El prurito es una complicación frecuente de las patologías hepáticas, que puede llegar a ser de difícil manejo. El incremento en el tono opioide cerebral se ha postulado como mecanismo fisiopatológico causal del prurito. Es así como el antagonismo opioide causa mejoría y resolución sintomática en estos pacientes.
Objetivo.Describir el manejo de prurito severo con antagonismo opioide en una paciente refractaria a manejo médico convencional, y hacer una revisión de la literatura.
Metodología y resultados.Este es el caso de una paciente de 50 años de edad, con antecedente de hepatitis autoinmune, quien se presenta con historia de cinco años de prurito severo secundario a colestasis, manejada con antihistamínicos, esteroides, ácido ursodeoxicólico y colestiramina sin mejoría. Se decide manejo con antagonismo opioide; se inicia con naloxona infusión por 24 horas, con dosis ascendentes desde 0,002 mcg/ kg/min, hasta 0,2 mcg/kg/min, y posteriormente naltrexona, hasta dosis de 50mg día. Se evalúo la respuesta terapéutica por medio de escala visual análoga (EVA). Desde el inicio de la infusión se obtiene disminución en la EVA hasta valores de 0/10 durante las primeras 24 horas, con mejoría clínica y sintomática.
Conclusiones.En el enfoque de la paciente con prurito refractario debe considerarse el uso de antagonismo opioide como alternativa terapéutica.
Pruritus is a frequent complication in liver disease and may be difficult to manage. Increased cerebral opiod tone has been proposed as the physiological mechanism that causes pruritus. Opiod antagonism, therefore, leads to an improvement and resolution of symptoms in these patients.
Objective.Describe the management of severe pruritus using opiod antagonists in a patient who does not respond to conventional medical management, and conduct a review of the literature.
Methodology and results.This is the case of a 50year-old female patient with a history of autoimmune hepatitis with a five-year history of severe pruritus secondary to cholestasis which does not improve after management with antihistamines, steroids, ursodeoxycholic acid and cholestyramine. It is decided to initiate management with opiod antagonists, starting with an infusion of naloxone for 24 hours with dose escalation from 0.002μg/kg/min up to 0.2μg/kg/min, followed by naltrexone up to a dose of 50mg/day. The therapeutic response was assessed using the visual analog scale (VAS). Within 24 hours of initiating the infusion, there is a reduction in the VAS score down to 0/10, with clinical and symptomatic improvement.
Conclusions.The approach to patients with refractory pruritus should include the use of opioid antagonists as a therapeutic option