18761 - Efecto de un programa de control motor, aprendizaje motor y estimulación cognitiva en la mejora funcional de una mujer con Atrofia Multisistémica (AMS) con afectación cerebelosa
1Servicio de Neurofisioterapia. IRNEURO. Instituto de Rehabilitación Neurológica; 2Servicio de Neuropsicología. IRNEURO. Instituto de Rehabilitación Neurológica.
Objetivos: La atrofia multisistémica (AMS) o síndrome de Shy Drager es un síndrome neurológico infrecuente que afecta a 5 de cada 100.000 personas en el mundo, existiendo en España 2.350 personas diagnosticadas. Entre los principales síntomas se afecta el sistema autónomo (urinario, respiratorio, etc.) y central a nivel cerebeloso (desequilibrio, disforia, impulsividad, descoordinación, etc.) o nigroestriatal (temblor, abulia, apatía, dificultades en la planificación motora, etc.). Dada la baja incidencia propone la descripción de un caso, su evaluación y tratamiento multidisciplinar basada en fisioterapia y neuropsicología.
Material y métodos: Reporte de caso único. Mujer de 78 años que cursa con sintomatología asociada a AMS de tipo cerebelosa con más de 4 años de evolución desde los primeros síntomas.
Resultados: Se describen los síntomas y se revisa un programa de 6 meses de fisioterapia basado en el trabajo de fuerza, la planificación motora y reacciones de equilibrio con tarea dual cognitiva-motora y motora-motora; y tratamiento psicoterapéutico (1 vez por semana) consistente en prevenir caídas en el estado de ánimo y apoyo los objetivos de fisioterapia (cognitivo-motor y cognitivo-cognitivo). Se analizan los resultados en un análisis visual en los tres niveles de asistencia (psicología, neuropsicología y fisioterapia).
Conclusión: La AMS es una enfermedad infrecuente que cursa con una amplia heterogeneidad sintomatológica. Entre la sintomatología secundaria se incluyen aspectos psicológicos, cognitivos y físicos. Se recomienda el abordaje multidisciplinar compensatorio con el objetivo de paliar el sufrimiento de la persona acompañándola en su proceso degenerativo. Se recomienda un abordaje de al menos: fisioterapia y psicología.