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Vol. 396.
Páginas 34-48 (enero - febrero 2016)
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Innovación para el desarrollo inclusivo: Una propuesta para su análisis
Innovation for Inclusive Development: A proposal for analysis
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José Luis Sampedro Hernándeza, Claudia Díaz Pérezb,
Autor para correspondencia
ramos@utsoe.edu.mx

Autor para correspondencia.
a National Chengchi University, 64, Zhi-Nan Rd., Sec. 2 11605, Taipei, Nicaragua
b Universidad Tecnológica del Suroeste de Guanajuato
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Cuadro 1. El ciclo para resolver problemas de inclusión social
Resumen

El estudio de la innovación ha evolucionado en las últimas cinco décadas. Las disciplinas involucradas se han diversificado así como las investigaciones sobre el tema. Los estudios de la innovación tienen entre sus propósitos impulsar el desarrollo de medidas para enfrentar el problema de la inequitativa distribución de la riqueza a través del crecimiento económico. Sin embargo, a pesar del crecimiento de los estudios sobre innovación el impacto que han tenido en la generación de beneficios sociales, particularmente en el ámbito de los países en desarrollo y en las poblaciones más desfavorecidas, ha sido sumamente limitado. En este contexto, el objetivo de este trabajo es analizar los diversos planteamientos sobre la innovación para el desarrollo inclusivo e integrar una propuesta para su análisis empírico. Con este propósito se describe el panorama de los estudios de la innovación y el surgimiento del análisis de la innovación para el desarrollo inclusivo. Se discuten los límites que ha tenido la innovación para la población menos favorecida en la generación de beneficios sociales y se estructura un modelo de análisis a partir de las diferentes propuestas y conceptualizaciones identificadas.

Palabras clave:
Innovation
Inclusive Development
Learning
Social Capital
Palabras clave:
F34, I30
Abstract

Innovation studies have evolved during the last five decades. Disciplines and research areas have multiplied. One of the main goals of innovation studies had been to adress the wealth distribution problem through the continous creation of economic growth. However, in spite of an increased interest in these studies, the benefits generated are very limited, particularly in developing countries and disadvantage populations. The goal of this paper is to analyse the main approaches about innovation for inclusive development in order to create a framework to orientate empirical studies in developing countries. The paper describes the outlook of innovation studies and the emergence of innovation for inclusive development. The limits that innovation has had to produce social benefits for disadvantage populations are discussed. A theoretical model is proposed in relation to the newest literature of the field.

Keywords:
Innovación
Desarrollo inclusivo
Aprendizaje
Capital social
Texto completo
Introducción

El estudio de la innovación se ha consolidado en las últimas décadas, principalmente, desde la economía evolutiva (véase, por ejemplo, Nelson y Winter, 1973 y 2002; Dosi, et al., 1990; Lundvall, 1999). La innovación se ha considerado como una vía para mantener e incrementar la productividad y el crecimiento económico en las empresas, localidades, regiones y países que la impulsan. Los países actualmente más ricos (Europa Occidental, Estados Unidos o Japón) son relativamente más innovadores (véase, por ejemplo, Conceição, et al., 2001). Un supuesto implícito que justifica su centralidad en la agenda de investigación es que al generar un crecimiento económico sostenido, se generarán mayores beneficios a través de la distribución del ingreso (Fagerberg, Martin y Andersen, 2013).

Sin embargo, los efectos tangibles de este modelo han sido diferentes para los países desarrollados y los emergentes. Una proporción significativa de la población de los países en desarrollo padece de altos niveles de pobreza, marginación y desigualdad, las cuales pueden ser consideradas como formas de exclusión tanto social como económica. Estos efectos han sido analizados y criticados con marcos analíticos distintos de los tradicionales, a partir de los cuales diversos autores tales como Sen, et al. (2003), Prahalad (2005), Mendoza y Thelen (2008), Mervyn (2012) han intentando explicar los procesos por los cuales esos efectos ocurren. En este marco proponen modelos alternativos de crecimiento y desarrollo cuyo propósito es la distribución equitativa del ingreso para la generación de beneficios sociales.

En este marco, el propósito de este artículo es proponer una estructura de análisis para estudiar la innovación orientada el desarrollo inclusivo. Después de esta introducción, en el primer apartado se aborda el análisis de la innovación y las limitaciones que tiene para explicar el impacto en la generación de beneficios sociales y económicos. En el segundo se aborda el origen y perspectivas más significativas del concepto de innovación inclusiva. En el tercero se presenta una propuesta para el análisis de la innovación orientada al desarrollo inclusivo. Finalmente, en las conclusiones se identifican algunos ejes para continuar el trabajo de investigación en este ámbito, tales como el uso de las perspectivas institucionalistas para identificar fallas sistémicas, la revisión de aspectos de capital social y aprendizaje que ayuden a construir capacidades locales con la inclusión de instituciones diversas y el papel de actores diversos generalmente no considerados en la teoría tradicional de la innovación.

1. Innovación, desarrollo económico y beneficios sociales

El estudio de la innovación se ha consolidado desde la última mitad del siglo xx hasta la década actual. Uno de los supuestos mas sugerentes de los estudios de la innovación enfatiza su capacidad de incrementar el crecimiento económico y por lo tanto su capacidad para distribuir los beneficios de este crecimiento en la sociedad (Fagerberg, Martin y Andersen, 2013; Conceição, et al. 2001). Sin embargo, dos fenómenos se han identificado: 1. Los países innovadores se han consolidado como tales y aunque, en el mejor de los casos, han sostenido su crecimiento económico, no se ha observado una extensión de estos beneficios hacia otros países o regiones. Conceição, et al. (2001) consideran a las fallas en los procesos de difusión del conocimiento como una de las variables explicativas de la débil derrama de beneficios a otras economías 2. La brecha entre países innovadores y seguidores no ha disminuido y aún prevale una inequidad en la generación de riqueza y en la distribución del ingreso y por lo tanto de los beneficios esperados hacia el conjunto de la sociedad. Un ejemplo claro de esta problemática se tiene actualmente en la propagación del virus del Ébola, que podría catalogarse como la enfermedad de la pobreza. En este caso pocos apoyos fluyen, a excepción de los humanitarios, ya que se trata de países y regiones que no están en el centro de la dinámica económica. Además, la resolución del problema no resulta necesariamente atractiva para las grandes multinacionales farmacéuticas, al tratarse de una región con uno de los niveles de ingreso más bajos del orbe.

La innovación como un fenómeno social y económico se ha reconocido como un campo de estudio necesario y valioso, que requiere –a pesar de sus avances– de programas de investigación sistemática y confiables sobre dos aspectos: la innovación en sí misma, cómo impulsarla, mejorarla, desarrollarla; y los efectos de la innovación y cómo explotarlos al máximo (Fagerberg, Martin y Andersen, 2013). En este marco, Santiago (2014: 3) plantea que la innovación en entornos de informalidad puede contribuir a procesos de desarrollo que son más inclusivos y sostenibles, a través de trayectorias donde la diversidad de participantes crea oportunidades, comparte beneficios y participa en la toma de decisiones. Por su parte, Pérez (2013) señala que el cambio de paradigma en la teoría tecno-económica impacta directamente la innovación para y por los pobres y débiles. En ese sentido el propósito de la innovación se centra en la creación de oportunidades para este segmento de la población y el mejoramiento de la calidad de vida.

2. Los estudios sobre innovación para el desarrollo inclusivo

A finales de la década de los noventa surge el interés por replantear la problemática asociada a la inclusión de sectores sociales desfavorecidos y el estudio de la innovación para generar satisfactores para sus necesidades. El “Conocimiento para el Desarrollo Inclusivo” fue uno de los ejes temáticos centrales en la segunda Conferencia Internacional en Innovación y Política Tecnológica, que se realizó en Lisboa, Portugal en 1998. En esta conferencia algunas de las interrogantes centrales fueron ¿Por qué unos países se desarrollan más que otros?, y ¿Cómo establecer las condiciones para impulsar el proceso de compartir conocimiento entre países de diferente nivel de desarrollo? Las reflexiones concluyeron que la producción de conocimiento incrementa la riqueza pero no necesariamente mejora la distribución de la misma (Conceição et al., 2001).

En el 2011 el International Development Research Centre (idrc) lanza su Programa de Investigación en Innovación Inclusiva para el Desarrollo. Esta propuesta impulsa el análisis de las inequidades entre los países y regiones y cuestiona los efectos redistributivos de la innovación. Señalan que la prosperidad y la riqueza asociada a la innovación no es inmediata ni automática. La pregunta central es si la innovación puede efectivamente contribuir a procesos de desarrollo inclusivos. Se proponen, de esta manera, establecer un puente entre los estudios de la innovación y los estudios sobre el desarrollo, enfocándose principalmente en los efectos de la innovación y cómo orientarla hacia los segmentos de la población más desfavorecidos a nivel mundial (Santiago, 2014).

2.1. La conceptualización de la innovación para el desarrollo inclusivo

La innovación inclusiva se ha definido de diversas maneras y tendría que impulsarse un trabajo de homogeneización de marcos analíticos y un debate amplio sobre los diferentes conceptos. Entre los conceptos que se despliegan para analizar el fenómeno se identifican, entre otros, innovación para el desarrollo inclusivo (Conceição, et al., 2001; Guth, 2005), innovación orientada a la inclusión social (Hall, et al. 2012; Alzugaray, et al. 2012; Bortagaray y Ordoñez-Matamoros, 2012) o innovación inclusiva (George, et al. 2012; Foster y Heeks, 2013a,b). Estos autores coinciden en que esta forma de innovación implica el diseño y desarrollo de productos y servicios que beneficien social y económicamente a la población pobre y marginada.

Aunque hay una amplia variedad de conceptos, hay una coincidencia significativa en los propósitos. Una de las definiciones de partida y pertinentes para este trabajo es la de George, et al. (2012: 663), quienes conceptualizan a la innovación inclusiva como el desarrollo e implementación de nuevas ideas para crear oportunidades que eleven el bienestar social y económico de la población privada de sus derechos.1 Cuando se refieren a esta población, es la población ubicada en la base de la pirámide (ver Prahalad, 2005), es decir, a la población en situación de pobreza. Al mismo tiempo, consideran que la innovación inclusiva puede ser un proceso y al mismo tiempo un resultado. Esto implica una causalidad cíclica, es decir, puede ser el medio para lograr otros estadios de desarrollo, un aumento en los niveles de bienestar y calidad de vida y no sólo una mejora de los niveles de ingreso y empleo; o bien puede ser el resultado de otros elementos como el desarrollo de instituciones o políticas. En cualquiera de los dos casos, los autores hacen referencia a distintos subprocesos tales como el aprendizaje, la coordinación y colaboración, la acumulación de capacidades, entre otras.

El abordaje de la innovación inclusiva integra propuestas de conceptualización y metodologías que tratan de tropicalizar marcos analíticos para aplicarlos a este fenómeno, como el caso de los sistemas de innovación (Foster and Heeks, 2013a).

Los autores que estudian este fenómeno coinciden en que hay una escasa conceptualización del mismo. Foster and Heeks (2013a) resaltan cuatro aspectos que configuran la inclusividad: 1. Que el objeto de la innovación tenga su base en las necesidades de los pobres, 2. Que este sector de la población se involucre en el desarrollo de la innovación, 3. Que tengan la capacidad de adoptar la innovación y 4. Que tal innovación tenga un efecto benéfico en sus vidas. El primer cuestionamiento que se deriva de esta propuesta es ¿Hasta dónde es posible que un sector de la población se involucre en el desarrollo de bienes y servicios? ¿Es posible involucrar a los pobres en la creación o adaptación de conocimiento? Si el conocimiento es una tarea realizada por expertos ¿En qué medida esta condición vuelve al concepto sumamente restrictivo? En el ámbito de la innovación son los expertos los encargados del desarrollo del nuevo conocimiento, las patentes y, en algunos casos, las innovaciones en el mercado.

Por su parte Alzugaray, Mederos y Sutz (2012) plantean que es fundamental establecer acciones que vinculen los programas de investigación e innovación con los problemas de exclusión social. Los autores plantean que un problema que no ha sido identificado como tal por la población que lo sufre, no es visible y por tanto no puede ser sujeto de investigación (2012: 783). Sin embargo, en el ámbito de la salud –como en muchos otros–, los problemas no necesariamente son identificados por los pacientes si no por los especialistas, de esta manera, la demanda es una demanda potencial, dado que hay una población con determinadas características que padece el problema, aunque este sea identificado por otros actores.

Guth (2005) orienta su trabajo en el nivel macro y plantea una propuesta de política de innovación socialmente inclusiva. Se centra, principalmente, en los efectos de la innovación y cómo ésta debe orientarse a través de la política pública hacia las regiones más desfavorecidas. Plantea una visión sistemática de la innovación en donde el aprendizaje, la interactividad y la construcción de confianza y capital social son la base para impulsar a las regiones.

Las propuestas de Conceição et al. (2001) y de Guth (2005) se aplican a nivel macro y enfatizan la necesidad de establecer políticas públicas y estructuras institucionales que propicien la distribución. Así como Santiago (2014), identifican el principal problema en el desarrollo y los efectos de la innovación. Por su parte, Foster y Heeks (2013a,b) aunque su propuesta abarca el ámbito institucional y el diseño de políticas, se centran en el terreno de la construcción de vínculos en el proceso de innovación, y la articulación de actores, y al igual que Alzugaray, Mederos y Sutz (2012) definen la innovación inclusiva a partir de problemas específicos que afectan a poblaciones desfavorecidas, con un enfoque a nivel micro.

A partir de las preocupaciones planteadas por estos autores, definimos la innovación inclusiva como una serie de procesos de adaptación, creación y difusión de productos, procesos y servicios a través de las prácticas de organizaciones tanto de mercado como de no-mercado para satisfacer las necesidades de la población carente de recursos. Esos procesos pueden complementarse con los cúmulos de información y conocimiento tradicionales (por ejemplo, basados históricamente en estructuras de gobernanza y regidos por usos y costumbres) y los cúmulos de conocimiento científico, o bien entre el conocimiento local y el creado en otros contextos y para otros fines. Esta complementariedad configura una nueva direccionalidad e intencionalidad técnica y cognitiva para el diseño y desarrollo de productos y servicios adaptados a las necesidades contextuales de determinadas poblaciones, grupos, organizaciones o regiones. Se requiere de un instrumental analítico complementario a nivel micro para comprender los procesos de creación, difusión y uso del conocimiento.

3. Propuestas para el análisis de la innovación para el desarrollo inclusivo

Las propuestas identificadas para conceptualizar la innovación orientada a la producción de beneficios sociales, si bien incluye diferencias importantes, también tiene preocupaciones analíticas comunes. Se rescatan principalmente dos por el impacto potencial que tienen en generar condiciones de inclusión, y dinámicas de evolución local-regional: el aprendizaje asociado a la construcción de capital social y la participación de actores diversos, tales como beneficiarios y organizaciones intermediarias, usualmente no considerados en los esquemas tradicionales de la innovación en el ámbito empresarial. Adicionalmente se suma al modelo planteado por Alzugaray, Mederos y Sutz (2012), la diversificación de vías para la innovación a partir de la inclusión de otros actores y dinámicas para producirla.

3.1. Aprendizaje y capital social

La innovación para el desarrollo inclusivo puede ayudarnos conceptual y empíricamente a pensar en modelos de innovación que enfaticen los efectos de la innovación en la distribución del ingreso, en la producción de beneficios sociales y en el mejoramiento de la calidad de vida de la población más desfavorecida en las diversas regiones, localidades y países. En este marco, se prioriza esta intencionalidad de la innovación frente al crecimiento económico a través de las grandes firmas por ejemplo. Esta intencionalidad complementaria requiere la recreación de cúmulos de información y conocimiento, la participación de actores diversos, así como la combinación de dinámicas y procesos de aprendizaje arraigados a estructuras institucionales locales y los efectos esperados bajo una lógica social y no sólo económica.

Conceição, et al. (2001) y Guth (2005) han puesto atención a los modos en que las organizaciones y las regiones construyen trayectorias de desarrollo y crecimiento económico a partir de procesos de aprendizaje colectivo, aprendizaje institucional y la construcción de capital social. La relación causal entre aprendizaje, acumulación de conocimiento y concentración (debido a los esquemas de derechos de propiedad) y sus efectos en el desarrollo explican la tesis de que la innovación se da con mayor dinamismo en los países desarrollados y en éstos se concentra una mejor distribución de beneficios debido a la construcción de capital social (Conceição, et al. 2001). Según este autor, el problema es la debilidad de los procesos de difusión y socialización de conocimiento hacía los países pobres y el desarrollo inclusivo se explica a través de procesos de aprendizaje integrados globalmente, los cuales son entendidos en un contexto de interacciones sociales e institucionales que gobiernan el comportamiento de individuos y organizaciones. Para Conceição, et al. (2001), Guth (2005) y otros, el aprendizaje puede entenderse como capital social.2

Para Guth (2005) la innovación inclusiva implica una visión sistémica de la innovación, el aprendizaje colectivo y el capital social. Este aprendizaje se relaciona con una forma de construcción de capital social ya que requiere un mínimo de confianza entre los actores que intercambian conocimiento y para implementar los procesos de innovación es necesario un cierto nivel de cohesión social y económica. En ese sentido, el capital social depende de conexiones y relaciones entre personas y organizaciones, nace de las redes e instituciones, las cuales a su vez fomentan el aprendizaje y la innovación colaborativa (Conceição, et al. 2001).

En las diferentes perspectivas de la literatura sobre innovación, los procesos de aprendizaje (learning by doing, by interactive, by using, etc.) y las actividades de aprendizaje (capacitación, vinculación, I+D, etc.) en sus distintos niveles (grupal, organizacional, regional) son centrales en los procesos creativos y de cambio tecnológico. En la perspectiva de innovación para el desarrollo inclusivo se resalta el aprendizaje colaborativo por la dinámica propia de participación e involucramiento de diversos actores (población beneficiaria, organizaciones intermediarias, productores, etc.) y la construcción de capital social en los procesos y actividades de creación, adaptación y difusión de productos y servicios. El aprendizaje colaborativo es un proceso de adquisición de habilidades y conocimientos que en complementariedad con otros cúmulos de conocimiento transforman el comportamiento de grupos de trabajo y organizaciones.

3.2 Actores relevantes en los procesos de innovación inclusiva

Los estudios sobre innovación se han centrado principalmente en grandes firmas como actor articulador del proceso de investigación y desarrollo, escalamiento, prueba y salida al mercado. Cuando hablamos de innovación para el desarrollo inclusivo, otros actores cobran relevancia, como los organismos articuladores o intermedios, las universidades, la población que presenta el problema a resolver, los organismos no gubernamentales que identifican problemas en sectores desfavorecidos, entre otros. Sin embargo, la participación expresa de ciertos actores depende, en buena medida, de los modelos de innovación que se promueven.

¿Cómo incluir a los actores carentes de recursos en los procesos de innovación y cómo hacerlos beneficiarios directos de los efectos de la innovación? Cozzens y Sutz (2012) argumentan que la innovación [inclusiva] puede ser realizada por dos canales: como un proceso de inclusividad en términos de problemas y sus soluciones o como un proceso de inclusividad en los procesos. El primero implica desarrollo, producción y distribución de productos adaptados a las necesidades de la población carentes de recursos y capacidades. El segundo implica ejercicios participativos entre los diversos actores en el diseño y desarrollo de productos, procesos y servicios.

De estas dos formas de innovación, la primera es más o menos común y se ha documentado en varios momentos. Por ejemplo, Foster y Heeks (2013a) documentaron el caso de la telefonía móvil adaptada a las necesidades reales de la población en Kenia. Encontraron que los intermediarios juegan un papel importante en la interpretación de necesidades reales y en la configuración de canales de distribución adecuados a las condiciones sociotécnicas de la región. Uno de los mecanismos de aprendizaje más importantes fue la adaptación de productos ya existentes (y producidos para mercado en masa) a través de la reingeniería.

La segunda forma de innovación es menos común y su complejidad es mayor. Por un lado, la innovación orientada desde la demanda implica conocer todas las variables microeconómicas difíciles de detectar con estudios de mercado convencionales. Pensemos, por ejemplo, en la variedad de comunidades y organizaciones rurales e indígenas, en su idiosincrasia, cultura, normas, leyes, hábitos y prácticas productivas y de intercambio basadas en usos y costumbres. Ellas mismas pueden diseñar y desarrollar productos ajustados a sus necesidades, o bien esperar a que las organizaciones económicas convencionales se acerquen a ellos y les diseñen y desarrollen esos productos. Si sucede lo último, las empresas necesitan comprender y absorber cuidadosamente la información y conocimiento de esas comunidades u organizaciones para transformarlas en nuevos productos. Pero esto se complejiza cuando se involucran esos actores y cuando lo que está de por medio son cúmulos de conocimiento tradicional, arraigados en un marco institucional que depende de las normas, leyes, usos y costumbres locales que se construyen con cimientos de confianza y reciprocidad.

La innovación para el desarrollo inclusivo requiere desarrollar modelos de innovación que involucren a actores diversos que tradicionalmente no estaban integrados. Un rol muy significativo lo juegan los identificados como actores transformadores que actúan como interfaces entre la población más desfavorecida que plantea diversas necesidades y las organizaciones encargadas de la producción y distribución de productos. De esta manera inicia un proceso de acoplamiento entre los valores, usos y costumbres, necesidades y problemas en necesidades reales y contextuales de la población pobre. Las organizaciones intermedias facilitan la vinculación entre los principales actores de una red de innovación ya que coadyuvan a disminuir las ‘brechas de información’, facilitan la cooperación entre los actores proporcionando información sobre los beneficios que puede ofrecer cada actor superando las fallas sistémicas. El papel de estas organizaciones debe matizar una lógica particular de interacción entre los involucrados al coordinar otras formas de producción, distribución y apropiación de beneficios, en muchos casos deben ser emprendedores institucionales (véase, por ejemplo, Klerkx y Leeuwis, 2008).

Si bien, se enfatiza en este análisis el papel de las organizaciones intermedias, que pueden ser diferentes tipos de actores (ong, universidades, centros de investigación, agencias gubernamentales, etc.), no se soslaya la relevancia y participación en los procesos de innovación para el desarrollo inclusivo de otros actores.

3.3 Evaluación crítica y propuestas

Como se ha explicado, el estudio de la innovación para el desarrollo inclusivo presenta retos de orden conceptual, metodológico y empírico. Además de la diversidad de conceptos, algunas propuestas parten de aislar explícitamente el marco estructural (de políticas, deficiencias en la demanda, instituciones débiles, etc.) en que ocurren los problemas y las soluciones. En otros casos, la discusión se centra más en caracterizar a la innovación inclusiva como innovación incremental a través de la cual se generarán soluciones a problemas de grupos de población desfavorecidos. Sin embargo, es la propuesta de Alzugaray, et al. (2012) la que presenta una perspectiva de todo el ciclo de investigación-problema. Los autores reiteran que este ciclo no es lineal que puede tener cortes (cortocircuitos) y flujos en retroceso pero logran establecer cinco fases que permiten analizar el proceso. Este ciclo se representa en el cuadro 1 (ver anexo). En las dos primeras columnas se sintetizan las fases propuestas por los autores, en la tercera y cuarta se incluyen propuestas críticas para ampliar el alcance del modelo y en la cuarta columna se incluyen otros participantes relevantes para cada una de las fases identificadas de acuerdo a lo planteado en este artículo.

Cuadro 1.

El ciclo para resolver problemas de inclusión social

Fases  Actividad/Actores  Propuesta  Otros participantes 
Se identifica el problema de inclusión social (piso)  Reconocimiento del problema por la población afectada.Actores: población afectada  El problema no puede ser identificado solo por quienes lo padecen para considerarlo como un piso.  Especialistas, Investigadores, Gobierno en sus diferentes niveles, Universidades e institutos de I+D 
Se demanda una solución al problema  El problema tiene voz o se hace visible.La población exige una solución.Actores: población afectada, actores conectados al problema, ongs, gobierno.  La demanda puede ser real o potencial y encausarse por personal especializado.  Especialistas en salud pública, gobierno, universidades, médicos de primer piso, ongs, etc. 
Se realiza la investigación sobre el problema  Los investigadores se involucran con la demanda en un diálogo directo con quienes sufren el problema.Actores: otros investigadores, policy makers, organizaciones de la sociedad civil, medios masivos de comunicación.  Los problemas de alta especialidad, en el ámbito de la salud, pueden ser expuestos y los intermediarios y demanda puede provenir de personal especializado, no necesariamente de la población afectada.  Hospitales, investigadores, médicos de primer nivel, gobierno, universidades. 
Se produce el prototipo y se escala el producto, proceso o servicio  Se escala la solución y se busca resolverlo con la intervención del gobierno.Actores: investigadores, productores de bienes y servicios, gobierno  La universidad puede tener un papel activo en la articulación de los actores participantes y en el establecimiento de programas de apoyo.  Investigadores desarrolladores, médicos, población afectada, universidades e institutos de I+D 
Se define una solución efectiva  Se establece la solución técnica, se difunde y se adapta a las características de la población.Actores: productores de bienes y servicios, gobierno, ongsLa universidad como actor intermediario.  Enfermeras, médicos de primer nivel, medios masivos de comunicación 

Fuente: Elaboración propia a partir de Alzugaray, et al. (2012).

Alzugaray, Mederos y Sutz (2012: 779) plantean que el problema de inclusión social se convierte en tal cuando tiene voz, esto es, cuando logra ser expresado y recibido por una audiencia concreta. Esto significa que el problema está conectado con los objetivos de la gente. Hay una necesidad explicitada que impulsa mecanismos para su resolución. Esto permite la articulación de esfuerzos de diferentes actores, que no sería posible si el problema no es visible.

Hay que enfatizar también, como lo señalan Alzugaray, Mederos y Sutz (2012) que no todos los problemas de inclusión social (pis) requieren de investigación para resolverse. En algunos casos los pis requieren programas educativos en diferentes ámbitos, desarrollo de infraestructura, políticas públicas, regulaciones para empresas transnacionales y locales, difusión abierta, etc. Por lo tanto se considera en esta propuesta que un término más apegado es del investigación o innovación para la inclusión social, o desarrollo inclusivo. Partimos de la idea de que la generación de beneficios sociales puede englobar problemas más amplios y de relevancia para disminuir las inequidades en países con menor desarrollo. La investigación puede ser original, de frontera, o de imitación y adaptación. De la misma manera la innovación puede ser incremental, de producto, proceso o servicios, etc., pero se busca que resuelva problemas que aquejan a sectores de la población desfavorecidos. El problema que parece central es explicitar el vínculo entre innovación y el propósito de esa innovación que más allá de la generación de riqueza busca resolver problemas sociales en los sectores de mayor pobreza a través de la investigación que puede o no producir innovaciones de cualquier tipo.

Conclusiones

En este artículo se presentó una discusión sobre las propuestas que incorporan en la agenda de los estudios de la innovación, el desarrollo inclusivo para las poblaciones más desfavorecidas en los países en desarrollo. Estas regiones y localidades del orbe se han visto poco beneficiadas por los avances generados por las constantes innovaciones en los países desarrollados. El debate de las diferentes conceptualizaciones sobre innovación para el desarrollo inclusivo es el marco para hacer un propuesta para su análisis empírico. Esta propuesta rescata tres aspectos identificados en la discusión: el aprendizaje como mecanismo para generar capital social; la centralidad de actores que en los procesos de innovación tradicional tenían menor relevancia como las organizaciones intermedias, la población que presenta la demanda por una solución a un problema, las universidades, entre otros; y un método de innovación más flexible e interactivo que parte no sólo de la creación de nuevo conocimiento como base para la innovación sino de la adaptación, el aprendizaje, la imitación, la difusión, como medios fundamentales para la apropiación que genere, a su vez, el desarrollo inclusivo.

Uno de los debates centrales que emerge de la discusión actual sobre innovación para el desarrollo inclusivo aborda el grado de participación de la población desfavorecida en las diferentes localidades, regiones y países en desarrollo. ¿Hasta dónde es posible su involucramiento? ¿Para que hablemos de innovación para el desarrollo inclusivo la metodología requiere la participación de estos sectores en la identificación de problemas relevantes o es posible que estos sean identificados por otros actores? ¿Cómo construir confianza a partir del aprendizaje colectivo en entornos de alta informalidad, corrupción y débiles instituciones públicas?

El análisis y las metodologías de la innovación para el desarrollo inclusivo requiere la incorporación de las perspectivas institucionalistas para identificar aquellos ejes que en el ámbito macro, pueden ser atendidos desde la política pública. La confianza, factor fundamental en el desarrollo de vínculos para la innovación inclusiva, requiere generar procesos de aprendizaje en diferentes niveles (individual, grupal, en red). En esta tarea las propuestas institucionalistas permitirán identificar los puntos de quiebre en el proceso de innovación para el desarrollo inclusivo. Esa es una tarea pendiente.

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Innovation and Development, 4 (2014),

La traducción de disenfranchised members que se usa en este documento es población privada de sus derechos.

La noción de capital social se origina en el campo de la sociología pero en las últimas décadas ha sido ampliamente utilizado para explicar fenómenos culturales, económicos y en la ciencia política, y no hay consenso en la comunidad académica sobre su conceptualización (Caracciolo y Foti, 2005:35). Putman (1993) (citado por Conceição, Gibson et al., 2001:11) argumenta que el capital social refleja el tejido complejo de relaciones personales e institucionales basados en la confianza y en las preocupaciones y objetivos compartidos. Estas relaciones crean redes de compromisos/obligaciones cívicos, que crean las condiciones para [el diseño e implementación de] políticas efectivas, mercados eficientes, y mejorar la producción y distribución del producto. De esta forma, Conceição, Gibson et al., (2001:12) argumenta que las regiones dotadas con capital social tienen mejores resultados que aquellas que no lo tienen de inicio [está presente la idea de path dependence] y para adquirirlo tendrán que aprender a través de prueba y error.

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