El riñón es un órgano capaz de modular los cambios de presión arterial, ya que dispone de mecanismos capaces de modificar los factores hemodinámicos que le sustentan, como son la volemia y el volumen de expulsión, y las resistencias periféricas.
Sobre estas bases no parece extraño que el riñón pueda estar en la génesis de algunas formas de hipertensión o, al menos, participando de su mantenimiento.
Por otro lado, también es preciso enfatizar el hecho de que la hipertensión arterial acelera el curso de las nefropatías, sobre todo si cursan con proteinuria moderada/severa. En estos enfermos el objetivo sería disminuir las cifras de presión arterial incluso hasta 125/75 mmHg.