La perniosis consiste en el desarrollo de lesiones inflamatorias, eritematosas y generalmente pruriginosas en zonas acras1. Estas lesiones generalmente relacionadas con fenómenos de vasoconstricción marcadas y mantenidas tras la exposición al frío se han relacionado en la literatura científica con la COVID-191. Estudios recientes exponen que estas lesiones no serían un marcador específico de la infección en pacientes por lo demás, asintomáticos1. Presentamos una mujer que desarrolló lesiones similares a perniosis tras recibir la primera dosis de Comirnaty® (RNAm, Pfizer-BioNTech).
Mujer 75 años de edad con diabetes mellitus. No presentaba otros factores de riesgo cardiovascular. No había realizado cambios recientes en su tratamiento médico habitual. Consultó en el servicio de Dermatología por presentar lesiones pruriginosas de más de dos semanas de evolución localizadas en ambos pies. La paciente refería que estas lesiones habían aparecido cinco días después de recibir la primera dosis de Comirnaty®. En el momento de recibir la vacuna, la paciente estaba asintomática y no había tenido clínica de la infección. No contaba con episodios previos similares. En la exploración destacaba la existencia de pápulas y placas eritemato-violáceas edematosas y localizadas en ambos pies, principalmente en los dedos y en el talón (fig. 1). La biopsia cutánea fue compatible con perniosis. El estudio analítico con velocidad de sedimentación globular, factor reumatoide, coagulación y autoinmunidad resultó normal. El diagnóstico fue de perniosis-like y cabe destacar que estas lesiones aparecieron tras la primera dosis de la vacuna cuando la temperatura media en Granada era de 21°C. Informamos al sistema de Farmacovigilancia y el cuadro se autolimitó en tres semanas sin necesidad de recibir tratamiento específico.
El mecanismo etiopatogénico por el que aparecen las lesiones de perniosis sigue siendo desconocido hasta el momento. En los individuos sin perniosis la exposición al frío induce a la vasoconstricción, la cual, es seguida de una vasodilatación con el fin de mantener la perfusión adecuada de la piel, especialmente en zonas acras. Por el contrario, en los individuos afectos, el frío induce una constricción mantenida en el tiempo de las arteriolas de la piel más grandes y una dilatación persistente de los vasos más pequeños y superficiales, provocando la aparición de las lesiones1. Por tanto, estas son mucho más frecuentes en climas fríos durante el invierno ya que es cuando se dan las condiciones apropiadas para que se produzcan estos fenómenos de vasoconstricción1. Durante el último año se han notificado numerosos casos de perniosis-like asociados a la COVID-19, especialmente en población pediátrica y en adultos con enfermedad grave, llegando a describirse partículas virales en las lesiones1–3. Sin embargo, estudios recientes sugieren que no existe dicha relación y que, por tanto, la perniosis-like no sería un marcador específico de infección en sujetos sanos sin otra clínica de infección activa1,2. También, durante los últimos meses de pandemia se ha relacionado la vacunación con la aparición de lesiones de perniosis-like. Existen hasta ahora nueve casos descritos en la literatura tras la administración de viales de vacunas de ARNm, cuatro con la vacuna Moderna y cinco con la de Pfizer2,4. Hasta el ahora no se ha descrito el mecanismo etiológico que justifique esta relación, aunque es bien conocido que las vacunas ARNm son capaces de inducir potentes reacciones mediadas por el interferón tipo I, pudiendo desencadenar respuestas inflamatorias en las que participan las citocinas2.
La relación temporal entre la administración del vial Pfizer y la aparición de las lesiones cutáneas en semanas templadas de la primavera, cuando la temperatura media era de 21°C junto con la ausencia de historia previa de pernisosis apoyaría la hipótesis de la relación entre la vacunación y la aparición de pernisosis-like en nuestra paciente. Todos los casos descritos actualmente son leves y autolimitados, por lo que deben conocerse, diagnosticarse e informar al paciente de que la administración de la segunda dosis es segura y no debe demorarse2.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
