Serratia marcescens puede producir brotes nosocomiales en las unidades de cuidados intensivos neonatales. Describimos un brote por Serratia marcescens en una unidad de cuidados intensivos neonatales y proponemos recomendaciones adicionales de prevención y control.
MétodosEntre marzo de 2019 y enero de 2020 se tomaron muestras en pacientes de la unidad de cuidados intensivos neonatales (frotis rectales, faríngeos, axilares y otras localizaciones) y de 15 grifos y sus sumideros. Se implementaron medidas de control incluyendo la limpieza exhaustiva de incubadoras, educación sanitaria a personal y familiares de neonatos, y uso de envases unidosis. Se hizo PFGE en 19 aislados de pacientes y en 5 muestras ambientales.
ResultadosDesde el primer caso (marzo 2019) hasta la detección del brote transcurrió un mes. Finalmente, 20 pacientes estaban infectados y 5 colonizados. El 80% de los neonatos infectados presentó conjuntivitis, el 25% bacteriemia, el 15% neumonía, el 5% infección de herida y el 5% infección urinaria. Seis neonatos tuvieron 2 focos de infección. De los 19 aislados estudiados, 18 pertenecieron al mismo pulsotipo y solo uno de los aislados del sumidero presentó relación clonal con los del brote. Las medidas iniciales para el control del brote fueron ineficaces y se implementaron con la limpieza exhaustiva de la unidad, el uso de colirios individuales, la toma de muestras ambientales y el cambio de lavabos.
ConclusiónEste brote presentó un elevado número de neonatos afectados por su tardía detección y evolución tórpida. Las cepas de los pacientes estaban relacionadas con un aislado ambiental. Se proponen medidas adicionales de prevención y control de brotes, incluyendo la toma de muestra microbiológica rutinaria semanal.
Serratia marcescens may cause nosocomial outbreaks in neonatal intensive care units. We describe an outbreak of Serratia marcescens in a neonatal intensive care unit and propose additional prevention and control recommendations.
MethodsBetween March 2019 and January 2020, samples were taken from patients in the neonatal intensive care unit (rectal, pharyngeal, axillary and other locations) and from 15 taps and their sinks. Control measures were implemented including thorough cleaning of incubators, health education to staff and neonates’ relatives, and use of single-dose containers. PFGE was performed in 19 isolates from patients and in 5 environmental samples.
ResultsFrom the first case in March 2019 to the detection of the outbreak, a month elapsed. Finally, 20 patients were infected and 5 colonized. Eighty percent of infected neonates had conjunctivitis, 25% bacteremia, 15% pneumonia, 5% wound infection, and 5% urinary tract infection. Six neonates had 2 foci of infection. Among the 19 isolates studied, 18 presented the same pulsotype and only one of the isolates from the sinkhole showed a clonal relationship with those of the outbreak. Initial measures established were ineffective to control the outbreak and were implemented with exhaustive cleaning, use of individual eye drops, environmental sampling and changing sinks.
ConclusionThis outbreak presented a high number of neonates affected due to its late detection and torpid evolution. The microorganisms isolated from the neonates were related to an environmental isolate. Additional prevention and control measures are proposed, including routine weekly microbiological sampling.
Article
Socio de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica
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