Objetivos: Describir la técnica y protocolo empleado en la infiltración ecoguiada peritendinosa del psoas. Analizar los resultados obtenidos tras la primera infiltración y su papel diagnóstico y terapéutico. Revisamos la literatura referente a las infiltraciones del tendón del psoas.

Material y métodos: Revisamos de forma retrospectiva 36 pacientes (10 hombres y 26 mujeres) con sospecha de patología del psoas remitidos por un traumatólogo especialista en cadera, en el periodo comprendido entre enero de 2015 hasta diciembre de 2016. Se realizó infiltración con corticoide y/o anestésico local peritendón del psoas bajo control ecográfico. En una segunda entrevista con el traumatólogo se clasificaron en tres grupos según la respuesta a las 2-3 semanas postinfiltración (no mejoría, mejoría transitoria y mejoría absoluta). Basándose en la respuesta a la infiltración, el traumatólogo consideró los posibles diagnósticos diferenciales y las opciones terapéuticas que incluían completar el tratamiento con infiltración o tenotomía.

Resultados: De los 36 pacientes, 3 abandonaron, 18 mostraron mejoría transitoria del dolor, 5 mejoría absoluta, y en 10 ninguna mejoría. Un paciente presentó una complicación leve (hipotensión).

Conclusiones: La infiltración ecoguiada en el tendón del psoas es una técnica útil para confirmar la causa del dolor de cadera y diferenciarla de otras entidades. Permite establecer el diagnóstico cuando otras pruebas no han sido concluyentes, y se incluye dentro del algoritmo diagnóstico del dolor de cadera en nuestro centro. Es un procedimiento seguro y preciso, que permite de una forma razonable manejar el dolor, retrasar o evitar una intervención quirúrgica y ayudar al especialista en la toma de decisiones.