Mujer de 60 años sin antecedentes patológicos ni traumáticos de interés que consulta por cervicalgia de varios años de evolución. Se le realizan radiografías de la columna cervical y posteriormente estudios de tomografía computarizada (TC) y de resonancia magnética (RM) de la columna cervical para una valoración más precisa.
Hallazgos radiológicosEn la radiografía lateral de la columna cervical (fig. 1) se observa una llamativa proliferación ósea columnar en la cara anterior de los cuerpos vertebrales desde C2 hasta C7. En el estudio de la RM de la columna cervical con secuencias eco de espín potenciadas en T2 y STIR en el plano sagital se evidencia una extensa osificación paravertebral anterior que se fusiona con la región anterior de los cuerpos vertebrales en el segmento desde C2 hasta D2, en relación con una grave enfermedad de Forestier-Rotés Querol, que impronta considerablemente el espacio prevertebral (fig. 2A). En el platillo vertebral superior de C4 se observa una imagen lineal, isointensa con la musculatura en la secuencia potenciada en T1 y marcadamente hiperintensa en la secuencia potenciada en T2, que se extiende a lo largo de todo el platillo y en sentido anterior en la osificación paravertebral. Se acompaña de un discreto grado de edema óseo del resto del cuerpo vertebral y de los pedículos de las vértebras C3 y C4 (fig. 2B). Los hallazgos son compatibles con una fractura relativamente reciente del platillo vertebral superior de C4 con extensión en la osificación prevertebral de la enfermedad de Forestier-Rotés Querol.
A) Resonancia magnética de la columna cervical, secuencia eco de spín potenciada en T2, corte sagital. Enfermedad de Forestier-Rotés Querol: osificación paravertebral por delante de los cuerpos vertebrales desde C2 hasta D2 (flechas) que se fusiona con la porción anterior de éstos y que impronta el espacio prevertebral. Imagen lineal hiperintensa en el platillo vertebral superior de C4 que se extiende hacia la columna ósea anterior, compatible con una fractura (*). B) Resonancia magnética secuencia STIR, corte sagital, donde se observa que la fractura del platillo vertebral superior de C4 es relativamente reciente, ya que se acompaña de un discreto grado de edema óseo (*) del resto del cuerpo vertebral y de los pedículos de las vértebras C3 y de C4.
En la TC de la columna cervical (fig. 3) se confirma la existencia de una extensa osificación que afecta al ligamento vertebral longitudinal anterior de la columna desde el segmento C2 hasta el D2, compatible con enfermedad de Forestier-Rotés Querol, así como una fractura del platillo superior del cuerpo vertebral C4 sin retropulsión del muro posterior ni fragmentos óseos en el canal medular.
DiscusiónEl diagnóstico diferencial de la enfermedad de Forestier-Rotés Querol debe hacerse fundamentalmente con la artrosis y la espondiloartritis anquilosante, que es una enfermedad inflamatoria clasificada dentro de las espondiloartritis seronegativas con proliferación ósea y afectación del ligamento paravertebral anterior1. La presencia de una proliferación ósea en la cara anterior de al menos 4 cuerpos vertebrales, como es el caso de este paciente, junto con la ausencia de cambios degenerativos en los discos y anquilosis en las articulaciones interapofisarias excluyen estas 2 entidades y confirman el diagnóstico de enfermedad de Forestier-Rotés Querol. Dada la predisposición a las fracturas vertebrales en estos pacientes, incluso en ausencia de antecedente traumático aparente, se decidió completar el estudio mediante TC y RM de la columna cervical, que demostraron, la existencia de una fractura del platillo vertebral superior de C4.
La primera descripción de la enfermedad se realizó en la columna cervical por los doctores Forrestier y Rotés Querol. Actualmente esta afectación no se considera limitada a la columna cervical y se denomina hiperostosis esquelética idiopática difusa (diffuse idiopathic skeletal hyperostosis). Es una entesopatía osificante no inflamatoria de los ligamentos, inserciones tendinosas y capsulares del raquis en la cara anterolateral de los cuerpos vertebrales, y afecta en un 75% a la columna cervical2. Es una entidad relativamente frecuente, que se encuentra en el 6–12% de las autopsias habituales. Afecta con más frecuencia a hombres que a mujeres (2:1), de edad avanzada, con un pico de incidencia en la década de los 60 años. Se desconoce su etiología.
La mayoría de los casos son asintomáticos y se descubren casualmente al realizar estudios radiológicos por otros motivos. Los únicos síntomas suelen ser limitación de la movilidad, dolor articular leve y dolor de espalda. Cuando afecta a la columna cervical puede producir disfagia y menos frecuentemente disnea o síntomas neurológicos3.
Para realizar el diagnóstico de esta entidad y separarlo especialmente de la espondiloartropatía anquilosante4, Resnick introdujo 3 criterios diagnósticos: 1) osificación a lo largo de la región anterolateral de al menos 4 cuerpos vertebrales contiguos; 2) la altura de los discos vertebrales del segmento afectado debe estar respetada, y 3) ausencia de anquilosis en las articulaciones interapofisarias y ausencia de erosiones, esclerosis y fusión ósea interarticular en las articulaciones sacroilíacas5.
Estos pacientes requieren especial atención en caso de presentar algún traumatismo, incluso en aquéllos de baja intensidad, ya que pueden presentar fracturas en la columna vertebral fusionada y afectación de la médula espinal6. Por tanto, el radiólogo debe mantener un alto índice de sospecha frente a estos pacientes, especialmente en aquéllos con historia de traumatismo o dolor cervical, y realizar pruebas de imagen complementarias, como TC o RM, en busca de posibles fracturas, y asumir que existen mientras no se demuestre lo contrario7. Estas fracturas suelen producirse por un mecanismo de extensión forzada y generalmente se extienden a lo largo del cuerpo vertebral, ya que los puentes óseos son más gruesos y fuertes a la altura de los espacios discales8. Así, en el caso de esta paciente, a pesar de no referir antecedente traumático, se le detectó una fractura relativamente reciente (edema óseo acompañante) del platillo vertebral superior de C4 con extensión hacia la columna ósea prevertebral.
La mayoría de estos pacientes no requieren tratamiento, ya que permanecen asintomáticos. En caso de dolor cervical o lumbar, el tratamiento es conservador (rehabilitación y antiinflamatorios), y la cirugía se reserva para cuando existe mielopatía o fractura (de las 3 columnas) que produzca inestabilidad9. En el caso de que la fractura sea estable y no produzca déficits neurológicos, como es el caso de este paciente, se puede manejar con éxito mediante inmovilización (corsé)10.
Diagnóstico- 1.
Enfermedad de Forestier-Rotés Querol con fractura de cuerpo vertebral cervical.
- 2.
Hiperostosis esquelética idiopática difusa con fractura de cuerpo vertebral cervical.
- 3.
Hiperostosis anquilosante con fractura asociada de cuerpo vertebral cervical.
Para conocer el listado de participantes que acertaron su diagnóstico y obtuvieron créditos hay que dirigirse a la página web de la SERAM (http://www.seram.es) dentro del apartado de la revista Radiología.