La inestabilidad derivada de la osteólisis vertebral de los tumores óseos raquídeos puede ser de dos tipos, una inestabilidad primaria debida a la naturaleza del tumor o una inestabilidad creada por su tratamiento.
Revisión de la bibliografía y experiencia de los autoresLas posibles situaciones pueden resumirse en 4. El primer caso es el de un tumor que no necesita ningún tipo de reconstrucción, como las lesiones benignas no agresivas, o la afectación ósea de bajo grado, tratadas mediante resección simple. La segunda posibilidad es la resección y colocación de un injerto óseo sin instrumentación en casos de enfermedad mestastásica secundaria, la estabilización posterior con o sin descompresión es el tratamiento paliativo más utilizado. Independientemente de la técnica usada la instrumentación posterior única no confiere una estabilidad suficiente en todos los casos. Cuando la columna anterior y media están afectadas por un colapso vertebral extenso, una laminectomía puede condicionar una inestabilidad postoperatoria severa con riesgo de lesión neural yatrogénica y paraplejía. Finalmente, en muchos casos necesitaremos una estabilización circunferencial mediante instrumentación posterior y estabilización anterior. La estabilización mediante metilmetacrilato está en desuso. La reconstrucción anterior se basa en el uso de auto o aloinjerto o diferentes tipos de espaciadores sintéticos que puede unirse con la instrumentación posterior.
ConclusionesLos tumores del raquis toracolumbar pueden ser sometidos a un tratamiento quirúrgico oncológicamente adecuado si se diagnostican y clasifican correctamente. El conocimiento de las características de las neoplasias y de su historia natural debe ser la guía para la elección del tratamiento.
The instability derived from vertebral osteolysis of spinal bone tumors can be of two types, primary instability due to the tumor per se or instability produced by treatment.
Review of the literature and authors experienceFour possible situations can occur. The first case is a tumor not requiring reconstruction, such as benign or non-aggressive lesions, or low-grade bone involvement treated by simple resection. The second possibility is bone resection and repair using a bone graft without instrumentation in cases of secondary metastases; the palliative treatment most often used is posterior stabilization with or without decompression. Regardless of the technique, isolated posterior instrumentation does not always provide sufficient stability. When the anterior and middle spine suffers extensive vertebral collapse, laminectomy can lead to severe postoperative instability with risk of iatrogenic nerve injury and paraplegia. Finally, in many cases circumferential stabilization by posterior instrumentation and anterior stabilization is needed. Stabilization with methylmetacrylate has fallen into disuse. Anterior reconstruction is based on the use of autografts or allografts and different types of synthetic spacers that can be joined by posterior instrumentation.
ConclusionsTumors of the thoracolumbar spine are susceptible to oncologically adequate surgical treatment if they are diagnosed and classified correctly. Knowledge of the characteristics of the neoplasms and their natural history should guide treatment.