poblado y aún pueblan el continente.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0020">4</a> Qué decir de algunas variantes de la teología de la liberación en tanto teoría e ideología crítica de los múltiples formatos con que se ha desplegado el capitalismo y sus mitos en América Latina.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0025">5</a> El pensamiento indio ha aportado con creces a la crítica de los mitos de Occidente y sus utopizaciones.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0030">6</a> Por último, no podemos olvidar a gran parte de las ciencias sociales latinoamericanas: Crítica y Utopía no fue sólo el nombre de una de las más reconocidas revistas de ciencias sociales<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0035">7</a> sino una hipótesis teórica y una apuesta política.En tales variantes del pensamiento crítico, el marxismo será la piedra de toque, un parteaguas, una referencia, una sensibilidad, un instrumento, un argumento, una gramática que posibilitó pensar los procesos sociopolíticos y económicos del continente. Sin embargo, también se presentó como un dogma que obstaculizaba las razones y los deseos de liberación. Según nuestra modesta lectura, las ciencias sociales y políticas, las filosofías y las teologías latinoamericanas alcanzaron alto vuelo teórico y fuste crítico cuando ensayaron vínculos con las tradiciones marxistas.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0040">8</a> El marxismo también trastocó las ideologías, los partidos políticos y los movimientos sociales. La discusión teórica giraba en torno a la América Latina dependiente, dominada, explotada, oprimida, colonial y premoderna. Tanto los diagnósticos como las praxis políticas estuvieron permeadas por esta tradición, ya sea por abierta oposición a ella, obediencia medieval, mixtura con otras ideologías políticas, o reinterpretación y reconstrucción de categorías a partir de las vicisitudes de los procesos histórico-políticos.Franz Hinkelammert ingresará de lleno a este terreno histórico, contradictorio y profundamente agonal. Y no sólo él sino una Escuela. Destacamos aquí a toda una corriente de intelectuales aglutinados primero en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional, de la Universidad Católica de Chile (ceren) y después, con otros actores, en el Departamento Ecuménico de Investigaciones, en Costa Rica (deI) para luego recorrer nuevos senderos institucionales.Creemos que el vínculo entre Hinkelammert y el pensamiento latinoamericano es un capítulo más de la relación entre las ciencias sociales, las humanidades y los procesos emancipatorios. Y es también la relación entre el marxismo y sus reinvenciones. Según nuestra lectura, tres han sido los debates históricos, desarrollados por las ciencias sociales y humanas latinoamericanas, que han penetrado con mayor impulso en sus escritos:<ul class="elsevierStyleList" id="lis0005"><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0005">I)El problema del subdesarrollo y las teorías desarrollistas y dependentis tas en la década de los setenta del siglo pasado;</li><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0010">II)El debate en torno a las transiciones a la democracia luego de la crisis de las dictaduras militares;</li><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0015">III)Por último, la disputa teórica e ideológica en torno a la crisis de legiti mación de los relatos y sujetos de la emancipación después de la caída de los socialismos realmente existentes.</li></ul>Los tres núcleos problemáticos son asumidos y abordados, con mayor o menor explicitación, al recurrir a un instrumental analítico que no ha sufrido grandes quiebres de categorías ni epistemológicos. En ellos se expresan mecanismos de fetichización o inversión en los cuales los seres humanos, en tanto sujetos corporales, son amenazados y hasta anulados en nombre de alguna institución, ley o proyecto de sociedad. Así, la inversión que supone imaginar la sociedad sin clases a partir de la lógica desarrollista capitalista, la formalización y vaciamiento de la democracia y de los derechos humanos, y la imposición de las ideologías de la muerte del sujeto, mediante la producción de universalismos abstractos son tres procesos de fetichización problematizados y criticados en la teoría hinkelammertiana a partir de criterios emanados de una racionalidad reproductiva, tanto del ser humano como de la naturaleza. Racionalidad en la que se asume radicalmente una crítica de la razón utópica.Procesos De Fetichización Y Crítica De La Razón UtópicaLo posible, las utopías y su críticaComo hemos afirmado, el núcleo duro de los presupuestos teóricos hinkelammertianos no ha sufrido grandes mutaciones a lo largo de las décadas. Más bien ha sido profundizado al calor de las transformaciones mundiales y continentales en particular.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0045">9</a> De modo que la tensión entre crítica-utopía-sujeto por un lado y fetichización-utopismo-ley por otro, será la piedra angular de sus reflexiones. Ello constituye su crítica de la razón utópica o, también, la crítica a la fetichización de las utopías, que sospechamos es uno de sus aportes más significativos.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0050">10</a> Ello obliga a señalar algunas puntualizaciones.La utopía como proyecto de armonización total de la convivencia humana es un concepto trascendental, que opera como idea regulativa de toda praxis humana.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0055">11</a> El error teórico, incluso de las ciencias empíricas, es afirmar que tal idea puede concretarse, ya sea por voluntades políticas o ingenierías tecnocráticas que terminan ideologizando el mismo proceso histórico de transformación. Tales ilusiones trascendentales se constituyen en dispositivos que frenan y hasta anulan los procesos de emancipación, en nombre de la llegada definitiva del reino de la libertad y la igualdad. La crítica de dichas ilusiones exige una “dialéctica trascendental”, que debe aplicarse a los procesos históricosociales y a las teorías que intentan comprenderlos y explicarlos. El alcance de esta dialéctica se explicita en su obra Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia (1970). Como puede observarse, esta exigencia teórica indica alguna vinculación con la tradición kantiana. El mismo Kant explica la función epistemológico-crítica de su dialéctica trascendental: señalar los errores que comete la razón humana cuando excede la experiencia. Dichos errores son llamados “ilusiones trascendentales” o estructurales, de carácter involuntario e inexorable. Su función no es, por tanto, anular tales ilusiones o ideas, ya que éstas permanecen en tanto trascendentales y por eso mismo son parte de la realidad. Se trata sí de develar su apariencia engañosa.Según Hinkelammert, las utopías devienen utopismos, es decir, se fetichizan, cuando su racionalidad crítica cede ante la racionalidad me-dio-fin que reduce lo “imposible” a un “posible perfecto”, técnicamente alcanzable. Así, la utopía en vez de movilizar a la crítica, se impone como sueño de la razón instrumental que la invierte en ingeniería social aplicada. De aquí que toda acción instrumental, sea ésta política, económica o social será parte de un proceso que conduciría a la humanidad hacia la realización plena de sus aspiraciones. La historia deja de ser el lugar del conflicto y las posibilidades,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0060">12</a> para determinarse como una continua transición al mejor de los mundos posibles. De este modo toda decisión y acción política tiende al fin perfecto y exige sacrificios y decretos “que nadie quisiera tomar”, indispensables para su concreción histórica. La crítica, el cuestionamiento o la reflexión sobre las alternativas serán con sideradas atentados desestabilizadores contra aquella supuesta “utopía”. Los efectos negativos, intencionales o no intencionales, de las decisiones aplicadas no serán más que lateralidades inevitables y hasta necesarias.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0065">13</a> Ejemplos históricos no faltan: alcanzar una sociedad con una justa distribución de la riqueza supone, “transitoriamente”, acordar con grupos que concentran la riqueza y con formas extractivistas de recursos naturales que amenazan la vida de la población y de la naturaleza. Décadas atrás, la transición a la democracia, luego de las dictaduras militares, supuso tam bién la constitución de una democracia formal mínima. Otro tanto ocurrió con la transición a una sociedad con mercado y competencia económica libre. Transición garantizada por la intervención de un Estado fuerte, que llevó a cabo procesos de privatización y la consecuente y contradictoria monopolización de la economía.Esta tecnología social y política, librada a su propia lógica, sacraliza el proceso histórico presente y sus mediaciones institucionales. Construye ideológicamente el “cielo” a partir de la demarcación del infierno y sus respectivos demonios. El cielo llevará los nombres de armonía social, sociedad libre, mercado libre, comunidad sin instituciones o sociedad sin clases. Respectivamente, el infierno será llamado anomia social, formas pre-modernas de organización política, planificación estatal, institución total o sociedad capitalista dividida en clases sociales.Cielo e infierno se constituyen en conceptos límites por los cuales se cristalizan y legitiman determinadas mediaciones, técnico-institucionales como única garantía de “salvación”, “liberación”, “emancipación” o “transformación”. La tecnología social y política deviene entonces teología aniquiladora de los sujetos de la historia y las utopías operantes.Por su parte, la utopía conserva su potencia crítica cuando es comprendida desde una racionalidad reproductiva de la vida humana y de la naturaleza: criterio supremo de la crítica inmanente. Las utopías son críticas en la medida en que siguen siendo imposibles, es decir, en la medida en que conservan su carácter de “alternativa”. En cambio, el utopismo es aquel proceso por el cual se pretende alcanzar lo imposible, mediante la racionalidad técnico-instrumental basada en la concepción de un tiempo abstracto, lineal y matematizable. Con ello, todo el proceso político y conflictivo del cual podrían derivarse alternativas, se disipa al quedar aprisionado en un automatismo que se instaura con la fuerza de ley. Y al hacerlo inaugura infiernos, o dicho en palabras de Hinkelammert, sociedades que se presentan como “sin alternativas”, son sociedades donde la ley vuelve jurídicamente aceptable el asesinato y la dominación.Por lo tanto, lo imposible, la utopía, no es posible. Pero la utopía como imposible mueve a lo posible. La utopía es una ausencia presente en la realidad, nacida de la negatividad y que moviliza nuevas políticas, nuevas economías, nuevas ideologías, nuevas alternativas. Cuando a la utopía se le niega el carácter de “no factible” se disparan procesos de fetichización que atentan contra la vida humana. El sujeto queda así cautivo de inversiones institucionales e ideológicas.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0070">14</a> De este modo, el realismo político considera a la utopía como “fuente de ideas de la buena vida, unpunto de referencia para el juicio, una reflexión del sentido” y no un fin que debe realizarse de manera asintótica y bajo la tutela del cálculo.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0075">15</a>La fetichización de la sociedad sin clases y la teoría de la dependenciaEn el Chile de los años sesenta y setenta del siglo pasado, Hinkelammert participará del debate en torno a la teoría de la dependencia.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0080">16</a>Advertirá sobre los peligros a los que está expuesto el “desarrollo socialista” y su factibilidad histórica. No se tratará sólo de amenazas externas sino de tendencias internas, de carácter teórico, que conducirán a su fracaso. Nuestro esfuerzo, sin ser economistas, estuvo concentrado en descubrir las principales afirmaciones de su crítica a las ideologías desarrollistas y a las opciones socialistas que se desplegaban en el continente, especialmente en el gobierno de Salvador Allende en Chile. La fetichización de la sociedad sin clases será uno de los argumentos que más nos llamó la atención de su crítica.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0085">17</a> Es una ilusión grave suponer que al aplicar una ingeniería socioeconómica, como la abolición del mercado y del dinero por la vía dela planificación estatal, entendida como superación de la ley del valor, segarantiza la transición que va de la sociedad capitalista a la socialista y de ésta a la comunista. Para Hinkelammert, abolir una estructura enajenada, como por ejemplo el modo de producción capitalista, no significa abolir la enajenación. Subyace aquí la convicción de que una sociedad es libre si sus estructuras dan cabida a los esfuerzos de desideologización. “Socialismo” será el horizonte no factible para la “revolución permanente”. Así, el “socialismo” o “comunismo” serán ideas regulativas propias de una dialéctica trascendental,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0090">18</a> necesarias en tanto reserva crítica de todo proceso histórico concreto.La fetichización de la democracia y las teorías de la transiciónOtro capítulo importante del derrotero intelectual de Hinkelammert tiene que ver con la descripción y análisis de los modos en cómo se constituyen y despliegan históricamente los procesos de fetichización de la democracia. La fetichización se refiere aquí al mecanismo histórico-institucional de inversión y vaciamiento de la democracia y los derechos humanos en nombre de la democracia y los derechos humanos.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0095">19</a> Sus reflexiones sobre la democracia y los procesos de democratización latinoamericanos, durante la década de los ochenta del siglo pasado, dan cuenta del paso de las democracias liberales a las democracias de seguridad nacional, luego de las dictaduras cívico-militares. Percibimos en los escritos de esta etapa una renuencia a abandonar la crítica radical al vínculo entre democracia y capitalismo, cuestión un tanto desatendida por la inteligencia académica de la época.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0100">20</a> A su vez, uno de los aportes más relevantes será su estudio sobre la inversión de los derechos humanos y su jerarquización en las democracias occidentales contemporáneas. Tal inversión posee una protohistoria manifiesta en configuraciones culturales de sociedades antiguas, en las que se legitima el poder recurriendo a asesinatos fundantes. Señalamos también, aunque por cuestión de espacio no desarrollamos, su crítica al mercadocentrismo neoliberal que alcanzó su máxima hegemonía en la década de los noventa, y que provocó una suerte de minimalismo democrático. Desde esta perspectiva, Democracia y Derechos Humanos son criterios regulativos para la crítica a las democracias y las construcciones históricas de los derechos, más nunca formalizaciones institucionales acabadas.El sujeto rebelde y las ideologías de la muerte del sujetoLa problemática del sujeto ocupa un puesto axial en su producción teórica. Recuperar dicho problema, en un contexto histórico mundial y continental, franqueado por la caída de los socialismos reales y la emergencia del discurso posmoderno, expresará que la crisis de las filosofías de la historia y el quiebre de los grandes relatos de la emancipación, significaba ser blanco fácil para las descalificaciones. Contexto en el que aparece, con insistencia agraviante, las tesis sobre la muerte del sujeto en nombre de la crítica a los universalismos abstractos, promotores de la per versión totalitaria. No obstante, y éste será uno de los ejes articuladores de la crítica hinkelammertiana: en la crítica posmoderna, el gran relato y el gran paradigma del mercado como garante de la armonía social no es puesto en duda. Tampoco su universalismo abstracto, centrado en el individuo calculador que impone una lógica determinista a la realidad y a las relaciones humanas. La crítica al sujeto moderno no parece alcanzar a este “sujeto” calculador. Tal vez sea ésta una de las etapas más ricas en la reflexión teórica del deI, y uno de los tantos hitos significativos de la historia del pensamiento crítico latinoamericano de las últimas décadas. En los escritos de época, Hinkelammert da cuenta de la historia occidental del sujeto y sus múltiples negaciones. Adquiere peso analítico el cruce epistémico con la teología y la exégesis bíblica, cuestión compartida con varios de los representantes de la filosofía política occidental, entre ellos y en primer lugar Walter Benjamin, Carl Schmitt, Jacob Tau bes o Giorgio Agamben, por nombrar algunos.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0105">21</a> El análisis de la inver sión histórica de figuras mítico-teológicas emancipatorias será un sendero teórico frecuentado por nuestro autor.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0110">22</a> El sujeto es una trascendentalidad al interior de la vida real. Más que una presencia, el sujeto es una ausencia que grita, es un sujeto rebelde, un “plus no objetivable” como afirma Estela Fernández Nadal.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0115">23</a> El sujeto corporal, concreto y material es la condición sine qua non para la crítica a toda formalización que lo amenaza, aplasta, cercena o mata. Sin embargo, sin dicha formalización— instituciones, ley, objetivaciones, ciencia— el sujeto no puede sobrevivir ni pensarse. Porque el sujeto es mucho más que sus objetivaciones.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0120">24</a> Según nuestra lectura, sin esta recuperación, el pensamiento crítico y las alternativas a la estrategia de la globalización capitalista quedan sin norte y su eficacia absolutamente diluida en actores sociales diversificados y fragmentados. Porque el actor es una objetivación del sujeto. Y el capitalismo despliega su eficacia dominadora en tanto reduce el sujeto a actor: consumidor, cliente, ciudadano, político, académico, militante étnico o genérico. Por ello rescatamos sus reflexiones sobre la polarización histórica entre sujeto/emancipación-ley/fetichización; puntal principal de su teoría sobre el sujeto, y que constituye un paradigma desde el cual revisar y revitalizar la interpelación a los viejos y nuevos movimientos sociales y a las inevitables instituciones que organizan la sociedad.Sobre los cruces epistémicosEconomía, filosofía política y teología política se dan cita en el pensamiento de Hinkelammert. El inconveniente que más sospechas suscita es, por supuesto, el recurso a la teología que atraviesa casi la totalidad de sus textos. ¿Qué puede decir la teología a las ciencias sociales y a la filosofía?, ¿No es éste, el teológico, un pensamiento ligado a algún tipo de fe religiosa, y poresto mismo imposibilitado epistemológicamente para revisar y criticar sus propios presupuestos? ¿No sería la teología un intento solapado de mantener los privilegios de ciertas instituciones, que con un lenguaje racional colonizan y anulan interpretaciones emanadas de las ciencias sociales?La teología que Hinkelammert construye y usa es una “teología profana”, no religiosa, al decir de Estela Fernández Nadal.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0125">25</a> Más allá de la distinción, toda teología es profana. Que una teología pretenda ser religiosa es recaer en una fetichización e ideologización al servicio de la sacralización de la dominación y sus instituciones. Antes bien, el recurso a este tipo de pensamiento responde al intento de criticar las teologías implícitas en los procesos de formalización de instituciones y prácticas sociales, en los cuales aparecen seres omniscientes y metafísicos —el mercado es una muestra cabal de ello— que conducen a la naturalización y reproducción de la violencia y la anulación de los sujetos. Las estructuras de dominación recurren con frecuencia a imágenes y categorías teológicas para legitimarse socialmente: las ideas de sacrificio,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0130">26</a> violencia sagrada, ley, guerra justa, diablo (Satanás, monstruo, delincuente, subversivo, negro, indio, extranjero, etc.) que, en cuanto contenidos míticos-racionales, se ideologizan, son algunos ejemplos. Pero además, Hinkelammert muestra la potencialidad de ciertas categorías teológicas y míticas que serán decisivas para recuperar un pensar crítico: la libertad frente a la ley, la supremacía del sujeto corporal necesitado por sobre cualquier institucionalidad (resurrección del cuerpo), la escatología como crítica a la idea de progreso histórico asintótico,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0135">27</a> la crítica a la idolatría y el discernimiento de los dioses de la tierra, entre otras. Sin embargo, la distinción y oposición de teologías no se expresará con toda su potencia en el plano teórico, sino en el práxico. Hinkelammert muestra cómo el capitalismo no es sólo una religión cultual (Benjamin) que exige sacrificios, sino que posee su propia teología, es decir, su propia racionalidad y espiritualidad. La crítica al capitalismo supone entonces desenmascarar sus presupuestos teológicos pero en el plano histórico-concreto, ya que la teología del capitalismo coopta y anula las categorizaciones de una teología al servicio de la liberación de los “pobres y explotados”.Observamos además que su recurrencia a la teología indica alguna ligazón con la tradición inaugurada por Walter Benjamin: hay en cierta teología vestigios de una crítica a la idea mecanicista de progreso que ha invadido también a las ideologías crítico-revolucionarias. Y es claro que en el carácter disruptivo del “sujeto rebelde” hinkelammertiano se alojan trazas del mesías benjaminiano.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0140">28</a> Recordemos su Tesis I sobre el concepto de historia, en el cual aparece explícita la asociación entre materialismo histórico y teología, “pequeña y fea” y que “ya no puede mostrarse”, pero que estaría al servicio de la lucha de los oprimidos.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0145">29</a> Desde esta perspectiva, una determinada reflexión teológica podría ser incorporada en la larga tradición del pensamiento crítico. Para el caso latinoamericano, algunas referencias de la teología de la liberación podrían incluirse en la misma, en tanto configuraron una crítica al capitalismo y a la teología del progreso infinito presente en la modernidad.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0150">30</a>Parafraseando al propio Hinkelammert, “lo que la época histórica es se puede interpretar por las imágenes divinizadas que produce”. Basta con recorrer las catedrales del capitalismo y la teología de la luz en ellas implícitas, y que expresan las relaciones sacrales de la compra-venta o, al decir de Benjamin: “Los pasajes como templos del capital mercantil”, donde se explicita con intensidad un culto a las mercancías que sella materialmente la promesa de felicidad.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0155">31</a>Asimismo, la articulación de su pensamiento con la filosofía política obliga a repensar la función social de ésta y su reciprocidad con las ciencias sociales, muchas veces preocupadas por seguir rigurosamente los instrumentos de observación y análisis que, al quedar enredados en lo particular y fragmentados, olvidan el punto de vista de la totalidad como condición ineludible para la crítica. Al contrario, la totalidad hace referencia también a lo que está ausente en la realidad, al revelar “el síntoma de la falta” que “grita” en los efectos no intencionales del sistema. Así, la filosofía política es reflexión sobre la utopía en tanto totalidad que falta, convirtiéndose, al decir de Fernández Nadal, en “un instrumento que permite reclamar la plenitud humana negada en la totalización real”.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0160">32</a>Por último, respecto a la economía contemporánea, junto al economista costarricense Henry Mora Jiménez, ha perfilado la posibilidad de construir una segunda crítica a la economía política, cuyo eje articulador y dinamizador será la reproducción de la vida humana.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0165">33</a> Éste será el criterio trascendental de evaluación de cualquier norma, institución y/o sistema sociopolítico que procure garantizar la vida de los seres humanos incluidos en los mismos. Se trata de la referencia a la materialidad del cuerpo necesitado, base concreta y real para cualquier relación y organización formal de la vida humana. La racionalidad reproductiva pone en cuestión la totalización de la racionalidad medio-fin, basada en una instrumentalidad de tipo utilitarista que puebla la mayoría de los estudios de economía y macroeconomía actuales.Sobre La Fetichización De La Sensibilidad: El Abandono De Una Intuición Y La Tentativa De RecuperaciónEntendemos que sus reflexiones en torno a los procesos de fetichización en el capitalismo y en los socialismos históricos del siglo xx, son: de la sociedad sin clases, de la democracia y del sujeto, los que ofrecen elementos para emprender un trabajo de ampliación teórica, a partir de la descripción y análisis de los múltiples procesos de fetichización de la sensibilidad-deseo-pasión con que la dominación, y el capitalismo como una de sus formas más acabadas, se despliega y reproduce.El capitalismo contemporáneo logra imponer su legitimidad a partir de la cooptación de los deseos, gustos, pasiones y emociones de los sujetos corporales. Actúa y seduce ofreciendo algo. El capitalismo globalizado funciona como promesa que no es don, sino merecimiento que se alcanza sacrificando el cuerpo que somos.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0170">34</a> Se trata del autosacrificio exigido para “merecer algo”, en tanto ascética como condición para el premio-salvación llamado ahora salario o ganancia; y del sacrificio de los demás en tanto explotación de los cuerpos. Así, el cuerpo sacrificado es la condición sine qua non para participar del banquete capitalista, salvo un detalle no menor:… sin cuerpo, no hay banquete. Y el sacrificio es negación del cuerpo. El sacrificio es cuerpo abstraído y trascendentalizado como ética, moral, proyecto de vida, vocación y vida (burguesa). He aquí su carácter perverso.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0175">35</a>En 1971, producto de un seminario organizado por Norbert Lechner, Hinkelammert escribe un artículo titulado “La situación de la sexualidad dentro del materialismo histórico.”<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0180">36</a> ¿Por qué, a pesar de sus contradicciones, el capitalismo “no explota en una crisis final”?, ¿cómo logra estabilizarse y camuflar así “sus antagonismos sociales”? Son las preguntas que subyacen en aquel opúsculo. En otras palabras: si el capitalismo es tan inhumano, ¿por qué no se lo combate? Y nuestro autor ensaya una posible causa: la represión de los instintos y la interiorización de valores capitalistas. El autoritarismo capitalista invade no sólo las relaciones mercantiles, sino a las mismas relaciones sexuales. Tal explicación posee cierto aire familiar con las explicaciones de Herbert Marcuse y Wilhelm Reich, además de Marx y Engels. Pero la pregunta surge en un país del Tercer Mundo —Chile— y en una situación histórica en la que “las masas trabajadoras se encuentran en lucha organizada por la toma del poder”.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0185">37</a> Esa lucha supone la destrucción de las relaciones autoritarias, impuestas por el modo de producción capitalista, presentes también en las relaciones sexuales.El texto referenciado vino a confirmar las hipótesis que junto a Gustavo Cruz y Oscar Pacheco elaboramos hace un tiempo: no habría posibilidad de superación del capitalismo sin desmantelar sus modos de colonizar la sensibilidad humana.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0190">38</a> Donde Hinkelammert dice sexualidad, nuestra cooperativa de pensamiento dirá “sensibilidad”. Según Hinkelammert, las relaciones sociales capitalistas organizan los instintos y la sexualidad de tal modo que éstos aparecen como totalmente autónomos. La racionalidad del tener logra un poder extraordinario de conformidad y adhesión no sólo ideológica sino más aún: “afectiva”. Se trata de una seducción sin goce. Así, no sólo se instrumentaliza al otro sino también al “propio cuerpo y alma”. Si hay goce, sólo puede serlo como agresividad. Es el acto de gozar con la misma destrucción del otro… “Cuanto mayor la necesidad del valor de uso, mayor el goce de su negación”.<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0195">39</a>El amor espontáneo y el goce son entonces reprimidos por la eficiencia mercantil. Se orientan ahora por la funcionalidad genital que fabrica sus modelos de masculinidad y femineidad. El varón se piensa sólo como mutilador de la mujer reproduciendo su dependencia. Y la mujer, en tanto objeto del hombre y máquina de procrear acepta esa mutilación “en un grado tal, que resulta de repente la fuerza social más importante de defensa de este sistema de mutilación”. Frente a la racionalidad del valor de uso, entendida como amor espontáneo y solidario, la racionalidad del valor de cambio no es más que la genitalización de la sexualidad y el autoritarismo en las relaciones. De este modo, la explotación significa la negación de la liberación de los sentidos. Reducir la explotación sólo a la existencia de plusvalía, alimenta la ilusión de que puede ser eliminada por el aumento de salarios o de la producción de riqueza. No obstante, la liberación sexual en tanto liberación de los sentidos, es posible a partir de la liberación de determinadas relaciones de producción. Podríamos interpretar entonces que el modo de producción capitalista logra su máxima eficacia en la explotación de los sentidos. La verdad del capitalismo es una sexualidad/ sensibilidad enajenada.Si salvamos las obvias distancias de categorías y lingüísticas, llama la atención que este aspecto fundamental de la crítica no haya sido retomado por Hinkelammert en sus escritos posteriores. Presumimos que en el texto perdura una relevancia teórica que adquiere nuevos bríos en la actualidad del capitalismo globalizado.El capitalismo ha comprendido, más que cualquier otra alternativa crítica, que el sujeto no se orienta recurriendo sólo a una racionalidad reflexiva que le ofrece criterios para dar sentido a su acción. El capitalismo, entendido como sistema de dominación, ha alcanzado altos niveles de adhesión y conformidad respecto a sus valores y postulados porque ha conseguido colonizar el deseo, fuente del poder en el ser humano. Sospechamos que los criterios de la crítica al capitalismo, las más de las veces, se asientan en exigencias eticistas que suponen asumir una racionalidad alternativa. Pero así como el capitalismo es también, aunque no sólo, una pretensión ética derivada de su lógica de acumulación,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0205">40</a> su crítica puede quedar entrampada al concentrar sus argumentos únicamente en la reflexión ética. Presumimos que la estrategia capitalista lleva el debate al plano ético y discute allí criterios de racionalidad, al pretender imponer la lógica del cálculo y la eficiencia. Mientras tanto, su astucia se orienta a cooptar y colonizar el gusto, el deseo, las pasiones y las emociones de la población.En otras palabras: la actual estrategia del capitalismo globalizado se nutre de discursos éticos y se despliega como estética. Mantiene ocupado al pensamiento crítico con sus disputas moralizantes al tiempo que avanza triunfante sobre las sensibilidades sociales. La dominación no sólo se emplaza en las cabezas de los seres humanos, sino que lo hace también y mejor en sus cuerpos. Así, un pensamiento crítico es impotente ante un gusto colonizado. El capitalismo logra dominar eficazmente al instalarse en el cuerpo-subjetividad-sensibilidad como insatisfacción. Para ello seduce, juega con las pasiones y deseos, anulando su capacidad de crítica y resistencia.Asimismo, la crítica a la sensibilidad neoliberal en tanto deseo coopta do, podríamos emparentarla con lo que nuestro autor afirma respecto a la “espiritualidad”. Concibe a la espiritualidad como una fuerza motivadora presente en el ser humano, ya sea para desplegar el poder de dominación o manifestar la capacidad de resistencia y emancipación. Hinkelammert señala la oposición entre espiritualidad del cálculo de utilidad y espiritualidad de la convivencia humana para la cual “lo indispensable es inútil”. Indispensable aquí será la vida humana, la naturaleza, la convivencia. Para la espiritualidad del cálculo lo indispensable será comprendido como inútil. Así, la espiritualidad del cálculo es el nuevo nombre del “fetichismo”. Según nuestra modesta lectura, la “espiritualidad” hinkelammertiana posee vínculos con la sensibilidad corporal y el deseo. Es decir: la espiritualidad será un modo de la sensibilidad humana cuyo nervio es el deseo. La espiritualidad del cálculo de utilidad es la versión más lograda de una ética encarnada: ética como administración del cuerpo. Pero tal relación no se encuentra explicitada en sus escritos más conocidos, aunque sospechamos que la misma podría ser un aporte susceptible de ser interpretado a partir de sus reflexiones antropológicas.Igualmente, podría ampliarse su crítica a la modernidad occidental, entendida como proyecto civilizatorio orientado por la totalización de la racionalidad instrumental y el mito del progreso. La modernidad occidental no es sólo expresión de una racionalidad fetichizada. En tanto capitalismo globalizado, esa modernidad se despliega como fetichización de la sensibilidad, es decir, como fetichización del cuerpo, del deseo y las pasiones. Se trata de un proceso de apropiación del cuerpo y la reo rientación del deseo hacia el sacrificio-trabajo y hacia el consumo-placer. Insistimos: el capitalismo es también un proyecto estético: confisca la sensibilidad y subyuga de este modo su potencia crítico-política. Contracción de la sensibilidad que llega incluso a adormecer los dolores del cuerpo, lugar desde el cual el sujeto “grita” la totalización de la ley, y se resiste a las instituciones totalitarias y a los automatismos de sistemas de organización social. En consecuencia, el cuerpo como instancia material e histórica de la crítica, se dispersa en fragmentos insatisfechos. Se trata de una expropiación que ofrece los recursos subjetivos-afectivos para construir ciudadanías resignadas y políticas de rechazo “sensible” a los deseos de emancipación.A lo largo de la historia, los deseos de la humanidad se han expresado racionalmente en mitos o utopías, principalmente de cuño sociopolítico. El deseo moviliza a las utopías y las utopías encienden nuevos deseos. Deseo y utopía alcanzan criticidad cuando logran vincularse con la experiencia histórico-existencial de la inconformidad,<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn41">41</a> que en lenguaje hinkelammertiano podríamos llamarlo “el grito del sujeto”. El capitalismo ha logrado anular el deseo inconformista o, parafraseando a Hinkelammert, anestesiar la capacidad de rebelión de los sujetos al invertirla como insatisfacción, siempre susceptible de ser satisfecha vía sacrificio-consumo.Conclusiones Provisorias: La Construcción De Una Nueva Sensibilidad Como Tarea PolíticaLo experimentamos a diario: el control de los deseos, la colonización de los gustos y la reproducción de formas cotidianas de politicidad, asentadas además en anclajes racistas y fascistas de larga data, los que expresan también el legado de transiciones sociopolíticas inconclusas en nuestro continente. Lejos de los voluntarismos culposos y los desencantos con estilo burgués, tales amenazas obligan a profundizar un pensamiento crítico-utópico y ensayar praxis emancipatorias.Postulamos que en las nuevas configuraciones democráticas de cierto cuño “progresista” y “nacional-populares”, persiste cierta subjetividad ciudadana presa aún de una “hegemonía cultural” impuesta, negociada, construida y reproducida de manera espectacular en los años del mesianismo neoliberal. La democratización de los ajustes estructurales y la privatización de las necesidades humanas impactaron en la sensibilidad social, y sedimentaron así los valores de la competencia, el sacrificio y autosacrificio como única posibilidad de progreso humano, el cálculo de utilidad devenido criterio universal para medir toda acción humana, o el consumo como cifra de la existencia ciudadana con el progresivo deterioro de los vínculos sociales. La tarea política de construir una nueva sensibilidad, supone trastocar las concepciones de libertad, bienestar, progreso y felicidad arraigadas en el sentido común. Se trataría de revisar, analizar y criticar aquellos elementos “residuales” del neoliberalismo a partir de los procesos “emergentes” en la región. De modo que no alcanza sólo con problematizar las “ideas reguladoras” del neoliberalismo. Es preciso reu bicar también el cuerpo que somos desde otro lugar “de enunciación”. Ejemplos no faltan. La historia de los pueblos latinoamericanos nos recuerda diversas praxis políticas que han resituado el “cuerpo que somos” más allá de los cánones estéticos y “éticos” del capitalismo: el reclamo de los cuerpos desaparecidos y robados por parte de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, las luchas feministas de diversos colectivos de mujeres pobres, la emergencia de los pueblos indios ante la dominación estatal-occidental-racialista; o los intentos, testimoniales aún, de implementar formas económicas por fuera del paradigma de la propiedad privada. 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Rubem Alves, Religión, ¿opio o instrumento de liberación?, Montevideo, Tierra Nueva, 1970; Hugo Assmann, “El cristianismo, su plusvalía ideológica y el costo social de la revolución socialista”, en Cuadernos de la Realidad Nacional, núm. 12, Santiago de Chile, abril de 1972, pp. 154-179; Teología desde la praxis de la liberación, Salamanca, Ediciones Sígueme, 1973; Juan Luis Segundo, “Capitalismo y socialismo, crux theológica”, en Rosino Gabellini [ed.], La nueva frontera de la teología en América Latina, Salamanca, Ediciones Sígueme, 1977, pp. 223-239; y el propio Hinkelammert, “Las relaciones mercantiles en la sociedad socialista como cuestionamiento a la crítica marxista de la religión”, en Cuadernos de la Realidad Nacional, núm. 17, julio de 1973, pp. 152-169; sin olvidarnos de Las armas ideológicas de la muerte, Costa Rica, deI, 1977. 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Estela Fernández Nadal, “El pensamiento de Franz Hinkelammert desde la perspectiva de una filosofía latinoamericana”, en Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 6, núm. 12, Venezuela, Universidad del Zulia, marzo de 2001, p. 56." "identificador" => "fn0160" ] 32 => array:3 [ "etiqueta" => "33" "nota" => "Cfr. Franz Hinkelammert-Henry Mora Jiménez, Hacia una economía para la vida. Preludio a una reconstrucción de la economía, ed. revisada y aumentada, Bogotá, Proyecto Justicia y Vida, 2009." "identificador" => "fn0165" ] 33 => array:3 [ "etiqueta" => "34" "nota" => "Cfr. Carlos Asselborn, Gustavo Cruz, Oscar Pacheco, Liberación, estética y política. Aproximaciones filosóficas desde el Sur, Córdoba, educc, 2009, p. 26." "identificador" => "fn0170" ] 34 => array:3 [ "etiqueta" => "35" "nota" => "“Sadismo y masoquismo es la armonía de las clases” poetiza Ernesto Cardenal. Agradezco el comentario al Dr. Gustavo Cruz." 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LITERATURA Y PENSAMIENTO SOCIAL

Fetichización y crítica de la razón

Fetishization and Critique of Reason

Carlos J. Asselborn

Universidad Católica de Córdoba-ffyh, Argentina

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los cuales expresaron sus deseos de transformaciones orientadas a ampliar la justicia y equidad social&#44; la participaci&#243;n democr&#225;tica para la conquista y ampliaci&#243;n de derechos y el afianzamiento de colectivos sociales emancipatorios&#46; Tal preocupaci&#243;n fue profundiz&#225;ndose a partir de la irrupci&#243;n&#44; en los a&#241;os sesenta&#44; de la teor&#237;a de la dependencia&#44; de las teolog&#237;as y filosof&#237;as de&#47;para la liberaci&#243;n&#44; como tambi&#233;n de la pedagog&#237;a del oprimido y ciertas expresiones de la literatura latinoamericana&#46; A continuaci&#243;n presentamos algunos aportes te&#243;ricos del cientista social Franz Hinkelammert al pensamiento cr&#237;tico latinoamericano&#44; la reflexi&#243;n de este intelectual es parte de aquella historia&#44; jalonada con una multiplicidad considerable de nombres&#46; Para el caso de otros intelectuales alemanes en Am&#233;rica Latina&#44; podr&#237;amos nombrar a Gunder Frank y Norbert Lechner&#46;</p><p id="par0015" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En la primera parte del texto indicamos las razones hist&#243;ricas y te&#243;ricas que nos llevaron a estudiar su pensamiento&#46; En un segundo momento organizamos sus aportes en torno a la categor&#237;a <span class="elsevierStyleItalic">fetichismo</span>&#44; de fuerte cu&#241;o marxista&#44; vincul&#225;ndola con procesos sociopol&#237;ticos de la historia del continente&#46; Se&#241;alar y distinguir los m&#250;ltiples procesos de fetichizaci&#243;n supone hacerlo desde un determinado modo de comprender la funci&#243;n de la cr&#237;tica y de la utop&#237;a&#46; Posteriormente nos abocamos a examinar una reflexi&#243;n insinuada por el autor en su etapa chilena&#44; que luego abandon&#243;&#46; Estamos convencidos que dicha reflexi&#243;n le&#237;da desde el actual contexto latinoamericano y mundial es susceptible de ser retomada&#44; dada las metamorfosis del capitalismo contempor&#225;neo que lo hacen eficaz en sus modos de dominaci&#243;n&#46; Su recuperaci&#243;n nos permitir&#225; se&#241;alar algunos desaf&#237;os para profundizar praxis colectivas cr&#237;ticas de los modos de legitimaci&#243;n del capitalismo&#46;</p></span><span id="sec0010" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0030">&#191;<span class="elsevierStyleSmallCaps">Por qu&#233; hInkelammert&#63;</span></span><span id="sec0015" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0035">Razones hist&#243;rico-biogr&#225;ficas</span><p id="par0020" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La historia del pensamiento cr&#237;tico latinoamericano es la historia de una sensibilidad social anudada a la toma de conciencia de las dificultades que a&#250;n impiden a Nuestra Am&#233;rica conquistar m&#225;s dignidad&#44; igualdad y libertad para sus sociedades dependientes&#44; dominadas&#44; explotadas&#44; racializadas y desiguales&#46; En Latinoam&#233;rica sabemos en carne propia que existe una configuraci&#243;n hist&#243;rica de la raz&#243;n que atenta contra la vida humana y la vida de la naturaleza&#46; Una desbocada racionalidad moderno-instrumental&#44; asentada en una filosof&#237;a de la historia nutrida por el mito del progreso&#44; la cual ha obstruido proyectos&#44; que al haber nacido como utop&#237;as cr&#237;ticas&#44; vieron declinar sus deseos de emancipaci&#243;n en m&#250;ltiples utopismos que fragmentaron y hasta arrollaron la sensibilidad y el imaginario colectivo que las produjo&#46; Por ello tambi&#233;n&#44; la historia de Nuestra Am&#233;rica&#44; y en ella la historia del pensamiento cr&#237;tico&#44; es la historia de los horizontes ut&#243;picos que han producido sus sociedades&#46;</p><p id="par0025" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Ser&#237;a arduo realizar una evaluaci&#243;n de la orientaci&#243;n que prima actualmente en las ciencias sociales o en la sociolog&#237;a en particular&#46; Aunque sospechamos que los an&#225;lisis fragmentarios y cuantitativos&#44; por dem&#225;s utilizados y sedimentados en la vida cotidiana acad&#233;mica y algunos sumamente s&#243;lidos en el uso de instrumentos de medici&#243;n y an&#225;lisis&#44; suelen opacar&#44; olvidar u ocultar &#8212;intencional o no intencionalmente&#8212; las pretensiones emancipatorias que movilizaron tradicionalmente al pensamiento cr&#237;tico latinoamericano&#46;</p><p id="par0030" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La producci&#243;n de teor&#237;a cr&#237;tica emancipatoria&#44; por cierto un proceso sumamente complejo&#44; ambiguo y conflictivo&#44; fue dejando paso a una racionalidad de tipo instrumental&#44; no sin un dejo de positivismo detallista&#44; aunque siempre existen claroscuros&#46; Sin embargo&#44; la historia del pensamiento cr&#237;tico en el continente ha mostrado que la creatividad te&#243;rica irrumpe en el tiempo cuando en &#233;ste se abren ciertas posibilidades de emancipaci&#243;n&#44; transformaci&#243;n o revoluci&#243;n&#46; Son estas novedades hist&#243;ricas las que parecen alentar la producci&#243;n de novedades te&#243;ricas&#46;</p><p id="par0035" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por ello nos adherimos a la siguiente hip&#243;tesis&#58; las posibilidades hist&#243;ricas de superaci&#243;n de algunas matrices de dominaci&#243;n y dependencia que asolaban al continente latinoamericano&#44; vinculadas a experiencias socialistas revolucionarias y&#47;o democr&#225;ticas fueron la materia prima para un estallido creativo de teor&#237;as cr&#237;ticas en el seno del pensamiento latinoamericano&#46; Dicho proceso intelectual cont&#243; con su geohistoria&#58; especialmente M&#233;xico&#44; Brasil&#44; Chile&#44; Argentina&#44; a partir de la posguerra o la Revoluci&#243;n cubana hasta la irrupci&#243;n de las dictaduras militares&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0005"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a> Por supuesto que tenemos que dejar de lado numerosos aportes te&#243;ricos y procesos sociales como tambi&#233;n intelectuales de renombre&#44; que trascienden este marco geogr&#225;fico e hist&#243;rico-pol&#237;tico&#46;</p><p id="par0040" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Cuando decimos irrupci&#243;n creativa nos referimos a la teor&#237;a de la dependencia&#44; la sociolog&#237;a cr&#237;tica antipositivista&#44; las filosof&#237;as y teolog&#237;as de&#47;para la liberaci&#243;n&#44; el pensamiento pol&#237;tico indio&#44; la pedagog&#237;a popular&#44; el realismo m&#225;gico literario&#44; el nuevo cine latinoamericano&#44; el teatro del oprimido o el itinerario est&#233;tico-pol&#237;tico de la mural&#237;stica mexicana&#46; La creaci&#243;n de la cePal &#40;1948&#41;&#44; flacso &#40;1957&#41; y clacso &#40;1967&#41; y el exilio de intelectuales brasile&#241;os y de otras latitudes en Chile a mediados de la d&#233;cada de los a&#241;os sesenta del siglo pasado&#44; forman parte del proceso al que hacemos referencia&#46; Y es aqu&#237; donde aparece Franz Hinkelammert &#40;1931&#41;&#46; Intelectual alem&#225;n enviado por la Konrad Adenauer del Partido Dem&#243;crata Cristiano que&#44; al encontrarse con el proceso pol&#237;tico que se llevaba a cabo en Chile&#44; reorientar&#225; sus principales tesis en funci&#243;n de las transformaciones que all&#237; se suced&#237;an&#46; Ello explica su posterior renuncia a la Democracia Cristiana y su ingreso al Movimiento de Acci&#243;n Popular Unitaria &#40;maPu&#41; perteneciente a la Unidad Popular de Salvador Allende&#46;</p><p id="par0045" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Conocimos a Hinkelammert en 1991 cuando por primera vez hojeamos la <span class="elsevierStyleItalic">Revista Pasos</span> de la que fuera su mentor junto a Hugo Assmann&#46; La ca&#237;da del muro de Berl&#237;n y la crisis de los socialismos realmente existentes asestaba un duro golpe a la tradici&#243;n filos&#243;fica y teol&#243;gica liberacionista latinoamericana de la cual proven&#237;amos&#46; Nuestra interpretaci&#243;n de sus escritos era por dem&#225;s limitada y hasta errada en algunos casos&#46; Pero lo que nos llamaba la atenci&#243;n era su esfuerzo por resituar un pensamiento de cu&#241;o liberacionista-emancipador en un momento hist&#243;rico&#44; en el cual se decretaba su muerte&#46; Nos impact&#243; tambi&#233;n el recurso a la teolog&#237;a para analizar la sacrificialidad de Occidente en general y del capitalismo en particular&#46; A&#241;os m&#225;s tarde quedar&#237;amos profundamente movilizados por un texto memorable&#58; &#8220;La metaf&#237;sica del empresario&#8221;&#44; incluido en su obra <span class="elsevierStyleItalic">Las armas ideol&#243;gicas de la muerte</span> del a&#241;o 1977&#46; As&#237;&#44; el concepto de &#8220;idolatr&#237;a del mercado&#8221; inauguraba nuevos horizontes de comprensi&#243;n&#46;</p></span><span id="sec0020" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0040">Algunas razones te&#243;ricas</span><p id="par0050" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Cr&#237;tica</span> y <span class="elsevierStyleItalic">Utop&#237;a</span> son dos referencias hist&#243;rico-pr&#225;cticas que persisten en la historia de los pueblos latinoamericanos y su conciencia pol&#237;tica&#44; ambigua y err&#225;tica por cierto&#44; pero sin lugar a dudas sufrida&#44; mas nunca resignada&#46;</p><p id="par0055" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los diversos modos en que se instauraron ciertas modernidades&#44; los proyectos pol&#237;ticos de los pueblos indios&#44; los formatos nacionalistas y antiimperialistas criollos&#44; los intentos socialistas&#44; las variantes nacional-populares&#44; o las pretensiones contempor&#225;neas de constituir democracias por fuera de su configuraci&#243;n capitalista&#44; colonialista y racialista&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0010"><span class="elsevierStyleSup">2</span></a> han recurrido reiteradamente al imaginario ut&#243;pico<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0015"><span class="elsevierStyleSup">3</span></a> o incluso&#44; a una raz&#243;n m&#237;tico-ut&#243;pica que potenci&#243; las diversas praxis de plurales sujetos pol&#237;ticos&#46;</p><p id="par0060" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Tales acontecimientos y procesos abrieron en la historia posibilidades para pensar alternativas&#44; sujetos y proyectos a partir de utop&#237;as en las que se mixturan ideolog&#237;as pol&#237;ticas&#44; construcciones mitol&#243;gicas&#44; gram&#225;ticas religiosas y teor&#237;as sociales&#46; Parte de los intelectuales del pensamiento latinoamericano cient&#237;fico social&#44; filos&#243;fico&#44; pol&#237;tico y teol&#243;gico han pensadocon creces esta amalgama de cr&#237;tica del orden establecido y horizonte ut&#243;pico&#46; All&#237; tenemos por ejemplo las filosof&#237;as de la liberaci&#243;n&#44; por cierto equ&#237;vocas y hasta exageradamente idealistas en sus diagn&#243;sticos y lenguajes&#44; aunque atravesadas por las tensiones ut&#243;picas que han poblado y a&#250;n pueblan el continente&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0020"><span class="elsevierStyleSup">4</span></a> Qu&#233; decir de algunas variantes de la teolog&#237;a de la liberaci&#243;n en tanto teor&#237;a e ideolog&#237;a cr&#237;tica de los m&#250;ltiples formatos con que se ha desplegado el capitalismo y sus mitos en Am&#233;rica Latina&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0025"><span class="elsevierStyleSup">5</span></a> El pensamiento indio ha aportado con creces a la cr&#237;tica de los mitos de Occidente y sus utopizaciones&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0030"><span class="elsevierStyleSup">6</span></a> Por &#250;ltimo&#44; no podemos olvidar a gran parte de las ciencias sociales latinoamericanas&#58; <span class="elsevierStyleItalic">Cr&#237;tica y Utop&#237;a</span> no fue s&#243;lo el nombre de una de las m&#225;s reconocidas revistas de ciencias sociales<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0035"><span class="elsevierStyleSup">7</span></a> sino una hip&#243;tesis te&#243;rica y una apuesta pol&#237;tica&#46;</p><p id="par0065" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En tales variantes del pensamiento cr&#237;tico&#44; el marxismo ser&#225; la piedra de toque&#44; un parteaguas&#44; una referencia&#44; una sensibilidad&#44; un instrumento&#44; un argumento&#44; una gram&#225;tica que posibilit&#243; pensar los procesos sociopol&#237;ticos y econ&#243;micos del continente&#46; Sin embargo&#44; tambi&#233;n se present&#243; como un dogma que obstaculizaba las razones y los deseos de liberaci&#243;n&#46; Seg&#250;n nuestra modesta lectura&#44; las ciencias sociales y pol&#237;ticas&#44; las filosof&#237;as y las teolog&#237;as latinoamericanas alcanzaron alto vuelo te&#243;rico y fuste cr&#237;tico cuando ensayaron v&#237;nculos con las tradiciones marxistas&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0040"><span class="elsevierStyleSup">8</span></a> El marxismo tambi&#233;n trastoc&#243; las ideolog&#237;as&#44; los partidos pol&#237;ticos y los movimientos sociales&#46; La discusi&#243;n te&#243;rica giraba en torno a la Am&#233;rica Latina dependiente&#44; dominada&#44; explotada&#44; oprimida&#44; colonial y premoderna&#46; Tanto los diagn&#243;sticos como las praxis pol&#237;ticas estuvieron permeadas por esta tradici&#243;n&#44; ya sea por abierta oposici&#243;n a ella&#44; obediencia medieval&#44; mixtura con otras ideolog&#237;as pol&#237;ticas&#44; o reinterpretaci&#243;n y reconstrucci&#243;n de categor&#237;as a partir de las vicisitudes de los procesos hist&#243;rico-pol&#237;ticos&#46;</p><p id="par0070" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Franz Hinkelammert ingresar&#225; de lleno a este terreno hist&#243;rico&#44; contradictorio y profundamente agonal&#46; Y no s&#243;lo &#233;l sino una Escuela&#46; Destacamos aqu&#237; a toda una corriente de intelectuales aglutinados primero en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional&#44; de la Universidad Cat&#243;lica de Chile &#40;ceren&#41; y despu&#233;s&#44; con otros actores&#44; en el Departamento Ecum&#233;nico de Investigaciones&#44; en Costa Rica &#40;deI&#41; para luego recorrer nuevos senderos institucionales&#46;</p><p id="par0075" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Creemos que el v&#237;nculo entre Hinkelammert y el pensamiento latinoamericano es un cap&#237;tulo m&#225;s de la relaci&#243;n entre las ciencias sociales&#44; las humanidades y los procesos emancipatorios&#46; Y es tambi&#233;n la relaci&#243;n entre el marxismo y sus reinvenciones&#46; Seg&#250;n nuestra lectura&#44; tres han sido los debates hist&#243;ricos&#44; desarrollados por las ciencias sociales y humanas latinoamericanas&#44; que han penetrado con mayor impulso en sus escritos&#58;<ul class="elsevierStyleList" id="lis0005"><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0005"><span class="elsevierStyleLabel">I&#41;</span><p id="par0080" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El problema del subdesarrollo y las teor&#237;as desarrollistas y dependentis tas en la d&#233;cada de los setenta del siglo pasado&#59;</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0010"><span class="elsevierStyleLabel">II&#41;</span><p id="par0085" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El debate en torno a las transiciones a la democracia luego de la crisis de las dictaduras militares&#59;</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="lsti0015"><span class="elsevierStyleLabel">III&#41;</span><p id="par0090" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por &#250;ltimo&#44; la disputa te&#243;rica e ideol&#243;gica en torno a la crisis de legiti maci&#243;n de los relatos y sujetos de la emancipaci&#243;n despu&#233;s de la ca&#237;da de los socialismos realmente existentes&#46;</p></li></ul></p><p id="par0095" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los tres n&#250;cleos problem&#225;ticos son asumidos y abordados&#44; con mayor o menor explicitaci&#243;n&#44; al recurrir a un instrumental anal&#237;tico que no ha sufrido grandes quiebres de categor&#237;as ni epistemol&#243;gicos&#46; En ellos se expresan mecanismos de fetichizaci&#243;n o inversi&#243;n en los cuales los seres humanos&#44; en tanto sujetos corporales&#44; son amenazados y hasta anulados en nombre de alguna instituci&#243;n&#44; ley o proyecto de sociedad&#46; As&#237;&#44; la inversi&#243;n que supone imaginar la sociedad sin clases a partir de la l&#243;gica desarrollista capitalista&#44; la formalizaci&#243;n y vaciamiento de la democracia y de los derechos humanos&#44; y la imposici&#243;n de las ideolog&#237;as de la muerte del sujeto&#44; mediante la producci&#243;n de universalismos abstractos son tres procesos de fetichizaci&#243;n problematizados y criticados en la teor&#237;a hinkelammertiana a partir de criterios emanados de una racionalidad reproductiva&#44; tanto del ser humano como de la naturaleza&#46; Racionalidad en la que se asume radicalmente una cr&#237;tica de la raz&#243;n ut&#243;pica&#46;</p></span></span><span id="sec0025" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0045"><span class="elsevierStyleSmallCaps">Procesos De Fetichizaci&#243;n Y Cr&#237;tica De La Raz&#243;n Ut&#243;pica</span></span><span id="sec0030" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0050">Lo posible&#44; las utop&#237;as y su cr&#237;tica</span><p id="par0100" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Como hemos afirmado&#44; el n&#250;cleo duro de los presupuestos te&#243;ricos hinkelammertianos no ha sufrido grandes mutaciones a lo largo de las d&#233;cadas&#46; M&#225;s bien ha sido profundizado al calor de las transformaciones mundiales y continentales en particular&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0045"><span class="elsevierStyleSup">9</span></a> De modo que la tensi&#243;n entre cr&#237;tica-utop&#237;a-sujeto por un lado y fetichizaci&#243;n-utopismo-ley por otro&#44; ser&#225; la piedra angular de sus reflexiones&#46; Ello constituye su <span class="elsevierStyleItalic">cr&#237;tica de la raz&#243;n ut&#243;pica</span> o&#44; tambi&#233;n&#44; la cr&#237;tica a la <span class="elsevierStyleItalic">fetichizaci&#243;n de las utop&#237;as</span>&#44; que sospechamos es uno de sus aportes m&#225;s significativos&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0050"><span class="elsevierStyleSup">10</span></a> Ello obliga a se&#241;alar algunas puntualizaciones&#46;</p><p id="par0105" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La utop&#237;a como proyecto de armonizaci&#243;n total de la convivencia humana es un concepto trascendental&#44; que opera como idea regulativa de toda praxis humana&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0055"><span class="elsevierStyleSup">11</span></a> El error te&#243;rico&#44; incluso de las ciencias emp&#237;ricas&#44; es afirmar que tal idea puede concretarse&#44; ya sea por voluntades pol&#237;ticas o ingenier&#237;as tecnocr&#225;ticas que terminan ideologizando el mismo proceso hist&#243;rico de transformaci&#243;n&#46; Tales ilusiones trascendentales se constituyen en dispositivos que frenan y hasta anulan los procesos de emancipaci&#243;n&#44; en nombre de la llegada definitiva del reino de la libertad y la igualdad&#46; La cr&#237;tica de dichas ilusiones exige una &#8220;dial&#233;ctica trascendental&#8221;&#44; que debe aplicarse a los procesos hist&#243;ricosociales y a las teor&#237;as que intentan comprenderlos y explicarlos&#46; El alcance de esta dial&#233;ctica se explicita en su obra <span class="elsevierStyleItalic">Ideolog&#237;as del desarrollo y dial&#233;ctica de la historia</span> &#40;1970&#41;&#46; Como puede observarse&#44; esta exigencia te&#243;rica indica alguna vinculaci&#243;n con la tradici&#243;n kantiana&#46; El mismo Kant explica la funci&#243;n epistemol&#243;gico-cr&#237;tica de su dial&#233;ctica trascendental&#58; se&#241;alar los errores que comete la raz&#243;n humana cuando excede la experiencia&#46; Dichos errores son llamados &#8220;ilusiones trascendentales&#8221; o estructurales&#44; de car&#225;cter involuntario e inexorable&#46; Su funci&#243;n no es&#44; por tanto&#44; anular tales ilusiones o ideas&#44; ya que &#233;stas permanecen en tanto trascendentales y por eso mismo son parte de la realidad&#46; Se trata s&#237; de develar su apariencia enga&#241;osa&#46;</p><p id="par0110" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Seg&#250;n Hinkelammert&#44; las utop&#237;as devienen utopismos&#44; es decir&#44; se fetichizan&#44; cuando su racionalidad cr&#237;tica cede ante la racionalidad me-dio-fin que reduce lo &#8220;imposible&#8221; a un &#8220;posible perfecto&#8221;&#44; t&#233;cnicamente alcanzable&#46; As&#237;&#44; la utop&#237;a en vez de movilizar a la cr&#237;tica&#44; se impone como sue&#241;o de la raz&#243;n instrumental que la invierte en ingenier&#237;a social aplicada&#46; De aqu&#237; que toda acci&#243;n instrumental&#44; sea &#233;sta pol&#237;tica&#44; econ&#243;mica o social ser&#225; parte de un proceso que conducir&#237;a a la humanidad hacia la realizaci&#243;n plena de sus aspiraciones&#46; La historia deja de ser el lugar del conflicto y las posibilidades&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0060"><span class="elsevierStyleSup">12</span></a> para determinarse como una <span class="elsevierStyleItalic">continua transici&#243;n</span> al mejor de los mundos posibles&#46; De este modo toda decisi&#243;n y acci&#243;n pol&#237;tica tiende al fin perfecto y exige sacrificios y decretos &#8220;que nadie quisiera tomar&#8221;&#44; indispensables para su concreci&#243;n hist&#243;rica&#46; La cr&#237;tica&#44; el cuestionamiento o la reflexi&#243;n sobre las alternativas ser&#225;n con sideradas atentados desestabilizadores contra aquella supuesta &#8220;utop&#237;a&#8221;&#46; Los efectos negativos&#44; intencionales o no intencionales&#44; de las decisiones aplicadas no ser&#225;n m&#225;s que lateralidades inevitables y hasta necesarias&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0065"><span class="elsevierStyleSup">13</span></a> Ejemplos hist&#243;ricos no faltan&#58; alcanzar una sociedad con una justa distribuci&#243;n de la riqueza supone&#44; &#8220;transitoriamente&#8221;&#44; acordar con grupos que concentran la riqueza y con formas extractivistas de recursos naturales que amenazan la vida de la poblaci&#243;n y de la naturaleza&#46; D&#233;cadas atr&#225;s&#44; la transici&#243;n a la democracia&#44; luego de las dictaduras militares&#44; supuso tam bi&#233;n la constituci&#243;n de una democracia formal m&#237;nima&#46; Otro tanto ocurri&#243; con la transici&#243;n a una sociedad con mercado y competencia econ&#243;mica libre&#46; Transici&#243;n garantizada por la intervenci&#243;n de un Estado fuerte&#44; que llev&#243; a cabo procesos de privatizaci&#243;n y la consecuente y contradictoria monopolizaci&#243;n de la econom&#237;a&#46;</p><p id="par0115" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Esta tecnolog&#237;a social y pol&#237;tica&#44; librada a su propia l&#243;gica&#44; sacraliza el proceso hist&#243;rico presente y sus mediaciones institucionales&#46; Construye ideol&#243;gicamente el &#8220;cielo&#8221; a partir de la demarcaci&#243;n del infierno y sus respectivos demonios&#46; El cielo llevar&#225; los nombres de armon&#237;a social&#44; sociedad libre&#44; mercado libre&#44; comunidad sin instituciones o sociedad sin clases&#46; Respectivamente&#44; el infierno ser&#225; llamado anomia social&#44; formas pre-modernas de organizaci&#243;n pol&#237;tica&#44; planificaci&#243;n estatal&#44; instituci&#243;n total o sociedad capitalista dividida en clases sociales&#46;</p><p id="par0120" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Cielo e infierno se constituyen en conceptos l&#237;mites por los cuales se cristalizan y legitiman determinadas mediaciones&#44; t&#233;cnico-institucionales como &#250;nica garant&#237;a de &#8220;salvaci&#243;n&#8221;&#44; &#8220;liberaci&#243;n&#8221;&#44; &#8220;emancipaci&#243;n&#8221; o &#8220;transformaci&#243;n&#8221;&#46; La tecnolog&#237;a social y pol&#237;tica deviene entonces teolog&#237;a aniquiladora de los sujetos de la historia y las utop&#237;as operantes&#46;</p><p id="par0125" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por su parte&#44; la utop&#237;a conserva su potencia cr&#237;tica cuando es comprendida desde una racionalidad reproductiva de la vida humana y de la naturaleza&#58; criterio supremo de la cr&#237;tica inmanente&#46; Las <span class="elsevierStyleItalic">utop&#237;as</span> son cr&#237;ticas en la medida en que siguen siendo imposibles&#44; es decir&#44; en la medida en que conservan su car&#225;cter de &#8220;alternativa&#8221;&#46; En cambio&#44; el <span class="elsevierStyleItalic">utopismo</span> es aquel proceso por el cual se pretende alcanzar lo imposible&#44; mediante la racionalidad t&#233;cnico-instrumental basada en la concepci&#243;n de un tiempo abstracto&#44; lineal y matematizable&#46; Con ello&#44; todo el proceso pol&#237;tico y conflictivo del cual podr&#237;an derivarse alternativas&#44; se disipa al quedar aprisionado en un automatismo que se instaura con la fuerza de ley&#46; Y al hacerlo inaugura infiernos&#44; o dicho en palabras de Hinkelammert&#44; sociedades que se presentan como &#8220;sin alternativas&#8221;&#44; son sociedades donde la ley vuelve jur&#237;dicamente aceptable el asesinato y la dominaci&#243;n&#46;</p><p id="par0130" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por lo tanto&#44; lo imposible&#44; la utop&#237;a&#44; <span class="elsevierStyleItalic">no es posible</span>&#46; Pero la utop&#237;a como imposible mueve a lo posible&#46; La utop&#237;a es una ausencia presente en la realidad&#44; nacida de la negatividad y que moviliza nuevas pol&#237;ticas&#44; nuevas econom&#237;as&#44; nuevas ideolog&#237;as&#44; nuevas alternativas&#46; Cuando a la utop&#237;a se le niega el car&#225;cter de &#8220;no factible&#8221; se disparan procesos de fetichizaci&#243;n que atentan contra la vida humana&#46; El sujeto queda as&#237; cautivo de inversiones institucionales e ideol&#243;gicas&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0070"><span class="elsevierStyleSup">14</span></a> De este modo&#44; el realismo pol&#237;tico considera a la utop&#237;a como &#8220;fuente de ideas de la buena vida&#44; unpunto de referencia para el juicio&#44; una reflexi&#243;n del sentido&#8221; y no un fin que debe realizarse de manera asint&#243;tica y bajo la tutela del c&#225;lculo&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0075"><span class="elsevierStyleSup">15</span></a></p></span><span id="sec0035" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0055">La fetichizaci&#243;n de la sociedad sin clases y la teor&#237;a de la dependencia</span><p id="par0140" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En el Chile de los a&#241;os sesenta y setenta del siglo pasado&#44; Hinkelammert participar&#225; del debate en torno a la teor&#237;a de la dependencia&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0080"><span class="elsevierStyleSup">16</span></a>Advertir&#225; sobre los peligros a los que est&#225; expuesto el &#8220;desarrollo socialista&#8221; y su factibilidad hist&#243;rica&#46; No se tratar&#225; s&#243;lo de amenazas externas sino de tendencias internas&#44; de car&#225;cter te&#243;rico&#44; que conducir&#225;n a su fracaso&#46; Nuestro esfuerzo&#44; sin ser economistas&#44; estuvo concentrado en descubrir las principales afirmaciones de su cr&#237;tica a las ideolog&#237;as desarrollistas y a las opciones socialistas que se desplegaban en el continente&#44; especialmente en el gobierno de Salvador Allende en Chile&#46; La <span class="elsevierStyleItalic">fetichizaci&#243;n de la sociedad sin clases</span> ser&#225; uno de los argumentos que m&#225;s nos llam&#243; la atenci&#243;n de su cr&#237;tica&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0085"><span class="elsevierStyleSup">17</span></a> Es una ilusi&#243;n grave suponer que al aplicar una ingenier&#237;a socioecon&#243;mica&#44; como la abolici&#243;n del mercado y del dinero por la v&#237;a dela planificaci&#243;n estatal&#44; entendida como superaci&#243;n de la ley del valor&#44; segarantiza la transici&#243;n que va de la sociedad capitalista a la socialista y de &#233;sta a la comunista&#46; Para Hinkelammert&#44; abolir una estructura enajenada&#44; como por ejemplo el modo de producci&#243;n capitalista&#44; no significa abolir la enajenaci&#243;n&#46; Subyace aqu&#237; la convicci&#243;n de que una sociedad es libre si sus estructuras dan cabida a los esfuerzos de desideologizaci&#243;n&#46; &#8220;Socialismo&#8221; ser&#225; el horizonte no factible para la &#8220;revoluci&#243;n permanente&#8221;&#46; As&#237;&#44; el &#8220;socialismo&#8221; o &#8220;comunismo&#8221; ser&#225;n ideas regulativas propias de una dial&#233;ctica trascendental&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0090"><span class="elsevierStyleSup">18</span></a> necesarias en tanto reserva cr&#237;tica de todo proceso hist&#243;rico concreto&#46;</p></span><span id="sec0040" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0060">La fetichizaci&#243;n de la democracia y las teor&#237;as de la transici&#243;n</span><p id="par0145" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Otro cap&#237;tulo importante del derrotero intelectual de Hinkelammert tiene que ver con la descripci&#243;n y an&#225;lisis de los modos en c&#243;mo se constituyen y despliegan hist&#243;ricamente los <span class="elsevierStyleItalic">procesos de fetichizaci&#243;n de la democracia</span>&#46; La fetichizaci&#243;n se refiere aqu&#237; al mecanismo hist&#243;rico-institucional de inversi&#243;n y vaciamiento de la democracia y los derechos humanos en nombre de la democracia y los derechos humanos&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0095"><span class="elsevierStyleSup">19</span></a> Sus reflexiones sobre la democracia y los procesos de democratizaci&#243;n latinoamericanos&#44; durante la d&#233;cada de los ochenta del siglo pasado&#44; dan cuenta del paso de las democracias liberales a las democracias de seguridad nacional&#44; luego de las dictaduras c&#237;vico-militares&#46; Percibimos en los escritos de esta etapa una renuencia a abandonar la cr&#237;tica radical al v&#237;nculo entre democracia y capitalismo&#44; cuesti&#243;n un tanto desatendida por la inteligencia acad&#233;mica de la &#233;poca&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0100"><span class="elsevierStyleSup">20</span></a> A su vez&#44; uno de los aportes m&#225;s relevantes ser&#225; su estudio sobre la inversi&#243;n de los derechos humanos y su jerarquizaci&#243;n en las democracias occidentales contempor&#225;neas&#46; Tal inversi&#243;n posee una protohistoria manifiesta en configuraciones culturales de sociedades antiguas&#44; en las que se legitima el poder recurriendo a asesinatos fundantes&#46; Se&#241;alamos tambi&#233;n&#44; aunque por cuesti&#243;n de espacio no desarrollamos&#44; su cr&#237;tica al mercadocentrismo neoliberal que alcanz&#243; su m&#225;xima hegemon&#237;a en la d&#233;cada de los noventa&#44; y que provoc&#243; una suerte de minimalismo democr&#225;tico&#46; Desde esta perspectiva&#44; Democracia y Derechos Humanos son criterios regulativos para la cr&#237;tica a las democracias y las construcciones hist&#243;ricas de los derechos&#44; m&#225;s nunca formalizaciones institucionales acabadas&#46;</p></span><span id="sec0045" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0065">El sujeto rebelde y las ideolog&#237;as de la muerte del sujeto</span><p id="par0155" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La problem&#225;tica del <span class="elsevierStyleItalic">sujeto</span> ocupa un puesto axial en su producci&#243;n te&#243;rica&#46; Recuperar dicho problema&#44; en un contexto hist&#243;rico mundial y continental&#44; franqueado por la ca&#237;da de los socialismos reales y la emergencia del discurso posmoderno&#44; expresar&#225; que la crisis de las filosof&#237;as de la historia y el quiebre de los grandes relatos de la emancipaci&#243;n&#44; significaba ser blanco f&#225;cil para las descalificaciones&#46; Contexto en el que aparece&#44; con insistencia agraviante&#44; las tesis sobre la muerte del sujeto en nombre de la cr&#237;tica a los universalismos abstractos&#44; promotores de la per versi&#243;n totalitaria&#46; No obstante&#44; y &#233;ste ser&#225; uno de los ejes articuladores de la cr&#237;tica hinkelammertiana&#58; en la cr&#237;tica posmoderna&#44; el gran relato y el gran paradigma del mercado como garante de la armon&#237;a social no es puesto en duda&#46; Tampoco su universalismo abstracto&#44; centrado en el individuo calculador que impone una l&#243;gica determinista a la realidad y a las relaciones humanas&#46; La cr&#237;tica al sujeto moderno no parece alcanzar a este &#8220;sujeto&#8221; calculador&#46; Tal vez sea &#233;sta una de las etapas m&#225;s ricas en la reflexi&#243;n te&#243;rica del deI&#44; y uno de los tantos hitos significativos de la historia del pensamiento cr&#237;tico latinoamericano de las &#250;ltimas d&#233;cadas&#46; En los escritos de &#233;poca&#44; Hinkelammert da cuenta de la historia occidental del sujeto y sus m&#250;ltiples negaciones&#46; Adquiere peso anal&#237;tico el cruce epist&#233;mico con la teolog&#237;a y la ex&#233;gesis b&#237;blica&#44; cuesti&#243;n compartida con varios de los representantes de la filosof&#237;a pol&#237;tica occidental&#44; entre ellos y en primer lugar Walter Benjamin&#44; Carl Schmitt&#44; Jacob Tau bes o Giorgio Agamben&#44; por nombrar algunos&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0105"><span class="elsevierStyleSup">21</span></a> El an&#225;lisis de la inver si&#243;n hist&#243;rica de figuras m&#237;tico-teol&#243;gicas emancipatorias ser&#225; un sendero te&#243;rico frecuentado por nuestro autor&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0110"><span class="elsevierStyleSup">22</span></a> El <span class="elsevierStyleItalic">sujeto</span> es una <span class="elsevierStyleItalic">trascendentalidad al interior de la vida real</span>&#46; M&#225;s que una presencia&#44; el sujeto es una ausencia que grita&#44; es un sujeto rebelde&#44; un &#8220;plus no objetivable&#8221; como afirma Estela Fern&#225;ndez Nadal&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0115"><span class="elsevierStyleSup">23</span></a> El sujeto corporal&#44; concreto y material es la condici&#243;n <span class="elsevierStyleItalic">sine qua non</span> para la cr&#237;tica a toda formalizaci&#243;n que lo amenaza&#44; aplasta&#44; cercena o mata&#46; Sin embargo&#44; sin dicha formalizaci&#243;n&#8212; instituciones&#44; ley&#44; objetivaciones&#44; ciencia&#8212; el sujeto no puede sobrevivir ni pensarse&#46; Porque el sujeto es mucho m&#225;s que sus objetivaciones&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0120"><span class="elsevierStyleSup">24</span></a> Seg&#250;n nuestra lectura&#44; sin esta recuperaci&#243;n&#44; el pensamiento cr&#237;tico y las alternativas a la estrategia de la globalizaci&#243;n capitalista quedan sin norte y su eficacia absolutamente diluida en <span class="elsevierStyleItalic">actores</span> sociales diversificados y fragmentados&#46; Porque el actor es una <span class="elsevierStyleItalic">objetivaci&#243;n</span> del sujeto&#46; Y el capitalismo despliega su eficacia dominadora en tanto reduce el sujeto a actor&#58; consumidor&#44; cliente&#44; ciudadano&#44; pol&#237;tico&#44; acad&#233;mico&#44; militante &#233;tnico o gen&#233;rico&#46; Por ello rescatamos sus reflexiones sobre la polarizaci&#243;n hist&#243;rica entre sujeto&#47;emancipaci&#243;n-ley&#47;fetichizaci&#243;n&#59; puntal principal de su teor&#237;a sobre el sujeto&#44; y que constituye un paradigma desde el cual revisar y revitalizar la interpelaci&#243;n a los viejos y nuevos movimientos sociales y a las inevitables instituciones que organizan la sociedad&#46;</p></span><span id="sec0050" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0070">Sobre los cruces epist&#233;micos</span><p id="par0160" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Econom&#237;a&#44; filosof&#237;a pol&#237;tica y teolog&#237;a pol&#237;tica se dan cita en el pensamiento de Hinkelammert&#46; El inconveniente que m&#225;s sospechas suscita es&#44; por supuesto&#44; el recurso a la teolog&#237;a que atraviesa casi la totalidad de sus textos&#46; &#191;Qu&#233; puede decir la teolog&#237;a a las ciencias sociales y a la filosof&#237;a&#63;&#44; &#191;No es &#233;ste&#44; el teol&#243;gico&#44; un pensamiento ligado a alg&#250;n tipo de fe religiosa&#44; y poresto mismo imposibilitado epistemol&#243;gicamente para revisar y criticar sus propios presupuestos&#63; &#191;No ser&#237;a la teolog&#237;a un intento solapado de mantener los privilegios de ciertas instituciones&#44; que con un lenguaje racional colonizan y anulan interpretaciones emanadas de las ciencias sociales&#63;</p><p id="par0165" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La <span class="elsevierStyleItalic">teolog&#237;a</span> que Hinkelammert construye y usa es una &#8220;teolog&#237;a profana&#8221;&#44; no religiosa&#44; al decir de Estela Fern&#225;ndez Nadal&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0125"><span class="elsevierStyleSup">25</span></a> M&#225;s all&#225; de la distinci&#243;n&#44; toda teolog&#237;a es profana&#46; Que una teolog&#237;a pretenda ser religiosa es recaer en una fetichizaci&#243;n e ideologizaci&#243;n al servicio de la sacralizaci&#243;n de la dominaci&#243;n y sus instituciones&#46; Antes bien&#44; el recurso a este tipo de pensamiento responde al intento de criticar las teolog&#237;as impl&#237;citas en los procesos de formalizaci&#243;n de instituciones y pr&#225;cticas sociales&#44; en los cuales aparecen seres omniscientes y metaf&#237;sicos &#8212;el mercado es una muestra cabal de ello&#8212; que conducen a la naturalizaci&#243;n y reproducci&#243;n de la violencia y la anulaci&#243;n de los sujetos&#46; Las estructuras de dominaci&#243;n recurren con frecuencia a im&#225;genes y categor&#237;as teol&#243;gicas para legitimarse socialmente&#58; las ideas de sacrificio&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0130"><span class="elsevierStyleSup">26</span></a> violencia sagrada&#44; ley&#44; guerra justa&#44; diablo &#40;Satan&#225;s&#44; monstruo&#44; delincuente&#44; subversivo&#44; negro&#44; indio&#44; extranjero&#44; etc&#46;&#41; que&#44; en cuanto contenidos m&#237;ticos-racionales&#44; se ideologizan&#44; son algunos ejemplos&#46; Pero adem&#225;s&#44; Hinkelammert muestra la potencialidad de ciertas categor&#237;as teol&#243;gicas y m&#237;ticas que ser&#225;n decisivas para recuperar un pensar cr&#237;tico&#58; la libertad frente a la ley&#44; la supremac&#237;a del sujeto corporal necesitado por sobre cualquier institucionalidad &#40;resurrecci&#243;n del cuerpo&#41;&#44; la escatolog&#237;a como cr&#237;tica a la idea de progreso hist&#243;rico asint&#243;tico&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0135"><span class="elsevierStyleSup">27</span></a> la cr&#237;tica a la idolatr&#237;a y el discernimiento de los dioses de la tierra&#44; entre otras&#46; Sin embargo&#44; la distinci&#243;n y oposici&#243;n de teolog&#237;as no se expresar&#225; con toda su potencia en el plano te&#243;rico&#44; sino en el pr&#225;xico&#46; Hinkelammert muestra c&#243;mo el capitalismo no es s&#243;lo una religi&#243;n cultual &#40;Benjamin&#41; que exige sacrificios&#44; sino que posee su propia teolog&#237;a&#44; es decir&#44; su propia racionalidad y espiritualidad&#46; La cr&#237;tica al capitalismo supone entonces desenmascarar sus presupuestos teol&#243;gicos pero en el plano hist&#243;rico-concreto&#44; ya que la teolog&#237;a del capitalismo coopta y anula las categorizaciones de una teolog&#237;a al servicio de la liberaci&#243;n de los &#8220;pobres y explotados&#8221;&#46;</p><p id="par0170" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Observamos adem&#225;s que su recurrencia a la teolog&#237;a indica alguna ligaz&#243;n con la tradici&#243;n inaugurada por Walter Benjamin&#58; hay en cierta teolog&#237;a vestigios de una cr&#237;tica a la idea mecanicista de progreso que ha invadido tambi&#233;n a las ideolog&#237;as cr&#237;tico-revolucionarias&#46; Y es claro que en el car&#225;cter disruptivo del &#8220;sujeto rebelde&#8221; hinkelammertiano se alojan trazas del mes&#237;as benjaminiano&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0140"><span class="elsevierStyleSup">28</span></a> Recordemos su Tesis I sobre el concepto de historia&#44; en el cual aparece expl&#237;cita la asociaci&#243;n entre materialismo hist&#243;rico y teolog&#237;a&#44; &#8220;peque&#241;a y fea&#8221; y que &#8220;ya no puede mostrarse&#8221;&#44; pero que estar&#237;a al servicio de la lucha de los oprimidos&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0145"><span class="elsevierStyleSup">29</span></a> Desde esta perspectiva&#44; una determinada reflexi&#243;n teol&#243;gica podr&#237;a ser incorporada en la larga tradici&#243;n del pensamiento cr&#237;tico&#46; Para el caso latinoamericano&#44; algunas referencias de la teolog&#237;a de la liberaci&#243;n podr&#237;an incluirse en la misma&#44; en tanto configuraron una cr&#237;tica al capitalismo y a la teolog&#237;a del progreso infinito presente en la modernidad&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0150"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a></p><p id="par0175" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Parafraseando al propio Hinkelammert&#44; &#8220;lo que la &#233;poca hist&#243;rica es se puede interpretar por las im&#225;genes divinizadas que produce&#8221;&#46; Basta con recorrer las catedrales del capitalismo y la teolog&#237;a de la luz en ellas impl&#237;citas&#44; y que expresan las relaciones sacrales de la compra-venta o&#44; al decir de Benjamin&#58; &#8220;Los pasajes como templos del capital mercantil&#8221;&#44; donde se explicita con intensidad un culto a las mercanc&#237;as que sella materialmente la promesa de felicidad&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0155"><span class="elsevierStyleSup">31</span></a></p><p id="par0180" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Asimismo&#44; la articulaci&#243;n de su pensamiento con la <span class="elsevierStyleItalic">filosof&#237;a pol&#237;tica</span> obliga a repensar la funci&#243;n social de &#233;sta y su reciprocidad con las ciencias sociales&#44; muchas veces preocupadas por seguir rigurosamente los instrumentos de observaci&#243;n y an&#225;lisis que&#44; al quedar enredados en lo particular y fragmentados&#44; olvidan el punto de vista de la totalidad como condici&#243;n ineludible para la cr&#237;tica&#46; Al contrario&#44; la totalidad hace referencia tambi&#233;n a lo que est&#225; ausente en la realidad&#44; al revelar &#8220;el s&#237;ntoma de la falta&#8221; que &#8220;grita&#8221; en los efectos no intencionales del sistema&#46; As&#237;&#44; la filosof&#237;a pol&#237;tica es reflexi&#243;n sobre la utop&#237;a en tanto totalidad que falta&#44; convirti&#233;ndose&#44; al decir de Fern&#225;ndez Nadal&#44; en &#8220;un instrumento que permite reclamar la plenitud humana negada en la totalizaci&#243;n real&#8221;&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0160"><span class="elsevierStyleSup">32</span></a></p><p id="par0185" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por &#250;ltimo&#44; respecto a la <span class="elsevierStyleItalic">econom&#237;a contempor&#225;nea</span>&#44; junto al economista costarricense Henry Mora Jim&#233;nez&#44; ha perfilado la posibilidad de construir una segunda cr&#237;tica a la econom&#237;a pol&#237;tica&#44; cuyo eje articulador y dinamizador ser&#225; la reproducci&#243;n de la vida humana&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0165"><span class="elsevierStyleSup">33</span></a> &#201;ste ser&#225; el criterio trascendental de evaluaci&#243;n de cualquier norma&#44; instituci&#243;n y&#47;o sistema sociopol&#237;tico que procure garantizar la vida de los seres humanos incluidos en los mismos&#46; Se trata de la referencia a la materialidad del cuerpo necesitado&#44; base concreta y real para cualquier relaci&#243;n y organizaci&#243;n formal de la vida humana&#46; La racionalidad reproductiva pone en cuesti&#243;n la totalizaci&#243;n de la racionalidad medio-fin&#44; basada en una instrumentalidad de tipo utilitarista que puebla la mayor&#237;a de los estudios de econom&#237;a y macroeconom&#237;a actuales&#46;</p></span></span><span id="sec0055" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0075"><span class="elsevierStyleSmallCaps">Sobre La Fetichizaci&#243;n De La Sensibilidad&#58; El Abandono De Una Intuici&#243;n Y La Tentativa De Recuperaci&#243;n</span></span><p id="par0190" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Entendemos que sus reflexiones en torno a los procesos de fetichizaci&#243;n en el capitalismo y en los socialismos hist&#243;ricos del siglo xx&#44; son&#58; de la sociedad sin clases&#44; de la democracia y del sujeto&#44; los que ofrecen elementos para emprender un trabajo de ampliaci&#243;n te&#243;rica&#44; a partir de la descripci&#243;n y an&#225;lisis de los m&#250;ltiples procesos de fetichizaci&#243;n de la sensibilidad-deseo-pasi&#243;n con que la dominaci&#243;n&#44; y el capitalismo como una de sus formas m&#225;s acabadas&#44; se despliega y reproduce&#46;</p><p id="par0195" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El capitalismo contempor&#225;neo logra imponer su legitimidad a partir de la cooptaci&#243;n de los deseos&#44; gustos&#44; pasiones y emociones de los sujetos corporales&#46; Act&#250;a y seduce ofreciendo algo&#46; El capitalismo globalizado funciona como promesa que no es don&#44; sino merecimiento que se alcanza sacrificando el cuerpo que somos&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0170"><span class="elsevierStyleSup">34</span></a> Se trata del <span class="elsevierStyleItalic">autosacrificio</span> exigido para &#8220;merecer algo&#8221;&#44; en tanto asc&#233;tica como condici&#243;n para el premio-salvaci&#243;n llamado ahora salario o ganancia&#59; y del <span class="elsevierStyleItalic">sacrificio</span> de los dem&#225;s en tanto explotaci&#243;n de los cuerpos&#46; As&#237;&#44; el cuerpo sacrificado es la condici&#243;n <span class="elsevierStyleItalic">sine qua non</span> para participar del banquete capitalista&#44; salvo un detalle no menor&#58;&#8230; sin cuerpo&#44; no hay banquete&#46; Y el sacrificio es negaci&#243;n del cuerpo&#46; El sacrificio es cuerpo abstra&#237;do y trascendentalizado como &#233;tica&#44; moral&#44; proyecto de vida&#44; vocaci&#243;n y vida &#40;burguesa&#41;&#46; He aqu&#237; su car&#225;cter perverso&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0175"><span class="elsevierStyleSup">35</span></a></p><p id="par0205" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En 1971&#44; producto de un seminario organizado por Norbert Lechner&#44; Hinkelammert escribe un art&#237;culo titulado &#8220;La situaci&#243;n de la sexualidad dentro del materialismo hist&#243;rico&#46;&#8221;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0180"><span class="elsevierStyleSup">36</span></a> &#191;Por qu&#233;&#44; a pesar de sus contradicciones&#44; el capitalismo &#8220;no explota en una crisis final&#8221;&#63;&#44; &#191;c&#243;mo logra estabilizarse y camuflar as&#237; &#8220;sus antagonismos sociales&#8221;&#63; Son las preguntas que subyacen en aquel op&#250;sculo&#46; En otras palabras&#58; si el capitalismo es tan inhumano&#44; &#191;por qu&#233; no se lo combate&#63; Y nuestro autor ensaya una posible causa&#58; la represi&#243;n de los instintos y la interiorizaci&#243;n de valores capitalistas&#46; El autoritarismo capitalista invade no s&#243;lo las relaciones mercantiles&#44; sino a las mismas relaciones sexuales&#46; Tal explicaci&#243;n posee cierto aire familiar con las explicaciones de Herbert Marcuse y Wilhelm Reich&#44; adem&#225;s de Marx y Engels&#46; Pero la pregunta surge en un pa&#237;s del Tercer Mundo &#8212;Chile&#8212; y en una situaci&#243;n hist&#243;rica en la que &#8220;las masas trabajadoras se encuentran en lucha organizada por la toma del poder&#8221;&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0185"><span class="elsevierStyleSup">37</span></a> Esa lucha supone la destrucci&#243;n de las relaciones autoritarias&#44; impuestas por el modo de producci&#243;n capitalista&#44; presentes tambi&#233;n en las relaciones sexuales&#46;</p><p id="par0210" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El texto referenciado vino a confirmar las hip&#243;tesis que junto a Gustavo Cruz y Oscar Pacheco elaboramos hace un tiempo&#58; no habr&#237;a posibilidad de superaci&#243;n del capitalismo sin desmantelar sus modos de colonizar la sensibilidad humana&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0190"><span class="elsevierStyleSup">38</span></a> Donde Hinkelammert dice sexualidad&#44; nuestra cooperativa de pensamiento dir&#225; &#8220;sensibilidad&#8221;&#46; Seg&#250;n Hinkelammert&#44; las relaciones sociales capitalistas organizan los instintos y la sexualidad de tal modo que &#233;stos aparecen como totalmente aut&#243;nomos&#46; La racionalidad del tener logra un poder extraordinario de conformidad y adhesi&#243;n no s&#243;lo ideol&#243;gica sino m&#225;s a&#250;n&#58; &#8220;afectiva&#8221;&#46; Se trata de una seducci&#243;n sin goce&#46; As&#237;&#44; no s&#243;lo se instrumentaliza al otro sino tambi&#233;n al &#8220;propio cuerpo y alma&#8221;&#46; Si hay goce&#44; s&#243;lo puede serlo como agresividad&#46; Es el acto de gozar con la misma destrucci&#243;n del otro&#8230; &#8220;Cuanto mayor la necesidad del valor de uso&#44; mayor el goce de su negaci&#243;n&#8221;&#46;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0195"><span class="elsevierStyleSup">39</span></a></p><p id="par0215" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El amor espont&#225;neo y el goce son entonces reprimidos por la eficiencia mercantil&#46; Se orientan ahora por la funcionalidad genital que fabrica sus modelos de masculinidad y femineidad&#46; El var&#243;n se piensa s&#243;lo como mutilador de la mujer reproduciendo su dependencia&#46; Y la mujer&#44; en tanto objeto del hombre y m&#225;quina de procrear acepta esa mutilaci&#243;n &#8220;en un grado tal&#44; que resulta de repente la fuerza social m&#225;s importante de defensa de este sistema de mutilaci&#243;n&#8221;&#46; Frente a la racionalidad del valor de uso&#44; entendida como amor espont&#225;neo y solidario&#44; la racionalidad del valor de cambio no es m&#225;s que la genitalizaci&#243;n de la sexualidad y el autoritarismo en las relaciones&#46; De este modo&#44; la explotaci&#243;n significa la negaci&#243;n de la liberaci&#243;n de los sentidos&#46; Reducir la explotaci&#243;n s&#243;lo a la existencia de plusval&#237;a&#44; alimenta la ilusi&#243;n de que puede ser eliminada por el aumento de salarios o de la producci&#243;n de riqueza&#46; No obstante&#44; la liberaci&#243;n sexual en tanto liberaci&#243;n de los sentidos&#44; es posible a partir de la liberaci&#243;n de determinadas relaciones de producci&#243;n&#46; Podr&#237;amos interpretar entonces que el modo de producci&#243;n capitalista logra su m&#225;xima eficacia en la explotaci&#243;n de los sentidos&#46; La verdad del capitalismo es una sexualidad&#47; sensibilidad enajenada&#46;</p><p id="par0220" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Si salvamos las obvias distancias de categor&#237;as y ling&#252;&#237;sticas&#44; llama la atenci&#243;n que este aspecto fundamental de la cr&#237;tica no haya sido retomado por Hinkelammert en sus escritos posteriores&#46; Presumimos que en el texto perdura una relevancia te&#243;rica que adquiere nuevos br&#237;os en la actualidad del capitalismo globalizado&#46;</p><p id="par0225" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El capitalismo ha comprendido&#44; m&#225;s que cualquier otra alternativa cr&#237;tica&#44; que el sujeto no se orienta recurriendo s&#243;lo a una racionalidad reflexiva que le ofrece criterios para dar sentido a su acci&#243;n&#46; El capitalismo&#44; entendido como sistema de dominaci&#243;n&#44; ha alcanzado altos niveles de adhesi&#243;n y conformidad respecto a sus valores y postulados porque ha conseguido colonizar el deseo&#44; fuente del poder en el ser humano&#46; Sospechamos que los criterios de la cr&#237;tica al capitalismo&#44; las m&#225;s de las veces&#44; se asientan en exigencias eticistas que suponen asumir una racionalidad alternativa&#46; Pero as&#237; como el capitalismo es tambi&#233;n&#44; aunque no s&#243;lo&#44; una pretensi&#243;n &#233;tica derivada de su l&#243;gica de acumulaci&#243;n&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn0205"><span class="elsevierStyleSup">40</span></a> su cr&#237;tica puede quedar entrampada al concentrar sus argumentos &#250;nicamente en la reflexi&#243;n &#233;tica&#46; Presumimos que la estrategia capitalista lleva el debate al plano &#233;tico y discute all&#237; criterios de racionalidad&#44; al pretender imponer la l&#243;gica del c&#225;lculo y la eficiencia&#46; Mientras tanto&#44; su astucia se orienta a cooptar y colonizar el gusto&#44; el deseo&#44; las pasiones y las emociones de la poblaci&#243;n&#46;</p><p id="par0230" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En otras palabras&#58; la actual estrategia del capitalismo globalizado se nutre de discursos &#233;ticos y se despliega como est&#233;tica&#46; Mantiene ocupado al pensamiento cr&#237;tico con sus disputas moralizantes al tiempo que avanza triunfante sobre las sensibilidades sociales&#46; La dominaci&#243;n no s&#243;lo se emplaza en las cabezas de los seres humanos&#44; sino que lo hace tambi&#233;n y mejor en sus cuerpos&#46; As&#237;&#44; <span class="elsevierStyleItalic">un pensamiento cr&#237;tico es impotente ante un gusto colonizado</span>&#46; El capitalismo logra dominar eficazmente al instalarse en el cuerpo-subjetividad-sensibilidad como insatisfacci&#243;n&#46; Para ello seduce&#44; juega con las pasiones y deseos&#44; anulando su capacidad de cr&#237;tica y resistencia&#46;</p><p id="par0235" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Asimismo&#44; la cr&#237;tica a la sensibilidad neoliberal en tanto deseo coopta do&#44; podr&#237;amos emparentarla con lo que nuestro autor afirma respecto a la &#8220;espiritualidad&#8221;&#46; Concibe a la espiritualidad como una fuerza motivadora presente en el ser humano&#44; ya sea para desplegar el poder de dominaci&#243;n o manifestar la capacidad de resistencia y emancipaci&#243;n&#46; Hinkelammert se&#241;ala la oposici&#243;n entre <span class="elsevierStyleItalic">espiritualidad del c&#225;lculo de utilidad</span> y <span class="elsevierStyleItalic">espiritualidad de la convivencia humana</span> para la cual &#8220;lo indispensable es in&#250;til&#8221;&#46; Indispensable aqu&#237; ser&#225; la vida humana&#44; la naturaleza&#44; la convivencia&#46; Para la espiritualidad del c&#225;lculo lo indispensable ser&#225; comprendido como in&#250;til&#46; As&#237;&#44; la espiritualidad del c&#225;lculo es el nuevo nombre del &#8220;fetichismo&#8221;&#46; Seg&#250;n nuestra modesta lectura&#44; la &#8220;espiritualidad&#8221; hinkelammertiana posee v&#237;nculos con la sensibilidad corporal y el deseo&#46; Es decir&#58; la espiritualidad ser&#225; un modo de la sensibilidad humana cuyo nervio es el deseo&#46; La espiritualidad del c&#225;lculo de utilidad es la versi&#243;n m&#225;s lograda de una &#233;tica encarnada&#58; &#233;tica como administraci&#243;n del cuerpo&#46; Pero tal relaci&#243;n no se encuentra explicitada en sus escritos m&#225;s conocidos&#44; aunque sospechamos que la misma podr&#237;a ser un aporte susceptible de ser interpretado a partir de sus reflexiones antropol&#243;gicas&#46;</p><p id="par0240" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Igualmente&#44; podr&#237;a ampliarse su cr&#237;tica a la modernidad occidental&#44; entendida como proyecto civilizatorio orientado por la totalizaci&#243;n de la racionalidad instrumental y el mito del progreso&#46; La modernidad occidental no es s&#243;lo expresi&#243;n de una <span class="elsevierStyleItalic">racionalidad</span> fetichizada&#46; En tanto capitalismo globalizado&#44; esa modernidad se despliega como <span class="elsevierStyleItalic">fetichizaci&#243;n de la sensibilidad</span>&#44; es decir&#44; como fetichizaci&#243;n del cuerpo&#44; del deseo y las pasiones&#46; Se trata de un proceso de apropiaci&#243;n del cuerpo y la reo rientaci&#243;n del deseo hacia el sacrificio-trabajo y hacia el consumo-placer&#46; Insistimos&#58; el capitalismo es tambi&#233;n un proyecto est&#233;tico&#58; confisca la sensibilidad y subyuga de este modo su potencia cr&#237;tico-pol&#237;tica&#46; Contracci&#243;n de la sensibilidad que llega incluso a adormecer los dolores del cuerpo&#44; lugar desde el cual el sujeto &#8220;grita&#8221; la totalizaci&#243;n de la ley&#44; y se resiste a las instituciones totalitarias y a los automatismos de sistemas de organizaci&#243;n social&#46; En consecuencia&#44; el cuerpo como instancia material e hist&#243;rica de la cr&#237;tica&#44; se dispersa en fragmentos insatisfechos&#46; Se trata de una expropiaci&#243;n que ofrece los recursos subjetivos-afectivos para construir ciudadan&#237;as resignadas y pol&#237;ticas de rechazo &#8220;sensible&#8221; a los deseos de emancipaci&#243;n&#46;</p><p id="par0245" class="elsevierStylePara elsevierViewall">A lo largo de la historia&#44; los deseos de la humanidad se han expresado racionalmente en mitos o utop&#237;as&#44; principalmente de cu&#241;o sociopol&#237;tico&#46; El deseo moviliza a las utop&#237;as y las utop&#237;as encienden nuevos deseos&#46; Deseo y utop&#237;a alcanzan criticidad cuando logran vincularse con la experiencia hist&#243;rico-existencial de la inconformidad&#44;<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fn41"><span class="elsevierStyleSup">41</span></a> que en lenguaje hinkelammertiano podr&#237;amos llamarlo &#8220;el grito del sujeto&#8221;&#46; El capitalismo ha logrado anular el deseo inconformista o&#44; parafraseando a Hinkelammert&#44; anestesiar la capacidad de rebeli&#243;n de los sujetos al invertirla como insatisfacci&#243;n&#44; siempre susceptible de ser satisfecha v&#237;a sacrificio-consumo&#46;</p></span><span id="sec0060" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="sect0080">Conclusiones Provisorias&#58; La Construcci&#243;n De Una Nueva Sensibilidad Como Tarea Pol&#237;tica</span><p id="par0250" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Lo experimentamos a diario&#58; el control de los deseos&#44; la colonizaci&#243;n de los gustos y la reproducci&#243;n de formas cotidianas de politicidad&#44; asentadas adem&#225;s en anclajes racistas y fascistas de larga data&#44; los que expresan tambi&#233;n el legado de <span class="elsevierStyleItalic">transiciones sociopol&#237;ticas inconclusas</span> en nuestro continente&#46; Lejos de los voluntarismos culposos y los desencantos con estilo burgu&#233;s&#44; tales amenazas obligan a profundizar un pensamiento cr&#237;tico-ut&#243;pico y ensayar praxis emancipatorias&#46;</p><p id="par0255" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Postulamos que en las nuevas configuraciones democr&#225;ticas de cierto cu&#241;o &#8220;progresista&#8221; y &#8220;nacional-populares&#8221;&#44; persiste cierta subjetividad ciudadana presa a&#250;n de una &#8220;hegemon&#237;a cultural&#8221; impuesta&#44; negociada&#44; construida y reproducida de manera espectacular en los a&#241;os del mesianismo neoliberal&#46; La democratizaci&#243;n de los ajustes estructurales y la privatizaci&#243;n de las necesidades humanas impactaron en la sensibilidad social&#44; y sedimentaron as&#237; los valores de la competencia&#44; el sacrificio y autosacrificio como &#250;nica posibilidad de progreso humano&#44; el c&#225;lculo de utilidad devenido criterio universal para medir toda acci&#243;n humana&#44; o el consumo como cifra de la existencia ciudadana con el progresivo deterioro de los v&#237;nculos sociales&#46; La tarea pol&#237;tica de construir una nueva sensibilidad&#44; supone trastocar las concepciones de libertad&#44; bienestar&#44; progreso y felicidad arraigadas en el sentido com&#250;n&#46; Se tratar&#237;a de revisar&#44; analizar y criticar aquellos elementos &#8220;residuales&#8221; del neoliberalismo a partir de los procesos &#8220;emergentes&#8221; en la regi&#243;n&#46; De modo que no alcanza s&#243;lo con problematizar las &#8220;ideas reguladoras&#8221; del neoliberalismo&#46; Es preciso reu bicar tambi&#233;n el cuerpo que somos desde otro lugar &#8220;de enunciaci&#243;n&#8221;&#46; Ejemplos no faltan&#46; La historia de los pueblos latinoamericanos nos recuerda diversas praxis pol&#237;ticas que han resituado el &#8220;cuerpo que somos&#8221; m&#225;s all&#225; de los c&#225;nones est&#233;ticos y &#8220;&#233;ticos&#8221; del capitalismo&#58; el reclamo de los cuerpos desaparecidos y robados por parte de las madres y abuelas de Plaza de Mayo&#44; las luchas feministas de diversos colectivos de mujeres pobres&#44; la emergencia de los pueblos indios ante la dominaci&#243;n estatal-occidental-racialista&#59; o los intentos&#44; testimoniales a&#250;n&#44; de implementar formas econ&#243;micas por fuera del paradigma de la propiedad privada&#46; Creemos que los aportes de Hinkelammert&#44; como el de muchos otros intelectuales movilizados por los deseos de emancipaci&#243;n&#44; pueden ser &#250;tiles ante tama&#241;o desaf&#237;o&#46;</p><p id="par0260" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSmallCaps">obras de franz hinkelammert referenciadas</span></p></span></span>"
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Información del artículo

ISSN: 16658574
Idioma original: Español

DOI:10.1016/j.larev.2015.12.009

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2020 Febrero	23	3	26
2020 Enero	13	9	22
2019 Diciembre	20	7	27
2019 Noviembre	17	9	26
2019 Octubre	21	11	32
2019 Septiembre	19	7	26
2019 Agosto	9	4	13
2019 Julio	28	6	34
2019 Junio	36	8	44
2019 Mayo	103	2	105
2019 Abril	56	8	64
2019 Marzo	11	5	16
2019 Febrero	9	6	15
2019 Enero	6	3	9
2018 Diciembre	7	4	11
2018 Noviembre	11	16	27
2018 Octubre	21	7	28
2018 Septiembre	8	5	13
2018 Agosto	16	13	29
2018 Julio	13	3	16
2018 Junio	11	7	18
2018 Mayo	11	13	24
2018 Abril	8	1	9
2018 Marzo	6	2	8
2018 Febrero	8	4	12
2018 Enero	4	2	6
2017 Diciembre	5	0	5
2017 Noviembre	7	2	9
2017 Octubre	8	4	12
2017 Septiembre	18	9	27
2017 Agosto	13	7	20
2017 Julio	13	0	13
2017 Junio	22	18	40
2017 Mayo	13	12	25
2017 Abril	9	11	20
2017 Marzo	8	45	53
2017 Febrero	7	3	10
2017 Enero	26	1	27
2016 Diciembre	21	5	26
2016 Noviembre	20	1	21
2016 Octubre	30	8	38
2016 Septiembre	40	9	49
2016 Agosto	23	3	26
2016 Julio	26	2	28
2016 Junio	33	22	55
2016 Mayo	31	21	52
2016 Abril	25	16	41
2016 Marzo	26	14	40
2016 Febrero	22	24	46
2016 Enero	21	17	38

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