En este estudio se analiza la representación social de los malos tratos infantiles desde una perspectiva psicosocial y entendiendo el maltrato desde el modelo del bienestar del menor. Los objetivos son: analizar las representaciones sociales en función del género, la edad, la paternidad/maternidad y la experiencia personal en relación con el maltrato y determinar las falsas creencias y mitos que predicen la percepción de la gravedad y la frecuencia del maltrato. La muestra está formada por 261 sujetos, mujeres y hombres con edades comprendidas entre los 18 y 89 años. Los participantes fueron elegidos al azar y entrevistados individualmente. Los resultados obtenidos muestran que el género condiciona el concepto de maltrato infantil haciendo que hombres y mujeres piensen de forma diferente respecto a su gravedad y frecuencia. La edad determina la representación de la gravedad del maltrato de forma que los jóvenes atribuyen mayor severidad a las conductas. La experiencia de maltrato afecta a la gravedad del maltrato percibido, declarando menor severidad los que piensan que han sido maltratados. La gravedad y la frecuencia de las conductas analizadas no son agrupadas por los participantes atendiendo a la naturaleza del maltrato sino a la cualidad de la conducta y a su severidad.
In this study the social representation of child abuse is analyzed from a psychosocial perspective. Abuse is considered from the child welfare model. The main objectives are (1) to analyze social representation of abuse according to gender, age, parenthood and personal experience and (2) to identify false beliefs and myths that predict the perception of severity and frequency of abuse. The sample consisted of 261 subjects, both men and women aged between 18 and 89. Participants were randomly selected and individually interviewed. The results show that gender affects the concept of child abuse –men and women think differently about severity and frequency of abuse. Age determines the representation of the severity of abuse, so that young people take the abuse behavior more severely. The experience of abuse affects the severity of perceived mistreatment –those who think they have been mistreated take it less severely. Severity and frequency of abuse behaviors are grouped by the participants based not on the nature of abuse but on the quality and severity of the behavior.