Distintos síntomas de malestar psicológico y los motivos de consumo se han asociado con el consumo de alcohol de los estudiantes universitarios. El aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) por la COVID-19 redujo la circulación al mínimo, impactó en la salud mental de los universitarios y generó cambios en diversas conductas, incluido el consumo de alcohol.
ObjetivosAnalizar la relación de síntomas de ansiedad, depresión y estrés y los motivos de consumo con el consumo de alcohol de los estudiantes universitarios argentinos antes y durante los primeros 3 meses del ASPO, así como examinar si los motivos de consumo median la relación entre malestar psicológico y consumo de alcohol.
MétodosCompletaron una encuesta online 2 muestras de estudiantes, una antes del ASPO (n = 125; media de edad, 23,87 ± 3,27 años; el 73,6% mujeres) y otra durante este (n = 174; 24,32 ± 3,64 años; el 78,2% mujeres).
ResultadosEl consumo de alcohol y los motivos social y de mejora disminuyeron en los estudiantes durante el ASPO. Comparados con el grupo antes del ASPO, las asociaciones del malestar psicológico y los motivos de consumo con el consumo de alcohol fueron más consistentes en el grupo durante el ASPO. En el análisis multivariado, los motivos de afrontamiento explicaron una frecuencia incrementada de consumo de alcohol en los universitarios durante el ASPO.
ConclusionesResulta necesario prestar especial atención a la salud mental de los universitarios que han sufrido cambios en sus rutinas como consecuencia de las restricciones implementadas a partir de la pandemia.
Different psychological symptoms of distress as well as drinking motives have been associated with alcohol use in college students. The COVID-19 lockdown [aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO)] reduced movement to a minimum, impacting college students’ mental health and generating changes in several behaviours, including alcohol use.
ObjectivesTo examine the association between symptoms of anxiety, depression and stress, drinking motives and alcohol use in two groups of Argentinian college students, before and during the first three months of lockdown. In addition, it was examined whether drinking motives mediate the relationship between psychological distress and alcohol use.
MethodsTwo samples of college students, one before the lockdown (n=125; mean age, 23.87 ± 3.27 years; 73.6% women) and another during the lockdown (n=174; 24.32 ± 3.64 years; 78.2% women) completed an online survey.
ResultsAlcohol use, as well as social and enhancement motives, decreased in college students during lockdown. The associations between psychological distress and drinking motives with alcohol use were more consistent in the group during lockdown compared with the group after lockdown. At a multivariate level, coping motives explained an increased frequency of alcohol consumption in college students during lockdown.
ConclusionsIt is necessary to pay special attention to the mental health of college students who have experienced changes in their routines as a result of the restrictions implemented during the pandemic.
Los estudiantes universitarios representan una subpoblación vulnerable al desarrollo de conductas adictivas1, y entre las más prevalentes se encuentra el elevado consumo de alcohol2–4. El consumo de alcohol se asocia con consecuencias negativas de diferente gravedad, como dificultades en el rendimiento académico, accidentes de tránsito, aumento de la impulsividad y conductas sexuales de riesgo5. Estudiantes universitarios de Argentina han reportado, entre los problemas más frecuentes derivados del consumo de alcohol, un consumo mayor que lo planeado, comportamientos vergonzosos, síntomas físicos (como dolores de cabeza o estomacales) y amnesia6.
Diferentes modelos explicativos del comportamiento de consumo de alcohol postulan que la presencia de emociones negativas o adversas facilita el consumo de esta sustancia7,8. Una revisión demostró que el estrés es un importante factor de riesgo del consumo de alcohol y los trastornos por este consumo9. El estrés es una experiencia humana común que puede dificultar el cumplimiento de las exigencias de la vida10. Una mayor exposición a factores estresantes se relaciona con una mayor probabilidad de un consumo de sustancias problemático11,12. La vida universitaria incluye factores estresantes únicos, como la responsabilidad frente a las finanzas propias, el estudio, la socialización y la soledad13. El estrés relacionado con la vida universitaria puede contribuir al inicio y el consumo problemático de diversas sustancias, en particular el alcohol14–16.
A su vez, los síntomas depresivos, que refieren a sentimientos de tristeza, poco interés o placer en hacer cosas y una variedad de otros síntomas17, se reportan notables entre los universitarios18,19. Los síntomas depresivos tienen gran relación con un mayor consumo de alcohol y consecuencias negativas derivadas de este consumo20. El consumo problemático de alcohol en universitarios también se ha asociado con síntomas de ansiedad21,22 que se caracterizan por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación, y/o síntomas físicos17 y estrés (particularmente estrés postraumático)23.
Los motivos de consumo refieren a necesidades internas o externas que guían el consumo de la sustancia24. Según Cooper25, es posible identificar 4 tipos de motivos de consumo: mejora (p. ej., mejorar el estado de ánimo positivo), social (facilitar las interacciones sociales), afrontamiento (aliviar el estado de ánimo negativo) y conformidad (encajar o integrarse en el grupo de pares). Diversas investigaciones han demostrado que los motivos de consumo son muy predictores del consumo de alcohol y sus consecuencias negativas26–28. Además, funcionan como variables más proximales y mediadoras en la relación entre factores distales como el malestar psicológico y el consumo de alcohol2,29,30.
Por otro lado, la pandemia por COVID-19ha modificado el estilo de vida de la mayoría de las personas y ha impactado en la salud mental de diferentes grupos31–34, incluidos los estudiantes universitarios35–38. En Argentina, el 20 de marzo del 2020 se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), el cual redujo la circulación de la población al mínimo y permitía solo actividades esenciales (personal de salud, supermercados, transporte urbano reducido)39. En un estudio local realizado durante el ASPO en el que la mitad de la muestra eran universitarios, se halló que alrededor del 20% de los participantes reportaron síntomas moderados a extremos de depresión, ansiedad y estrés40. En la misma línea, un seguimiento de indicadores de malestar psicológico mostró un deterioro de la salud mental de universitarios argentinos conforme se iban adicionando extensiones al ASPO41.
Los universitarios también exhiben cambios en sus comportamientos de consumo de alcohol desde que comenzó la pandemia y, con ello, las restricciones para contener los contagios de COVID-1942. Algunos estudios muestran una reducción en distintos indicadores de consumo de alcohol durante la pandemia respecto de lo que ocurría previamente. Esta disminución del consumo se atribuye principalmente al cierre de las universidades y el consecuente regreso de los estudiantes a sus hogares de origen, lo que incrementaría el monitoreo parental de las conductas de consumo43–45. No obstante, cierta evidencia muestra que el consumo de alcohol en universitarios aumentó o se mantuvo estable durante la pandemia40,46–48. Notablemente, diferentes trabajos observaron que el malestar psicológico49 y los motivos de afrontamiento46 se asociaron con el incremento del consumo de alcohol de los universitarios. A su vez, algunos resultados indicaron que los motivos de afrontamiento mediaron la relación entre el afecto negativo48 y la desregulación emocional47 con el consumo de esta sustancia. Si bien alguna evidencia local registró patrones estables de consumo antes y durante las primeras semanas del ASPO40, no encontramos estudios que examinen la relación de factores de riesgo con el consumo de alcohol durante el aislamiento en universitarios argentinos.
Con todo, aunque los hallazgos mencionados coinciden en el aumento de los problemas de salud mental en universitarios relacionado con el inicio de la pandemia por COVID-19, los factores contribuyentes a este incremento pueden no ser necesariamente generalizables a todas las culturas. Al respecto, se destaca la necesidad de examinar el impacto de la pandemia por COVID-19 en la salud mental de los estudiantes universitarios50,51, en particular de Argentina, y el modo en que distintos factores de riesgo se relacionan con comportamientos problemáticos como el consumo de sustancias. Así entonces, este trabajo se propone describir los niveles de ansiedad, depresión y estrés, así como los motivos de consumo y el consumo de alcohol en 2 muestras de estudiantes universitarios: una examinada antes y otra durante los primeros 3 meses del ASPO. De la misma manera, se examina la relación entre cada una de las variables en ambas muestras (antes y durante el ASPO). Por último, se analiza si los motivos de consumo median la relación entre los síntomas de malestar psicológico y el consumo de alcohol en las 2 muestras de estudiantes universitarios.
MétodosParticipantesParticiparon estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la segunda universidad más grande de Argentina que nuclea a estudiantes de familias de clase media del centro y el norte del país52,53 que fueron invitados a participar de un estudio sobre salud mental y consumo de alcohol a través de redes sociales y mediante la entrega de anuncios con un código QR en el campus universitario. Los requisitos para participar fueron: a) ser estudiante matriculado en al menos una carrera universitaria, y b) tener al menos 18 años de edad. Se conformaron 2 muestras, una antes del ASPO (n = 125) y otra durante el ASPO (n = 174), y en ambos casos el muestreo fue en bola de nieve o muestreo guiado por los participantes, un tipo de muestro previamente utilizado en estudiantes universitarios4,54–56. El estudio se llevó a cabo en dos tramos. El primer tramo fue desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020. Oportunamente, frente al inicio del ASPO, el estudio se reanudó y se extendió desde abril hasta junio de 2020. De este modo, los participantes del primer tramo conformaron la muestra antes del ASPO y los del segundo tramo, la muestra durante el ASPO. Los estudiantes no recibieron incentivos por su participación en el estudio. Durante los 2 tramos de recolección de datos, las condiciones se mantuvieron debido a que se realizaron virtualmente.
ProcedimientoLos datos se recolectaron a través de una encuesta online en las 2 etapas, antes y después del ASPO. Al ingresar a la encuesta, se presentaba la hoja de información del estudio que describía el objetivo de la investigación, el carácter voluntario de la participación y el tratamiento confidencial de los datos. A continuación, los participantes podían brindar su consentimiento optando por seguir con la encuesta. En caso de no dar consentimiento, el estudio se daba por finalizado. Completar la encuesta llevaba aproximadamente 15 min y no implicaba riesgo o beneficio alguno. Se respetaron los principios éticos para la investigación con humanos indicados por la Asociación Americana de Psicología (2016), la Declaración de Helsinki (World Medical Association, 2013) y la Ley Nacional 25.326 de Protección de Datos Personales57,58. Los procedimientos y protocolos fueron aprobados por el Comité de Bioética de Investigación del Hospital Nacional de Clínicas, registro n°3591 (Córdoba, Argentina).
InstrumentosCuestionario de datos sociodemográfico. Se incluyeron preguntas para indagar la edad, el sexo, el año de cursado en la universidad y el nivel socioeconómico autopercibido.
Escala de depresión, ansiedad y estrés (DASS-21). Se utilizó la versión en español59 de la Depression Anxiety Stress Scale de 21 ítems (DASS-21)60. Esta escala mide síntomas de depresión, ansiedad y estrés (7 ítems por dimensión). Los participantes deben indicar, utilizando una escala Likert de 4 puntos (0 = No me pasó, 1 = Me pasó un poco o durante parte del tiempo, 2 = Me pasó bastante o durante una buena parte del tiempo, 3 = Me pasó mucho o la mayor parte del tiempo), si habían experimentado alguno de los síntomas indicados en los 30 días previos. Este cuestionario presentó adecuados valores de consistencia interna tanto en la versión en español (α = 0,96 para la escala total y entre 0,86 y 0,93 para las subescalas) como en el presente estudio (α = 0,93 para la escala total y entre 0,82 y 0,88 para las subescalas). En función de estudios previos61, se utilizaron los siguientes puntos de corte para cada dimensión: para la escala de depresión: normal [0-4], leve [5-6], moderado [7-10], grave [11-13], extremo [≥ 14]; para la escala de ansiedad: normal [0-3], leve [4-5], moderado [6-7], grave [8-9], extremo [≥ 10]; y para la escala de estrés: normal [0-7], leve [8-9], moderado [10-12], grave [13-16], extremo [≥ 17].
Consumo de alcohol. Se definió como el consumo de 1 o más unidades estándar de alcohol (UEA)58 (14 g de alcohol) de cualquier bebida alcohólica. Tomando como referencia estudios previos63, los participantes tenían que observar una imagen que describía el volumen (en mililitros) de diferentes bebidas con alcohol correspondiente a 1 UEA, y en función de eso reportar la cantidad de UEA consumidas por ocasión en los últimos 30 días. Además, los participantes informaron la frecuencia (cantidad de días en el último mes) del consumo ≥ 1 UEA por ocasión.
Cuestionario de motivos de consumo de alcohol. Se utilizó la versión en español del Drinking Motives Questionnaire-Revised Short Form (DMQ-R SF)64. El cuestionario evalúa las razones para consumir alcohol en 4 dominios (3 ítems cada uno): social, conformidad, mejora y afrontamiento. Para responder, los participantes debían indicar, en una escala Likert de 5 puntos (desde 1 = casi nunca o nunca hasta 5 = casi siempre o siempre), la frecuencia con que consumieron alcohol por el motivo especificado en cada ítem en los últimos 30 días. La versión en español cuenta con adecuados valores de confiabilidad tanto en estudios previos (alfa entre 0,78 y 0,87) como en este estudio (entre 0,79 y 0,92).
Análisis de datosSe utilizó estadística descriptiva (frecuencias, porcentajes y medias según el nivel de medida de las variables) para describir las variables sociodemográficas (sexo, edad, año cursado y nivel socioeconómico), los indicadores de consumo de alcohol, los síntomas de depresión, ansiedad y estrés (media de los puntajes y proporción según la gravedad por cada dimensión) y los motivos de consumo por cada grupo (antes y durante el ASPO). Se calculó la V de Cramer para analizar si el sexo de los participantes, el año cursado y el nivel socioeconómico autopercibido se asociaba con el tiempo de recolección de los datos (antes y durante el ASPO). Cuando la asociación arrojaba un resultado significativo, se calcularon las diferencias entre las proporciones. Mediante la prueba de la t de Student, se examinaron las posibles diferencias en la edad de los participantes, los indicadores de consumo de alcohol, los síntomas de malestar psicológico y los motivos de consumo en función de los grupos antes y después del ASPO. Además, se utilizó el estadístico V de Cramer para examinar si la gravedad de la depresión, la ansiedad y el estrés tenía relación con el momento de recolección de los datos (antes y durante la cuarentena). Para examinar la relación entre consumo de alcohol, malestar psicológico (ansiedad, depresión y estrés) y motivos de consumo, se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson por separado para cada grupo (antes y durante el ASPO). Finalmente, mediante análisis de regresión múltiple, se examinó la utilidad de las variables sexo, malestar psicológico (ansiedad, estrés y depresión) y motivos de consumo de alcohol (social, mejora, afrontamiento y conformidad) para explicar la frecuencia de alcohol consumido durante el último mes. Los análisis se realizaron de manera separada para cada grupo (antes y durante el ASPO). Todos los análisis se realizaron con el programa SPSS 23.0. El nivel de significación se fijó en p ≤ 0,05.
ResultadosDescriptivos y diferencias de gruposLa tabla 1 muestra resultados sociodemográficos y características del consumo de alcohol en los últimos 30 días, los síntomas de malestar psicológico y los motivos del consumo de alcohol antes y durante ASPO. La edad de los participantes (media, 23,87 ± 3,27 años en el grupo antes del ASPO y 24,32 ± 3,64 años durante el ASPO), el sexo (mayor cantidad de mujeres) y el nivel socioeconómico (predominantemente clase media) fueron estadísticamente similares en ambos grupos. Se observó una asociación significativa entre los grupos y el año cursado de la carrera universitaria. Al examinar diferencias entre las proporciones, se halló un mayor porcentaje de estudiantes de primer y sexto año en el grupo de antes del ASPO; además, el número de participantes de tercer año fue mayor en el grupo durante el ASPO. El consumo de alcohol fue significativamente mayor antes del ASPO que durante este, tanto en cantidad (3 frente a 2 UEA) como en frecuencia (casi 7 días frente a 4 días durante el último mes). Los niveles de malestar psicológico (estrés, depresión y ansiedad) fueron similares en ambos grupos. De igual manera, los motivos de consumo por afrontamiento y conformidad fueron estadísticamente similares en ambos grupos, mientras que el grupo antes del ASPO presentó puntajes en los motivos social y mejora significativamente más altos que el de sus pares durante el ASPO.
Resultados sociodemográficos, consumo de alcohol, síntomas de malestar psicológico y motivos de consumo de alcohol antes y durante el ASPO
Antes del ASPO (n = 125) | Durante el ASPO (n = 174) | t/V de Cramer | |
---|---|---|---|
Edad (años) | 23,87 ± 3,27 | 24,32 ± 3,64 | 1,08 |
Sexo | 0,05 | ||
Mujeres | 73,60 (92) | 78,16 (136) | |
Varones | 24,40 (33) | 21,84 (38) | |
Año de la Facultad | 0,26 | ||
Primero | 17,60 (22) | 9,20 (16) | |
Segundo | 6,40 (8) | 10,34 (18) | |
Tercero | 8,00 (10) | 18,39 (32) | |
Cuarto | 19,20 (24) | 20,11 (35) | |
Quinto | 10,40 (13) | 17,82 (31) | |
Sexto o terminando la carrera | 38,40 (48) | 24,14 (42) | |
Nivel socioeconómico | 0,13 | ||
Clase baja | 1,60 (2) | 2,30 (4) | |
Clase media-baja | 16,80 (21) | 24,14 (42) | |
Clase media | 64,80 (81) | 54,60 (95) | |
Clase media-alta | 16,00 (20) | 18,97 (33) | |
Clase alta (adinerada) | ,80 (1) | 0 | |
Consumo de alcohol | |||
Frecuencia 30 D | 6,65 ± 5,71 | 4,42 ± 4,67 | 3,60 |
Cantidad 30 D | 3,11 ± 3,13 | 2,15 ± 2,61 | 2,80 |
Malestar psicológico | |||
Depresión | 6,10 ± 4,70 | 6,29 ± 5,00 | 0,34 |
Estrés | 9,02 ± 5,13 | 8,56 ± 4,84 | 0,81 |
Ansiedad | 4,93 ± 4,52 | 4,21 ± 3,91 | 1,47 |
DASS total | 20,05 ± 13,04 | 19,05 ± 11,93 | 0,69 |
Motivos de consumo | |||
Social | 7,91 ± 3,83 | 6,49 ± 3,88 | 2,85 |
Mejora | 6,87 ± 3,34 | 5,89 ± 3,18 | 2,34 |
Afrontamiento | 4,85 ± 2,69 | 4,59 ± 2,50 | 0,78 |
Conformidad | 4,08 ± 2,18 | 3,67 ± 1,98 | 1,57 |
ASPO: aislamiento social, preventivo y obligatorio; 30 D: últimos 30 días.
Los valores expresan % (n) o media ± desviación estándar.
La tabla 2 presenta la ocurrencia de depresión, ansiedad y estrés según la gravedad de estos síntomas antes y durante el ASPO. El grado de los síntomas depresivos fue estadísticamente similar en ambos grupos. Los participantes antes y durante el ASPO mostraron síntomas graves de depresión en un 9,60 y un 6,32% respectivamente, mientras que el 8 y el 11,49% tuvieron síntomas de depresión extremos. Los síntomas de ansiedad también fueron estadísticamente similares en ambos grupos, y un 8% de los participantes antes del ASPO tuvieron síntomas de ansiedad graves y un 16,80%, extremos; durante el ASPO, un 11,49% de los participantes sufrieron síntomas graves y un 8,62%, extremos. Por último, los síntomas de estrés fueron estadísticamente similares en ambos grupos, aunque se destaca que fueron porcentajes mayores que los de síntomas de ansiedad y depresión. En el periodo anterior al ASPO, el 18,40% de los estudiantes tuvieron estrés grave y el 7,2%, extremo; durante el ASPO, el 21,26% tuvo síntomas de estrés graves y el 5,75%, extremos.
Ocurrencia de depresión, ansiedad y estrés según gravedad antes y durante el ASPO
Antes ASPO, % (n) | Durante ASPO, % (n) | V de Cramer | |
---|---|---|---|
Depresión | |||
Normal | 44,00 (55) | 45,40 (79) | 0,08 |
Leve | 18,40 (23) | 17,82 (31) | |
Moderado | 20,00 (25) | 18,97 (33) | |
Grave | 9,60 (12) | 6,32 (11) | |
Extremo | 8,00 (10) | 11,49 (20) | |
Estrés | |||
Normal | 40,80 (51) | 47,13 (82) | 0,14 |
Leve | 20,00 (25) | 10,34 (28) | |
Moderado | 13,60 (17) | 15,52 (27) | |
Grave | 18,40 (23) | 21,26 (37) | |
Extremo | 7,20 (9) | 5,75 (10) | |
Ansiedad | |||
Normal | 46,40 (52) | 52,29 (91) | 0,15 |
Leve | 20,00 (25) | 16,09 (28) | |
Moderado | 8,80 (11) | 11,49 (20) | |
Grave | 8,00 (10) | 11,49 (20) | |
Extremo | 16,80 (21) | 8,62 (15) |
ASPO: aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Entre los universitarios que participaron antes del ASPO, los síntomas de estrés, depresión o ansiedad no se correlacionaron significativamente con los indicadores de consumo de alcohol. Los motivos de consumo social, mejora y afrontamiento se asociaron positiva y significativamente con la frecuencia y la cantidad de alcohol consumido, mientras que el motivo conformidad no se correlacionó significativamente con ningún indicador de consumo de alcohol. Por otro lado, los 3 síntomas de malestar psicológico se asociaron positiva y significativamente con los motivos afrontamiento y conformidad; a su vez, los síntomas de depresión se asociaron también con los motivos social y mejora.
Entre los estudiantes que participaron durante el ASPO, los síntomas de ansiedad y estrés se correlacionaron positiva y significativamente con la cantidad de alcohol consumido por ocasión, mientras que los síntomas por depresión no se correlacionaron con ningún indicador de consumo de alcohol. A su vez, los 4 motivos de consumo se asociaron positiva y significativamente con todos los indicadores de consumo de alcohol. Por último, los mayores síntomas de ansiedad, depresión y estrés se asociaron con mayores puntuaciones en los motivos de consumo social, de conformidad, mejora y afrontamiento (tabla 3).
Correlaciones del consumo de alcohol, el estrés, la depresión, la ansiedad y los motivos de consumo antes y durante el ASPO
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1. Frecuencia 30D | 0,308 | 0,086 | 0,077 | 0,115 | 0,341 | 0,418 | 0,469 | 0,214 | |
2. UEA 30D | 0,239 | 0,105 | 0,205 | 0,305 | 0,400 | 0,426 | 0,466 | 0,370 | |
3. Depresión | 0,136 | –0,001 | 0,611 | 0,540 | 0,244 | 0,245 | 0,328 | 0,293 | |
4. Estrés | –0,035 | –0,037 | 0,720 | 0,741 | 0,198 | 0,243 | 0,316 | 0,174 | |
5. Ansiedad | 0,042 | –0,022 | 0,724 | 0,774 | 0,219 | 0,216 | 0,320 | 0,297 | |
6. Social | 0,244 | 0,295 | 0,239 | 0,090 | 0,158 | 0,787 | 0,781 | 0,456 | |
7. Mejora | 0,197 | 0,277 | 0,317 | 0,132 | 0,171 | 0,724 | 0,757 | 0,352 | |
8. Afrontamiento | 0,317 | 0,223 | 0,478 | 0,226 | 0,346 | 0,736 | 0,645 | 0,540 | |
9. Conformidad | 0,149 | –0,049 | 0,312 | 0,233 | 0,251 | 0,433 | 0,430 | 0,448 |
30 D: últimos 30 días; ASPO: aislamiento social, preventivo y obligatorio; UEA: unidad estándar de alcohol.
Diagonal izquierda: antes del ASPO; diagonal derecha: durante el ASPO.
Las variables independientes explicaron el 17% de la varianza de la frecuencia de alcohol consumido en los últimos 30 días. Las variables sexo y edad, incluidas en el primer paso, no tuvieron un efecto significativo en la variable dependiente (Fcambio = 2,095; R2 = 0,038; p = 0,128). En el segundo paso, los síntomas de malestar psicológico tampoco tuvo un efecto significativo en la frecuencia de consumo de alcohol (Fcambio = 1,937; R2 = 0,09; p ≤ 0,128). En el último paso, el ingreso de los motivos de consumo incrementó la varianza en un 8%, con un efecto marginal significativo en la variable dependiente (Fcambio = 2,446; R2 = 0,173; p = 0,051). Específicamente, la edad ejerció un efecto significativo sobre la frecuencia de consumo de alcohol en el último mes cuando se controló por sexo, malestar psicológico y motivos de consumo de alcohol (β = 0,238; t = 2,438; p ≤ 0,05).
Regresiones múltiples: durante el ASPOLas variables independientes explicaron el 26,3% de la varianza de la frecuencia de consumo de alcohol en los últimos 30 días. En el primer paso, las variables incluidas (sexo y edad) no tuvieron un efecto significativo en la variable dependiente (Fcambio = 0,361; R2 = 0,005; p = 0,698). En el segundo paso, los síntomas de malestar psicológico tampoco tuvieron un efecto significativo en la frecuencia de consumo de alcohol (Fcambio = 0,902; R2 = 0,025; p ≤ 0,442). Finalmente, en el tercer paso, el ingreso de los motivos de consumo de alcohol aumentó la varianza explicada al 24% (Fcambio = 10,341; R2 = 0,263; p ≤ 0,001). En concreto, puntajes más elevados en el motivo afrontamiento se asociaron positiva y significativamente con una mayor frecuencia de consumo de alcohol (β = 0,46; t = 3,191; p ≤ 0,01).
DiscusiónEl presente estudio examinó la asociación de los niveles de ansiedad, depresión y estrés y los motivos de consumo con el consumo de alcohol en estudiantes universitarios argentinos. Esta examinación se realizó en 2 grupos diferentes antes y durante los primeros 3 meses de implementación del ASPO para detener los contagios de COVID-19. Los hallazgos resaltan que, en los estudiantes durante el ASPO frente al grupo antes del ASPO, mayores niveles de malestar psicológico y motivos de afrontamiento se relacionaron con mayor consumo de alcohol. A continuación se discuten estos y otros resultados.
Al comparar el consumo de alcohol entre los grupos antes y durante el ASPO, se observó que los universitarios durante el ASPO reportaron una frecuencia y una cantidad de consumo significativamente menor que los de antes del ASPO. Estudios previos, realizados durante la pandemia y en contexto de aislamiento, han encontrado resultados similares, en los que se observaron cambios en los patrones de consumo de los estudiantes universitarios, que tendían a una disminución en la cantidad y la frecuencia del consumo de alcohol42,45,49. Iniciada la pandemia de COVID-19, las condiciones de aislamiento social se incrementaron, en particular durante el ASPO, y las oportunidades sociales de consumo de alcohol (fiestas, encuentros en bares) se limitaron drásticamente. Este fenómeno afectó en gran medida a los estudiantes universitarios, puesto que su consumo está influenciado por el contexto social65. Los jóvenes tienden a asociarse en grupos de «compañeros de bebida» (drinking buddies), pares del mismo grupo etario, en ocasiones conocidos entre sí por periodos de más de 5 años, con quienes existe una sensación de proximidad y confianza66. Sin embargo, es preciso señalar que no todos los estudios previos van en este mismo sentido. Algunos trabajos han reportado que el consumo de alcohol aumentó una vez iniciado el ASPO67,68. Otros hallazgos reflejan que, si bien el consumo total de alcohol durante una semana típica se mantuvo durante el ASPO40 respecto antes de este, se observó un traslado de este comportamiento desde días típicos de consumo a días menos habituales. Precisamente, un estudio local40 halló que, aunque los universitarios reportaron menor frecuencia y cantidad de consumo en los días del fin de semana (viernes y sábado), estos indicadores se incrementaron en días entre semana (lunes a miércoles). Al respecto, los autores entienden que esta modificación del comportamiento de consumo podría poner a los universitarios en riesgo de incurrir en una escalada del consumo por motivos de afrontamiento de estados afectivos negativos37. Son necesarios más estudios a fin de dilucidar si cambios más específicos subyacen a la disminución del consumo de alcohol observada en este estudio una vez iniciado el ASPO. Además, sería importante indagar si este comportamiento ha sufrido cambios como consecuencia de la flexibilización del ASPO (cambio de ASPO a distanciamiento social preventivo y obligatorio [DISPO] implementado en gran parte de Argentina de manera intermitente desde noviembre de 2020)39.
Entre los grupos antes y durante el ASPO, se observó que en el segundo la frecuencia de consumo por los motivos social y mejora fue significativamente menor que en el primero. Este hallazgo puede deberse a que, con el aislamiento declarado a raíz de la pandemia, los campus universitarios cerraron, las interacciones presenciales disminuyeron y las locaciones de consumo de alcohol se modificaron. En consecuencia, los comportamientos de consumo de alcohol migraron al ámbito del hogar, con frecuencia en contextos de reunión familiar o en reuniones online42,43.
A nivel descriptivo, los resultados de este estudio revelan una proporción notable (cercana al 20%) de universitarios en las categorías que indican niveles de estrés, ansiedad y depresión graves y extremos en el grupo durante el ASPO. Estos resultados son comparables a los obtenidos recientemente en China, Brasil y Argentina40,62,63. Sin embargo, los resultados demuestran que el malestar emocional también era grande en el grupo previo al ASPO. Los estudiantes universitarios son una población expuesta a múltiples factores estresantes con impacto en su salud mental, que en ocasiones se configuran como cuadros psicopatológicos de gravedad69-71. Al respecto, en las primeras etapas de esta pandemia, las personas recibieron poca información sobre la naturaleza de la enfermedad, su tasa de mortalidad o los tratamientos disponibles para combatirla. Particularmente en personas de 16-35 años, compensar la falta de información oficial con datos provenientes de su estrecha vinculación con las redes sociales podría haber sido una fuente de desestabilización psicológica72. Asimismo, según hallazgos recientes en universitarios en contexto de pandemia de COVID-19, la permanencia en aislamiento prolongado en sus hogares, estudiando a distancia dadas las circunstancias epidemiológicas, serían factores muy relacionados con respuestas de estrés emocional73.
La ausencia de diferencias estadísticamente significativas entre los síntomas depresivos, ansiosos y de estrés entre los grupos de estudiantes puede deberse a varias razones. El grupo durante ASPO fue captado en el transcurso de los primeros meses del ASPO, cuando los casos diarios en la región eran escasos74. Tal contexto de incipiente pandemia podría no haber impactado aún de manera significativa en la salud mental de los AE. Además, el diseño transversal utilizado en el estudio impidió realizar un seguimiento de la evolución de los síntomas a lo largo del tiempo.
Los análisis bivariados revelaron que, en los meses previos al ASPO, los estudiantes universitarios que presentaron mayores niveles de ansiedad, depresión y estrés reportaron consumir alcohol con mayor frecuencia por motivos de afrontamiento y conformidad, y destacaba una fuerte correlación entre síntomas de depresión y motivos de afrontamiento de estados afectivos negativos. En estudios previos, el consumo de alcohol por afrontamiento destaca como motivo cuando ocurren alteraciones del estado de ánimo30,75, la ansiedad76 o el estrés9,77. A su vez, los síntomas depresivos se correlacionaron con el consumo de alcohol por motivos social y de mejora en los meses previos al ASPO. Al respecto, un reciente estudio en universitarios encontró que el consumo de alcohol en dosis bajas ante un ánimo depresivo se asocia con una percepción de mejoría, aunque en dosis altas puede promover un humor disfórico75.
Respecto al grupo antes del ASPO, que no presentó correlaciones significativas entre malestar psicológico y consumo de alcohol, en el grupo de estudiantes durante el ASPO, con niveles elevados de estrés y ansiedad se reportó una mayor cantidad de consumo en los últimos 30 días. A su vez, los estudiantes que reportaron mayores niveles de estrés, ansiedad y ánimo depresivo mostraron mayor frecuencia de consumo vinculado con los motivos social, de mejora, afrontamiento y conformidad. El confinamiento tras la pandemia por COVID-19ha tenido consecuencias en la salud mental de grupos específicos, entre ellos los estudiantes universitarios. Estudios recientes han encontrado una gran incidencia de ansiedad, estrés y depresión en estudiantes universitarios durante la pandemia68,78. Además, se identificaron múltiples factores que contribuyen a estos incrementos, entre ellos, preocupación por su propia salud y la de sus seres queridos, falta de concentración, dificultades para dormir, disminución de las interacciones sociales debido al confinamiento y aumento de la preocupación por el rendimiento académico35. Los estudiantes o sus familiares diagnosticados con COVID-19 han experimentado más síntomas depresivos, al tiempo que demandaron información o asistencia psicológica73. También los universitarios que aducen miedo al contagio por COVID-19 o cuyos pares o convivientes no toman los recaudos necesarios para protegerse tienen mayores niveles de depresión, ansiedad y estrés79. Asimismo, el consumo de alcohol se ha visto incrementado en quienes padecen estrés o depresión79 y consumen por motivos de afrontamiento80. Estos hallazgos adquieren relevancia si se suman a la evidencia que demuestra que los problemas de salud mental relacionados con el afecto negativo pueden afectar al funcionamiento general y académico de los estudiantes universitarios71,81. Incluso niveles elevados de malestar psicológico pueden derivar en una mayor ocurrencia de consumo problemático de alcohol82,83.
En el análisis multivariado, en el grupo antes del ASPO, las variables independientes (malestar psicológico y motivos de consumo) no surtieron ningún efecto en la frecuencia de consumo de alcohol. Sin embargo, los resultados de los estudiantes examinados durante el ASPO, mostraron una asociación positiva y significativa entre los motivos de afrontamiento y la frecuencia de consumo de alcohol. Estos hallazgos tienen sentido si se considera, tal como lo muestran estudios previos, el inicio de la pandemia y la incertidumbre que esta motivó68,78, dado que el riesgo de problemas emocionales y trastornos de ansiedad aumentó en quienes tenían familiares expuestos o contagiados, aunque el riesgo de trastornos vinculados con la salud mental se ha visto generalizado independientemente de la proximidad de los contagios84. Los estados emocionales negativos derivados de la pandemia motivaron a los estudiantes universitarios a beber alcohol para poder afrontarlos42,46.
El presente estudio tiene limitaciones. El tamaño de la muestra y el tipo de muestro fueron limitantes; el muestreo en bola de nieve se empleó de modo complementario durante la primera etapa, pero al establecerse el ASPO se hizo necesario. Es preciso mencionar que, al no recibir créditos o recompensa por su participación, hubo dificultades para la recolección de la muestra. La muestra estuvo constituida mayoritariamente por mujeres y no se controlaron posibles sesgos de deseabilidad social asociados con las respuestas de los participantes85, si bien la proporción de estudiantes mujeres es mayoritaria en la población estudiada53. Asimismo, la brecha del consumo entre varones y mujeres ha disminuido86,87. Próximos estudios deberían mejorar la distribución de la muestra en función del sexo e implementar controles de posibles variables extrañas. Por otro lado, el diseño transversal utilizado no permitió establecer relaciones causales entre las variables estudiadas ni observar cambios en los efectos a lo largo del tiempo. Asimismo, se empleó un muestreo por conveniencia y la recolección de datos se extendió durante 8 meses. Estas decisiones pudieron haber generado sesgos temporales en las respuestas a la encuesta88. En este sentido, sería importante que futuros estudios examinen mediante un diseño longitudinal el modo en que, en contexto de pandemia y condiciones de confinamiento, los niveles de malestar psicológico y la motivación para consumir basada en el afrontamiento de estados afectivos negativos influyen a lo largo de tiempo en los comportamientos de consumo de alcohol de los universitarios.
ConclusionesEste estudio avanzó en el análisis de variables asociadas con el estado de ánimo y su relación con el consumo de alcohol de los estudiantes universitarios en 2 periodos temporales diferentes, uno previo a la pandemia y otro durante ella. El consumo de alcohol, y los motivos social y de mejora disminuyeron en los estudiantes universitarios durante el ASPO. Las asociaciones del malestar psicológico y los motivos de consumo con el consumo de alcohol fueron más consistentes en el grupo durante el ASPO que en el de antes. A su vez, en este último grupo, los motivos de afrontamiento explicaron una frecuencia incrementada de consumo de alcohol en el análisis multivariado. En este contexto, resulta necesario prestar especial atención a la salud mental de los estudiantes universitarios que han sufrido modificaciones en sus rutinas a mediano o largo plazo como consecuencia de las restricciones implementadas en razón de la pandemia de COVID-19. En este sentido, realizar intervenciones oportunas y adecuadas sobre los síntomas de malestar psicológico podría ser una estrategia eficaz para prevenir y/o reducir comportamientos desadaptativos como el consumo excesivo de alcohol. Al respecto, distintos estudios89–92 muestran que la aplicación de programas de intervención basados en mindfulness (toma de conocimiento de un momento en curso que surge a partir de prestar atención a dicho momento de manera decidida y sin juzgarlo93) ha sido exitosa para incrementar la regulación emocional y prevenir conductas de consumo problemático de alcohol en universitarios.
FinanciaciónEl presente estudio no recibió ayuda económica.
Conflicto de interesesLos autores no tienen conflictos de intereses que declarar.