El objetivo de este trabajo es presentar nuestros resultados, describiendo la técnica utilizada en el tratamiento endovascular de las hemorroides.
Material y MétodoLa embolización se realizó mediante punción de la arteria femoral derecha o vía arteria radial, y se cateterizó la arteria mesentérica inferior (AMI) accediéndose a la arteria rectal superior con un microcatéter (2,7 F) con el que cateterizábamos cada rama distal, ocluyéndolas distalmente con partículas de PVA (300-500 micras), y proximalmente con coils de 2-3mm. Los pacientes recibieron el alta a las 24 horas, al mes se les evaluó clínicamente y se les realizó una anoscopia.
ResultadosEl estudio incluye 20 pacientes. (4 mujeres y 16 hombres), edad media de 61,85 años (27-81), con seguimiento medio de 10,6 meses (rango de 28-2 meses). El éxito técnico fue del 90% (18/20) y el éxito clínico de 83,4% (15/18); un paciente requirió nueva embolización de la arteria rectal media y dos pacientes requirieron cirugía. La recuperación fue prácticamente indolora. Al mes todos referían gran satisfacción y la anoscopia demostraba importante mejoría de las hemorroides. No hubo complicaciones secundarias a la embolización.
ConclusionesLos resultados iniciales sugieren que la ESARS es un procedimiento seguro e indoloro, bien tolerado que evita el trauma anorrectal, y recuperación inmediata del paciente.
To present our results and describe the technique used for the endovascular treatment of hemorrhoids.
Material and methodsWe used right femoral artery or radial artery access to catheterize the inferior mesenteric artery, proceeding to the superior rectal artery with a 2.7F microcatheter to catheterize and embolize each distal branch distally with PVA particles (300-500μm) and proximally with coils (2-3mm). Patients were discharged 24hours after the procedure and clinically followed up at one month by anoscopy.
ResultsWe included 20 patients (4 women and 16 men; mean age, 61.85 years (27-81 years); mean follow-up, 10.6 months (28-2 months). Technical success was achieved in 18 (90%) patients and clinical success in 15 (83.4%); one patient required a second embolization of the medial rectal artery and two required surgery. Recovery was practically painless. At the one-month follow-up, all patients were very satisfied and anoscopy demonstrated marked improvement of the hemorrhoids. There were no complications secondary to embolization.
ConclusionsOur initial results suggest that selective intra-arterial embolization is a safe and painless procedure that is well tolerated because it avoids rectal trauma and patients recover immediately.
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