En la actualidad, es importante mejorar la formación y las condiciones laborales de los profesionales de salud para garantizar la calidad de la atención sanitaria y satisfacer las necesidades de la población. Surge, entonces, la necesidad de formar un nuevo personal de salud comprometido con un nuevo enfoque en la atención sanitaria.
La educación ha evolucionado a las nuevas realidades digitales1. No obstante, el futuro profesional sanitario tendrá que adaptarse a un nuevo estilo de aprendizaje presencial después de haber adquirido habilidades de aprendizaje remoto, es decir, se deberá «reconstruir» el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que implica revisar y ajustar los planes de enseñanza, la metodología, las actividades y los recursos educativos a las nuevas condiciones2.
La pandemia de la COVID-19 aceleró la adopción de la tecnología en la formación médica, ya que muchas instituciones educativas tuvieron que cambiar rápidamente de la educación presencial a virtual3. Sin embargo, es importante destacar que la educación médica en línea no puede reemplazar por completo a la presencial, por ejemplo, primero, la interacción en tiempo real entre estudiantes y docentes durante el proceso educativo permite una mayor conexión y cercanía en las relaciones interpersonales. Al hacer preguntas, recibir retroalimentación en tiempo real, se crea una dinámica de conversación y diálogo que puede fomentar la participación activa de los estudiantes; segundo, el desarrollo de habilidades sociales, como la confianza y la cooperación, que son esenciales para el éxito en el futuro; tercero, el aprendizaje en persona puede ser la mejor opción educativa para aquellos que no tienen acceso a tecnología o internet, especialmente considerando la presencia continua de la brecha digital y; cuarto, se reduce la procrastinación, esto se debe a que, en una clase presencial, el estudiante tiene una mayor responsabilidad para participar activamente en la enseñanza y el aprendizaje.
En síntesis, en la nueva normalidad las universidades públicas y privadas deberán actualizar las mallas curriculares, no solo en lo académico, sino en fortalecer e impulsar el desarrollo de competencias y habilidades sociales de los estudiantes para que se sientan motivados en su trabajo médico. En tal sentido, trabajar en conjunto con miembros de la comunidad educativa puede generar ideas eficaces y novedosas para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en beneficio de los futuros profesionales de la salud.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.