El objetivo del presente estudio es evaluar la influencia que tienen la modalidad de estudios, las calificaciones académicas y el género en la elección de titulación sin limitaciones de tipo económico, de nota de corte o familiar. Participaron en esta investigación 1.164 estudiantes de Granada (España), con edades comprendidas entre los 17 y los 30 años (M=18,24 años; DT=1,258), presentando errores muestrales del 0,02 en el total de la muestra y por estratos del 0,03 para Bachillerato y 0,04 para Ciclos Formativos. Se utilizó un diseño de carácter cuantitativo descriptivo de tipo transversal, mediante un estudio relacional para analizar el grado de dependencia entre las variables estudiadas. Como conclusión principal se constata la influencia que tienen la modalidad de estudios, las calificaciones y el género en la elección de titulación sin limitación; así, ellas se postulan en grados de Ciencias de la Salud y Sociales con notas más altas, mientras que ellos prefieren titulaciones más técnicas con peores calificaciones.
The aim of this study is to evaluate the influence of the mode of study, academic qualifications and gender in choosing degree without limitation economic, note or family court. 1,164 participated in this research students Granada (Spain), aged between 17 and 30 years (M=18.24 years, SD=1.258), showing sampling error of 0.02 in the total sample and stratified 0.03 to 0.04 for Baccalaureate and training cycles. Design descriptive cross-sectional quantitative character used by a relational study to analyze the degree of dependence between the variables studied. The main conclusion the influence of the mode of study, qualifications and gender in choosing titration without limitation notes, so they are postulated in degrees of Social and Health Sciences with higher notes while they prefer more degrees techniques with worse ratings.
La sociedad actual vive una veloz transformación del mercado laboral caracterizada por cambios en la diferentes ocupaciones y puestos de trabajo, haciendo necesaria una adaptación por parte de los Estados, los sistemas educativos y los sujetos que van a acceder al trabajo (Arnau, 2013). A esta situación se suma una crisis económica y social, situación coyuntural que lleva aparejados unos índices de desempleo alarmantes, lo que provoca que los jóvenes empleen más tiempo en su formación, accediendo a estudios superiores (Martínez-Martínez, 2013).
Aunque la inserción en el mundo del trabajo se realiza cada vez de forma más meditada por las dificultades que se encuentran al intentar acceder a él, diferentes estudios, como el de Echeverría (2010), Santana, Feliciano y Cruz (2010) o Fernández-Tilve y Malvar (2011) aportan datos que confirman que este proceso se aborda sin haberse planteado de forma coherente un estudio introspectivo de las características, posibilidades y objetivos personales y profesionales. Es labor esencial del sistema educativo, y más en concreto de orientadores y pedagogos, la realización de proyectos profesionales de orientación hacia el mundo laboral (Molina, 2004).
En cuanto al género, se entiende que es uno de los factores que mayor influencia ejerce en la elección de titulación universitaria. Se ha detectado que las mujeres dedican más esfuerzo y tiempo a estudiar que los hombres (Alberdi, Escario y Matas, 2000; Comas y Granado, 2002); a este hecho se suma que los varones se decantan por el estudio de ingenierías o titulaciones de ciencias, mientras que las féminas prefieren estudios relacionados con la sanidad, la pedagogía o la educación social (Navarro y Casero, 2012).
Respecto a la elección de titulación universitaria, Bisquerra (1992), basándose en Spokane y Oliver (1983), hace referencia a la importancia de este proceso, que implica la elección de a qué se quiere dedicar alguien, qué es lo que quiere hacer durante el resto de su vida y cómo quiere hacerlo. El trabajo es un proceso de autorrealización y no un simple medio para subsistir, como recoge Martínez-Martínez (2013) en su trabajo de investigación.
En la actualidad existen multitud de estudios que versan sobre el acceso a la educación superior y las decisiones tan determinantes que este proceso conlleva. Se encuentra variedad de estudios que han descrito las opciones universitarias de los alumnos desde el Bachillerato (Cortés y Conchado, 2012; Santana, Feliciano y Jiménez, 2012; Lorenzo-Moledo, Argos, Hernández y Vera, 2014), pero casi ninguno contempla el acceso desde los Ciclos Formativos, ya que anteriormente estos ciclos encaminaban al estudiante a la inserción al mercado laboral. La importancia del proceso de elección de titulación universitaria queda clara revisando las investigaciones de Gallo, González y Salinero (2010) y Lagares, Ordaz y Lagares (2012), en las que queda patente la importancia de dicho proceso para un correcto desarrollo académico y laboral de los sujetos.
Ante la problemática que suponen el acceso y la elección de estudios superiores, encontramos la orientación educativa como elemento fundamental para dar respuesta a este problema (Rodríguez-Moreno, 2003). La orientación es un elemento clave en el proceso de formación académica de los alumnos, considerada como una herramienta indispensable que facilita información acerca de los gustos, preferencias, aptitudes, habilidades y posibilidades de los discentes (Sobrado, Fernández y Rodicio, 2012), cuya finalidad es la consecución del desarrollo integral de la personalidad del sujeto (Dueñas, 2002). Este proceso de orientación requiere la vinculación y la coordinación entre los Centros Educativos de Educación Primaria y Secundaria, y Bachillerato, con los Centros Universitarios (Llosa, Acín, Cragnolino y Lorenzatti, 2012; Domínguez, Álvarez y López, 2013).
En la presente investigación se consideró importante verificar la influencia que tiene la opción de estudios elegida (Ciclos Formativos o Bachillerato), la nota media y el género en la elección de los estudios universitarios para el próximo curso sin limitación de tipo económico, de nota de corte o familiar (situaciones que impidan el acceso a los estudios universitarios de preferencia), dada la escasez de estudios que aglutinaban de forma conjunta a estudiantes de Bachillerato y Ciclos Formativos. Aportando cifras sobre lo que acontece en sujetos de 17 a 30años en relación a la decisión académica de futuro inmediato, se plantearon como objetivos:
- •
Determinar las titulaciones sin limitación más demandadas por los alumnos de último curso de Ciclos Formativos y Bachillerato de la provincia de Granada, así como describir sus características académicas y el género.
- •
Evaluar la influencia que tienen la modalidad de estudios, las calificaciones académicas y el género en la elección de titulación sin limitaciones de tipo económico, de nota de corte o familiar.
En este estudio se utilizó un diseño de carácter cuantitativo descriptivo y de tipo transversal. Posteriormente se desarrolló un estudio relacional para analizar el grado de dependencia entre las distintas variables objeto de estudio.
MuestraHay 6.132 alumnos/as matriculados en último curso de Bachillerato y Ciclos Formativos de Granada (España), según datos facilitados por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, durante el curso académico 2012/2013 en la Capital de Granada. Para establecer una muestra representativa (error al 0,02; IC del 95,5%) se emplearon técnicas de estratificación y proporcionalidad, considerándose tipo de rama académica (Ciclos Formativos y Bachillerato) y sexo (hombres-mujeres). Participaron en esta investigación un total de 1.164 estudiantes de Granada (España), con una edad comprendida entre los 17 y 30 años (M=18,24 años; DT=1,258) y que presentaron un error muestral del 0,02 en el total de la muestra y por estratos del 0,03 para Bachillerato y 0,04 para Ciclos Formativos, analizando el 18,98% del universo total. El estudio cumplió con las normas éticas del Comité de Investigación y Declaración de Helsinki de 1975. Se contó en todos los casos con el consentimiento informado de los participantes y se respetó el resguardo a la confidencialidad.
Variables e instrumentosLa presente investigación tomó como referencia las siguientes variables e instrumentos de medida, es decir:
- •
Género, según fuese masculino o femenino.
- •
Modalidad de estudios, categorizado en Bachillerato o Ciclo Formativo.
- •
Nota media, estructurado en 3 niveles: aprobado (5 a 6,9), notable (7 a 8,9) y sobresaliente (9 a 10).
- •
Titulación de elección sin limitación de tipo económico, de nota de corte o familiar.
Para obtener la información en la población sobre las preferencias profesionales se utilizó el cuestionario de Intereses Académicos Profesionales (CIBAP) de Hernández-Franco (2001), concretamente lo referente a Áreas Vocacionales: Estudios y Profesiones. Este instrumento consta de 19 cuestiones referidas a la descripción de estudios universitarios, ciclos formativos y profesiones, solicitando valorar el grado de interés, determinados a través de una escala Likert de 5 opciones (A: rechazo; B: no me gusta; C: me es indiferente o tengo dudas; D: me gusta bastante, y E: es de mis preferidas). En función de lo planteado por Martínez-Martínez (2013), se desarrolla el ámbito de conocimiento de la titulación universitaria a elegir en el próximo curso con la posibilidad de elección sin limitación (económica, familiar o económica). Para ello, y siguiendo las opciones de titulaciones universitarias, se plantearon las siguientes especialidades (Arqueología, Arquitectura, Bellas Artes, Biología, Ciencias Ambientales, Ciencias del Trabajo, Ciencias Políticas, Comunicación Audiovisual, Criminología, Derecho, Económicas, Empresariales, Enfermería, Farmacia, Filología, Filosofía, Física-Química, Fisioterapia, INEF, Informática, Ingeniería, Literatura, Logopeda, Magisterio, Matemáticas, Medicina, Militar, Música, Odontología, Óptica, Pedagogía, Periodismo, Psicología, Trabajo Social, Traductores, Turismo, Veterinaria, y Otras).
ProcedimientoEn primer lugar, a través de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada (Área de Corporal), y en contacto con la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, se solicitó la colaboración de los centros educativos de la Capital de Granada seleccionados, a partir de un muestreo de conveniencia de las categorías objeto de estudio. En primer lugar, la dirección de cada centro educativo fue informada sobre la naturaleza de la investigación y se solicitó la colaboración de sus alumnos/as. En segundo lugar se adjuntó un modelo de autorización destinado a los responsables legales de los adolescentes pidiéndoles su consentimiento informado.
En todo momento se garantizó a los participantes el anonimato de la información recogida aclarando que su utilización sería solo con fines científicos. Los encuestadores estuvieron presentes durante la recogida de los datos para poder resolver cualquier duda al respecto. Esta se desarrolló sin ningún tipo de problema o anormalidad a reseñar. En último lugar se agradeció a los docentes, orientadores y responsables su colaboración y se les informó del envío en un futuro próximo de un informe sobre los datos obtenidos respetando la confidencialidad de los mismos.
Análisis de datosPara el análisis de los datos se utilizó el programa estadístico software SPSS 20.0., mediante la utilización de descriptivos, medias y desviación típica se desarrolló la primera parte del análisis encaminado a determinar el perfil de los participantes. En segundo lugar, se estableció el análisis comparativo, para lo cual se emplearon tablas de contingencia para establecer las diferencias entre las distintas variables objeto de estudio.
ResultadosComenzando el análisis descriptivo de los 1.164 participantes, respecto a las variables seleccionadas, se constató que 488 (41,9%) jóvenes eran varones y 676 (58,1%) eran féminas; el 58,6% (n=482) procedían de Bachillerato, frente al 41,4% (n=682) que venían de Ciclos Formativos. Asimismo, en lo que respecta a los parámetros de tipo académico, más de la mitad de los participantes (51,7%; n=602) tenían notable, seguido de un 34,5% (n=401) de aprobados y, por último, únicamente un 13,8% (n=161) de sobresalientes.
Con respecto a los alumnos/as y la opción de elección sin limitación para cursar una titulación universitaria, se escogen las 10 especializadas más valoradas por los estudiantes, destacando la similitud entre titulaciones (tabla 1). Las 3 más escogidas por los participantes son, por este orden: Magisterio (11,2%; n=130), Medicina (9,2%; n=107) e Ingeniería (8,8%; n=103). Las menos demandadas son: Derecho (2,7%; n=31), Fisioterapia-Biología (2,9%; n=34) e Informática (3,3%; n=38).
Descriptivos de las variables
Género | |
Masculino | 41,9% (n=488) |
Femenino | 58,1% (n=676) |
Modalidad de estudios | |
Bachillerato | 58,6% (n=482) |
Ciclos Formativos | 41,4% (n=682) |
Nota media | |
Aprobado | 34,5% (n=401) |
Notable | 51,7% (n=602) |
Sobresaliente | 13,8% (n=161) |
Titulación universitaria sin limitación | |
No estudiar | 10,8% (n=126) |
Medicina | 9,2% (n=107) |
Magisterio | 11,2% (n=130) |
Derecho | 2,7% (n=31) |
Enfermería | 6,3% (n=73) |
Fisioterapia | 2,9% (n=34) |
Económicas | 4,0% (n=47) |
Informática | 3,3% (n=38) |
INEF | 4,9% (n=57) |
Psicología | 4,7% (n=55) |
Ingeniería | 8,8% (n=103) |
Al establecer las relaciones entre las variables de tipo curso, género, calificación media y elección de especialidad universitaria sin limitación (tabla 2), en todos los casos los análisis estadísticos fijaron diferencias estadísticamente significativas (p≤0,05). Al relacionar género con la opción de estudios elegida, se observa que la distribución no es homogénea (p=0,041), siendo ellos son mayoría en los Ciclos Formativos (44,9% frente al 38,9%), mientras las participantes femeninas están más matriculadas en Bachillerato que ellos (61,1% frente al 55,1%). En lo que se refiere a las calificaciones medias, debemos puntualizar que los participantes masculinos obtienen más aprobados que las estudiantes femeninas (39,1% frente al 31,1%); esta tendencia cambia en la calificación de notable (54,6% en chicas y 47,7% en chicos), y en la nota de sobresaliente los resultados son similares.
Elección de titulación sin limitación, curso y nota media según género
Género | χ2 | ||
---|---|---|---|
Masculino | Femenino | ||
Modalidad de estudios | |||
Bachillerato | 44,9% (n=219) | 61,1% (n=413) | p=0,041 |
Ciclos Formativos | 55,1% (n=269) | 38,9% (n=263) | |
Nota media | |||
Aprobado | 39,1% (n=191) | 31,1% (n=210) | p=0,016 |
Notable | 47,7% (n=233) | 54,6% (n=369) | |
Sobresaliente | 13,1% (n=64) | 14,3% (n=97) | |
Titulación sin limitación | |||
Medicina | 26,2% (n=28) | 73,8% (n=79) | p=0,000 |
Magisterio | 16,9% (n=22) | 83,1% (n=108) | |
Derecho | 54,8% (n=17) | 45,2% (n=14) | |
Enfermería | 21,9% (n=16) | 78,1% (n=57) | |
Fisioterapia | 27,8% (n=5) | 72,2% (n=13) | |
Económicas | 44,7% (n=21) | 55,3% (n=26) | |
Informática | 92,1% (n=35) | 7,9% (n=3) | |
INEF | 82,5% (n=47) | 17,5% (n=10) | |
Psicología | 12,7% (n=7) | 87,3% (n=48) | |
Ingeniería | 85,4% (n=88) | 14,6% (n=15) |
Se encontró que en las participantes femeninas existe una predominancia hacia ciertas titulaciones sin limitación más que los hombres; de esta forma, en estudios de Medicina, Magisterio, Enfermería o Psicología los porcentajes son mayores, situación que se invierte en carreras como las de Informática, INEF o Ingeniería, donde los varones puntúan más alto que las alumnas; en el resto de carreras (Económicas, Derecho y Fisioterapia) los valores son idénticos.
En referencia a la modalidad de estudios en la que se encuentran matriculados, los resultados mostraron diferencias (p=0,000). De esta forma, en la nota de aprobado, los participantes de Bachillerato (41,2%) obtuvieron porcentajes mayores que los de Ciclos Formativos (24,9%); en la calificación de notable, los de Ciclos Formativos tienen mayor porcentaje que los de Bachillerato (58,9 y 46,6%, respectivamente). Estos datos también se producen en cuanto a la nota de sobresaliente (16,2% para módulos superiores y 12,2% en bachiller), como se aprecia en la tabla 3.
Calificaciones, modalidad de estudios y elección de titulación sin limitación
Calificaciones | χ2 | |||
---|---|---|---|---|
Aprobado | Notable | Sobresaliente | ||
Modalidad | ||||
Bachillerato | 41,2% (n=281) | 46,6% (n=318) | 12,2% (n=83) | p=0,000 |
Ciclos Formativos | 24,9% (n=120) | 58,9% (n=284) | 16,2% (n=78) | |
Titulación | ||||
Medicina | 14% (n = 15) | 50,5% (n = 54) | 35,5% (n = 38) | p = 0,000 |
Magisterio | 44,6% (n = 58) | 45,4% (n = 59) | 10% (n = 13) | |
Derecho | 58,1% (n = 18) | 41,9% (n = 13) | 0% (n = 0) | |
Enfermería | 21,9% (n = 16) | 67,1% (n = 49) | 11% (n = 8) | |
Fisioterapia | 27,8% (n = 5) | 44,4% (n = 8) | 27,8% (n = 5) | |
Económicas | 36,2% (n = 17) | 53,2% (n = 25) | 10,6% (n = 5) | |
Informática | 23,7% (n = 9) | 68,4% (n = 26) | 7,9% (n = 3) | |
INEF | 54,4% (n = 31) | 40,4% (n = 23) | 5,3% (n = 3) | |
Psicología | 52,7% (n = 29) | 43,6% (n = 24) | 3,6% (n = 2) | |
Ingeniería | 37,9% (n = 39) | 49,5% (n = 51) | 12,6% (n = 13) |
Al relacionar las calificaciones con la elección de titulación que pretendían cursar el próximo año sin limitación de ningún tipo, se apreciaron diferencias (p=0,000), motivadas por una gran disparidad. De esta forma, entre los alumnos con aprobado se decantaron mayoritariamente por las titulaciones de Magisterio (44,6%), Derecho (58,1%), INEF (54,4%) y Psicología (52,7%); asimismo, los que valoraron con notable tenemos los grados de Medicina (50,5%), Magisterio (45,4%), Enfermería (67,1%), Fisioterapia (44,4%), Económicas (53,2%), Informática (68,4%) e Ingeniería (49,5%). Entre los alumnos que tenían sobresaliente y que en ningún caso obtuvieron porcentajes máximos, sin embargo debemos destacar a los alumnos/as que querían estudiar Medicina (35,5%) y Fisioterapia (27,8%). Estos datos aparecen reflejados en la tabla 3.
Al relacionar la modalidad de estudios con la elección de titulación universitaria sin limitación de ningún tipo, se hallaron diferencias estadísticamente significativas (p=0,000), como se aprecia en la tabla 4. En los participantes procedentes de Ciclos Formativos existe una predominancia hacia ciertas titulaciones más que los de Bachillerato; de esta forma, en estudios de Enfermería (10,6% frente a 3,2%) e Ingeniería (12% frente a 6,6%) se produce este hecho; asimismo, en alumnos/as que están en Bachillerato los porcentajes son mayores en carreras como Derecho (4% frente a 0,8%) o INEF (7,2% frente a 1,7%); en el resto de carreras (Económicas, Medicina, Magisterio, Psicología, Informática y Fisioterapia), los valores son idénticos.
Modalidad de estudios y elección de titulación sin limitación
Modalidad de estudios | χ2 | ||
---|---|---|---|
Bachillerato | Ciclos Formativos | ||
Titulación | |||
Medicina | 10,0% (n = 68) | 8,1% (n = 39) | p = 0,000 |
Magisterio | 11,3% (n = 77) | 11,0% (n = 53) | |
Derecho | 4,0% (n = 27) | 0,8% (n = 4) | |
Enfermería | 3,2% (n = 22) | 10,6% (n = 51) | |
Fisioterapia-Biología | 2,2% (n = 15) | 0,6% (n = 3) | |
Económicas | 4,4% (n = 30) | 3,5% (n = 17) | |
Informática | 2,3% (n = 16) | 4,6% (n = 22) | |
INEF | 7,2% (n = 49) | 1,7% (n = 8) | |
Psicología | 5,7% (n = 39) | 3,3% (n = 16) | |
Ingeniería | 6,6% (n = 45) | 12,0% (n = 58) |
Los 1.164 participantes de último curso de Bachillerato y Ciclos Formativos de Grado Superior analizados en este trabajo, con proporciones homogéneas por género, es de las mismas características que otros estudios realizados en la geografía española (Cepero, 2009; Naranjo, 1993; Rodríguez-Moreno, 1986; Sanjuán, 2010; Toscano, 2004), e incluso se señala la importancia de publicaciones de esta índole (Capilla, 2009 y Castilla, 2003), y que estos se realicen desde la perspectiva de la institución educativa, si bien habría que destacar que la mayoría de la muestra proviene de Bachillerato, mientras que en Ciclos Formativos la participación fue menor, encontrando un alto absentismo de contestación. Estos datos concuerdan con lo planteado por Toscano (2004), el cual matiza que entre los estudiantes de Bachillerato existe un mayor interés en todo lo relacionado con conocer las posibilidades académicas futuras, mientras que en el contexto de los Ciclos Formativos el interés por estos aspectos es menor.
La mayoría de los participantes en esta investigación obtuvieron calificaciones medias de notable, lo que está en desacuerdo con lo recogido en el último Informe PISA (2013), que destacaba que España se encuentra en los últimos lugares del contexto mundial de los países desarrollados en rendimiento académico.
Entre las titulaciones más demandadas por los estudiantes se indican los grados de Magisterio, Medicina e Ingeniería, siempre y cuando no existiese ningún tipo de condicionante de tipo económico, nota de corte o familiar. Entendemos que los sujetos analizados se postulan en 3 ámbitos del conocimiento, como son las Ciencias Sociales (Magisterio), Técnicas (Ingeniería) y Ciencias de la Salud (Medicina y Enfermería). Estos datos corroboran que el aspecto vocacional es esencial a la hora de elegir estudios superiores (Cepero, 2009; Martínez-Rodríguez y Carmona, 2010). Asimismo, esta afirmación es aún más patente en el contexto de las Ciencias de la Salud, pues cuando no existe limitación el alumno/a pretende estudiar Medicina. Asimismo, el orientarse a estos grados universitarios o carreras es principalmente porque están entre las mejor remuneradas (Elejabeitia, 1995; Serrano, Montañés y la Torre, 1999), y es, como puntualiza García-Sedeño (2002), una visión de la formación dirigida hacia el resultado como un medio para conseguir una meta.
Por tanto, las titulaciones de índole sanitario (Lora-López, 2008), unidas a las ingenierías (Fernández-López y Vaquero, 2006), suelen ser de las más solicitadas por las expectativas futuras que plantean, así como porque popularmente han tenido bastante prestigio social. También debemos hacernos eco de las manifestaciones que realiza Gordaliza (2010) cuando indica que en estos últimos años las titulaciones derivadas del ámbito de la Facultad de Ciencias se ven mermadas en el número de alumnado a consecuencia del descrédito que tienen en la actualidad las titulaciones de Ciencias (Matemáticas, Física, Química, etc.).
Se encontró que los participantes del género masculino eran mayoría en los Ciclos Formativos y que la edad era superior, datos similares a los reportados por Rubio (2007), que aludían a tópicos históricos sobre que la mujer no debía dedicarse a trabajos manuales. Asimismo el Instituto de la Mujer (2009) señala que se ha producido un incremento generalizado hacia el estudio de Ciclos Formativos por parte de las estudiantes femeninas. Ellas se matriculan mayoritariamente en Bachillerato, datos que coinciden con los estudios de Cepero (2009) y el Instituto de la Mujer (2009), los cuales indicaban que un mayor número de mujeres cursaban el Bachillerato, tanto en centros públicos como concertados. Los datos obtenidos en la presente investigación difieren de los encontrados por Toscano (2004), que halló un mayor número de participantes masculinos en el Bachillerato en su estudio de Huelva (53%). Intuimos que se trata de un hecho circunstancial, pues todas las cifras consultadas en los diversos censos ofrecen valores diferentes a los de su estudio.
En referencia al curso, los participantes de Bachillerato obtienen peores calificaciones que los de Ciclos Formativos. Consideramos que esto viene motivado porque en Ciclos Formativos son más importantes los contenidos de índole práctica que los teóricos, y en temas de prácticas es más fácil sacar notas altas. Los varones obtienen un mayor número de aprobados que las participantes femeninas, las cuales tienen mayor número de notables. Son numerosos los investigadores (Alonso, 2009; Cepero, 1997; Mosteiro y Méndez, 1998; Oliva y Parra, 2001; Rivas, 1998) que indican que la elección y las aspiraciones académicas de los adolescentes parecen estar condicionadas de forma importante por los estereotipos de género existentes en nuestra sociedad.
Las participantes femeninas se decantan por el acceso hacía las titulaciones de Medicina, Magisterio, Enfermería o Psicología, frente a los varones, que se enfocan hacia Informática, INEF o Ingeniería. Estos datos denotan que entre las mujeres priman áreas vocacionales de Sanidad y Enseñanza; esta situación viene determinada por 2 factores: los parámetros laborales, ya que ambas opciones desencadenan en numerosas opciones académicas y laborales, y por otra parte la predisposición a dedicarse a la atención y al servicio de los demás, como señalan Alonso (2009), Barra (2002), Sadurní y Rostan (2004).
En cuanto a las notas con las que acceden a último curso, la mitad de ellos tenían una calificación de notable y un alto porcentaje con aprobado, lo que denota que a mayor curso académico las calificaciones parecen ir mejorando. Entendemos que este hecho viene propiciado porque en estos cursos la enseñanza no es obligatoria, por lo que la mayor parte del alumnado ha escogido libremente la opción de estudiar, y esto repercute de una manera favorable en el rendimiento académico. Fuente y Justicia (2001) y Herrera (1999) señalan que las alumnas presentan mejores niveles de motivación académica en general, sobre todo en las etapas anteriores al acceso a la Universidad, estando más motivadas para mantener una conducta de estudio.
En los estudiantes de Ciclos Formativos existe una predominancia hacía estudios de Enfermería e Ingeniería, mientras que los de Bachillerato se decantan por carreras como Medicina, Derecho o INEF. Respecto a estas cifras, Cepero (2009) señala que en su estudio los alumnos/as quieren acceder al grado de Enfermería. Asimismo, autores como Villanueva y Sorribes (1995), Grañeras, Gordo y Regil (1998), Sebastián, Ballesteros, de Lara, Malik, Martínez y Sánchez (1999) o Alonso (2009), confirman que existe una parte del alumnado que quiere ir a la Universidad, expresando claramente la realización de una titulación Técnica. Este hecho se produce sobre todo en hombres, aludiendo a una mayor demanda laboral y prestigio social (Carabaña, 1987), mayores remuneraciones y grandes oportunidades de progreso, ya que el paradigma científico-tecnológico está en alza.
Asimismo, debemos señalar que tradicionalmente se han observado titulaciones donde las notas de corte eran bastante altas, como Medicina o Fisioterapia. Los motivos e intenciones de elección de la titulación, según Martínez, Gimeno y Rocabert (1998); Fernández-Poncela (2000) o León y Gambara (2005), son tener un buen sueldo para mantener a la familia y la economía del hogar, o tener buenos salarios. Esto concuerda con lo que sucede en los estudiantes de nuestro estudio, donde los alumnos que tenían notas medias más altas querían estudiar Medicina, mientras que las titulaciones de Magisterio, Derecho e INEF eran en su mayoría demandadas por estudiantes con una nota media de aprobado. En enseñanzas de Ciencias Sociales y según la tipología de estudiantes que piensa acceder a estos grados, las calificaciones son inferiores, como citan Langa (2003) y Prieto-Zurita (2010); del mismo modo, las de mejor puntuación vienen condicionadas a ser exclusivas del bloque de Salud (Medicina, Fisioterapia, Enfermería…). En referencia a esto, Castro (1998) expone que los adolescentes eligen una profesión o titulación para su realización personal, y no solo como medio de subsistencia, por lo que tanto en las opciones biomédicas como en las técnicas existe un aumento de personas con tradición de estudios superiores universitarios.
Para finalizar, debemos señalar que, como en todo estudio se presentan una serie de limitaciones, en este han venido producidas porque una parte considerable de los estudiantes de Ciclos Formativos rehusaron la realización de este estudio. Del mismo modo, también podríamos haber incluido cuestiones hacia los padres, para constatar si la información recogida era la veraz y tener en cuenta algunos supuestos, como abandono en los últimos cursos y motivos de la misma.
ConclusionesPodríamos concluir que las titulaciones de Medicina, Magisterio y las Ingenierías son las más demandadas al no encontrarse los alumnos con limitaciones de tipo económico, familiar o de nota de corte. Asimismo, la mayoría de los alumnos tenían una nota media de notable. Los varones presentan peores calificaciones y son mayoría en Ciclos, mientras las mujeres son mayoría en Bachillerato y obtienen notas medias ligeramente superiores; atendiendo a la modalidad de estudios, se ha encontrado que los alumnos de Bachillerato obtienen peores calificaciones que los alumnos de Ciclos Formativos.
Los alumnos/as que tienen calificaciones de notable y sobresaliente se decantan por las titulaciones de Medicina, Fisioterapia, Enfermería, Económicas, Informática e Ingeniería, mientras que los estudiantes con aprobado se decantan por las titulaciones de Magisterio, Derecho, INEF y Psicología, confirmando que estos últimos grados requieren menor nota media. En cuanto al género, las participantes femeninas prefieren estudios universitarios de Medicina, Magisterio, Enfermería o Psicología, mientras que ellos señalan grados de tipo más tecnológico y deportivo, como Informática, INEF o Ingeniería. Y los alumnos de Ciclos Formativos prefieren estudios de Enfermería e Ingeniería, mientras los de Bachillerato se decantan por carreras como Medicina, Derecho o INEF.
Queda constatada la influencia que tienen la modalidad de estudios, las calificaciones académicas y el género en la elección de titulación sin limitación. Así, ellas se postulan por su carácter más altruista en grados de Ciencias de la Salud y Sociales y con notas más altas, mientras que los estudiantes masculinos prefieren titulaciones técnicas que requieren calificaciones más bajas para su acceso.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.