El propósito de este trabajo fue valorar los resultados clínicos y radiológicos a largo plazo en pacientes con fractura del cuello del astrágalo.
Material y métodoSe revisaron 12 pacientes (10 varones y 2 mujeres) con fractura del cuello del astrágalo. La edad media de la serie fue de 23 años. Hubo 4 fracturas tipo I, 6 tipo II y 2 tipo III según la clasificación de Hawkins. El tratamiento fue conservador en los 4 casos tipo I y quirúrgico en el resto, de los que, en 6 pacientes, se realizó reducción abierta y en 2 cerrada con fijación mediante tornillos y/o agujas. Se utilizó la escala de AOFAS (tobillo y retropié) para la valoración funcional de los resultados, y radiológicamente se registró la existencia de cambios degenerativos en articulación subastragalina y tibioastragalina y presencia de necrosis avascular.
ResultadosEl seguimiento medio fue de 8,9 años (IC 95%: 5 a 12,5). Hubo 3 pacientes con resultado excelente, 4 bueno, 3 regular y 2 malo. Los resultados no satisfactorios se asociaron a las fracturas tipo III y a las tipo II que precisaron reducción abierta. La complicación más frecuente fue la artrosis subastragalina postraumática (50%). La incidencia de necrosis avascular del astrágalo fue del 25%.
ConclusionesLas fracturas del cuello del astrágalo no desplazadas presentan resultados satisfactorios con tratamiento conservador a los 9 años de seguimiento.
En las fracturas desplazadas la reducción anatómica precoz, preferiblemente cerrada, y fijación interna rígida permiten obtener los mejores resultados, a 9 años, con menor incidencia de complicaciones o secuelas.
The purpose of this paper was to assess the longterm clinical and radiological results in patients with talar neck fractures.
Materials and methodTwelve patients were analyzed (10 male and 2 female) who had sustained a talar neck fracture. The mean age was 23 years. Regarding the fractures’ classification according to Hawkins’ score, there were 4 type I fractures, 6 type II and 2 type III ones. Treatment was conservative int he 4 type I cases and surgical in the others. In these latter cases, 6 patients were subjected to an open reduction and 2 to a closed reduction, fixation being achieved by means of screws or pins. The AOFAS ankle and rearfoot scale was used to conduct the functional assessment of results. In addition, a radiological study revealed degenerative changes in the subtalar and tibiotalar joints as well as the presence of avascular necrosis.
ResultsMean follow-up was 8.9 years (CI 95%: 5 to 12.5). Three patients had excellent results, 4 good ones, 3 fair ones and 2 poor ones. Unsatisfactory results were associated to the type III and type II fractures that required an open reduction procedure. The most frequent complication was posttraumatic subtalar osteoarthritis (50%). The incidence of avascular necrosis of the talus was 25%. Conclusions. Non-displaced talar neck fractures treated conservatively present with good results at 9 years’ followup. In displaced fractures, an early–and preferably closed - anatomical reduction, as well as a rigid internal fixation make it possible to obtain the best results, at 9 years, with a lower incidence of complications or sequelae.