La endometriosis es la presencia de tejido endometrial fuera del útero. La endometriosis intestinal y del tracto urinario son formas de endometriosis extragenital que se manifiestan con síntomas inespecíficos, pero su detección conlleva estrategias terapéuticas específicas. Las características de la enfermedad se han descrito con ecografía transvaginal y resonancia magnética en numerosas publicaciones, pero existen escasas referencias de ecografía abdominal.
El objetivo de este trabajo es ilustrar los hallazgos ecográficos de la endometriosis infiltrante (intestinal y del tracto urinario) desde el abordaje abdominal y mostrar su utilidad en reconocer signos de la enfermedad previamente descritos con otras técnicas. Conocer la enfermedad y sus características ecográficas permite al radiólogo sugerir su diagnóstico e incluirla en el diagnóstico diferencial del dolor pélvico en mujeres en edad fértil.
ConclusiónLa ecografía abdominal constituye una herramienta útil en el diagnóstico de la endometriosis extragenital. La familiarización con sus apariencias ecográficas facilita la orientación y manejo de este tipo de pacientes.
Endometriosis is the presence of endometrial tissue outside the uterus. Endometriosis of the bowel and urinary tract are types of extragenital endometriosis that manifest with nonspecific symptoms, but their detection involves specific therapeutic strategies. Although the characteristics of the disease on transvaginal ultrasonography and on magnetic resonance imaging have been described in many publications, few references describe its characteristics on abdominal ultrasonography.
This paper illustrates the findings for infiltrating endometriosis involving the bowel and urinary tract on abdominal ultrasonography and shows the usefulness of this technique for identifying signs of the disease that have been described with other techniques. Knowledge of infiltrating endometriosis and its ultrasonographic features will enable radiologists to suggest its diagnosis and to include it in the differential diagnosis of pelvic pain in women of child-bearing age.
ConclusionAbdominal ultrasonography is a useful tool in the diagnosis of extragenital endometriosis. Familiarity with the ultrasonographic appearance of this entity facilitates the diagnostic orientation and management of patients with pelvic pain.
La endometriosis se define como la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina y miometrio1,2. Cuando el implante endometriósico penetra el peritoneo en profundidad más de 5mm, se considera endometriosis pélvica profunda o endometriosis infiltrante2–6. Las lesiones se encuentran típicamente en la pelvis, incluidos los ovarios, pero pueden aparecer en múltiples localizaciones y se asocian a inflamación reactiva, fibrosis, adherencias e hiperplasia de músculo liso. La endometriosis infiltrante extragenital se refiere al resto de implantes del organismo, incluidos tracto gastrointestinal, aparato urinario, hígado, páncreas, bazo, pulmones, extremidades, piel y sistema nervioso4. La endometriosis extragenital es rara; ocurre aproximadamente en el 8-12% de las mujeres con endometriosis5, con mayor frecuencia en el tracto gastrointestinal y urinario.
El tejido endometrial ectópico y la respuesta inflamatoria resultante pueden causar dismenorrea, dispareunia, dolor crónico e infertilidad1–7. Una manifestación rara pero grave de endometriosis ileocecal en mujeres jóvenes es la obstrucción recurrente del intestino delgado. Dado que los síntomas tienden a ser inespecíficos, el retraso estimado en el diagnóstico es de varios años.
La laparoscopia sigue siendo el estándar de referencia para el diagnóstico definitivo y la estadificación de la endometriosis2,3. El diagnóstico por imagen se fundamenta en las características morfológicas de la lesión y en la presencia de contenido hemático en ellas. La ecografía transvaginal constituye la modalidad de imagen de primera línea1–9; sin embargo, no existen publicaciones previas sobre los hallazgos y la utilidad de la ecografía abdominal. La resonancia magnética (RM) permite identificar y caracterizar la lesión, sobre todo gracias a la presencia de productos de degradación de la sangre3,4,6.
El objetivo de este trabajo es describir e ilustrar los hallazgos ecográficos de la endometriosis infiltrante desde el abordaje abdominal y mostrar su utilidad para identificar signos característicos de la enfermedad descritos con otras técnicas de imagen, como la ecografía endocavitaria o la RM. La familiarización con estos hallazgos puede sugerir su diagnóstico y ayudar al radiólogo en el diagnóstico diferencial de las múltiples causas de dolor pélvico y abdominal en mujeres en edad fértil. Debe recordarseque: en el diagnóstico de la endometriosis, la ecografía transvaginal es la modalidad de imagen de primera línea. Sin embargo, dado que el diagnóstico clínico de endometriosis es complejo, en ocasiones, la ecografía abdominal es la primera prueba diagnóstica.
La ecografía es la primera modalidad de imagen para el diagnóstico de la endometriosis por su disponibilidad y resolución2–8. Cuando los resultados ecográficos no son concluyentes o existe afectación extensa, la RM es de elección2–4,6,7.
Ecografía endocavitaria (transvaginal y endorrectal). La ecografía transvaginal constituye la mejor herramienta diagnóstica inicial2–9. Una preparación intestinal adecuada y el uso de gel ecográfico endorrectal puede mejorar la visualización de los implantes intestinales, aunque no es imprescindible3,7–12. Deben valorarse recto y colon sigmoide, septo rectovaginal, ligamentos uterosacros, útero, anexos, fondo de saco de Douglas, vejiga y uréteres.
La ecografía endorrectal se puede realizar cuando no es posible el abordaje vaginal, y permite realizar una punción aspirativa con aguja fina (PAAF)/biopsia ecodirigida de la lesión1.
La principal limitación de la ecografía endocavitaria en el diagnóstico de la endometriosis es que subestima la extensión de la enfermedad, por la escasa valoración de los segmentos intestinales proximales a la unión rectosigmoide y la dificultad para determinar el grado de infiltración (profundidad del implante)3,7,9.
La ecografía abdominal muchas veces es la primera técnica de imagen empleada cuando la sospecha clínica de endometriosis es baja, especialmente en la valoración de dolor abdominal crónico en mujeres jóvenes o cuando la valoración ecográfica ginecológica no es concluyente. Clásicamente, la ecografía abdominal ha sido considerada una técnica poco precisa para detectar esta enfermedad, principalmente por la presencia de gas intestinal y por la localización pélvica profunda de las lesiones9. Sin embargo, excepto el recto, la mayoría de las regiones que afecta son accesibles desde el abordaje abdominal: colon sigmoide, íleon terminal, ciego y apéndice. Por tanto, se pueden identificar signos de endometriosis intestinal proximal a la unión rectosigmoidea, así como hallazgos asociados, tales como dilatación de asas intestinales y líquido libre intraperitoneal cuando existen cuadros oclusivos secundarios a la enfermedad. Asimismo, es de elección en el estudio del tracto urinario superior en la identificación de uropatía obstructiva por lesiones endometriósicas vesicales y/o ureterales4,9.
La tomografía computarizada (TC) queda reservada a escenarios clínicos de cuadros oclusivos o hematoquecia. En la TC con contraste, la endometriosis puede ser indistinguible de otras patologías gastrointestinales, entre ellas neoplasias benignas o malignas. Por lo general, estas pacientes se someten a una exploración quirúrgica (laparotomía o laparoscopia) con insuficiente planificación preoperatoria3.
La RM es la modalidad de imagen de elección para la evaluación de endometriosis infiltrante profunda debido a la alta sensibilidad para detectar productos de degradación de la sangre y su capacidad de valorar de manera global las estructuras pélvicas. Se reserva, por tanto, para aquellos casos en los que se sospecha afectación pélvica profunda, permitiendo un mapeo completo de lesiones pélvicas, o en casos con diagnóstico ecográfico de endometriosis profunda para la valoración prequirúrgica2–4,6,7. Debe recordarse que: la RM pélvica es la modalidad de imagen de elección para la evaluación de endometriosis infiltrante profunda debido a su capacidad de valorar de manera global las estructuras pélvicas y, por tanto, para la planificación preoperatoria.
La endometriosis intestinal es la forma más frecuente de endometriosis infiltrante extragenital (presente en un 12-37% de las pacientes con endometriosis) y la unión rectosigmoidea es la zona más afectada13. Se define como la presencia de glándulas endometriales y estroma en la pared intestinal, induciendo hiperplasia del músculo liso y fibrosis3,6–8. Esto da como resultado un engrosamiento de la pared intestinal con diferentes grados de estenosis. Los focos de endometriosis se adhieren al borde antimesentérico de la serosa de la pared intestinal, invadiendo de forma progresiva la superficie serosa e infiltrando a través de la muscular propia3. La afectación puede ser aislada o multifocal (lesiones múltiples que afectan al mismo segmento) y/o multicéntrico (múltiples lesiones que afectan a varios segmentos intestinales, como intestino delgado, intestino grueso, ciego, unión ileocecal y/o apéndice)8.
El aspecto ecográfico de la endometriosis es variable. Está determinado tanto por la naturaleza de los focos endometriósicos, que a menudo son nodulares (secundarios a fibrosis reactiva) o quísticos (secundarios a hemorragia), como por su tamaño o por la presencia de adherencias. Habitualmente se trata de lesiones hipoecoicas que penetran en la capa muscular propia; por lo tanto, pueden distinguirse fácilmente de las estructuras adyacentes, como la grasa abdominal o las capas de la pared intestinal (figs. 1 y 2). En otras ocasiones, presentan contenido mixto debido a la presencia de ecos internos; más raramente, pueden aparecer hiperecoicas o quísticas3. También pueden verse como lesiones hipoecoicas de morfología laminar a lo largo de la pared intestinal. Los implantes no muestran flujo significativo con la ecografía Doppler color1–12.
Mujer de 27 años con dolor hipogástrico que no mejora con analgesia habitual. A) La ecografía abdominal muestra un nódulo hipoecoico (*) unido a la pared del colon sigmoide que penetra en la muscular propia con crecimiento hacia la submucosa (S), condicionando colapso de la luz (flechas). B) El estudio mediante resonancia magnética pélvica (imagen transversal TSE, potenciada en T2) confirma una lesión de morfología nodular (*) en la pared del sigma, con crecimiento hacia la submucosa y con focos hiperintensos en su interior que sugieren tejido glandular. La paciente requirió intervención quirúrgica y el estudio anatomopatológico confirmó la endometriosis intestinal.
Mujer de 36 años con náuseas y dolor abdominal continuo de 3 semanas de evolución, sin relación con la ingesta ni con la defecación. A) La ecografía abdominal muestra una lesión hipoecoica de morfología nodular (*) adyacente a un asa de intestino delgado, de crecimiento excéntrico desde la serosa hacia la capa submucosa (S), que comprime la luz intestinal (flechas) y dilata las asas intestinales (A) proximales a la estenosis. Las irregularidades (punta de flecha) en la capa submucosa hiperecoica son indicativas de infiltración endometriósica. B) El estudio por resonancia magnética (imagen coronal TSE, potenciada en T2) confirma los hallazgos, identificándose una lesión excéntrica con crecimiento endofítico (*) que condiciona la dilatación de asas de intestino delgado. El estudio anatomopatológico mostró tejido endometriósico. V: vejiga.
La utilización de transductores de alta frecuencia permite identificar con precisión la estructura en capas de la pared intestinal: la muscular propia es hipoecoica y la submucosa, ecogénica (fig. 3)1,14. Existen muy pocas referencias previas de la apariencia ecográfica de la endometriosis intestinal; generalmente aparece como un engrosamiento o nódulo hipoecoico de la muscular propia, de morfología y márgenes variables (fig. 4)10,15. La apariencia normal de la muscular propia del intestino se reemplaza por un nódulo de tejido anómalo con posible retracción y adherencias (figs. 5 y 6). Esta condición se observa con mayor frecuencia en la endometriosis rectosigmoidea, donde se aprecian signos ecográficos característicos, descritos clásicamente en la ecografía endocavitaria como “signo del champiñón”, “signo de la pirámide”, “signo del cometa” y “signo del penacho de plumas indio”3,8. El “signo del champiñón”, descrito también en imágenes de RM, consiste en la convergencia del implante fibrótico en la serosa, con protrusión hacia la submucosa-mucosa, adoptando un patrón de crecimiento endofítico intraluminal (figs. 1, 7 y 8)16. El signo de la pirámide se refiere a que la base del implante está unida a la pared intestinal y con el vértice dirigido hacia el útero o la grasa mesentérica (fig. 5). El “signo del cometa” hace referencia a la forma fusiforme del implante, con espiculación en los extremos del área engrosada (figs. 3, 8 y 9)17. Otras lesiones presentan espiculaciones o bandas que se extienden desde el centro del implante y remedan el penacho de plumas indio (fig. 10)3,8. Algunas lesiones presentan aspecto tubular o en placa, con márgenes más o menos irregulares (fig. 3). En algunos casos, la ecografía detecta el foco de endometriosis como causa de cuadros obstructivos de bajo grado (figs. 2 y 11). Excepcionalmente, se puede visualizar como una masa quística o con contenido mixto. Apenas existen publicaciones sobre el comportamiento de las lesiones endometriósicas tras la inyección de contraste4,10; el realce puede ser tanto homogéneo como heterogéneo, según el tipo de componente que predomine: fibrosis o hemorragia (fig. 12). Con base en nuestra experiencia, y de acuerdo con la literatura científica, la imagen detectada por ecografía abdominal tiene alto grado de correlación con la imagen de la RM18. Debe recordarse que: la endometriosis intestinal es la forma más frecuente de endometriosis infiltrante extragenital y puede ser detectada mediante ecografía abdominal como lesiones hipoecoicas que penetran en la capa muscular propia.
Mujer de 37 años con dolor abdominal, antecedentes de cesárea y de enfermedad de Crohn, sin criterios clínico-analíticos de actividad. A y B) En la ecografía abdominal se identifica el íleon terminal (IT) con su pared ligeramente engrosada y dos lesiones hipoecoicas (**) adheridas a la superficie serosa, sugestivas de implantes endometriósicos. La primera imagen ecográfica presenta un patrón morfológico “en placa”, mientras que la segunda adquiere una morfología nodular. U: útero; S: sigma.
Mujer de 38 años con dolor en la fosa ilíaca derecha y sospecha de apendicitis aguda. Plano longitudinal del apéndice normal que muestra un leve engrosamiento de su punta (flechas) con una pequeña masa hipoecoica adherida a la serosa (flecha fina), sugestiva de implante endometriósico. El estudio de la pieza demostró un foco de endometriosis apendicular. Ap: apéndice.
Mujer de 40 años con dolor hipogástrico difuso y antecedentes de endometriosis. A) En la ecografía abdominal se identifica una lesión hipoecoica (*) adherida a la pared de dos asas de intestino delgado y que causa retracción de estas. B) En el sigma se identifica otra lesión de características morfológicas similares (*), con ecoestructura parietal conservada. Ambas lesiones presentan forma de pirámide, con su base adherida a la pared intestinal. A: asa intestinal.
Mujer de 51 años con dolor hipogástrico episódico, náuseas y vómitos. A) En la ecografía abdominal se muestra una lesión hipoecoica de morfología laminar (*) adherida a dos asas de íleon (A), condicionando retracción y estenosis. B) Se aprecia la morfología nodular del implante (flechas) adherido al íleon terminal (IT). LL: Líquido libre en la pelvis; S: submucosa. Nótese la diferente ecogenicidad de los implantes endometriósicos y del líquido libre. Los hallazgos quirúrgicos y anatomopatológicos confirmaron el diagnóstico de oclusión intestinal secundario a endometriosis intestinal.
Mujer de 37 años con dolor intenso centroabdominal, sensación distérmica, vómitos y estreñimiento en los últimos días. A) Ecografía abdominal: se identifica una lesión hipoecoica heterogénea con forma de champiñón (*), adyacente a un asa de intestino delgado, que impronta hacia la capa submucosa (S), condicionando disminución de calibre del asa afectada (flechas). B) En la tomografía computarizada (TC) con administración de contraste intravenoso se identifica dilatación de asas de intestino delgado secundarias a la lesión nodular excéntrica descrita (*). Como se ve en este caso, la ecografía permite una mejor caracterización de estas lesiones en comparación con el estudio por TC.
Mujer de 39 años con dolor abdominal y lumbar junto con fiebre. A) En la ecografía abdominal se observa una lesión nodular hipoecoica (*) adyacente al íleon terminal (IT). U: Útero. B) Detalle de la lesión con transductor de alta frecuencia que permite identificar mejor las capas de la pared intestinal y la impronta hacia la capa submucosa, condicionando colapso de la luz intestinal (flechas). Nótese la morfología fusiforme del implante (“signo del cometa”) (flechas finas). Los hallazgos plantearon el diagnóstico de implante endometriósico. C) Resonancia magnética pélvica (imagen sagital TSE, potenciada en T2) donde se observa una lesión hipointensa de morfología nodular en la pared de sigma (flecha), que corresponde a la lesión descrita en B. El estudio anatomopatológico confirmó el diagnóstico de endometriosis intestinal.
Mujer de 44 años con dolor abdominal difuso desde hace una semana y estreñimiento, con antecedente de endometriosis. El estudio ecográfico mostró hallazgos sugestivos de colitis inflamatoria/infecciosa (no mostrado). De forma incidental, se evidenció una lesión hipoecoica en el íleon que improntaba en la submucosa (S) (imagen A, asterisco). Nótese la morfología nodular, la morfología fusiforme (“signo del cometa”) (flecha estrecha) y el colapso de la luz que condiciona la lesión (flechas). Se identificó otra lesión de similares características en el íleon terminal (imagen B, asterisco), de morfología nodular. La resonancia magnética pélvica (imagen transversal TSE, potenciada en T2) muestra hallazgos morfológicos similares a los descritos por ecografía (flecha). El estudio anatomopatológico confirmó el diagnóstico de endometriosis intestinal. S: sigma, U: útero, IT: íleon terminal.
Mujer de 28 años con dolor abdominal intenso coincidiendo con la menstruación y que asocia náuseas, vómitos y estreñimiento. A) En ecografía abdominal se objetiva una lesión hipoecoica de bordes lobulados (*) adyacente al íleon terminal, que en el contexto clínico de la paciente sugiere un implante endometriósico que condiciona un cuadro oclusivo. B) Ecografía transvaginal. Se confirma la presencia de una lesión hipoecoica de bordes espiculados adyacente a asas intestinales, altamente sugestiva de implante endometriósico (*), con dilatación de asas y líquido libre asociado. C) El estudio de resonancia magnética pélvica (imagen transversal TSE, potenciada en T2) muestra una lesión de intensidad de señal intermedia, bordes espiculados (flechas), que ocasiona un cuadro oclusivo en las asas intestinales adyacentes. Nótese que el estudio ecográfico, tanto por abordaje abdominal como por abordaje transvaginal, permite una valoración morfológica similar a la RM. A: asas intestinales. U: Útero. IT: íleon terminal.
Mujer de 36 años con dolor abdominal mal definido, de 3 meses de evolución, pérdida de peso y episodios de estreñimiento reincidentes. El estudio ecográfico muestra una lesión hipoecoica de morfología nodular sugestiva de implante endometriósico (*) que condiciona dilatación de asas de intestino delgado proximales. Las asas de intestino delgado distales a dicha lesión son de calibre normal (flechas). Los hallazgos quirúrgicos y anatomopatológicos confirmaron el diagnóstico de endometriosis. E: implante endometriósico, ASA PRE: asa preestenótica, ASA POST: asa postestenótica.
Mujer de 50 años con dolor abdominal de 3 días de evolución. A) En la ecografía abdominal se identifica una lesión de ecogenicidad heterogénea, de predominio hipoecoico (*), que depende de las capas más externas de la pared anterior del colon descendente conservando la estructura de las capas internas. B) Tras administración de contraste ecográfico (Sonovue®) se delimita la lesión (flechas) y se identifican áreas periféricas de realce (asteriscos negros) y centro avascular (asterisco blanco). A pesar de que la sospecha inicial fue de un tumor del estroma gastrointestinal (GIST), el estudio anatomopatológico observó un nódulo indurado con zonas de fibrosis y lesiones quísticas con contenido hemorrágico de aspecto endometrioso. CD: colon descendente.
Esta apariencia ecográfica puede plantear como principales diagnósticos diferenciales la neoplasia benigna o maligna de colon, implantes por carcinomatosis peritoneal y la enfermedad diverticular19. Las características que pueden ayudar a distinguir la endometriosis de las neoplasias malignas son: a) edad de la paciente (normalmente el cáncer de colon es infrecuente en menores de 40 años); b) la historia clínica de hematoquecia es infrecuente en la endometriosis19; c) los nódulos de endometriosis de gran tamaño presentan un componente de fibrosis significativo que condiciona retracción y estenosis de la luz (a menudo de morfología en “C” con la parte convexa hacia la luz), mientras que una lesión maligna induce una estenosis de la luz debido al crecimiento endoluminal (fig. 13)20, y d) su apariencia ecográfica claramente distinta: la endometriosis se origina en la serosa e invade la pared intestinal desde fuera, conservando la estructura de capas de la pared intestinal, mientras que el cáncer colorrectal comienza desde la capa mucosa y profundiza a través de las capas musculares destruyendo las capas de la pared20. Por otra parte, los focos endometriósicos en lámina pueden simular implantes peritoneales metastásicos, pero suelen visualizarse en otro contexto clínico.
Mujer de 30 años con episodios de disuria coincidentes con la menstruación de meses de evolución. A) Ecografía transvaginal, plano longitudinal. Se identifica una lesión de ecogenicidad heterogénea, de predominio hipoecoico, de bordes lobulados (asterisco, flechas) en la pared posterosuperior de la vejiga. B) Resonancia magnética pélvica (imagen sagital TSE, potenciada en T2). Se confirma la existencia de una lesión en pared posterosuperior de vejiga (flechas), con focos hiperintensos en su interior sugestivos de tejido glandular y altamente sospechosa de implante endometriósico. Nótese cómo esta lesión condiciona cierta tracción del fondo uterino, aumentando su anteroflexión. El estudio anatomopatológico confirmó el diagnóstico de endometriosis. V: vejiga. U: útero.
En la exploración ecográfica se deben buscar otras lesiones intestinales cuidadosamente, ya que en más del 50% de los casos existen lesiones asociadas en un segundo segmento intestinal (figs. 3 y 7). Debe recordarse que: en la endometriosis intestinal está conservada la estructura de capas de la pared intestinal, mientras que en la neoplasia de colon está destruida.
La endometriosis infiltrante del tracto urinario afecta a la vejiga (15%) y los uréteres (4,5%) en mujeres con endometriosis grave3. La afectación ureteral causa estenosis de la luz y uropatía obstructiva con pérdida progresiva de la función renal. Desafortunadamente, el diagnóstico es tardío y el 47% de las pacientes con endometriosis ureteral requieren nefrectomía por el daño renal instaurado3.
La ecografía es el método de imagen inicial de elección para el diagnóstico de endometriosis del tracto urinario. El abordaje transvaginal permite evaluar el tamaño de las lesiones y la infiltración muscular con mayor precisión. Generalmente aparecen con morfología alargada o esférica, hipo o isoecoicas a la pared de la vejiga con pequeños espacios anecoicos en su interior, descritos como “burbujas” (fig. 13)3. Por lo general, se localizan en la pared posterior de la vejiga y causan compresión extrínseca de esta3. Mediante la ecografía abdominal también se pueden estudiar las lesiones vesicales y evaluar los uréteres (lesiones, dilataciones u obstrucciones) y los riñones (grado de hidronefrosis)4,9. La endometriosis ureteral se visualiza como nódulos hipoecoicos heterogéneos que pueden imitar patología neoplásica (fig. 14)3. Debe recordarse que: la ecografía abdominal es la herramienta diagnóstica de elección en el diagnóstico de uropatía obstructiva.
Mujer de 46 años con dolor en la fosa ilíaca derecha de 24 horas de evolución, con episodio previo de endometriosis que requirió cirugía (histerectomía total, anexectomía y nefrectomía izquierda). A) En la ecografía abdominal se observa dilatación ureteral secundaria a la presencia de una lesión de ecogenicidad intermedia que estenosa su tercio distal (flechas). U: uréter. B) Tras administración de contraste ecográfico (Sonovue®), se objetiva realce de la lesión, lo que confirma su naturaleza sólida y plantea el diagnóstico diferencial entre implante endometriósico y neoplasia urotelial. El estudio anatomopatológico confirmó el diagnóstico de implante endometriósico. U: uréter derecho.
La endometriosis infiltrante extragenital a menudo coincide con afectación genital. El abordaje abdominal permite estudiar los ovarios en busca de hallazgos sugestivos de endometriosis, como la medialización de estos por la presencia de adherencias (signo de los ovarios besándose) o la presencia de masas anexiales de contenido heterogéneo, sin flujo Doppler en su interior, hallazgos correspondientes a endometriomas (fig. 15)2–9.
Mujer de 44 años con vómitos, distensión y dolor abdominal, sin alteraciones del ritmo intestinal ni fiebre. En la ecografía abdominal (plano longitudinal) se evidencia una lesión hipoecoica dependiente del anexo izquierdo sugestiva de endometrioma (E), así como una lesión nodular (*) dependiente de las capas más externas de un asa intestinal de íleon que condiciona estenosis de la luz. También se observa líquido libre. La sospecha diagnóstica inicial fue de endometriosis con afectación intestinal, y se confirmó tras el estudio anatomopatológico. E: endometrioma. A: asa intestinal. LL: líquido libre.
En resumen, el diagnóstico no invasivo de endometriosis infiltrante se realiza típicamente mediante ecografía transvaginal y RM. La primera debe utilizarse como método inicial, mientras que la segunda se reserva para la planificación preoperatoria. En ocasiones, dado que el cuadro clínico de endometriosis infiltrante es inespecífico, la ecografía abdominal puede ser la primera prueba diagnóstica. Con esta modalidad de imagen se pueden identificar hallazgos sugestivos de endometriosis clásicamente descritos con ecografía transvaginal y RM, ya que la imagen es bastante característica, demostrando alta correlación con estas técnicas (figs. 1-4, 9, 10 y 13).
El conocimiento de esta patología y la familiarización con sus diferentes apariencias ecográficas ayuda al radiólogo a sugerir su diagnóstico e incluirlo en el diagnóstico diferencial de las múltiples causas de dolor pélvico en mujeres en edad fértil.
Autoría- 1.
Responsable de la integridad del estudio: JSG, ELM, TRG, MJMP.
- 2.
Concepción del manuscrito: JSG, ELM, TRG, MJMP.
- 3.
Diseño del manuscrito: JSG, ELM, TRG, MJMP.
- 4.
Obtención de los datos: JSG, ELM, TRG, MJMP, JVDR.
- 5.
Análisis e interpretación de los datos: JSG, ELM, TRG, MJMP, JVDR.
- 6.
Tratamiento estadístico: NA.
- 7.
7.Búsqueda bibliográfica: NA.
- 8.
Redacción del trabajo: JSG, ELM, TRG, MJMP.
- 9.
Revisión crítica del manuscrito: JSG, ELM, TRG, MJMP.
- 10.
Aprobación de la versión final: JSG, ELM, TRG, MJMP.
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.