Minimal residual disease (MRD) assessment is an important endpoint in the treatment of chronic lymphocytic leukaemia (CLL). It is highly predictive of prolonged progression-free survival (PFS) and overall survival and could be considered a surrogate for PFS in the context of chemoimmunotherapy-based treatment. Evaluation of MRD level by flow cytometry or molecular techniques in the era of the new BCR and Bcl-2 targeted inhibitors could identify the most cost-effective and durable treatment sequencing. A therapeutic approach guided by the level of MRD might also determine which patients would benefit from an early stop or consolidation therapy. In this review, we discuss the different MRD methods of analysis, which source of tumour samples must be analyzed, the future role of the detection of circulating tumour DNA, and the potential role of MRD negativity in clinical practice in the modern era of CLL therapy.
La evaluación de la enfermedad mínima residual (EMR) es un objetivo importante en el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC). Su obtención es predictiva de una supervivencia libre de progresión (SLP) y una supervivencia global prolongadas y podría considerarse una variable subrogada de la SLP en el contexto del tratamiento con quimioinmunoterapia. La evaluación de la EMR mediante citometría de flujo o técnicas moleculares en la era de los nuevos inhibidores de BCR o Bcl-2 podría identificar la secuencia de tratamiento más coste-efectiva y la duración de la misma. Una aproximación terapéutica guiada por el nivel de EMR también podría determinar qué pacientes se beneficiarían de un tratamiento de consolidación o de una finalización precoz del mismo. En esta revisión discutimos los diferentes métodos de análisis de la EMR, qué muestras deben ser analizadas, el papel futuro de la detección del ADN tumoral circulante y el papel potencial de la negatividad de la EMR en la práctica clínica en la era moderna del tratamiento de la LLC.