Objetivos docentes: Conocer cómo se mide la radiación en estudios de TC y los niveles de referencia a nivel europeo. Diferencias entre dosis absorbida y dosis efectiva. Comparación con otras técnicas radiológicas. Enseñar qué parámetros técnicos y del paciente influyen en la dosis final al paciente y en la calidad diagnóstica percibida por el radiólogo. Estrategias en la adquisición y en el posprocesado. Fomentar una cultura de seguridad del paciente radiológico.

Revisión del tema: El aumento en el uso de las radiaciones ionizantes en el diagnóstico médico en las últimas décadas ha sido importante y uno de los mayores responsables es el uso del TC. Los esfuerzos de las casas comerciales cada vez van más enfocados a optimizar la dosis de radiación con nuevas tecnologías como los algoritmos de reconstrucción iterativa y modulación basada en el órgano expuesto. Con la directiva europea 2013/59/Euratom, que obligará a partir de febrero de 2018 a incorporar la información de dosis estimada por cada paciente en sus pruebas radiológicas, los radiólogos tenemos que estar cada vez más concienciados y hacernos aún más responsables del uso que se hace de las radiaciones ionizantes; en especial del TC. Solamente conociendo bien las herramientas de las que disponemos seremos capaces de aportar un valor añadido a nuestro trabajo.

Conclusiones: El radiólogo debe disponer de los conocimientos y habilidades necesarias para optimizar un estudio de TC con la menor dosis posible de radiación.