El tratamiento de los aneurismas de la aorta abdominal mediante una endoprótesis (EVAR) supone una clara alternativa a la cirugía abierta. Tras un periodo de seguimiento y vigilancia de la segunda generación de dispositivos, numerosos protocolos comienzan a publicar sus resultados. Comparada con la cirugía abierta, EVAR no mejora la mortalidad, tan sólo la relacionada con el aneurisma pero ligeramente, es más caro y precisa más vigilancia y reintervenciones. Tampoco demuestra ser mejor para los pacientes de alto riesgo que el tratamiento conservador. La mala selección de pacientes y la relajación en los criterios anatómicos pueden haber favorecido estos resultados negativos. El abordaje multidisciplinario puede ofrecer mejores resultados, siempre liderado por un cirujano. La relación coste-beneficio de la técnica debe ser evaluada por cada servicio de salud. Es preciso retomar los criterios de inclusión clásicos, sobre todo los anatómicos, ya que no se ha demostrado beneficio de EVAR fuera de ellos. Los resultados a largo plazo son necesarios para comprobar si se incrementa la tasa de complicaciones. La duración del dispositivo endovascular es un factor que puede provocar más complicaciones en el futuro. La industria debe intensificar sus esfuerzos en mejorar la duración de los materiales. EVAR no es el todavía tratamiento de elección de los aneurismas de la aorta abdominal, pero ha ayudado a intervenir a muchos pacientes.
Endovascular treatment of abdominal aortic aneurysms (EVAR) is a useful alternative to open surgery. After a ten-year period of surveillance and follow-up of the second generation of devices, many trials are reporting its results. Compared with open repair, EVAR offers no advantage with respect to all-cause mortality; it does result in slightly better aneurysm-related survival, is more expensive and leads to a greater number of complications and secondary interventions. EVAR has not proved to be better than medical treatment in high risk-patients. Bad selection of patients and wrong anatomical criteria may have lead to these negative results. A multidisciplinary team, always lead by a surgeon, may offer better results. Cost-effectiveness of EVAR must be evaluated by every health service. Classic inclusion criteria should be re-considered because there have been reported poor results outside of them. The duration of the device may lead to an increasing number of complications in the near future. Long-term follow-up results are needed to identify potential risks of complications. Industry should increase their efforts in develop better and more durable materials. EVAR is not the first election technique for abdominal aortic aneurysms treatment yet, but it has helped to operate many patients.