El traumatismo craneoencefálico (TCE) leve es uno de los trastornos neurológicos más comunes sólo superado por la cefalea migrañosa, sin embargo suele estar infradiagnosticado al no acudir los pacientes a un servicio sanitario. Su causa más frecuente en nuestro país es la caída casual.
Si se considera al TCE leve aquél con puntuaciones en la GCS de 13–15, hay que destacar que los pacientes con GCS inicial de 13 presentan claramente peor pronóstico e incluso muerte relacionada directamente con el TCE, por lo que algunos autores consideran que deberían incluirse entre los moderados.
El sustrato neuropatológico del TCE leve es la lesión axonal difusa causada en la masa encefálica por fuerzas de cizallamiento por deceleración brusca. La zona de unión sustancia gris-sustancia blanca parece la más susceptible a sufrir lesión. El TCE leve puede ser difícil de evidenciar con las pruebas habituales de tomografía computarizada (TC) y electroencefalografía.
La TC es la prueba complementaria a utilizar durante el período agudo, pero una vez superado este período hay otras pruebas más útiles como la resonancia magnética (RM), la RM espectroscópica, la «magnetic source imaging», que integra los datos anatómicos de la RM con los electro-fisiológicos de la magnetoencefalografía, y las imágenes dinámicas de «single-photon emission tomography» (SPECT) y «positron emission tomography» (PET).
No existe una constelación de síntomas clínicos que permita definir al TCE leve o al síndrome postconmocional, pero la cefalea de múltiples etiologías es el síntoma más prominente seguido del vértigo. El pronóstico del TCE leve es todavía incierto y no todos los que han sufrido un TCE leve van a desarrollar un síndrome postconmocional. En el período agudo casi el 50% de los pacientes presentan un síndrome postconmocional y a los tres meses de la lesión decrece hasta un tercio. La organicidad de este síndrome cada vez está más documentada en estudios neurorradiológicos, de perfusión cerebral, electrofisiológicos y neuropsicológicos, así como también se han demostrado alteraciones objetivas de las pruebas vestibulares.
El tratamiento debe ser individualizado según las quejas específicas del paciente. A nivel del tratamiento neurofarmacológico todavía no se ha descubierto la «pócima milagrosa» que pueda mejorar al TCE leve, sin embargo las investigaciones recientes parecen prometedoras.
Mild cranioencephalic traumatism (CET) is one of the most common neurological disorders that is only surpassed by migraine headache, however, it is generally underdiagnosed as the patients do not come to the health care service.
Its most frequent case in our country is accidental fall. If mild CET is considered that whose scores on the GCS is 13–15, it must be stressed that patients with initial GCS of 13 clearly present a worse prognosis and even death directly related with the CET, so that some authors consider that they should be included among the moderate ones.
The neuropathological substrate of mild CET is the diffuse axonal lesion caused in the encephalic mass due to shear force because of sudden deceleration. The gray matter-white matter zone junction seems to be the most susceptible to suffering injury.
Mild CET can be difficult to observe with the common computed tomography (CT) and electroencephalography tests.
The CT is a complementary test to be used during the acute period, however once this period is over, there are other more useful tests such as magnetic resonance (MRI), spectroscopic MRI, magnetic source imaging, which integrates the anatomical data of the MRI with the electrophysio-logical ones of the magnetoencephalography, and the dynamic images of the single-photon emission tomography (SPECT) and positron emission tomography (PET).
There is no constellation of clinical symptoms that makes it possible to define the mild CET or post-concussional syndrome, but headaches having multiple etiologies are the most prominent symptom followed by vertigo. The prognosis of mild CET is still uncertain and not all who have suffered a mild CET are going to develop a post-concussional syndrome. In the acute period, almost 50% of the patients present a post-concussional syndrome and this decreases to one third at 3 months of the injury. The organicity of this syndrome is more and more documented in neuroradiological, cerebral perfusion, electrophysiological and neurophychological studies and objective disorders of the vestibular tests have also been demonstrated. Treatment should be individualized according to the specific complaints of the patient. Regarding neuropharmaco-logical treatment, the «miraculous concoction» that can improve mild CET still has not been described, however, recent investigations seem promising.
Artículo
Comprando el artículo el PDF del mismo podrá ser descargado
Precio 19,34 €
Comprar ahora