La neurobiología del apego investiga la comprensión de los procesos conductuales y los mecanismos neurales afectados en el origen y el mantenimiento del apego entre el lactante y su madre, padre y hermanos. La oxitocina desempeña un papel central en la regulación de las conductas sociales, incluidas la conducta sexual, el apego materno infantil y la memoria social y el reconocimiento. Los valores máximos de oxitocina endógena en las horas siguientes al parto fisiológico en el cerebro del recién nacido se han relacionado con el período sensitivo y el inicio del vínculo materno filial. La manipulación del sistema oxitocinérgico en el período perinatal puede alterar de por vida las respuestas sociales y sexuales en los modelos animales. En el presente artículo se revisan los efectos de la oxitocina endógena y exógena en el período perinatal. Se plantea la hipótesis de que la alteración del sistema oxitocinérgico podría ser uno de los posibles múltiples factores perinatales involucrados en la etiopatogenia del autismo. La alteración del sistema oxitocinérgico se puede producir mediante la administración de oxitocina sintética intraparto o la cesárea programada sin trabajo de parto previo. Se apuntan líneas futuras de investigación en esta área.
The study of the neurohormonal and behavioral processes and neural mechanisms involved in the development of attachment between the infant and the mother has received increased attention over the last years. Oxytocin has been shown to play a central role in the regulation of affiliate social behavior, including sexual behavior, mother infant bonding and social memory and recognition. Following normal physiological vaginal birth highest levels plasmatic endogenous oxytocin are achieved, which has been related to the presence of a sensitive period which seems to facilitate bonding and initial mother and newborn attachment. Perinatal manipulation of peptidic hormones like oxytocin can have life long lasting effects on social and sexual behaviors in animal models. Disregulation of oxytocinergic system has been observed in individuals with autistic disorders. A review of the possible effects of oxytocinergic perinatal manipulation in human newborns is discussed in the present review article. The hypothesis of the possible effect of perinatal oxytocin manipulation on the ethiology of autism is discussed.
La neurobiología del apego investiga la comprensión de los procesos conductuales y los mecanismos neurales afectados en el origen y el mantenimiento del apego entre el lactante y su madre, padre y hermanos.
La oxitocina (OT) es un péptido formado por nueve aminoácidos que se sintetiza en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo y que se segrega a la sangre desde las terminaciones axonales de la hipófisis posterior. Tradicionalmente se conocían sus efectos en las contracciones uterinas y en la eyección de leche. Ahora sabemos que la OT y la vasopresina desempeñan un papel central en la regulación de las conductas sociales, incluidas la conducta sexual, el apego materno infantil y la memoria social y el reconocimiento1,2. En los mamíferos la interacción madre-infante y otros aspectos del período posnatal pueden afectar profundamente a la conducta, y estos efectos pueden a su vez producir cambios persistentes en los sistemas neuroanatómicos y neuroendocrinos3. La OT, la vasopresina y sus receptores parecen ser el sustrato de la transducción de experiencias tempranas en cambios conductuales a corto y largo plazo mediante mecanismos de epigenética en el período sensitivo temprano4.
El inicio de la lactancia, la eyección de leche y el inicio del vínculo dependen, entre otras cosas, de la secreción pulsátil de OT desde la hipófisis posterior5,6, junto con la síntesis de OT por parte de las células mioepiteliales mediante un mecanismo local de retroalimentación positivo7. En situaciones de estrés, como la pérdida de sangre abundante, el parto prolongado o la cesárea, la secreción pulsátil de OT se sustituye por una secreción continua que reduce la estimulación de las células mioepiteliales8,9. La OT parece ser la hormona mediadora de la conducta maternal en los mamíferos. El aumento fisiológico de OT en el cerebro materno tras el parto produce en la madre una sensación de euforia, sueño más ligero y aumento del umbral del dolor, así como un incremento de la sensación de cariño hacia su hijo y disminución de la sensación de estrés mediante reducción, entre otros, de los valores de cortisol. Los niveles de esta hormona se encuentran más aumentados en las mujeres que mantienen a sus hijos en contacto piel con piel y, asimismo, presentan nuevas elevaciones de los valores de OT en relación con los períodos de amamantamiento10. Por tanto, estos procesos (contacto piel con piel precoz y succión) pueden facilitar el apego de las madres por sus hijos por elevación de la OT, además de mejorar el tono uterino tras el parto y disminuir la posibilidad de hemorragia puerperal.
La OT endógena se libera de forma pulsátil y creciente durante el parto fisiológico, y alcanza los valores máximos en cerebro materno en la hora que sigue al parto8. Este fenómeno se ha asociado con la existencia de un período sensitivo temprano durante el cual se produce un escenario neurohormonal específico, tanto en el cerebro materno, como en el del recién nacido, destinado a facilitar el inicio del vínculo materno filial, con algunas características similares a la impronta observada en otras especies11,12. En los nacimientos por cesárea programada sin trabajo de parto previo, no se produce este pico de OT endógena. En trabajos experimentales con mamíferos se ha observado que las hembras que dan a luz por cesárea programada pueden mostrarse indiferentes hacia la cría recién nacida, lo que se ha relacionado con la ausencia de OT endógena3. Se ha especulado que las mujeres que no presentan este aumento de OT endógena podrían igualmente mostrarse indiferentes hacia el cuidado de los hijos o tener más dificultades en la interacción temprana con el lactante3.
Diversas manipulaciones en el período perinatal pueden alterar el escenario neurohormonal fisiológico, tanto de la madre, como del bebé, sin que sean bien conocidas las implicaciones de estas manipulaciones. La cesárea programada, el parto inducido con OT sintética o el parto detenido por antagonistas oxitocinérgicos, como el atosibán, alteran el equilibrio de OT y vasopresina en el recién nacido. Igualmente la separación madre-infante, la lactancia artificial o la ausencia de contacto piel con piel inmediato conllevan disrupción de la liberación endógena de OT, sin que se conozcan en profundidad los efectos a medio y largo plazo de estas manipulaciones en humanos3,13. En otros mamíferos se han estudiado en profundidad los efectos de la manipulación peptídica perinatal en las crías, e incluyen cambios a largo plazo en la conducta social y sexual14. Además se ha comprobado que los efectos son diferentes en las crías hembras de los varones13.
La OT sintética se utiliza en un elevado porcentaje de partos, especialmente en nulíparas15. El uso de la OT sintética está tan extendido y generalizado que hay una tendencia a asumir que sus efectos son bien conocidos y benignos, e incluso se ha recomendado el uso en dosis mayores para evitar las cesáreas. Sin embargo, se considera que es la droga que con más frecuencia se asocia con efectos adversos prevenibles o evitables en el parto16.
El impacto de la OT exógena en la conducta y en la lactancia no se ha estudiado en profundidad3. La OT exógena puede: aumentar o imitar la respuesta de estrés; interrumpir la secreción pulsátil de OT y la actividad subsiguiente de las células mioepiteliales necesaria para el inicio de la lactancia8,17; alterar las señales en el receptor de OT de las células mioepiteliales y endoteliales18; estimular y luego vaciar las neuronas que segregan oxitocina19,20; alterar el equilibrio de OT y los cambios en la arquitectura neuronal en el período sensitivo del nacimiento, afectando a la adaptación maternal21,22. En síntesis, la OT exógena puede alterar el inicio de la lactancia mediante: alteración de la secreción pulsátil de OT y de las oscilaciones de la concentración, desensibilización de los receptores y, de manera más especulativa, alterando la conducta infantil o maternal. La administración de OT intraparto produce una disminución de los valores de OT en el segundo día del parto y un aumento de la prolactina23.
A nivel de la conducta del lactante, asumir que la manipulación perinatal con OT no tiene efectos es algo por demostrar y los pocos estudios en animales señalan que esta afirmación probablemente sea inválida3. Los experimentos con perritos de las praderas han mostrado que la manipulación del sistema oxitocinérgico en el período perinatal puede producir cambios de por vida en las conductas de apego y en las conductas sociales, incluidos el emparejamiento de los adultos y las conductas parentales, así como la reactividad del eje HPA, hallazgos que se han repetido en otros mamíferos14.
Se suele considerar que hay dos barreras que evitan el paso potencial de la OT al cerebro del bebé: la barrera materno-placentaria y la barrera hematoencefálica (BHE) del feto. Por una parte, la barrera placentaria tiene oxitocinasas que parecen efectivas en degradar la OT. Malek et al24 estudiaron la difusión madre-feto y feto-materna de OT y encontraron que el transporte es mayor en dirección madre feto, es decir, que la OT sintética administrada a la madre puede llegar a la circulación fetal. Por otra parte, durante tiempo se pensaba que la OT no podría pasar la BHE, pero se han encontrado importantes excepciones25. La más importante es que, durante el parto, hay una situación de estrés para madre e hijo que puede producir un aumento de la liberación de citocinas, o lo que es lo mismo, producir un estrés oxidativo que ha demostrado que hace que la BHE sea más permeable de lo habitual. Además, la BHE del lactante no está tan desarrollada como la de los adultos y puede ser que sea más permeable para pequeñas moléculas lipídicas insolubles. En síntesis, es posible que durante el parto la OT sintética administrada a la madre pueda pasar las barreras y llegar al cerebro del bebé26. A su vez, diversos estudios han demostrado que el exceso de OT circulante puede desensibilizar los receptores de OT por diversos mecanismos y, por tanto, disminuir los efectos beneficiosos derivados de su actuación.
En el recién nacido humano, las conductas de apego más tempranas son las destinadas a mantener la proximidad de la madre e iniciar la lactancia materna (reflejos neonatales primitivos)27, así como las conductas de interacción social con la madre (descritas por Brazelton, NBAS). Los recién nacidos sanos tienen la capacidad de reptar sobre el abdomen materno para encontrar por sí solos el pecho materno en las primeras dos horas de vida y establecer contacto visual directo con la madre, conductas que parecen estar mediadas por la OT junto con un aprendizaje olfatorio.
El autismo es un trastorno generalizado del desarrollo que se caracteriza por tres síntomas centrales: alteración del lenguaje y de la capacidad de comunicación, alteración de la interacción social y conductas repetitivas e intereses restringidos. El número de individuos diagnosticados de autismo se ha incrementado en los últimos años28, y la distribución entre sexos es de cuatro varones por cada cinco afectados. En estudios poblacionales se ha observado que, por ejemplo, el aumento de la incidencia acumulada de autismo en la población danesa y californiana se inició entre 1988 y 1989 y ha seguido aumentando28. Hay una importante controversia científica sobre el aumento del diagnóstico de trastornos del espectro autismo.
El potencial de los posibles agentes exógenos tóxicos ambientales en la génesis del autismo está recibiendo gran atención. Se ha observado una posible relación entre alteraciones ambientales en el período perinatal y autismo, sin que esté clara la interpretación de esta asociación29–31. Así la presentación de nalgas y la prematuridad, la cesárea y la edad materna se han asociado con un incremento del riesgo de trastornos del espectro autista (TEA). La asociación entre la presentación de nalgas y los TEA se cree que se debe a un factor etiológico común y no a una asociación causal30.
En el debate actual sobre la etiología y la patogénesis del autismo, se discuten dos aspectos importantes: el papel de la OT y la posible implicación de mecanismos epigenéticos. Algunos autores han planteado la hipótesis de que la manipulación de OT perinatal pueda desempeñar un papel en la génesis del autismo32. La naturaleza de la desregulación epigenética es hasta la fecha desconocida, pero si se describe podría explicar por qué hasta ahora no se han podido identificar alteraciones secuenciales en un huésped con genes candidatos4,33.
La utilización de la OT sintética intraparto, junto con el uso de la anestesia epidural, se generalizó en la mayoría de los países en la década de 1990, sin que hasta la fecha se haya estudiado la posibilidad de que ambos factores combinados desempeñen algún papel en la génesis del autismo. El efecto de la OT sintética en experimentos animales es sexualmente dismórfico, y se desconoce si hay diferencias en el efecto según el sexo en humanos. Merece ser investigada la posibilidad de que la administración de OT intraparto en combinación con fármacos anestésicos pueda estar involucrada en la patogénesis de los trastornos del espectro autista, dado que cada vez es mayor la evidencia de que la OT desempeña un papel crucial en la interacción social de los humanos. Por otra parte, la posible utilidad de la OT en el tratamiento de los síntomas nucleares del autismo también ha comenzado a investigarse. Se está utilizando experimentalmente OT sintética intranasal como posible tratamiento sintomático en adultos con autismo con resultados prometedores34,35.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de interés.