En el último año se han desarrollado diferentes vacunas para prevenir la COVID-191. De todas ellas en España se han comercializado dos tipos: unas de ARN mensajero (BNT162b2 mRNA [Pfizer-BioNTech] y mRNA-1273 [Moderna]) y otras recombinantes con adenovirus (Janssen Ad26.COV2.S [Johnson and Johnson] y Vaxzevria [Astrazeneca])2. Se han documentado frecuentes efectos adversos asociados a su uso, siendo la mayoría de ellos leves y transitorios (dolor en el punto de punción, febrícula y mialgias, principalmente)3. Sin embargo, en los últimos meses, asociados al uso de vacunas mRNA, se han descrito efectos adversos potencialmente más graves como son miocarditis y pericarditis aguda4. Estas complicaciones se producen especialmente en varones adolescentes y adultos jóvenes, 24-72h tras la administración de la segunda dosis de la vacuna y en general asociados a un curso clínico benigno y evolución favorable con una baja tasa de letalidad4. Se ha especulado con diferentes mecanismos fisiopatológicos causantes de este daño miocárdico/pericárdico, siendo la teoría más extendida para explicarlo la activación de cascadas inflamatorias que infiltran el miocardio y pericardio como consecuencia de la malinterpretación como antígeno del mRNA por parte del sistema inmune innato de personas con susceptibilidad genética5.
Presentamos 3 casos de miopericarditis aguda tratados en nuestro centro tras la administración de vacunas de mRNA contra la COVID-19. Entre las características principales de los pacientes (tabla 1), destacaba una edad entre 20 y 25 años e inicio de los síntomas típicos de pericarditis y fiebre 48-96h después de la inoculación de la segunda dosis de la vacuna. En todos los casos el ECG inicial evidenciaba la elevación cóncava generalizada del segmento ST propia de la pericarditis aguda, movilización significativa de troponina I ultrasensible (TpI US) (rango 347-32.456ng/dl; normal <18ng/dl) y elevación de proteína C reactiva (rango 4,4-5,0mg/l; normal <0,05). La infección activa por COVID-19 y otras infecciones virales comunes en miopericarditis agudas fueron descartadas. En los 3 casos la evolución durante el ingreso fue favorable, sin complicaciones arrítmicas ni hemodinámicas, cese del dolor y la fiebre al iniciar tratamiento antiinflamatorio no esteroideo y pico de TpI US a las 48h del inicio del dolor. El ecocardiograma en los 3 casos fue anodino, con contractilidad global y segmentaria normal y ausencia de derrame pericárdico. Al mes del seguimiento, tras completar el ciclo de tratamiento con AINE, los 3 pacientes seguían asintomáticos y con función sistólica normal por ecocardiografía.
Características basales y datos bioquímicos, electrocardiográficos y ecocardiográficos de los pacientes al ingreso y al mes de seguimiento
Caso 1 | Caso 2 | Caso 3 | |
---|---|---|---|
Edad (años) | 20 | 20 | 25 |
Sexo | Mujer | Varón | Varón |
Vacuna | Pfizer | Pfizer | Moderna |
Infección COVID-19 pasada | No | No | No | |
Pruebas complementarias | ||||
PCR (mg/l) (normal <0,5) | Ingreso | 4,2 | 4,8 | 5,0 |
Al mes | 0,5 | 0 | 0,1 | |
TpI US pico (ng/dl) (normal <18) | Ingreso | 341 | 28.575 | 31.988 |
ECG | Ingreso | Ritmo sinusal a 60lpm. QRS estrecho, sin cambios del segmento ST ni de la onda T | Ritmo sinusal a 70lpm. PR normal. QRS estrecho. Elevación cóncava del segmento ST de 3mm generalizada, salvo aVR. T picudas positivas acompañantes | Ritmo sinusal a 50 lpm. QRS estrecho Elevación cóncava del segmento ST inferior, lateral y lateral alta. T negativas en V1-V2 |
Al mes | Normal, sin cambios | Ritmo sinusal a 90lpm. QRS estrecho. Ondas T isodifásicas en V3-V6 y aVL | Ritmo sinusal a 76lpm. T negativas en V5-V6 y aVL | |
ETT | Ingreso | VI no dilatado. FE normal sin alteraciones contratilidad segmentaria. No derrame pericárdico | VI no dilatado. FE normal sin alteraciones contratilidad segmentaria. No derrame pericárdico | VI no dilatado. FE normal sin alteraciones contratilidad segmentaria. No derrame pericárdico |
Al mes | Sin cambios | Sin cambios | Sin cambios | |
Radiografía de tórax | Ingreso | Sin hallazgos patológicos | Sin hallazgos patológicos | Sin hallazgos patológicos |
PCR SARS-CoV-2 | Ingreso | Negativo | Negativo | Negativo |
ECG: electrocardiograma; ETT: ecocardiograma transtorácico; FE: fracción de eyección; lpm: latidos por minuto; mg/l: miligramo/litro; ng/dl: nanogramo/decilitro; PCR: proteína C reactiva; TpI US: troponina ultrasensible; VI: ventrículo izquierdo.
La miopericarditis aguda es una complicación rara pero cada vez mejor conocida en pacientes a los que se ha administrado vacunas contra la COVID-19 de mRNA. En EE.UU., se ha reportado una incidencia de entre 50,5 y 62,8 casos por millón de segunda dosis de vacuna mRNA3. En nuestra área el número de vacunas mRNA administradas en la población con edad comprendida entre 15 y 30 años ha sido de 15.593, por lo que la incidencia sería de 192 casos por millón de dosis. Por otro lado, la presentación y evolución clínica de los casos de miopericarditis previamente reportados es similar a la descrita en nuestros pacientes, en general con un curso clínico benigno y excelente respuesta al tratamiento antiinflamatorio4. A destacar como limitación diagnóstica en nuestra serie la no disponibilidad de resonancia magnética cardiaca, principalmente por las implicaciones pronósticas que conlleva la cuantificación de la extensión de la inflamación. Por todo lo expuesto, los clínicos debemos considerar este diagnóstico en todos los pacientes que presenten dolor torácico después de la administración de la segunda dosis de vacuna de mRNA contra la COVID, especialmente si se trata de varones jóvenes4.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesNinguno.