We evaluated the impact of 18F-FDG PET/CT in identifying sites of active disease and assessing therapeutic follow up in a group of paediatric patients with Langerhans cell histiocytosis (LCH).
MethodDuring 2007–2013, 13 18F-FDG PET/CT studies were performed for follow-up in 7 patients with a diagnosis of LCH (4 female, 3 male; 1–12 years-old). PET findings were analyzed and correlated with CT and MRI. Findings were also followed-up by these techniques.
ResultsPET was negative in 4 patients (all diagnosed with bone lesions and one with additional pituitary involvement). CT findings showed residual morphological bone lesions in all patients, and an hypophysis MRI study showed no abnormal signal. PET remained negative at 10, 14, 25 and 28 months, and no new lesions on CT and MRI were detected. PET was positive in 3 patients (one with cervical lymphadenopathy and 2 with bone lesions, one also with pituitary involvement not identified by PET). CT findings showed pathological cervical lymphadenopathy (n=1), bone lesions (n=2) and also a pituitary MRI lesion (n=1). In a patient with cervical lymphadenopathy histology demonstrated LCH involvement. In the other 2 patients, PET remained positive with an increase of 18F-FDG bone uptake at 17 and 19 months.
ConclusionIn our preliminar study, 18F-FDG PET is a useful imaging procedure, along with other diagnostic tools, for identifying active lesions.
Evaluar el impacto de la 18F-FDG PET/TC en la identificación de focos de enfermedad activa y el seguimiento terapéutico en un grupo de pacientes pediátricos con histiocitosis de células de Langerhans (HCL).
MétodoEntre 2007-2013 se efectuaron 13 estudios 18F-FDG PET/TC de seguimiento en 7 pacientes diagnosticados de HCL (4 niñas, 3 varones; 1-12 años). Se analizaron los hallazgos PET y se correlacionaron con los de la TC y la RM, así como el seguimiento evolutivo con estas técnicas.
ResultadosLa PET fue negativa en 4 pacientes (todos diagnosticados de lesiones óseas y afectación hipofisaria en un caso). La TC mostró persistencia de lesiones, de carácter residual, en todos los pacientes, y la RM de hipófisis mostró su normalización. La PET permaneció negativa a los 10, 14, 25 y 28 meses, sin detectar nuevas lesiones mediante TC ni RM. La PET fue positiva en 3 pacientes (uno con adenopatías cervicales y 2 con lesiones óseas y afectación hipofisaria en uno de ellos, no identificada por la PET). Los hallazgos de la TC fueron adenopatía cervical patológica (n=1) y lesiones óseas (n=2), y de la RM, lesión hipofisaria (n=1). En el paciente con adenopatía cervical la anatomía patológica mostró afectación por HCL. En los otros 2 pacientes, la PET permaneció positiva, con aumento de la captación ósea de 18F-FDG a los 17 y 19 meses.
ConclusiónEn este estudio preliminar, la 18F-FDG PET constituye una técnica de imagen útil, junto con otras pruebas diagnósticas, para identificar lesiones activas y monitorizar la respuesta terapéutica en pacientes pediátricos con HCL.
Artículo
Revista Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (English Edition)
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