Objetivo docente: Aclarar los conceptos de competencia, certificación y acreditación en radiología pediátrica. Presentar el modelo de certificación de competencias elaborado por la SERAM y la SERPE.

Discusión: Existen muchos modelos y definiciones en el amplio tema de la certificación de competencias. La radiología pediátrica tiene cada vez más complejidad y precisa de una buena definición de sus contenidos y de qué nivel de capacitación deben tener quienes la practican. Una definición práctica y sencilla de entender es la que hizo Miller en 1997. Dice que ”hay competencia clínica cuando el profesional tiene suficiente conocimiento y habilidad para que realice sus procedimientos con los resultados deseados y sin daño al paciente”. Este concepto se basa, además, en la conocida “pirámide de Miller”, básico para los conocedores del tema de competencias profesionales. El vértice de esta pirámide es lo que el profesional hace. Por debajo, evalúa lo que el profesional sabe o muestra cómo hace. Sobre este concepto básico se desarrolla el llamado “elemento de competencia”, o aquella función que hace el radiólogo y que surge después de un análisis detallado de las funciones generales. Así, un radiólogo pediátrico diagnostica, diagnostica con ecografía (más específico), diagnostica con ecografía la patología abdominal (todavía más específico) o diagnostica con ecografía con ecopotenciador la patología abdominal. Este último se puede considerar un elemento de competencia. Una vez definidos los elementos de competencia (diagnósticos, terapéuticos, de gestión...) se establecen sus niveles (o dificultad para adquirirlos), sus criterios de calidad y cómo se adquieren y se mantienen. Estos elementos definen el mapa de competencias del radiólogo pediátrico, y la certificación se puede definir de distintas formas, mediante una certificación global o certificando el cumplimiento de alguno de los elementos de competencia. La adquisición de los elementos de competencia se puede hacer también a partir de los componentes (conocimientos, habilidades, actitudes) que están implícitos en cada uno de ellos (sedación pediátrica, conocimiento de las variantes anatómicas, etc). Estos componentes, que están en escalones inferiores de la pirámide de Miller, también se pueden incluir en la definición de los elementos de competencia y permiten diseñar los programas formativos y planes de desarrollo para adquirir las diferentes competencias.

Referencias bibliográficas

Mendiratta-Lala M, Eisenberg RL, Steele JR, Boiselle PM, Kruskal JB. Quality initiatives: measuring and managing the procedural competency of radiologists. Radiographics. 2011;31:1477-88.

Valdés, Galindo, Ferrer, Del Cura, eds. Competencias en Radiología Vascular e Intervencionista. SERAM, 2013.