Los trastornos mentales se encuentran entre las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Es conocido que los trastornos mentales graves (TMG) se asocian a una alta discapacidad, pero el impacto de los trastornos mentales comunes (TMC) no es desdeñable. En este trabajo comparamos la discapacidad medida con la escala WHODAS 2.0 en ambos grupos diagnósticos desde la consulta de enfermería de un Centro de Salud Mental.
Material y métodosSe recogieron los datos sociodemográficos, el diagnóstico clínico y las puntuaciones de discapacidad de los pacientes atendidos por la enfermera especialista de Salud Mental en el Hospital Infanta Elena de Valdemoro (Madrid) y se comparó la discapacidad en pacientes con TMG y TMC, mediante el test t de Student.
ResultadosSe reclutaron un total de 133 pacientes. Los pacientes con TMC mostraron una mayor discapacidad respecto a los pacientes con TMG, siendo esta diferencia significativa para el dominio del trabajo (p<0,001) y de participación en la sociedad (p=0,041).
ConclusionesEn este estudio mostramos que el nivel de discapacidad asociado con el TMC fue más alto en ciertas áreas en comparación con el TMG, siendo esta diferencia especialmente relevante para los dominios «trabajo» y «participación». Esto puede servir para adecuar las intervenciones dirigidas a estas personas y podría mejorar su calidad de vida.
Mental disorders are among the leading causes of disability worldwide. Despite the fact that severe mental disorders (SMD) are associated with high disability, the impact of common mental disorders (CMD) is not negligible. In this work, we compare the disability measured with the WHODAS 2.0 scale of both diagnostic groups at the Mental Health Nurse facility.
Material and methodsSociodemographic data, clinical diagnosis and disability scores were collected, using the WHODAS 2.0 scale, of the patients attended by the Mental Health specialist nurse at the Infanta Elena de Valdemoro Hospital (Madrid) and disability was compared in patients with SMD and CMD, using the Student t test.
ResultsOur study sample consisted of 133 patients. Patients with CMD showed greater disability compared to patients with SMD. It was observed that the disability associated with CMD is higher, compared to SMD, this difference being significant for the domain of work (p<0.001) and participation in society (p=0.041).
ConclusionsIn this study we showed that the level of disability associated with CMD was higher in certain areas compared to SMD, this difference was of special relevance for the «Work» and «Participation» domains. This may serve to adapt the interventions aimed at these people and improve their quality of life.
La funcionalidad y la discapacidad son las dos caras de una misma moneda y dependen de la condición de salud de un individuo y del contexto. La discapacidad se define como la dificultad para funcionar a nivel corporal, personal o social en uno o más dominios de la vida, tal como lo experimenta un individuo con un problema de salud en interacción con factores contextuales, mientras que la funcionalidad incluye los aspectos positivos de la interacción entre función, actividad y participación1. Los trastornos mentales se encuentran entre las principales causas de discapacidad y representan una proporción importante de la carga global de enfermedad a nivel mundial. Así, los últimos datos publicados del Global Burden of Disease (GBD) recogen como los trastornos mentales suponen un 7% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) y un 19% del total de años vividos con discapacidad (AVD)2.
La Organización Mundial de la Salud desarrolló el programa de evaluación de la discapacidad 2.0 (WHODAS 2.0), que deriva de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, Discapacidad y Salud (ICF, 2000)3, con el objetivo de describir y clasificar el estado de salud de las personas, teniendo en cuenta las funciones y estructuras del cuerpo, las actividades y la participación y los factores ambientales, de manera independiente del diagnóstico médico. Evaluar sistemáticamente el grado de discapacidad en el ámbito de la salud mental permitiría a los clínicos medir el impacto del trastorno para un paciente de manera individual, decidir el tipo de atención y evaluar la efectividad del tratamiento y/o de la intervención.
Los trastornos mentales se pueden dividir en función de su gravedad y de la complejidad de recursos necesarios para su tratamiento en trastornos mentales graves (TMG) y trastornos mentales comunes (TMC). Los TMG (entre los que destacan las psicosis y los trastornos de personalidad) tienden a la cronicidad, se asocian a discapacidad o pérdida de funcionalidad, precisan de una atención mediante diversos recursos sociosanitarios de la red de atención psiquiátrica y social4 y se definen precisamente en base a la discapacidad, mientras que los TMC (representados mayoritariamente por los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad) se consideran menos invalidantes5. Sin embargo, es de destacar la representación de los TMC en la carga global de enfermedad. Así, a nivel mundial el GBD de 2015 estimó que 7 de las 25 principales causas de AVD eran trastornos mentales, ocupando el trastorno depresivo mayor el segundo lugar y los trastornos de ansiedad el noveno6 y, a nivel europeo, el estudio ESEMeD encontró que entre los 10 trastornos con mayor impacto a nivel de pérdida de actividad laboral se encontraban 7 TMC (trastorno de pánico, trastorno por estrés postraumático, episodio depresivo mayor, distimia, fobias específicas, fobia social y agorafobia)7.
Pese a la importancia de este tema, son pocos los trabajos que han comparado el impacto en la funcionalidad en ambos grupos. El objetivo de este trabajo es estudiar la discapacidad, medida mediante la escala WHODAS 2.0, en un grupo de pacientes en seguimiento por la enfermera especialista en Salud Mental. Comparamos la discapacidad en pacientes con TMG y TMC. Hipotetizamos que las personas con TMC tendrán un nivel de discapacidad equiparable al de las personas con TMG.
Material y métodosDiseño y participantesEste trabajo se realizó en la consulta de la enfermera especialista de Salud Mental del Centro de Salud Mental (CSM) del Hospital Infanta Elena de Valdemoro (Madrid) de diciembre de 2017 a mayo de 2018, en condiciones reales de la práctica de enfermería. El protocolo detallado del estudio se encuentra publicado8.
En nuestro CSM se derivan para seguimiento con enfermería tanto pacientes con TMG como pacientes con TMC. Los primeros son derivados en el marco del programa asistencial de continuidad de cuidados, mientras que los segundos son atendidos de forma individual o grupal para entrenamiento en relajación.
Se incluyeron pacientes con cualquier diagnóstico psiquiátrico. Los criterios de inclusión fueron: (a) adultos (18-65 años) y (b) consentimiento del participante para participar, y los criterios de exclusión fueron: (1) trastorno cognitivo, (2) paciente en momento de descompensación clínica que afectase su capacidad de colaboración o en riesgo suicida y (3) analfabetismo o barrera idiomática.
EvaluaciónPara todos los participantes se recogieron: 1) variables sociodemográficas, 2) diagnóstico CIE109, y 3) discapacidad medida con la escala WHODAS 2.03.
La evaluadora, entrenada previamente para ello, valoró la funcionalidad mediante la escala WHODAS 2.0. Esta escala mide la dificultad que ha tenido la persona para realizar actividades diarias durante un período de 30 días. Consiste en 36 preguntas con formato Likert, divididas en seis dominios: 1. Cognición: comprensión y comunicación; 2. Movilidad: movilidad y desplazamiento; 3. Cuidado personal: cuidado de la propia higiene, posibilidad de vestirse, comer y quedarse solo; 4. Relaciones: interacción con otras personas; 5. Actividades cotidianas: responsabilidades domésticas, tiempo libre, trabajo y escuela, y 6. Participación: participación en actividades comunitarias y en la sociedad. La puntuación final varía de 0-100, indicando los puntajes más altos un mayor nivel de discapacidad. Además, para pacientes sin actividad laboral, las puntuaciones del dominio 5 correspondientes al trabajo no se añaden a la puntuación final, proporcionándose dos puntuaciones globales1.
Análisis de los datosEl análisis estadístico se realizó con el paquete SPSS 23. Para realizar la descripción de la muestra se utilizó el número de casos y porcentajes para las variables cualitativas y la media y la desviación típica para las variables cuantitativas. Se compararon las variables sociodemográficas y las puntuaciones en discapacidad (global y por dominios) según el diagnóstico del paciente (TMG o TMC), empleando los test Chi-cuadrado o t de Student, según procediese.
Cuestiones éticasEste estudio se realizó de acuerdo con la Declaración de Helsinki y fue aprobado por el comité de ética para la investigación del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado tras ser informados por la evaluadora. Se aseguró la protección de datos de forma similar a estudios previos del grupo de investigación10.
ResultadosLa muestra estuvo compuesta por 133 pacientes, el 39,1% con TMG y el 60,9% con TMC (detalles descriptivos en la tabla 1).
Características sociodemográficas de la muestra
Variable | n | % | Media±de |
---|---|---|---|
Sexo | |||
Masculino | 43 | 32,3 | |
Femenino | 90 | 67,7 | |
Edad | 43,48±13,86 | ||
País de nacimiento | |||
España | 118 | 88,7 | |
Marruecos | 4 | 3,0 | |
Polonia | 2 | 1,5 | |
Rumanía | 2 | 1,5 | |
Argentina | 1 | 0,8 | |
Colombia | 1 | 0,8 | |
Cuba | 1 | 0,8 | |
Dominicana, República | 1 | 0,8 | |
Ecuador | 1 | 0,8 | |
Perú | 1 | 0,8 | |
Uruguay | 1 | 0,8 | |
Estado civil | |||
Casado/convivencia durante más de 6 meses | 68 | 51,1 | |
Soltero | 44 | 33,1 | |
Separado/divorciado | 17 | 12,8 | |
Viudo | 4 | 3,0 | |
Convivencia | |||
Con familia propia | 38 | 28,6 | |
Con familia de origen | 33 | 24,8 | |
Con otros familiares | 18 | 13,5 | |
Solos | 13 | 9,8 | |
Otras situaciones | 31 | 23,3 | |
Ocupación | |||
Activo/ama de casa/estudiante | 70 | 52,6 | |
Desempleado y sin beneficio | 13 | 9,8 | |
Desempleado con beneficio | 10 | 7,5 | |
Incapacidad permanente | 26 | 19,5 | |
Incapacidad temporal | 11 | 8,3 | |
Jubilado | 3 | 2,3 | |
Diagnóstico | |||
Trastorno de ansiedad | 36 | 27,1 | |
Trastorno adaptativo | 34 | 25,6 | |
Esquizofrenia | 16 | 12,0 | |
Trastorno bipolar | 11 | 8,3 | |
Trastorno de personalidad | 9 | 6,8 | |
Trastorno psicótico no especificado | 7 | 5,3 | |
Trastorno esquizoafectivo | 6 | 4,5 | |
Distimia | 4 | 3,0 | |
Trastorno obsesivo-compulsivo | 3 | 2,3 | |
Trastorno esquizofreniforme | 2 | 1,5 | |
Abuso de alcohol | 1 | 0,8 | |
Trastorno del control de impulso | 1 | 0,8 | |
Trastorno ideas delirantes | 1 | 0,8 | |
Trastorno de la conducta alimentaria | 1 | 0,8 | |
Trastorno de déficit de atención e hiperactividad | 1 | 0,8 | |
Diagnóstico agrupado | |||
Trastorno mental común (TMC) | 81 | 60,9 | |
Trastorno mental grave (TMG) | 52 | 39,1 | |
Total | 133 | 100 |
En la tabla 2 podemos ver la comparación de la escala WHODAS 2.0 en pacientes con TMG y TMC. Destaca la ausencia de diferencias en la puntuación total entre ambos grupos y mayor discapacidad en TMC en los dominios de trabajo y participación.
Puntuaciones de la muestra total y comparación entre TMG y TMC para el cuestionario WHODAS y sus dominios
Total(n=133) | TMG(n=52) | TMC(n=81) | Estadístico | Gl | p | |
---|---|---|---|---|---|---|
Género femenino, n (%) | 90 (67,7) | 25 (48,1) | 65 (80,2) | X2=14,98 | 1 | <0,001 |
Edad (media±de) | 43,48±13,86 | 44,67±14,75 | 42,72±13,31 | t=0,78 | 100,74 | 0,439 |
Laboralmente activo, n (%) | 70 (52,6) | 12 (23,1) | 58 (71,6) | X2=29,92 | 1 | <0,001 |
Convivencia, n (%) | 120 (90,2) | 43 (82,7) | 77 (95,1) | X2=5,49 | 1 | 0,023 |
Pareja, n (%) | 68 (51,1) | 13 (25) | 55 (67,9) | X2=23,33 | 1 | <0,001 |
WHODAS (media±de) | ||||||
1. Cognición | 37,97±21,86 | 38,75±25,49 | 37,47±19,32 | t=0,31 | 87,92 | 0,766 |
2. Movilidad | 28,20±26,11 | 27,52±26,93 | 28,63±25,73 | t=−0,23 | 105,26 | 0,815 |
3. Cuidado personal | 16,77±19,56 | 16,54±16,20 | 16,91±21,54 | t=−0,11 | 127,66 | 0,909 |
4. Relaciones | 29,82±25,21 | 28,04±25,14 | 30,97±25,35 | t=−0,65 | 109,57 | 0,516 |
5.1. Actividades cotidianas | 41,50±30,64 | 41,15±33,23 | 41,73±29,06 | t=−0,10 | 98,26 | 0,919 |
5.2. Trabajo | 29,22±38,10 | 17,17±32,17 | 36,95±39,75 | t=−3,01 | 131,00 | <0,001 |
6. Participación | 43,30±19,75 | 38,78±20,12 | 46,19±19,07 | t=−2,12 | 104,63 | 0,041 |
Total (sin trabajo) | 34,68±17,41 | 33,26±18,23 | 35,59±16,92 | t=−0,74 | 102,94 | 0,461 |
Total (con trabajo) | 33,96±17,04 | 31,13±16,64 | 35,77±17,15 | t=−1,55 | 111,30 | 0,120 |
Los dominios más afectados para las personas con TMG fueron el dominio de la cognición (38,75) y el de las actividades cotidianas (41,15), de forma similar a las personas con TMC con unas puntuaciones de 37,47 y 41,73, respectivamente. Por el contrario, los dominios con menos dificultades fueron, en el caso de las personas con TMG, el del cuidado personal (16,54) y el del trabajo (17,17) y en el caso de aquellos con TMC, el de la movilidad (28,62) y el del cuidado personal (16,91).
DiscusiónEn este trabajo analizamos las diferencias en el nivel de discapacidad entre pacientes con TMG y TMC. Nos encontramos con una muestra bastante funcional, con puntuaciones para WHODAS que no reflejan una discapacidad alta (con valores en torno a 30-40). Nuestro hallazgo principal es que los pacientes con TMG y TMC presentan niveles de discapacidad similares, e incluso los pacientes con TMC presentaron puntuaciones mayores en los dominios de «trabajo» y «participación».
Nuestros resultados van en la misma línea de estudios como el europeo ESEMeD o el de Cotrena et al., que muestran niveles de discapacidad comparables entre trastorno bipolar y depresión7,11 o estudios como el de Olariu et al., que encuentran niveles altos de discapacidad en trastorno de ansiedad generalizada o depresión12. Por el contrario, estudios de base poblacional como el de Sjonnesen et al. encontraron que las personas con esquizofrenia presentaban la discapacidad media ligeramente más alta, siguiéndoles aquellas con trastorno por ansiedad generalizado, trastorno bipolar y trastorno depresivo mayor13.
Una posible explicación para el hallazgo contraintuitivo de que los pacientes con TMC de nuestra muestra presenten puntuaciones más altas que los pacientes con TMG es que estos últimos son pacientes con una evolución más crónica, en seguimiento en el CSM durante más tiempo y, por tanto, en un momento evolutivo de mayor estabilidad y más concienciados, mientras que los pacientes con TMC son personas que llegan a la consulta en un episodio agudo y más reciente, por lo general. Además, los resultados podrían estar sesgados por una valoración subjetiva del funcionamiento y calidad de vida de las personas con enfermedad mental, en particular trastornos afectivos. Además, muchos pacientes, por una falta de comprensión de su enfermedad, pueden encontrar dificultad informando sobre sus discapacidades. Así, las puntuaciones de WHODAS 2.0 deben contextualizarse para ser interpretables.
En cuanto a los dominios más afectados, un estudio europeo determinó que los dominios en los que muchas personas experimentan limitaciones son el trabajo y la repercusión emocional (perteneciente al dominio de participación)14, siendo estos resultados similares a los nuestros. A pesar de que la participación en sociedad es considerada un dominio muy relacionado con los síntomas de la esquizofrenia15, nosotros encontramos mayores dificultades para los pacientes con TMC para este dominio.
La utilidad principal de este estudio radica en su aplicabilidad a nivel clínico. Desde el modelo de «recuperación funcional» es esencial la evaluación de la discapacidad para conocer su evolución a lo largo del seguimiento en los dispositivos de salud mental. Esta labor, propia del personal de enfermería, permitiría diseñar intervenciones integrales y orientadas a la calidad de vida de los pacientes y sus familias, así como aquellas dirigidas a la rehabilitación.
Este es un estudio único, pues hasta la fecha no existe ningún estudio que haya analizado el perfil de los pacientes atendidos por la enfermera de Salud Mental centrándose en la discapacidad. La principal fortaleza de nuestro estudio es que reflejamos la situación de pacientes en un entorno clínico, mientras que los estudios previos son en su mayoría de base poblacional. Además, es novedoso en cuanto a que no hay estudios que hayan comparado en este entorno la discapacidad de pacientes con TMC y TMG.
Pese al interés de este estudio, también tenemos que señalar sus limitaciones. Por un lado, se desarrolló en un solo dispositivo, sin un cálculo preliminar del tamaño muestral necesario, y los resultados no son generalizables. Por otro lado, no se han estudiado variables clave como el apoyo familiar, el nivel socioeconómico, la intensidad de síntomas, el tipo de intervención o la adherencia al tratamiento. Además, no hemos contado con un grupo control de población general.
ConclusiónEl nivel de discapacidad asociado con el TMC fue más alto en ciertas áreas en comparación con el TMG, siendo esta diferencia especialmente relevante para los dominios «trabajo» y «participación». Hasta ahora se han descrito qué dominios de WHODAS están más afectados en determinados trastornos mentales, pero nunca se ha estudiado en relación con la consulta de enfermería de Salud Mental ni se había comparado la discapacidad entre TMG y TMC.
Conflicto de interesesLos autores confirman que no existen conflictos de intereses.
Este estudio no recibió financiación específica.