La celulosa oxidada regenerada es un biomaterial hemostático local ampliamente utilizado en cirugía de cáncer de tiroides debido a su facilidad de uso, perfil de biocompatibilidad favorable y actividad bactericida1. Sin embargo, el desarrollo de reacciones de cuerpo extraño a la celulosa oxidada (RCE-CO) podría complicar el seguimiento de estos pacientes dada la existencia de lesiones ecográficamente indeterminadas en el lecho quirúrgico. Hasta la fecha se han descrito pequeñas series de casos aislados de RCE-CO en patología tiroidea2–4. El objetivo de este estudio es describir una serie de pacientes con una RCE-CO citológicamente confirmada tras ser intervenidos por un carcinoma de tiroides, para tratar de facilitar el diagnóstico de presunción ante futuros casos similares. Se analizaron 15 casos de RCE-CO observadas en la citología de la punción-aspiración con aguja fina de lesiones ecográficas en el lecho tiroideo sobre una cohorte de 83 pacientes intervenidos por cáncer diferenciado de tiroides o neoplasia tiroidea folicular no invasiva con características nucleares similares a las de papilar (NIFTP) entre enero de 2019 y diciembre de 2020. En todos los casos la forma de detectar la RCE-CO fue mediante el hallazgo ecográfico de una lesión en el lecho quirúrgico. Todas las intervenciones quirúrgicas y tratamiento clínico se realizaron por equipos expertos calculando la estratificación dinámica del riesgo de recidiva según el sistema propuesto por la American Thyroid Association5. La edad mediana de los pacientes fue de 51 años (27-77 años), y 10 (66,7%) eran mujeres. En 11 casos (73,3%) se realizó tiroidectomía total y en 4 (26,7%) hemitiroidectomía. La anatomía patológica mostró un cáncer diferenciado de tiroides en 11 casos y NIFTP en 4 casos. En el momento de la valoración citológica, el riesgo de recidiva fue bajo en siete pacientes (63,6%), intermedio en tres (27,3%) y alto en uno (9,1%). La mediana de tiempo entre la cirugía y la primera ecografía fue de 10 meses (2-22 meses). En 7 pacientes (46,7%) se realizó una segunda ecografía durante el periodo de estudio, con un seguimiento de 18 meses (13-27 meses). No se observaron cambios en el tamaño ni aspecto de las lesiones durante el seguimiento.
Las lesiones RCE-CO fueron bilaterales en cuatro casos (26,7%). El tamaño varió de 5 a 28mm, con valores medianos de 9,6mm en el eje anteroposterior, 9mm en el transversal y 17,4mm en el craneocaudal. Las lesiones fueron hipoecogénicas en siete casos (46,7%) e isoecogénicas en ocho (53,3%), con márgenes bien delimitados en todos los casos y con un flujo Doppler nulo. Ninguna de las lesiones era hiperecogénica (fig. 1A-D). El examen citológico reveló pequeñas estructuras celulares consistentes en celulosa oxidada. En algunas muestras también existía un componente inflamatorio con macrófagos (fig. 1E), mientras que en otras no se observó reacción inflamatoria macrofágica asociada (fig. 1F).
Imágenes representativas de algunas de las lesiones con reacción de cuerpo extraño a celulosa oxidada (RCE-CO).
A) Imagen hipoecoica pretraqueal, lobulada, alargada y bien delimitada, que sugiere tejido tiroideo, menos probable hematoma. B) Imagen nodular hipoecoica paratraqueal izquierda bien definida, no vascularizada y con morfología triangular, como una “lágrima”, lo que sugiere restos posquirúrgicos o hematoma. C) Imagen paratraqueal derecha hipoecoica, muy similar a la anterior, con contenido ecogénico central sugerente de hematoma, pero con recomendación de realizar aspiración con aguja fina (PAAF). D) Lesión nodular isoecoica de márgenes bien definidos y morfología en “lágrima” en lecho quirúrgico izquierdo. E) Estructura rectangular, acelular y alargada, asociada a un componente inflamatorio constituido por macrófagos y un fondo de base proteica (40x, Diff Quick). F) Estructura rectangular, acelular y alargada, sobre fondo de base proteica y sin componentes inflamatorios (40x, Diff Quick).
Si bien ya habíamos tenido algún caso previo, en nuestro centro detectamos un incremento inesperado en la aparición de RCE-CO, siendo el cambio en la marca del material hemostático utilizada durante el periodo del estudio la única variación respecto al periodo previo. Tras ello, se produjo una modificación en la política de empleo de hemostáticos y en los agentes empleados, revirtiendo exitosamente la situación.
Uno de los puntos críticos en el tratamiento de las RCE-CO es diferenciar una recidiva local de lesiones benignas. En nuestro estudio, el aspecto ecográfico de las lesiones fue de baja agresividad radiológica, característicamente sólidas, iso- o hipoecoicas, con bordes bien definidos y sin flujo Doppler. La mayoría eran subcentimétricas en su eje transversal, muy alargadas craneocaudalmente. La ausencia de vascularización y márgenes bien definidos, junto con el conocimiento del uso de agentes hemostáticos a base de celulosa oxidada, podrían hacernos sospechar el diagnóstico, siendo la persistencia en el tiempo fundamental en el diagnóstico diferencial del hematoma.
Aunque su mera existencia pueda condicionar que se considere como una respuesta indeterminada tras el tratamiento, conocer las características ecográficas de RCE-CO en un contexto clínico de bajo riesgo de recidiva podría permitir el seguimiento de estas lesiones, evitando realizar una aspiración con aguja fina para confirmar el diagnóstico en ausencia de otros datos de alarma. Ante situaciones inciertas, la obtención de material para estudio citológico proporcionará un diagnóstico definitivo.