Los pacientes con enfermedad renal de distinta etiología y en distintas fases de evolución (insuficiencia renal crónica ligera a severa, tratamiento sustitutorio en diálisis o trasplantados) presentan un riesgo cardiovascular llamativamente incrementado. El sustrato de este sombrío pronóstico es doble, por un lado, la progresión de la lesión renal y de la enfermedad aterosclerótica comparten mecanismos similares, y por otro, la propia insuficiencia renal se acompaña de profundas alteraciones metabólicas que favorecen la lesión vascular. Aunque no existen estudios específicos de prevención de la morbimortalidad cardiovascular en la población de enfermos renales, por lo que la estrategia de prevención de la enfermedad cardiovascular en estos pacientes, siguiendo las recomendaciones de la NKF se basan en la aplicación de un control estricto de la presión arterial y la actuación sobre los riesgos cardiovasculares eliminables o modificables. Finalmente, a pesar de no disponer de pruebas definitivas, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina se perfilan como el grupo de antihipertensivos que puede mejorar más el pronóstico de estos pacientes.
Patients having kidney diseases of different etiology and evolution stages (mild to severe chronic renal failure, dialysis or transplantation) exhibit an amazing increased cardiovascular risk. The background of this poor prognosis is double, first renal injury and atherosclerotic lesions shared similar pathogenic mechanisms, and second, renal insufficiency induce deep metabolic changes which favoring vascular damage. Despite the absence of specific studies on cardiovascular morbidity and mortaltity prevention in renal patients, the strategy recommended by NKF is based on strict reduction of high blood pressure and control of modifiable cardiovascular risk factors. Finally, albeit final evidence are lacking, ACE inhibitors appear as the best antihypertensive therapy to improve the poor cardiovascular prognosis in renal patients.