Se presenta un caso clínico de una paciente con trastorno bipolar tipo I, que sufre un nuevo episodio maníaco en relación con el abandono voluntario de la medicación. Durante su hospitalización se le pauta un tratamiento con carbonato de litio, fármaco de primera opción en todas las guías de práctica clínica actuales y considerado patrón de referencia para el tratamiento de esta patología. Además se añade olanzapina, también de primera opción. Sin embargo, con este tratamiento la paciente no se encuentra cómoda y sufre una serie de efectos secundarios adversos. Solicita volver a su tratamiento previo, que le había resultado eficaz durante varios años.
Las cuestiones que se plantean son: cómo adecuar las recomendaciones de las guías de práctica clínica a las peculiaridades y necesidades de cada paciente; la valoración del riesgo frente al beneficio en la toma de decisiones y la multimorbilidad en el trastorno bipolar y cómo esta condiciona los tratamientos.
We present the case of a bipolar disorder type I patient who suffers a manic episode after voluntary withdrawal of medication. During her hospital stay, lithium carbonate, recommended as first choice in all clinical practice guidelines, and considered a standard in the treatment of this disease, was prescribed. Olanzapine, also a first choice, was added. However, the patient was not at ease with this treatment, suffered several adverse effects, and asked for its previous therapy, which had worked for several years.
The questions raised are the following ones: How conform the clinical practice guidelines recommendations to the particulars and needs of individual patients; risk-benefit assessment in decision-making and the wide comorbidity in bipolar disorder, and its impact on therapy.