Hemos leído con interés la revisión sobre el manejo de la infección y neutropenia febril en el paciente con cáncer sólido, publicado recientemente en su revista1. En la figura 1 de la misma se propone un algoritmo de actuación para la atención de pacientes con neutropenia febril en el servicio de urgencias. En la parte central del mismo se propone la identificación del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) o sepsis grave antes de decidir cuáles son los siguientes pasos en el proceso diagnóstico y terapéutico de la neutropenia febril.
Sin embargo, queremos hacer notar que el empleo de los criterios definidos por el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica para la identificación de pacientes con sepsis ha perdido fuerza últimamente debido a varios motivos. Así por ejemplo, entre los pacientes con sospecha de infección fuera de las unidades de cuidados intensivos, el valor predictivo de mortalidad intrahospitalaria de otras herramientas como el quick SOFA (que valora solamente la escala de Glasgow, la tensión arterial sistólica y la frecuencia respiratoria) es estadísticamente superior al del Sequential (Sepsis-related) Organ Failure Assessment (SOFA) y el propio SRIS2. Asimismo hay trabajos que muestran que los criterios del SRIS adolecen de sensibilidad, dado que no identifican a uno de cada 8 pacientes con infección, fallo orgánico y alta mortalidad asociada3. Por último, tampoco dichos criterios tienen una especificidad idónea, dado que casi la mitad de los pacientes hospitalizados que no tienen infección desarrollan criterios de SRIS al menos una vez durante dicha hospitalización, lo que demuestra que no es demasiado útil su empleo como método de detección de sepsis4.
Por tanto, creemos que hay mejores métodos que el tradicional SRIS para la valoración clínica de los pacientes con neutropenia febril que acuden al servicio de urgencias.