El programa de actividades preventivas y promoción de la salud (PAPPS), recomienda mantener los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) por debajo del 7%, sin embargo, tanto la adherencia a las pruebas de laboratorio como el adecuado control glucémico son bajos; 42,5 y 48,6%1,2. En la actualización del PAPPS 2009, se hizo evidente la necesidad de realizar modificaciones para que el programa pueda adaptarse a los tiempos actuales. Las propuestas de cambio se centran en mejorar la accesibilidad y la agilidad3. Podrían ser útiles los Short Message Service (SMS), ya que su uso está extendido en toda la población, su coste es bajo, no hay que ser experto en la tecnología, y se puede aplicar a gran cantidad de condiciones.
Con el objeto de evaluar la efectividad de los SMS como herramienta para mejorar el control glucémico, realizamos un ensayo clínico aleatorizado, controlado con práctica habitual en pacientes diabéticos tipo II de atención primaria (comarca de Araba) del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), con HbA1c≥7%, edad entre 35-74 años y teléfono móvil. Se estimó un tamaño muestral de 282 pacientes (141 por rama) para detectar una diferencia ≥16,5% (48,5 frente al 65%) en el porcentaje de pacientes con HbA1c<7%, entre ambos grupos. El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Ensayos Clínicos del Hospital Universitario de referencia. El reclutamiento de los pacientes fue no presencial, mediante carta firmada por su médico de atención primaria informando del estudio y adjuntando 2 copias del consentimiento informado (CI), una para él y otra para devolver firmada al centro. Los pacientes incluidos en el estudio (116; 48,3% del tamaño muestral estimado) fueron asignados aleatoriamente al grupo control (GC) (práctica habitual: cuando el paciente acudía a consulta se le citaba para control glucémico) o al grupo intervención (GI) (envío de SMS para acudir a consulta para control). Los mensajes se recibieron 3, 2 y una semana antes de cada control (6 y 12 meses), instando al paciente a que pidiera cita con su médico. A los 6 y 12 meses se evaluó el porcentaje de pacientes que habían conseguido control glucémico HbA1c<7%, y adherencia a las pruebas de laboratorio. De los 116 pacientes incluidos, 111 realizaron analítica para control glucémico a los 6 meses, no observándose diferencias estadísticamente significativas (GI: 10/58-14,2% y GC: 10/53-18,9%; p=0,824). El análisis multivariante arrojó resultados similares (OR: 0,933; IC 95%: 0,335-2,594; p=0,894) (tabla 1). Tampoco se observaron diferencias estadísticamente significativas en el control glucémico a los 12 meses, ni en la adherencia a las pruebas de laboratorio a los 6 y 12 meses.
A la vista de los resultados obtenidos, no podemos concluir que el programa de mensajería sea efectivo como herramienta para mejorar el control glucémico, ni para aumentar la adherencia a las pruebas. Sin embargo, dadas las dificultades del reclutamiento, hay que tener cierta precaución a la hora de interpretar los resultados y de extrapolar conclusiones a la población general.
Los hallazgos de nuestro estudio difieren de lo encontrado por otros grupos de investigadores ((Saffari et al.4 y Hussein et al.5). Las diferencias parten ya del diseño del estudio, en el nuestro más simple, no se enviaron recomendaciones sobre ejercicio físico, dieta, ni educación sanitaria, y son las intervenciones más complejas las más relacionadas con la mejora en el control glucémico6.
La limitación principal del estudio es no haber alcanzado el tamaño muestral estimado, llegando a reclutar únicamente al 50% de los pacientes. Creemos que el reclutamiento no presencial ha podido ser la causa, al no estar presente el profesional sanitario para aclarar posibles dudas.
Comunicación enviada al Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria 2016.