La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que surgió en Wuhan1 (China) hace varios meses, ha llevado al colapso sanitario en muchos países del mundo incluido España. Desde el inicio de la pandemia los dermatólogos españoles venimos alertando del riesgo que supondría una demora en el diagnóstico de los melanomas como consecuencia del confinamiento tras el estado de alarma2,3. El objetivo de este estudio fue evaluar el impacto de la pandemia en la detección y el diagnóstico precoz de nuevos casos de melanoma, así como identificar las características clínicas de presentación diferenciales respecto al periodo pre-COVID.
Se realizó un estudio transversal retrospectivo en el que se compararon los nuevos casos de melanoma cutáneo primario (MCP) registrados durante el periodo de abril a agosto de 2020, con el mismo periodo del año previo, diagnosticados en el Hospital Costa del Sol. Los datos fueron extraídos del registro de cáncer de piel de anatomía patológica. Se evaluaron las características epidemiológicas (sexo, edad) y clínico-patológicas (localización, espesor tumoral, ulceración, mitosis). Se realizó un análisis descriptivo utilizando medidas de posición y distribución de frecuencias. Para la comparación de diferencias se utilizó los test de Chi-cuadrado y la U de Mann-Whitney. Para variables resultado principales significativas se expresó la odds ratio (OR) con respectivos intervalos de confianza al 95% (IC 95%). Se estableció el nivel de significación estadística en p<0,05.
Durante el periodo de abril-agosto de 2019, se identificaron 48 nuevos casos de MCP lo que supone una incidencia acumulada de 28 por cada 100.000 habitantes (IC 95%: 23,2-33,7), frente a 18 casos diagnosticados en mismo periodo de meses en el año 2020, lo que supone una incidencia acumulada de 10,2 por cada 100.000 habitantes (IC 95%: 7,4-13,8), siendo las diferencias significativas entre ambos periodos (p<0,001). No se encontraron diferencias entre periodos en relación al sexo, ni tampoco diferencias respecto a la edad. La localización anatómica más frecuente de los melanomas diagnosticados en 2019 fue el tronco (45,8%), mientras que en el año 2020 la localización más frecuente fue el polo cefálico (47,4%) (p=0,089). Atendiendo a las características histopatológicas de los tumores, en el año 2019 el 68,8% de los casos fueron melanomas in situ y un 8,3% melanomas de espesor superior a 2mm, mientras que en el mismo periodo de 2020 el 27,8% fueron melanomas in situ y el 38,9% melanomas de más de 2mm de espesor (p=0,001) (fig. 1). El riesgo de presentar un melanoma grueso en los pacientes del año 2020 respecto al 2019 obtuvo una odds ratio de 7 (IC 95%: 1,7-28,2). Al analizar otros hallazgos histopatológicos el 7,1% de los melanomas mostraron ulceración en el periodo 2019 respecto al 21,4% durante el periodo 2020 (p=0,596) y el 42,9% presentaron mitosis en el periodo 2019 respecto al 75% durante el periodo 2020 (p=0,209).
El principal hallazgo que hemos detectado es el importante descenso de nuevos diagnósticos de MCP durante la pandemia, respecto al mismo periodo del año 2019 (62%). Este descenso en el diagnóstico ha recaído fundamentalmente en las formas in situ. Así mismo se ha producido un incremento exponencial en el diagnóstico de melanomas gruesos respecto al mismo periodo de 2019, con un riesgo 7 veces superior de presentar un melanoma grueso durante la pandemia (OR: 7). El melanoma grueso lleva consigo, además, la presencia de otros factores predictores de mal pronóstico como son la localización en polo cefálico, la ulceración y la presencia de mitosis, aunque no hubo significación estadística al comparar estos hallazgos con los del periodo de 2019. Este incremento en el diagnóstico de melanomas gruesos no solo tiene implicaciones sobre la supervivencia, sino también sobre los costes sanitarios que esto conlleva y que incluyen las pruebas de imagen para estadificación y seguimiento, así como el tratamiento adyuvante.
El confinamiento obligatorio de la población en todo el territorio nacional durante el estado de alarma, el miedo al contagio y las dificultades de acceso a la atención primaria como consecuencia del colapso de los servicios de salud posiblemente han sido factores determinantes que han condicionado que los pacientes no acudan al hospital o lo que hagan con retraso. Por ello, resulta imprescindible restaurar la atención presencial en atención primaria y reducir las barreras de accesibilidad al especialista empleando herramientas telemáticas eficaces y eficientes como la teledermatología4,5.