Objetivo: Investigar si los pacientes en grupos socioeconómicos más desfavorecidos y con alteraciones psicológicas identificadas, presentaban más dolor y peor función tras el tratamiento quirúrgico de la artrosis trapecio-metacarpiana.
Material y método: Estudio observacional de cohortes retrospectivo de un solo centro hospitalario. Se incluyeron 100 pacientes con diagnóstico de artrosis trapecio-metacarpiana entre los años 2013 y 2019. Se dividieron en 2 grupos según hubieran recibido tratamiento quirúrgico o conservador (50/50). Se analizó la presencia de comorbilidades psicológicas (depresión, ansiedad, trastorno distímico) y el tipo de profesión desempeñada (clasificación ESeC). La evaluación funcional se realizó mediante la escala visual analógica (EVA), el cuestionario Q-Dash y la movilidad según el test de Kapandji. Se analizó además, el estado psicológico actual mediante las escalas STAI, PHQ-9 y PCS.
Resultados: Comparado con el grupo conservador, el grupo quirúrgico mostró mejores resultados funcionales (Q-DASH) y menor dolor (escala EVA), aunque la movilidad (test de Kapandji) fue menor. También tenían puntuaciones más altas en los 3 cuestionarios sobre trastornos del estado de ánimo. El 54% de los pacientes tratados quirúrgicamente presentaban diagnóstico de trastorno distímico, y mostraron significativamente peor funcionalidad de la mano (Q-DASH, (mediana [RIC]: 31,8 [20,5-54,6] respecto a los pacientes sin factores psicológicos previos (mediana [RIC]: 13,6 [2,3-36,5]). El 64% de estos pacientes procedían de clases socioeconómicas bajas, existiendo asociación con peores puntuaciones en los cuestionarios psicológicos. No se hallaron diferencias entre los pacientes con y sin trastorno distímico del grupo conservador.
Conclusiones: Los pacientes quirúrgicos con mayores índices de depresión, ansiedad y comportamiento catastrófico ante el dolor muestran significativamente peores resultados funcionales (QDASH) tras la cirugía de la artrosis trapecio-metacarpiana, aunque no se halló asociación para el grupo conservador. La clase socioeconómica influye en los niveles de depresión y ansiedad, pero no en el resultado funcional del tratamiento. No obstante, los pacientes tratados quirúrgicamente presentaban mejores resultados funcionales (Q-DASH) y mayor mejoría del dolor pretratamiento (escala EVA), que los tratados conservadoramente, aunque la movilidad de la articulación trapecio-metacarpiana (test de Kapandji) resultó ser menor en el grupo quirúrgico.
Objective: This study aimed to investigate to what extent people with carpometacarpal thumb osteoarthritis that are socioeconomically disadvantaged and have psychological disorders report higher pain levels and worse patient-rated upper-extremity functionality after surgical treatment.
Material and method: A single center, retrospective observational cohort study analysing 100 patients diagnosed with thumb carpometacarpal osteoarthritis between 2013 and 2019. Patients were divided into two groups (50/50), depending on whether they received surgical or conservative treatment. The socio-economic status (ESeC classification) and presence of psychological comorbidities were investigated. Functional outcomes were assessed using the Visual Analogue Scale (VAS), Q-DASH questionnaire and Kapandji score. Current mental disorders were evaluated using STAI, PHQ-9 and PCS screening scales.
Results: Measures of functional hand scores (Q-DASH) were higher and had considerably less pain in surgically treated participants, although thumb mobility (Kapandji) was more restricted. They were also associated with higher scores on psychological assessment scales. Sixty-four per cent of the patients came from lower socio-economic classes and suffered from poorer scores on the mental health screening questionnaires. Of the patients manage surgically, 54% were diagnosed of dysthymic disorder and showed significantly worse patient-rated upper-extremity function (Q-DASH questionnaire, median [IR]:31,8 [20,5-54,6] than patients without psychological disorders (median [IR]: 13,6 [2,3-36,5]). No differences were found for patients with and without disthymic disorder managed nonoperatively.
Conclusions: Patients with higher rates of depression, anxiety and pain catastrophising behaviour showed significantly worse outcomes after surgery for osteoarthritis of the first carpometacarpal joint. Lower socio-economic class significantly influences levels of depression and anxiety but did not affect functional outcome. Surgical treatment of carpometacarpal thumb osteoarthritis achieved better self-perceived hand function (QDASH, VAS, Kapandji) than conservative treatment.