la expansión de la pandemia en el territorio colombiano se produjo de manera heterogénea, por lo que su impacto en la salud mental de los profesionales de la salud encargados de atender la emergencia pudo tener un efecto diferencial.
Objetivoidentificar los factores relacionados con sintomatología depresiva y ansiosa en los trabajadores de la salud durante la pandemia de COVID-19 en un centro clínico de la ciudad de Barranquilla, Colombia
Metodologíarealizamos un estudio de corte transversal que incluyó 71 trabajadores de la salud activos durante 2022. Utilizamos el Cuestionario de Salud del Paciente (PHQ-9-) y la Escala de Ansiedad Generalizada (Generalized Anxiety Disorder, GAD-7), para estimar la prevalencia de estos trastornos mentales.
Resultadosestimamos una prevalencia de síntomas depresivos y síntomas ansiosos leves o superiores en el 18,3% (IC95% 10,1-29,3) y 21,1% (IC95% 12,3-33,4). La experiencia laboral, el uso de guantes, molestias gastrointestinales y la alteración del apetito se relacionaron significativamente con síntomas depresivos, mientras que la pérdida de la libido y la alteración del apetito se relacionaron con síntomas ansiosos leves o superiores.
Conclusionesla sintomatología depresiva y ansiosa es un evento frecuente de salud mental en los trabajadores de la salud en contextos de pandemia. Los factores que se asocian a estos síntomas, como la utilización de elementos de protección personal y la experiencia laboral, podrían ser intervenibles desde la gestión organizacional.
The spread of the pandemic in Colombian territory occurred heterogeneously, suggesting a potentially differential impact on the mental health of healthcare professionals who responded to the emergency.
ObjectiveTo identify factors related to depressive and anxious symptoms in healthcare workers during the COVID-19 pandemic at a clinical center in the city of Barranquilla.
MethodologyWe conducted a cross-sectional study involving 71 active healthcare workers in 2022. The Patient Health Questionnaire (PHQ-9) and the Generalized Anxiety Disorder scale (GAD-7) were utilized to estimate the prevalence of these mental disorders.
ResultsWe estimated a prevalence of depressive and anxious symptoms, mild or higher, at 18.3% (CI95% 10.1–29.3) and 21.1% (CI95% 12.3–33.4), respectively. Work experience, glove usage, gastrointestinal discomfort, and appetite disturbance were significantly associated with depressive symptoms, while loss of libido and appetite disturbance were linked to mild or higher anxious symptoms.
ConclusionsDepressive and anxious symptoms are common in the mental health of healthcare workers in pandemic contexts. Factors associated with these symptoms, such as the use of personal protective equipment and work experience, could be addressed through organizational management.
Desde la notificación del primer caso de la enfermedad producida por el SARS-CoV-2 (COVID-19), su expansión a nivel mundial surgió de forma rápida, exacerbando los sistemas de salud a nivel mundial1,2. Parte de esta carga fue dirigida por el personal clínico, que se encargaba de manejar la situación tanto dentro como fuera del ambiente hospitalario3, lo que significó una considerable carga física y psicológica4,5.
Dentro de estos problemas psicológicos encontramos síntomas de ansiedad y depresión, los cuales suelen ser de origen multifactorial6,7. Sin embargo, la presión que ejercieron en su momento los eventos poblacionales por COVID-19, supone un elemento adicional a esta cadena causal. Aquellos trabajadores de la salud en turnos nocturnos tienden a tener una puntuación más alta en síntomas de ansiedad, mientras que aquellos con turnos matutinos tienen una puntuación más alta en síntomas de depresión, sin observarse una marcada diferencia por sexo, edad o estado civil en estas personas8. La prevalencia de depresión y ansiedad en trabajadores de la salud ha sido estimada entre 18,3 y 25,2% y entre 18,2 y 26,3%, respectivamente9. Estas cifras son considerablemente más altas que las cifras para la población general, donde se han estimado prevalencias de síntomas de depresión y ansiedad que van desde el 14,6 al 48,3% y del 6,3 al 50,9%, respectivamente.
Aunque se han dado cifras respecto a la magnitud de la enfermedad, aún no ha sido determinada con exactitud la magnitud de estos trastornos psicológicos a nivel mundial. Un metaanálisis realizado por Pappa et al.10, donde se incluyeron 13 estudios, 12 de China y uno de Singapur, con un total combinado de 33.062 participantes, sugiere que la ansiedad y la depresión tienen una prevalencia del 23,2 y 22,8%, respectivamente. Adicionalmente los autores indican diferencias en cuanto a la ocupación y género, presentando una mayor tasa de síntomas afectivos las mujeres profesionales de la salud y de enfermería en comparación con el personal masculino y médico10. Otro estudio de corte transversal, realizado en un hospital en Jinan, China, halló que un 28,5% de los participantes presentaban ansiedad y un 56% depresión. Este estudio, también logró determinar que las personas con edades menores de 30 años y entre 30 y 45 años, que laboraban en salas de aislamiento de casos confirmados, sumado a la preocupación por insuficientes medidas de desinfección, estaban asociadas a la ansiedad11.
En Europa, un estudio transversal en los trabajadores del Hospital de Igualada, Barcelona, donde se incluyeron 395 trabajadores, reportó síntomas de ansiedad en el 71,6% y depresión en el 60,3% de los profesionales de la salud. Además, hizo énfasis en los factores de riesgo asociados a mayor afectación psicológica, entre los cuales están ser mujer u hombre joven, laborar como auxiliar de enfermería, no tener prueba PCR previamente realizada, percepción de desprotección y haber padecido la muerte de una persona cercana a causa de COVID-1912. Estas afectaciones han llevado a la necesidad de sugerir apoyo psicológico en profesionales sanitarios13.
En cuanto a Latinoamérica, un estudio realizado en Chile por Urzúa et al.14 que incluyó 125 trabajadores de atención primaria y secundaria en salud de entre 18 y 67 años, arrojó como resultado que el 65,6% presentó síntomas de depresión y el 74,4% de ansiedad, y las mujeres presentaron una proporción significativamente mayor de casos con síntomas severos de depresión y ansiedad en comparación a los hombres14. Por otro lado, en Venezuela, en un estudio observacional de corte transversal realizado a 150 individuos pertenecientes al personal sanitario del estado Mérida, se encontró que el 33,3% presentaba ansiedad y el 34,6% mostró signos de depresión en sus niveles y, adicionalmente, los cargos de médico residente y enfermero presentaron incrementos notables en las variables emocionales estudiadas15.
Factores como el riesgo de contagio individual y personas cercanas al núcleo familiar, los turnos prolongados y sus variaciones, la falta de medidas de protección, la incertidumbre del tratamiento adecuado, entre otros, representan una alta carga emocional que podría incrementar la susceptibilidad de la aparición de síntomas de depresión y la ansiedad en los trabajadores de la salud16–18,19.
El análisis de las unidades generadoras de datos al sistema de vigilancia de salud pública del nivel nacional (UDPG) destacó a la costa como la región con mayor número de reportes de casos a septiembre de 202020. Dentro de las grandes ciudades colombianas evaluadas en 2020, Barranquilla ocupaba la primera posición con el 56,5% de seroprevalencia para COVID-19, solo por debajo de Guapi (68,1%) y Leticia (59,4%)21. Estas características supondrían un aumento de la susceptibilidad al desarrollo de síntomas psicológicos y enfermedades mentales en trabajadores de la salud. Sin embargo, pocos estudios han evaluado los factores asociados a síntomas de ansiedad y depresión en Barranquilla y/o la costa atlántica colombiana22. Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue identificar los factores relacionados con sintomatología depresiva y ansiosa mediante los instrumentos PHQ-9 y GAD-7 en el personal sanitario de un centro clínico en la ciudad de Barranquilla.
MetodologíaPoblación y diseño del estudioEn este estudio incluimos 71 trabajadores de la salud seleccionados mediante muestreo no probabilístico de un centro hospitalario de referencia de la ciudad de Barranquilla, Colombia. Las encuestas estructuradas fueron distribuidas en formato digital a través del correo electrónico institucional, entre el 1 de abril de 2021 hasta el 5 de mayo de 2022. Estos fueron autodiligenciados por los trabajadores de la salud siempre y cuando: a) se encontraran habilitados como trabajadores de la salud según la norma colombiana vigente (medicina general, medicina especializada, enfermería, auxiliar de enfermería, fisioterapia, terapia respiratoria)23, b) prestar servicios profesionales como trabajador de la salud durante el periodo de la pandemia por COVID-19, c) tener 18 años o más al momento de la entrevista, d) tener acceso a Internet y correo electrónico y e) aceptar participar voluntariamente en este estudio. Se excluyeron aquellos participantes con discapacidad física o mental que no estuvieran en condiciones de contestar la entrevista, dado que estos podrían tener el desenlace antes del desarrollo de la pandemia, generando problemas de causalidad reversa en nuestro estudio24. También excluimos aquellos trabajadores de la salud que previo a la pandemia por COVID-19 fueron diagnosticados con depresión y/o ansiedad. Todos los sujetos bajo estudio decidieron participar voluntariamente y autorizaron dicha participación mediante la firma de un consentimiento informado. Este estudio se desarrolló bajo la supervisión del Comité de Ética para la Investigación en Seres Humanos de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.
Medición de síntomas de depresión y ansiedadUtilizamos el Cuestionario de Salud del Paciente (Patient Health Questionnaire, PHQ-9) y la Escala de Ansiedad Generalizada (Generalized Anxiety Disorder, GAD-7) para medir los síntomas de depresión mayor y ansiedad, respectivamente. El PHQ-9 es un instrumento de 9 ítems, que evalúa los 9 síntomas característicos del trastorno depresivo mayor, sirve para detectar y evaluar la gravedad de este25. Cada ítem del cuestionario tenía 4 posibles opciones de respuesta tipo Likert entre 0 y 3 puntos. Obtuvimos el puntaje global al final por la sumatoria total de los 9 ítems. Posteriormente, según el puntaje obtenido, clasificamos el trastorno depresivo mayor en 4 niveles: ausencia de depresión (0–5 puntos), leve (5–9 puntos), moderado (10–14 puntos), severo (15–27 puntos)25–28.
Asimismo, la escala GAD-7 es una escala autoadministrada de 7 ítems que ha sido empleada para evaluar la presencia de síntomas relacionados con el trastorno de ansiedad generalizada-TAG e indicar la gravedad del mismo29. Para su interpretación, realizamos la sumatoria de las respuestas dadas en los 7 ítems del cuestionario que individualmente pueden puntuar del 0 al 3. Posteriormente clasificamos la ansiedad como: mínima (0–4 puntos), leve (5–9 puntos), moderada (10-14 puntos) y severa (15–21 puntos). Ambos instrumentos han sido validados y ampliamente utilizados en Latinoamérica30–32.
Análisis de datosPara el análisis de los datos utilizamos mayoritariamente estadísticas descriptivas. Los síntomas de depresión fueron agrupados como leve o superior (incluye leve, moderado y severo) y contrastados contra la ausencia de estos. Respecto a síntomas de ansiedad estratificamos la variable como leve o superior (incluye leve, moderado y severo) versus síntomas mínimos. Llevamos a cabo modelos de regresión logística binaria para evaluar la asociación bivariada entre cada variable de interés y los desenlaces de manera independiente. Establecimos niveles a priori de significación para valores p de tendencia menor a0,05. Los análisis estadísticos fueron realizados en SAS University Edition.
ResultadosUn total de 81 participantes fueron identificados de manera inicial; de los cuales 10 fueron excluidos, debido a que un participante diligenció de manera incompleta el formulario, 3 no dieron aprobación para su participación en el estudio y 6 habían sido diagnosticados con depresión y/o ansiedad en algún momento de su vida previo a la pandemia por COVID-19. De esta manera, se contó con un total final de 71 (87,7%) participantes en el estudio.
Nuestro estudio reveló que la mayor parte de la población estudiada (56,3%) tiene una edad promedio de 34 ± 5,9 años y más de la mitad de estos eran mujeres (81,7%). También encontramos que entre los participantes predominó el contrato a término indefinido seguido por contratos a término fijo. Los auxiliares de enfermería tuvieron la mayor representación en la participaron de este estudio, seguido por profesionales en enfermería; en contraste los profesionales en fisioterapia aportaron al 5,6% del total de los sujetos en nuestro estudio. Con respecto a los servicios de trabajo, la mayoría de los encuestados laboraban en hospitalización, unidad de cuidados intensivos (UCI) y cirugía. Los trabajadores dedicaban en promedio 48 horas de trabajo a la semana. Por último, un poco más de la mitad de nuestros sujetos (53,5%), tenía menos de 11 años de experiencia laboral al momento de su participación (tabla 1).
Características sociodemográficas y laborales en trabajadores de la salud de Barranquilla
Total | ||
---|---|---|
n = 71 | % | |
Edad (años) (media ± DS) | 34 ± 5,9 | |
18 ≤28 | 10 | 14,1 |
28 ≤38 | 40 | 56,3 |
38–48 | 21 | 29,6 |
Sexo (Mujeres) | 58 | 81,7 |
Estado civil | ||
Casado | 27 | 38,0 |
Divorciado/separado | 3 | 4,2 |
Soltero | 22 | 31,0 |
Unión libre | 19 | 26,8 |
Tipo de contratación | ||
Contrato a término fijo | 12 | 16,9 |
Contrato a término indefinido | 57 | 80,3 |
Otro | 2 | 2,8 |
Tipo de profesional de la salud | ||
Auxiliar de enfermería | 39 | 54,9 |
Enfermera/o | 16 | 22,5 |
Fisioterapeuta | 4 | 5,6 |
Médico especialista | 5 | 7,0 |
Médico general | 7 | 9,9 |
Pabellón/servicio de trabajo | ||
Cirugía/otros procedimientos | 9 | 12,7 |
Consulta externa | 2 | 2,8 |
Hospitalización | 36 | 50,7 |
UCI | 24 | 33,8 |
Horas de trabajo semanales (media ± DS) | 48 ± 10 | |
20 ≤ 40 | 8 | 11,3 |
40 ≤ 60 | 55 | 77,5 |
≥60 | 8 | 11,3 |
Años de experiencia laboral (media ± DS) | 10 ± 5 | |
1 ≤ 11 | 38 | 53,5 |
11+ | 33 | 46,50 |
UCI: unidad de cuidados intensivos; DS: desviación estándar.
La mayor parte de los participantes en algún momento se les realizó prueba para la detección de COVID-19, procedimiento a cargo de la empresa (Institución Prestadora de Servicios de Salud [IPS]), utilizando con mayor frecuencia la prueba de detección de anticuerpos. Por otro lado, la mayoría de los participantes refirieron que su IPS cuenta con instalaciones y elementos necesarios para el cumplimiento adecuado de las normas de bioseguridad (correcto lavado de manos, entrega y dotación disponible de elementos de protección personal [EPP]). Dentro de los EPP utilizados, las batas de aislamiento y los guantes para la atención de sus pacientes estuvieron entre los elementos más utilizados, con un 94,4% y 91,6% de utilización, respectivamente. Del total de los encuestados, la mayoría no sintió discriminación por trabajar en el sector salud (87,3%). En cuanto a manifestaciones clínicas, solo el 29,6% presentó cefalea y más del 90% de los participantes no tuvo disminución de la libido, molestias gastrointestinales, ni alteración del apetito (tabla 2).
Características laborales, factores psicológicos y sociales, y manifestaciones clínicas en trabajadores de la salud en Barranquilla en 2022
Total | ||
---|---|---|
n = 71 | % | |
Características laborales | ||
Pruebas COVID-19 realizadas (media ± DS) | 1,5 ± 1,5 | |
Sí | 52 | 73,2 |
Instalaciones y elementos necesarios para el correcto lavado de manos | ||
Sí | 70 | 98,6 |
Uso de protector facial o gafas de protección | ||
Sí | 62 | 87,3 |
Uso de bata de aislamiento | ||
Sí | 67 | 94,4 |
Tipo de mascarilla usada | ||
Mascarilla de tela | 1 | 1,4 |
Mascarilla quirúrgica | 24 | 33,8 |
Respirador N95 | 46 | 64,8 |
Guantes | ||
Sí | 65 | 91,6 |
Entrega de EPP por parte de la IPS | ||
Sí | 71 | 100,0 |
Dotación disponible de EPP | ||
Sí | 70 | 98,6 |
Factores psicológicos y sociales | ||
Discriminación por trabajar en por trabajar en sector salud | ||
Sí | 9 | 12,7 |
Manifestaciones clínicas | ||
Síntomas de cefalea | ||
Sí | 21 | 29,6 |
Disminución de la libido | ||
Sí | 1 | 1,4 |
Molestias gastrointestinales | ||
Sí | 2 | 2,8 |
Alteración del apetito | ||
Sí | 7 | 9,9 |
RT-PCR: PCR en tiempo real; IPS: Institución prestadora de servicios de salud; EPP: Equipo de protección personal.
La mayoría de los encuestados no presentaron sintomatología depresiva (81,69%) o ansiosa (78,87%). Entre los 71 participantes, 13 (18,31%) fueron susceptibles a sintomatología depresiva, incluidos 11 (15,49%) con depresión leve, 2 (2,82%) con depresión moderada y ninguno con depresión severa. Asimismo, del total de sujetos, 15 (21,13%) están predispuestos a sintomatología ansiosa, entre ellos, 10 (15,49%) presentaron ansiedad leve, 3 (2,82%) ansiedad moderada y 2 ansiedad severa (tabla 3).
Factores relacionados con sintomatología depresiva y ansiosa en trabajadores de la salud en la pandemia COVID-19 en la institución de salud participante en Barranquilla en 2022
Síntomas depresivos | p* | Síntomas ansiosos | p* | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Leve o superior | Ausencia | Leve o superior | Mínimos | |||
n = 13(%) | n = 58(%) | n = 15(%) | n = 56 (%) | |||
Características sociodemográficas | ||||||
Edad (años) | ||||||
18 ≤28 | 4 (30,8) | 6 (10,3) | 0,219 | 3 (20,0) | 7 (12,5) | 0,196 |
28 ≤38 | 6 (46,2) | 34 (58,6) | 9 (60,0) | 31 (55,4) | ||
38–48 | 3 (23,1) | 21 (31,0) | 3 (20,0) | 18 (32,1) | ||
Sexo | ||||||
Mujer | 11 (84,62) | 47 (81,0) | 0,767 | 13 (86,7) | 45 (80,4) | 0,581 |
Estado civil | ||||||
Soltero, viudo, divorciado o separado | 6 (46,2) | 19 (32,8) | 0,368 | 10 (66,7) | 34 (60,7) | 0,667 |
Casado o unión libre | 7 (53,9) | 39 (70,9) | 5 (33,3) | 22 (39,3) | ||
Características laborales | ||||||
Tipo de contratación | ||||||
Contrato a término fijo | 2 (15,4) | 10 (83,3) | 0,904 | 3 (20,0) | 9 (16,1) | 0,547 |
Contrato a término indefinido | 11 (84,6) | 46 (79,3) | 12 (80,0) | 45 (80,4) | ||
Contrato temporal o por prestación de servicios | 0 (0,0) | 2 (3,4) | 0 (0) | 2 (3,6) | ||
Tipo de profesional de la salud | ||||||
Médico general | 3 (23,1) | 4 (6,9) | 0,833 | 2 (13,3) | 5 (8,9) | 0,978 |
Médico especialista | 1 (7,7) | 4 (6,9) | 2 (13,3) | 3 (5,4) | ||
Enfermera | 3 (23,1) | 13 (22,4) | 3 (20,0) | 13 (23,2) | ||
Auxiliar de enfermería | 6 (46,2) | 33 (56,9) | 8 (53,3) | 31 (55,4) | ||
Fisioterapeuta | 0 (0,0) | 4 (6,9) | 0 (0) | 4 (7,1) | ||
Pabellón/servicio de trabajo | ||||||
Hospitalización | 5 (38,5) | 31 (53,4) | 0,271 | 9 (60,0) | 27 (48,2) | 0,904 |
UCI | 5 (38,5) | 19 (32,8) | 3 (20,0) | 21 (37,5) | ||
Cirugía/ otros procedimientos | 2 (15,4) | 7 (12,1) | 2 (13,3) | 7 (12,5) | ||
Consulta externa | 1 (7,7) | 1 (1,7) | 1 (6,7) | 1 (1,8) | ||
Dedicación (Horas/semana) | ||||||
≥60 | 2 (15,4) | 6 (10,3) | 1,000 | 3 (20,0) | 5 (8,9) | 0,226 |
40 ≤60 | 9 (69,2) | 46 (79,3) | 11 (73,3) | 44 (78,6) | ||
20 ≤40 | 2 (15,4) | 6 (10,3) | 1 (6,7) | 7 (12,5) | ||
Experiencia laboral (años) | ||||||
<5 | 6 (46,2) | 9 (15,5) | 0,038 | 6 (40,0%) | 9 (16,1) | 0,076 |
5–10 | 3 (23,1) | 20 (34,5) | 4 (26,7%) | 19 (33,9) | ||
11+ | 4 (30,8) | 29 (50,0) | 5 (33,3%) | 28 (50,0) | ||
Características laborales | ||||||
Realización de pruebas COVID-19 | ||||||
Sí | 10 (76,9) | 42 (74,4) | 0,744 | 10 (66,7) | 42 (75,0) | 0,524 |
Instalaciones y elementos necesarios para el correcto lavado de manos | ||||||
Sí | 13 (100) | 57 (98,3) | 0,504 | 15 (100) | 55 (98,2) | 0,465 |
Uso de protector facial o gafas de protección | ||||||
Sí | 11 (84,6) | 51 (87,9) | 0,750 | 13 (86,7) | 49 (87,5) | 0,933 |
Uso de bata de aislamiento | ||||||
Sí | 12 (92,3) | 55 (94,8) | 0,726 | 14 (93,3) | 53 (94,6) | 0,848 |
Tipo de mascarilla usada | ||||||
Ninguna, mascarilla de tela y quirúrgica | 5 (38,5) | 20 (34,5) | 0,790 | 7 (46,7) | 18 (32,1) | 0,302 |
Respirador N95 o superior | 8 (61,5) | 38 (65,5) | 8 (53,3) | 38 (67,9) | ||
Guantes | ||||||
Sí | 10 (76,9) | 55 (94,8) | 0,036 | 12 (80,0) | 53 (94,6) | 0,072 |
Entrega de EPP por parte de la IPS | ||||||
Sí | 13 (100) | 58 (100) | – | 15 (100) | 56 (100) | – |
Dotación disponible de EPP | ||||||
Sí | 13 (100) | 57 (98,3) | – | 15 (100) | 55 (98,2) | – |
Factores psicológicos y sociales | ||||||
Discriminación por trabajar en el sector salud | ||||||
Sí | 2 (15,4) | 7 (12,07) | 0,750 | 4 (26,67) | 5 (8,9) | 0,068 |
Manifestaciones clínicas | ||||||
Síntomas de cefalea | ||||||
Sí | 5 (38,5) | 16 (27,6) | 0,445 | 7 (46,7) | 14 (25,0) | 0,105 |
Disminución de la libido | ||||||
Sí | 0 (0,0) | 1 (1,7) | 0,639 | 1 (6,67) | 0 (0,0) | 0,053 |
Molestias gastrointestinales | ||||||
Sí | 2 (15,3) | 0 (0,0) | 0,002 | 1 (6,67) | 1 (1,8) | 0,317 |
Alteración del apetito | ||||||
Sí | 5 (38,5) | 2 (3,4) | <0,0001 | 5 (33,3) | 2 (3,6) | 0,000 |
*Chi-cuadrado de tendencia. EPP: Equipo de protección personal; IPS: Institución prestadora de servicios de salud; RT-PCR: PCR en tiempo real.
Respecto a las características sociodemográficas, la mayoría de estas no se asociaron significativamente con síntomas de ansiedad y depresión, sin embargo, la experiencia laboral parece estar relacionada con síntomas depresivos (p=0,038). En el grupo de características laborales, las variaciones en el uso de guantes también estuvo relacionado con síntomas de depresión (p=0,036). Las manifestaciones clínicas como molestias gastrointestinales (p=0,002) y la alteración de apetito (p<0,0001) se relacionaron significativamente con síntomas de depresión, mientras que la disminución de la libido (p=0,053) y la alteración del apetito (p=0,000) lo hicieron con síntomas de ansiedad.
DiscusiónEn nuestro estudio encontramos una prevalencia de síntomas depresivos y síntomas ansiosos leves o superiores en el 18,3% (IC95% 10,1-29,3) y 21,1% (IC95% 12,3-33,4) de los participantes, cifras inferiores a las reportadas por Tian et al., en donde los síntomas depresivos y ansiosos fueron del 45,6 y 20,7%, respectivamente33. Asimismo, un estudio en Jordania reportó una proporción de participantes con sintomatología depresiva y ansiosa de 34,5 y 29,5%, a correspondencia34. En el estudio de Carmassi et al. se mostraron resultados consistentes a los obtenidos en esta investigación con una prevalencia de sintomatología depresiva de 20,2% y de síntomas ansiosos de 23,5%35. Nuestros resultados, aunque son cifras por debajo de lo reportado en estudios internacionales, se asemejan mucho más a lo señalado por estudios locales22,36.
En un estudio realizado en Perú por Espinoza-Ascurra G, et al., se encontró que ser mujer era un factor protector para el desarrollo de depresión, lo cual discrepa del resultado obtenido en nuestra investigación, en la que pertenecer al sexo femenino está asociado con la misma enfermedad16. En nuestro estudio, el 85,9% de los encuestados se encontraban en un rango de edad entre 28 y 48 años, con un predominio del sexo femenino (81,7%). El mayor porcentaje de nuestra población desempeñaba el cargo de enfermeros y auxiliares de enfermería (77,4%), en contraste con lo reportado en estudios similares36. Aunque en nuestro estudio el sexo no estuvo relacionado con síntomas de depresión o ansiedad, previamente se ha reportado como una variable asociada a depresión, donde las mujeres tienen mayor riesgo que los hombres37.
En la mayor parte de nuestra población hubo ausencia de depresión, pero aquellos en los que sí se presentaba la sintomatología, esta era leve, tal como lo ocurrido en un estudio realizado en China, en el que, a pesar de utilizar una diferente categorización de la edad y escala de medición (SDS), se mostró la misma tendencia. Estos autores también evaluaron la sintomatología ansiosa y, sin embargo, a diferencia del nuestro, donde no hubo personas sin ansiedad, ellos sí encontraron ausencia de ansiedad en la mayoría de los sujetos estudiados, esto puede deberse a que el instrumento utilizado para la medición de esta les permitía establecer la diferencia entre quienes padecían y quienes no11.
La categorización por servicio de trabajo depende de cada institución prestadora de servicios. Al igual que en nuestra investigación, un estudio realizado en Mérida, Venezuela, categorizó por servicio de trabajo a los sujetos bajo estudio, dentro de los cuales incluyó medicina interna (28,1%), cirugía general (12,5%), urgencias (12,5%) y neumología (10,9%), mientras que en el nuestro, cirugía y otros procedimientos (12,7%), consulta externa (2,8%), hospitalización (50,7%), UCI (33,8%) y urgencias (0%)38.
Respecto a la carga laboral, hallamos que la media de horas de trabajo semanales es de 48 ± 10, semejante a lo reportado previamente en la literatura, donde se ha obtenido un mayor porcentaje (53%) en aquellos participantes con un horario mayor a 40 horas. Asimismo, al hacer el análisis bivariado pudimos encontrar que la mayoría de los sujetos tienen ausencia de síntomas depresivos y mínimos síntomas ansiosos con respecto a cualquier carga horaria semanal. Sin embargo, la investigación anteriormente mencionada y nuestro estudio presentan similitud al no alcanzar significación estadística39. Particularmente, en nuestro estudio la experiencia laboral estuvo asociada significativamente a síntomas de depresión (p=0,038), con un mejor manejo de dichos síntomas por aquellas personas con mayor experiencia, observándose un patrón claro al respecto. Se han reportado resultados opuestos al nuestro40, no obstante este resultado puede ser entendido desde la perspectiva que en los primeros años de empleo, se experimenta un periodo marcado por una considerable carga de tensión, debido a la convergencia de diversos elementos, como expectativas vs. realidad en la que estamos, falta de claridad y certidumbre en las funciones laborales, la adaptación a las relaciones con colegas y supervisores, la comprensión de las normativas y reglas de la organización, así como el proceso de establecer la propia identidad dentro de la entidad laboral, sumado a la nueva experiencia bajo presión permanente debido a la pandemia.
Resaltamos el papel de la discriminación a trabajadores del sector salud, aunque no haya alcanzado significación estadística en nuestro estudio. Laborar en el área sanitaria generó estresores adicionales en la pandemia COVID-19, entre ellos, el temor de contagiar a amigos y familiares, frustración e impotencia por el aislamiento físico y el riesgo a estigmatización por tener mayor contacto con infectados41. En nuestro estudio, un 12,7% de los encuestados refirieron algún tipo de rechazo social por trabajar en el sector salud. Sentirse decepcionado con su trabajo o percibir marginación, previamente se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar trastorno de ansiedad generalizada41.
Por otro lado, durante la expansión de la pandemia, el uso de los EPP generó una atmósfera de tensión en los hospitales. A pesar de esto, como indicaron Fu, X et al.42, los trabajadores de primera línea frente al COVID-19 que utilizaban adecuadamente los elementos de protección personal (guantes, gafas de protección, bata de aislamiento o mascarillas) y realizaban lavado de manos, aligeraban estrés y preocupaciones, puesto que tenían una menor probabilidad de contagiarse42. De forma semejante, el presente estudio describe el uso de elementos de protección como un factor protector frente el desarrollo de sintomatología ansiosa y depresiva, donde particularmente el uso de guantes estuvo significativamente asociado a síntomas de depresión (p=0,036).
Dentro de las manifestaciones clínicas, del total de participantes solo 7 (9,9%) presentaron alteración del apetito. Sin embargo, estos hallazgos fueron significativamente asociados tanto a sintomatología depresiva (p<0,0001) como ansiosa (p=0,000). Esto puede deberse a que es uno de los ítems evaluados en la escala de depresión PHQ-9, a pesar de que no se evalúa en la escala de ansiedad GAD-7. Resultados similares se evidencian en un estudio sobre prevalencia y características clínicas de los síntomas depresivos y ansiosos de los trabajadores de una institución de salud en Medellín, en el que se encontró que el 19,3% de las mujeres y el 12,5% de los varones presentaban problemas relacionados con el apetito36.
Este es uno de los primeros estudios que reporta la prevalencia de sintomatología de ansiedad y depresión en profesionales de la salud en la ciudad de Barranquilla en el contexto de la pandemia por COVID-19. Asimismo, resaltamos que, aunque la prevalencia de síntomas depresivos y ansiosos fue bajo, en comparación con otros estudios, no son cifras que debamos ignorar, por lo que es importante la realización de programas de apoyo a la salud mental y el seguimiento a estos trastornos que se prestaron en la pandemia y que puedan servir para futuras eventualidades. Adicionalmente, nuestros resultados soportan la utilización de equipos de protección personal y la disponibilidad de los mismos por parte de las instituciones. Asimismo, la realización de estrategias enfocadas al cuidado integral del trabajador por ejemplo, estrategias como emparejar personas de poca experiencia con personas de más experiencia al interior de las instituciones de salud podrían servir como estrategias de intervención adecuada para mitigar el impacto de circunstancias adversas y eventos de salud mental.
Entre las limitaciones de nuestro estudio, podemos indicar el diseño transversal, por lo que no se puede descartar causalidad reversa en algunos de los factores evaluados; el tamaño de muestra alcanzado y la realización de la investigación 2 años después del inicio de la pandemia, por lo que no logra captar la magnitud de la vulnerabilidad al desarrollo de trastornos mentales presentada anteriormente en los trabajadores de la salud, a causa de la actual disminución de casos de COVID-19; la disponibilidad de vacunas, entre otros factores que podrían jugar un papel importante en esta relación. De igual manera, observamos una mayor participación en los cargos de enfermería y auxiliares de enfermería, no siendo diferente de lo reportado en situaciones similares a las nuestras30. Asimismo, tampoco sería representativo en aquellos trabajadores de la salud mayores a 50 años, ya que no contamos con la participación de esta población.
FinanciaciónLos autores declaran que no recibieron ninguna ayuda proveniente de sectores públicos o privados.
AutoríaEste artículo es producto del trabajo de grado de nivel de pregrado de los 5 primeros autores listados en la parte superior, bajo el título: «Factores relacionados con síntomas depresivos y ansiosos en trabajadores de la salud en pandemia covid-19 en institución prestadora de servicios de III nivel. Barranquilla-Atlántico. En el año 2022», el cual fue sustentado públicamente el 06/02/2022 como requisito parcial de grado en el programa de Medicina en la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflictos de intereses en este trabajo.