Se acerca el final del bienio en el que he tenido no solo el honor sino el placer de haber disfrutado (en el sentido más auténtico de la palabra) del cargo de Director de la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (RECOT) y es momento de hacer balance, siguiendo la saludable tradición de mi antecesor el Dr. Gil-Garay1.
Me hubiera gustado poder hacer un balance completo de los 2 años transcurridos, pero las exigencias del proceso editorial hacen que para que este editorial vea la luz ahora, sin provocar retrasos en la elaboración del fascículo, debe ser remitido 4-5 meses antes a la Editorial. Por lo tanto los datos que aquí presento han sido cerrados a julio de 2014 y hacen referencia a los 6 fascículos del 2013, pero solo los 3 primeros del 2014.
Lo primero que llama la atención a la vista de los trabajos recibidos es que su número casi se ha duplicado en relación a 2012 (fig. 1) ya que este año esperamos acercarnos a 200 trabajos recibidos para su valoración, superando los 176 del año pasado. Esto nos ayuda a poder seleccionar mejores trabajos, pero como lamentablemente adelantaba en un editorial pasado2, también nos obliga a rechazar prácticamente uno de cada 2 trabajos detrás de los cuales hay un esfuerzo importante y una buena dosis de ilusión (tabla 1).
Número y porcentaje de artículos aceptados/rechazados en RECOT
El trabajo ha sido pues importante para todo el Comité Editorial en este bienio, pero más aún para los revisores si tenemos en cuenta que solo el 11% de los trabajos (generalmente editoriales o cartas al director) se aceptan directamente mientras que casi la mitad necesitan de una revisión y un cuarto de 2 (fig. 2).
Me gustaría destacar un aspecto que nos debe de llenar de satisfacción e ilusión a todos los miembros de SECOT. El número de trabajos extranjeros que se reciben en RECOT ha aumentado notablemente y alcanza el 15% de los trabajos recibidos, lo que duplica los datos de 2012. Dos tercios provienen de países latinoamericanos. Es evidente que la indexación de nuestra revista le confiere un atractivo innegable sobre todo para aquellos cirujanos que comparten nuestro idioma, pero aquí debo resaltar la importante labor de promoción llevada a cabo por nuestro actual presidente, el Dr. Forriol, en sus reuniones con representantes de las sociedades afiliadas.
Finalmente en relación al tipo de trabajos publicados en la revista ha habido un importante cambio de perfil. La política del Comité Editorial ha sido la de priorizar la calidad y así abonar el terreno para conseguir un índice de impacto digno de esta revista. Como se puede ver en la figura 3 (que, al estar ya cerrados los números de este año, en este caso sí que incluye todos los fascículos de 2013 y 2014) el número de originales publicados se ha mantenido, pero han aumentado de forma importante los trabajos de investigación a costa de reducir el número de notas clínicas que pueden encontrar otras canales de publicación y afectan de forma negativa en el cálculo del Factor de Impacto (FI).
Hemos conseguido también aumentar el número de artículos dedicados a la revisión sistemática y de consensos para facilitar esa exigencia actual que es la medicina basada en la evidencia, hemos adaptado un sistema de control del fraude y del plagio (Cross-Check) y por fin recibimos todos los socios por correo electrónico y de forma regular, el índice de la revista por adelantado.
No quiero terminar este breve informe sin mostrar mi agradecimiento más profundo a los editores a los que siempre he sobrecargado de trabajo y han cumplido con creces lo que en su día les pedí3, así como a los revisores que de forma desinteresada han desmenuzado los manuscritos y aportado sus sugerencias para mejorar la calidad de lo publicado.
Todos debemos de estar muy satisfechos. Pero la satisfacción no se debe de confundir con la autocomplacencia porque en mi opinión aún queda mucho por hacer. Tenemos que perseverar en mejorar la calidad científica, proceder a renovar el listado de revisores agrupándolos por subespecialidades, atraer artículos de autores extranjeros relevantes y revisiones sistemáticas que puedan ser citadas en otras publicaciones y, una vez más, conseguir que nuestros mejores trabajos no encuentren mejor acomodo en una revista extranjera. Creo sinceramente que hemos cumplido los objetivos que nos marcamos y dejamos la revista en una situación propicia para afrontar una nueva etapa que, marcada por la solicitud de nuestro primer FI, promete ser una vez más en la larga historia de la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, un reto apasionante para la nueva Dirección.
