Identificar las desviaciones habidas en el manejo clínico del paciente, debidas a la actuación de los profesionales asistenciales, que hayan producido un daño medible al paciente.
Material y métodosEstudio multicéntrico observacional y descriptivo llevado a cabo en una muestra de ingresos hospitalarios, para evaluar la ocurrencia de sucesos adversos y sucesos adversos evitables. Se realizó un muestreo estratificado aleatorizado no equiprobabilístico por estratos, agrupando los ingresos según el diagnóstico. Para cada grupo de diagnóstico se seleccionaron 520 ingresos. Se incluyó a pacientes mayores de 14 años ingresados de forma urgente o programada. Fueron excluidos los pacientes que no fueron hospitalizados y aquellos cuya historia clínica fue imposible obtener. En cada ingreso seleccionado podía identificarse más de un suceso adverso, en cuyo caso se registraba el más sospechoso de tratarse de un “suceso adverso evitable”. La revisión de los ingresos seleccionados fue realizada utilizando el “Adverse Event Form”.
ResultadoUn total de 445 casos contenía al menos un suceso adverso, en 109 de los cuales fue posible hallar un suceso adverso evitable. Los sucesos adversos evitables fueron más frecuentes en los grupos de las enfermedades reumáticas y la hipertensión (tasas del 36,6 y el 29,8%, respectivamente). A mayor evidencia de la presencia de comorbilidades, mayores tasas de sucesos adversos y sucesos adversos evitables. Los problemas relacionados con tratamientos farmacológicos y con pruebas diagnósticas o de tratamiento presentaban el mayor número de casos en el grupo de los sucesos adversos evitables (57,4 y 60,9%, respectivamente). El grupo de los sucesos producidos por omisión mostraba casi el 80% de los sucesos adversos evitables. Los grados de discapacidad mayor permanente y menor permanente mostraron los porcentajes más altos de sucesos adversos evitables (100 y 87%, respectivamente).
ConclusionesLos sucesos adversos son un hecho de la práctica asistencial durante la hospitalización. Desde la perspectiva de la evaluación de la calidad asistencial, la atención ha de estar especialmente centrada en los sucesos adversos considerados evitables.
To quantify deviations in clinical management due to physician activity producing a measurable injury to the patient.
Material and methodsAn observational, descriptive multicenter study was carried out in a sample of hospital admissions to assess the occurrence of adverse events and preventable adverse events. Non-probabilistic stratified randomized sampling was performed, grouping hospital admissions according to their diagnosis. For each diagnostic group, 520 admissions were selected. Patients older than 14 years admitted to hospital on an emergency or scheduled basis were included. Exclusion criteria included outpatients and those whose medical records could not be obtained. For each selected admission, more than one adverse event could be identified, in which case adverse events suspected of being preventable were recorded. Review of the selected admissions was done using the “Adverse Event Form”.
ResultsA total of 445 patients experienced at least one adverse event. Of these, preventable adverse events were identified in 109. Preventable adverse events were more frequent in rheumatic diseases and hypertension (rates of 36.6% and 29.8%, respectively). The more evident the presence of comorbidities, the higher the rates of adverse events and preventable adverse events. Events related to drug treatments, diagnostic tests and treatment presented the highest number of cases in the preventable adverse events group (57.4% and 60.9%, respectively). The group of events produced by omission accounted for nearly 80% of preventable adverse events. The degrees of major and minor permanent disability showed the highest percentages of preventable adverse events (100% and 87%, respectively).
ConclusionsAdverse events are a fact of health care practice during hospitalization. From the quality assessment perspective, healthcare should be especially focused on preventable adverse events.