El diagnóstico cada vez más precoz de la enfermedad mamaria y el uso más extendido del tratamiento sistémico primario conlleva en la práctica clínica un creciente número de cirugías de lesiones mamarias no palpables (LMNP).
La cirugía conservadora de la mama requiere a menudo la utilización de un procedimiento de localización preoperatorio guiado por imagen, en el cual se coloca un dispositivo en el interior de la lesión a extirpar para guiar al cirujano durante la cirugía. Se trata de pacientes con tumores pequeños, no palpables, detectados en la mamografía de cribado poblacional, casos con significativa reducción de la lesión tras la quimioterapia neoadyuvante e incluso en ocasiones es necesario el marcaje de adenopatías axilares previo al tratamiento sistémico.
Durante décadas, la localización con arpón ha sido el estándar para el marcaje preoperatorio en cáncer de mama. Debido al componente externo del arpón, se debe extremar el cuidado de no alterar su posición antes de la cirugía, por lo que se coloca horas antes de la cirugía y conlleva una compleja y limitada flexibilidad de programación quirúrgica.
La ecografía intraoperatoria subsana este inconveniente, pero tiene la limitación de que únicamente va a poder realizarse en aquellas LMNP que tienen traducción ecográfica. La técnica Radioguided Ocult Lesión Localization (ROLL), si bien es otra alternativa adoptada por muchas instituciones, no está exenta de complicaciones, entre las que destaca la posibilidad de difusión del radiotrazador hacia el tejido sano.
Para solventar estos inconvenientes, más recientemente, se comenzaron a utilizar las semillas radiactivas de 125I. Posteriormente, gracias a los avances tecnológicos, han surgido alternativas de semillas no radiactivas como los reflectores de radar, las semillas magnéticas y los marcadores por radiofrecuencia. Estos dispositivos de localización se pueden colocar días antes de la cirugía, evitando los problemas y complicaciones relacionados con los arpones. Se introducen por vía percutánea y se identifican intraoperatoriamente utilizando una sonda detectora.
No existe un método de localización intraoperatoria perfecto para la exéresis de las LMNP, pero afortunadamente disponemos de múltiples técnicas con distintas ventajas e inconvenientes que deben valorarse y adecuarse a los recursos propios del centro, el tipo de cirugía y siempre en beneficio del paciente.
The increasingly early diagnosis of breast disease and the more widespread use of primary systemic therapy leads to an increasing number of surgeries for non-palpable breast lesions (NPL) in clinical practice.
Breast-conserving surgery often requires the use of an image-guided preoperative localization procedure, in which a device is placed within the lesion to be removed to guide the surgeon during surgery. These are patients with small, non-palpable tumors detected in the population screening mammogram, cases with significant reduction of the lesion after neoadjuvant chemotherapy and sometimes it is even necessary to mark axillary lymphadenopathies prior to systemic treatment.
For decades, wire localization has been the standard for preoperative marking in breast cancer. Due to the external component of this device, extreme care must be taken not to alter its position before surgery, which is why it is placed hours before surgery and entails complex and limited flexibility in surgical programming.
Intraoperative ultrasound improves this drawback but has the limitation that it can only be performed in those NPLs that have ultrasound translation. The Radioguided Occult Lesion Localization (ROLL) technique, although it is another alternative adopted by many institutions, is not without complications, among which the possibility of diffusion of the radiotracer into healthy tissue stands out.
To overcome these problems, more recently, 125I radioactive seeds began to be used. Subsequently, thanks to technological advances, non-radioactive seed alternatives such as radar reflectors, magnetic seeds and radio frequency markers have emerged. These locating devices can be placed days before surgery, avoiding wire-related problems and complications. They are introduced percutaneously and identified intraoperatively using a detector device.
There is no perfect intraoperative localization method for NPL excision, but fortunately, we have multiple techniques with different advantages and disadvantages that must be assessed and adapted to the center's own resources, the type of surgery, and always to the benefit of the patient.
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