Objetivos: Investigar la implicación cardíaca en pacientes con disnea por SARS-CoV-2 de más de 4 días de evolución, una vez descartado tromboembolismo pulmonar (TEP), neumonía y arritmias, en pacientes seguidos en un centro de salud de atención primaria.

Métodos: A los pacientes con disnea persistente que veíamos, una vez descartado TEP, neumonía y arritmias, les proponíamos hacerles una ecocardioscopia en atención primaria para valorar el estado de su corazón con el ecógrafo que teníamos disponible en mi centro de salud. Se les hacían los cortes básicos y, en puntuales ocasiones, algún corte atípico extra.

Resultados: En total fueron 12 los pacientes a los que se les realizó la ecocardioscopia: Cuatro presentaban un pequeño derrame pericárdico, aumento de las líneas B, e incremento del grosor y de la densidad de esta membrana de tejido conectivo que recubre al corazón. Un paciente presentaba dilatación del ventrículo derecho. Cuatro pacientes presentaron aumento del grosor y de densidad de las paredes ventriculares. Un paciente mostraba insuficiencia mitral. En dos de los pacientes la ecocardioscopia no mostró alteraciones aparentes (o no fuimos capaces de verlas).

Conclusiones: Gracias a la ecocardioscopia realizada en atención primaria, nos dimos cuenta desde principios de marzo (que fue cuando empezó la epidemia en Torrejón de Ardoz), de que este virus estaba afectando al corazón además de al pulmón y a otros sistemas. Pudimos derivar a estos pacientes rápido para que los cardiólogos les dieran un diagnóstico preciso y les siguiesen y se diesen cuenta de que había pacientes ambulatorios que estaban presentando diferentes manifestaciones cardíacas. Creo que con ello pudimos contribuir con nuestro granito de arena a conocer algo más a que nos estábamos enfrentando. Y seguimos en ello.

Palabras clave: Ecocardioscopia. Atención primaria.