La evolución de los programas de ahorro de sangre al Patient Blood Management (PBM) representa un enfoque más amplio y completo para optimizar el uso de la sangre del propio paciente, mejorando así los resultados clínicos y minimizando los riesgos asociados con la transfusión de sangre alogénica con una visión holística de sostenibilidad socioeconómica.
Implementar las estrategias de los tres pilares PBM en cualquier centro hospitalario supone un cambio transversal en toda la organización en el que puede ser de gran utilidad aplicar la estrategia definida por Kotter a nivel del mundo empresarial para la gestión del cambio.
El respaldo de instituciones de renombre como la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea demuestra la importancia y urgencia de implementar programas de PBM, marcando pautas a nivel internacional y respaldando la adopción de estrategias eficaces en el manejo de la transfusión sanguínea a nivel nacional e institucional.
En España, necesitamos contar con gestores sanitarios tanto a nivel Dirección-Gerencia como de las Consejerías y/o Ministerio de Sanidad que proporcionen los recursos necesarios para su adecuada implementación en el sistema sanitario desde la atención primaria hasta la atención hospitalaria y también los recursos para la oportuna evaluación de los resultados.
The evolution of blood saving programs to Patient Blood Management (PBM) represents a broader and more comprehensive approach to optimize the use of the patient's own blood, thus improving clinical outcomes and minimizing the risks associated with allogeneic blood transfusion with a holistic view of socio-economic sustainability.
Implementing the strategies of the three PBM pillars in any hospital center involves a transversal change throughout the organization in which it can be very useful to apply the strategy defined by Kotter at the business level for change management.
The support of renowned institutions such as the World Health Organization and the European Commission demonstrates the importance and urgency of implementing PBM programs, setting guidelines at an international level and supporting the adoption of effective strategies in the management of blood transfusion at a national and institutional level.
In Spain, we need to have health managers at both the Hospital Management level and the Regional Health Services and/or Ministry of Health that provide the necessary resources for its proper implementation in the health system from primary care to hospital care and also the resources for the timely evaluation of the results.