Una vez acabada la elaboración del programa es importante establecer un “plan de operaciones” que contemple los recursos necesarios (materiales, humanos y financieros), la asignación de responsabilidades entre los profesionales y el calendario de las actividades. La organización del trabajo puede verse facilitada mediante el uso de métodos de clasificación ordenada de actividades, que nos ayudan a entender el desarrollo y el orden en la ejecución de las distintas tareas. Estos métodos se dividen clásicamente en dos tipos: los que utilizan una estructura de red (diagrama de flujo, red de referencias, algoritmo decisional, red PERT y “camino crítico”) y los cronogramas (diagramas de Gantt y Milestone).
Finalmente, la evaluación del programa nos permitirá conocer los resultados conseguidos y establecer planes de mejora, corrigiendo las estrategias de intervención. La organización de la evaluación nos exige determinar la responsabilidad de la misma, su periodicidad, los instrumentos de evaluación (indicadores, encuestas, técnicas de consenso) y el tema o dimensiones que van a ser analizadas.
Son aspectos evaluables del programa el grado de consecución de los objetivos y metas propuestos, la calidad (en base al cumplimiento de criterios o normas) y la eficiencia (relación entre los resultados obtenidos y los recursos consumidos) del mismo. En la evaluación operativa del programa podemos distinguir aspectos concretos, como pertinencia, suficiencia, estructura, proceso y resultado. Dentro de este último apartado podemos valorar la cobertura del programa, su eficacia, efectividad, eficiencia o el grado de satisfacción de los usuarios y de los profesionales.
La evaluación no finaliza con la obtención de indicadores; es preciso describir los resultados obtenidos y los problemas detectados, analizarlos, (con la participación de los profesionales) y extraer unas conclusiones que den paso a propuestas concretas de acción futura.
Once the elaboration of the program is completed, it is important to establish an “operations plan” that contemplates the necessary resources (materials, human and financial), allotment of responsibilities between the professionals and activities schedule. The work organization may be facilitated by the use of ordered classification methods of activities, that help us to understand the development and order in the performance of different tasks. These methods are classically divided into two types: those that use a network structure (flow chart, reference network, decisional algorithm, PERT network and “critical change”) and the chronograms (Gantt and Milestone Charts).
Finally, the evaluation of the program allows us to know the results obtained and to establish improvement plans, correcting the intervention strategies. Organization of the evaluation requires us to determine its responsibility, periodicity, evaluation instruments (indicators, surveys, consensus techniques) and the subject or dimensions that are going to be analyzed.
Degree of achieving the objectives and aims proposed, quality (based on criteria or guideline fulfilment) and efficiency (relationship between the results obtained and resources used) of it are evaluable aspects of the program. In the operative evaluation of the program, we can distinguish specific aspects, such as appropriateness, sufficiency, structure, process and result. Within this last section, we can evaluate the program's coverage, its efficacy, effectiveness, efficiency or degree of user and the professional satisfaction.
The evaluation does not end with obtaining the indictors. It is necessary to describe the results obtained and the problems detected, to analyze them – with the participation of the professionals – and to draw some conclusions that give rise to specific proposals for future action.