Objetivos docentes: Establecer una correlación entre técnicas radiológicas (morfológicas) y técnicas nucleares (funcionales) con el fin de comparar resultados entre ellas. En nuestra revisión bibliográfica nos llamó la atención la escasez de estudios que correlacionaban ambas técnicas, por lo que revisamos retrospectivamente 110 pacientes de nuestro hospital con paragangliomas, siendo criterio de inclusión tener al menos una técnica morfológica y otra funcional.

Revisión del tema: El paraganglioma es un tumor neuroendocrino habitualmente benigno, único y esporádico, que se da en edades medias de la vida. Pueden originarse bien en la médula adrenal (llamados feocromocitomas, 80%); o bien en localización extraadrenal: del SNA parasimpático (cabeza, cuello, mediastino anterior,...) o del SNA simpático (mediastino posterior, retroperitoneo, vesícula y vejiga,...). Los paragangliomas se comportan radiológicamente de manera similar independientemente de su localización. Los pequeños pueden ser homogéneos y bien definidos; los grandes, más heterogéneos. Son tumores hipervasculares, en TC con áreas de alta atenuación (calcio, hemorragia aguda) y de baja atenuación (degeneración quística, necrosis). En RM son hipo-iso-intensos en T1, hiperintensos en T2, y con típica apariencia de “sal y pimienta”. Si la TC/RM son equívocas, negativas, o la enfermedad es metastásica o multifocal, son de gran utilidad las pruebas funcionales de medicina nuclear: pruebas específicas (gammagrafía con MIGB, o PET-dopamina), y si son negativas, se realizan pruebas no específicas (gammagrafía con pentetreótido, PET-FDG).

Conclusiones: El diagnóstico del paraganglioma puede suponer en ocasiones un reto, existiendo técnicas radiológicas y nucleares que hay correlacionar puesto que cada una tiene sus ventajas, desventajas y características propias.