La disminución de la variabilidad inapropiada en la práctica clínica es una oportunidad de mejora de la calidad asistencial. Las vías clínicas representan una posible solución para este tipo de variabilidad. El objetivo del estudio fue evaluar el impacto de una vía clínica para trasplante renal.
MétodosA los 3 meses de implantación de la vía se realizó un análisis preliminar. Tras la puesta en marcha de medidas de mejora se prosigue con la implantación definitiva. Pasado 1 año se evalúan los resultados y el impacto. Se revisa la documentación de los pacientes atendidos mediante el análisis de la cobertura, las estancias, las variaciones, los sucesos adversos y la satisfacción. Se comparan los resultados obtenidos con los 12 meses anteriores a la implantación.
ResultadosEntre noviembre de 1999 y noviembre de 2000 fueron intervenidos 32 pacientes. La cobertura de la vía fue del 97%. Las estancias hospitalaria y urológica se cumplieron por el 48,4% y el 62,1% de los pacientes. La estancia media hospitalaria fue de 18,9 días frente a 22,1 en el período anterior a la vía y representó una diferencia no significativa (p = 0,203), aunque se observa una importante disminución de la variabilidad-desviación estándar [DE]: 8,33 frente a 11,04 días). El mayor número de variaciones dependió del enfermo (68,2%). El porcentaje de sucesos adversos fue del 61,3% frente al 90,3% (p = 0,016). Se consideraron como predictores independientes de episodios adversos: la estancia (odds ratio [OR] = 1,32, p = 0,004) y la condición pre-vía (OR = 7,42, p = 0,017). La cobertura de la encuesta de satisfacción fue del 68%. La satisfacción con la atención recibida fue del 94,5%.
ConclusionesSe han detectado oportunidades de mejora, cumplimiento de estancias o cobertura de encuesta, pero la disminución de la variabilidad en estancia, sin incremento de acontecimientos no deseados y su disminución al controlar por estancia en pacientes con vía, confirma que la vía clínica de trasplante renal es una herramienta útil para disminuir la variabilidad y mejorar la calidad científicotécnica, la calidad percibida y la eficiencia en la práctica clínica.
The reduction of unsuitable variability in clinical practice constitutes an opportunity for improving health care quality. Clinical pathways are one of the possible solutions for this variability. The objective of this study was to evaluate the impact of a clinical pathway for renal transplant.
MethodsA preliminary analysis was performed 3 months after implantation of the clinical pathway. Improvement measures were introduced and the definitive implementation of the pathway was performed. After 1 year, the results and impact of the clinical pathway were evaluated. The documentation of patients treated in the clinical pathway was reviewed by analyzing coverage, length of stay, variations, adverse events and satisfaction. The results were compared with those for the 12 months prior to implantation of the clinical pathway.
ResultsBetween November 1999 and November 2000, 32 patients were examined. The clinical pathway coverage was 97%. Lengths of stay in the hospital and urological service were complied with in 48.39% and 62.1% of the patients. The mean hospital stay was 18.9 days compared with 22.1 days in the pre-clinical pathway period. This difference was not significant (p = 0.203), although variability was considerably reduced (SD = 8.33 compared with SD = 11.04 days). Most variations were due to the patients (68.21%). The percentage of adverse events was 61.3% compared with 90.3% (p = 0.016). Independent predictive factors for adverse events were length of hospital stay (p = 0.004, OR = 1.32) and treatment before implementation of the clinical pathway (p = 0.017, OR = 7.42). Sixty-eight percent of the patients participated in the satisfaction survey. Satisfaction with the health care received was 94.5%.
ConclusionsOpportunities for improvement in fulfillment of lengths of stay and survey response were detected. However, the reduction in length of stay variability, with no increase in adverse events and the diminution of these events when the length of stay was controlled in patients with a clinical pathway, serves to confirm the usefulness of the renal transplant clinical pathway as a tool for reducing variability and improving scientific and technical quality, perceived quality and clinical practice efficiency.