Evaluar la concordancia entre las medidas de la presión arterial (PA) de la oficina de farmacia (OF) y la consulta de enfermería (CE) del centro de salud (CS).
DiseñoEstudio descriptivo.
EmplazamientoMarco comunitario.
MétodosDe forma voluntaria han participado 36 OF de la provincia de Albacete en las que han realizado 3 medidas de PA, sin instrucciones previas y con sus aparatos de medida habituales, a 3–5 sujetos que posteriormente acudían a sus CS para que en la CE les llevaran a cabo otras 3 mediciones de PA con sus esfigmomanómetros de mercurio y en sus condiciones habituales de medida (medición ciega respecto de las realizadas en la OF). A los sujetos se les entregaba un sobre franqueado para remitir las medidas de PA de la CE al colegio de farmacéuticos. Resultados. Se han completado las 6 medidas de PA a 96 sujetos con una edad media de 57,3 años (63% mujeres). Las diferencias entre la OF y la CE fueron > 5 mmHg en 58 sujetos (60,4%) en el caso de la PAS y en 45 sujetos (46,9%) en el caso de la PAD, y llegaron a ser de más de 15 mmHg en 17 sujetos (17,7%) en la PAS y en 9 sujetos (9,4%) en la PAD. La media de las diferencias fue de 9,5 mmHg (DE, 8,4 mmHg) y de 6,4 mmHg (DE, 5,3 mmHg), respectivamente. La proporción de utilización del dígito 0 fue del 22% en la OF y del 46,5% en la CE. En la mayoría de las OF se han utilizado dispositivos electrónicos de medida de la PA, pero no validados para uso clínico.
ConclusionesLa OF puede ser un buen lugar para el cribado de la HTA, pero el farmacéutico/a debe estar entrenado en la medida correcta de la PA utilizar aparatos electrónicos validados. La estandarización en las condiciones de medida y el uso de aparatos electrónicos validados se debe hacer extensible a la CE.
To evaluate concordance between blood-pressure (BP) measurements at the pharmacy office (PhO) and the nurse office (NO) in the health care centre (HCC).
DesignDescriptive study.
SettingCommunity.
Methods36 PhO have voluntarily participated in the province of Albacete, where they have done 3 BP measures, without previous instructions and with their usual measurements devices, for 3–5 subjects, who were referred to their HCC so that they were taken another 3 BP measures in the NO with their Hg sphymomanometer and in their usual measure conditions (blind measures in relation to those taken at the PhO). These subjetcs were given a stamped envelope to send the BP measurements (taken at the NO), to the Official Pharmacy College. Results. The 6 BP measurements have beeen completed to 96 subjects with an average of 57.3 years old (women 63%). The differences between PhO and NO were > 5 mmHg in 58 subjects (60.4%) in the case of SBP and in 45 subjects (46.9%) in the case of DBP, and it was more than 15 mmHg in the 17 subjects (17.7%) with SBP and in 9 subjects (9.4%) with DBP. The difference average was 9.5 mmHg (SD, 8.4 mmHg) and 6.4 mmHg (SD, 5.3 mmHg) respectively. The use rate of digit 0 was 22% at the PhO and 46.5% at the NO. In most of PhO, measurement electronic devices have been used for the BP, but not validated for clinical use. Conclusions. The PhO can be a good place for the hypertension screening, but the chemist must be trained in the BP correct measurement and use validated electronic devices. Standardization measurement conditions and the use of validated electronic devices must be extended to the NO.