The implantation of a penile prosthesis is considered a third-line treatment and is indicated in patients who do not respond adequately to pharmacotherapy or require definitive treatment. Currently, the most used devices are 3-component penile prostheses, which presently account for more than 90% of the implants used.
Material and methodsWe reviewed the evidence and the recommendations of the clinical practice guidelines regarding surgery in patients with erectile dysfunction.
ResultsThe recommendations of the clinical practice guidelines on surgery in patients with erectile dysfunction are summarized as follows: men with erectile dysfunction should be informed about the option of penile prosthesis implant treatment, commenting on the benefits, risks and consequences; men with erectile dysfunction who have agreed to receive penile prosthesis should be advised on post-surgical expectations; penile prosthesis implants should not be performed in patients with systemic, cutaneous or urinary tract infection; in young men with erectile dysfunction and focal penile or pelvic arterial obstruction who do not have generalized vascular disease or veno-occlusive dysfunction, penile arterial reconstruction can be considered; in men with erectile dysfunction, penile venous surgery is not recommended.
ConclusionsThe use of penile prostheses offers high satisfaction rates to both the patient and his partner. However, it is crucial to adequately inform and warn patients about possible complications and consequences.
El implante de una prótesis de pene se considera un tratamiento de tercera línea y está indicada en pacientes que no responden adecuadamente a farmacoterapia o cuando el paciente desea una solución definitiva del problema. Actualmente los dispositivos más empleados son prótesis de 3 componentes, que actualmente suponen más del 90% de los implantes utilizados.
Material y métodoEl presente estudio realiza una revisión de la evidencia y las recomendaciones de las guías de práctica clínica en pacientes con disfunción eréctil es los que se plantea un tratamiento quirúrgico.
ResultadosLas recomendaciones de las guías de práctica clínica sobre cirugía en pacientes con disfunción eréctil se resumen en los siguientes puntos: los varones con disfunción eréctil deben ser informados sobre la opción de tratamiento con implante de prótesis de pene, comentándose los beneficios, los riesgos y las consecuencias; los varones con disfunción eréctil en los que se ha decidido implantar una prótesis de pene deben recibir consejo sobre las expectativas posquirúrgicas; no debe realizarse implante de prótesis peneana en pacientes con enfermedad sistémica, cutánea o infección del tracto urinario; en varones jóvenes con disfunción eréctil y obstrucción arterial peneana o pélvica focal que no presenten enfermedad vascular generalizada o disfunción venooclusiva puede considerarse la reconstrucción arterial peneana; en varones con disfunción eréctil, no se recomienda cirugía venosa del pene.
ConclusionesEl empleo de prótesis de pene ofrece altas tasas de satisfacción tanto al paciente como a su pareja. Sin embargo, es necesario informar adecuadamente de las posibles complicaciones y las consecuencias.