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Vol. 22. Núm. S1.
Special Issue: Lecciones aprendidas del COVID-19
Páginas S79-S92 (junio 2022)
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Special Issue: Lecciones aprendidas del COVID-19
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Visión holística de la bioética en la pandemia COVID-19
Holistic view of bioethics in the COVID-19 pandemic
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Rubén Darío Camargo Rubio
Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo, Sección de Bioética, Trasplante, Calidad y Humanización AMCI, Bogotá, Colombia
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Vol. 22. Núm S1

Special Issue: Lecciones aprendidas del COVID-19

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A lo largo de la historia de la humanidad se han presentado epidemias y pandemias que han generado un clima de incertidumbre y temores que afectan la salud, lo social y lo económico. Los informes emitidos por instituciones internacionales durante la pandemia por COVID-19 relacionados con la salud, la bioética y la economía muestran un puente muy débil de articulación entre ellas, que se hace visible por las vulnerabilidades a los derechos fundamentales en tiempos de excepción y urgencias a la salud y la vida. Lo mostrado por la sociedad —desobediencia e indisciplina civil— ha tenido como resultado mayores contagios y muertes, que han afectado la seguridad y el bienestar de la población. La consecución de una vacuna podrá mejorar esta incertidumbre y los temores de la sociedad.

La bioética clínica de los principios éticos y derechos del paciente deberá ampliar su conocimiento y su participación a derechos humanos, principios universales y acciones de la sociedad. La pandemia por COVID-19 ha mostrado que los marcos bioéticos con los que se contaba no fueron diseñados para una pandemia, y se ha notado. La visión holística de la bioética nos integra a lo social, cultural, ambiental, político y económico con la vida, la salud y las personas en una forma global y social, y nos integra a los deberes ciudadanos con los derechos comunitarios.

Palabras clave:
Pandemia
Bioética
Derechos comunitarios
Deberes ciudadanos
Vulnerabilidad
Abstract

Throughout the history of humanity, there have been epidemics and pandemics, which have generated a climate of uncertainty, and fears that affect health, social and economic matters. The reports issued by international institutions during the COVID-19 pandemic in relation to health, bioethics and the economy, show a very weak link between them, which is highlighted by the vulnerability of fundamental rights in exceptional times and health and life emergencies. Society's disobedience and indiscipline has resulted in greater infections and deaths, which have impacted the safety and well-being of the population. The development of a vaccine may improve this uncertainty and fears of society.

Clinical bioethics from ethical principles and patients’ rights should extend knowledge and participation to human rights, universal principles, and actions of society. The COVID-19 pandemic has shown that the existing bioethical frameworks were not designed for a pandemic and this has been noticed. The holistic vision of bioethics integrates social, cultural, environmental, political, and economic issues with life, health, and people in a global and social way, and integrates citizens’ duties and community rights.

Keywords:
Pandemic
Bioethics
Community rights
Citizens’ duties
Vulnerability
Texto completo
Introducción

Es importante reconocer que a lo largo de la historia de la humanidad se han presentado epidemias y pandemias que han generado un clima de incertidumbre y de temor y que han afectado la salud, lo social y lo económico. La historia pasada de la humanidad reporta la peste negra, que ocurrió a mediados del sigloxiv (1347) y que arrasó con la población europea y cambió su historia para siempre1. La historia reciente de la humanidad reporta a inicios del sigloxx (1918-1919) la pandemia de la influenza (virus H1N1 con genes de origen aviar) que devastó al planeta a escala global, matando a más de un millón de personas en solo unos meses2; el virus InfluenzaA H2N2 en 1957 con la gripe asiática; el virus H5N1 en 2005 con la denominada influenza aviar3; una cepa del virus H1N1 en 2009 con la llamada influenza porcina (gripe porcina)4; el SARS-CoV, causante del síndrome respiratorio agudo y grave, aparecido en la ciudad de Guandong, en China, en 2003; el MERS-CoV, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio, aparecido en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudí, en 20125. Estos eventos históricamente han marcado el inicio de una carrera mundial en busca de la creación de las vacunas correspondientes para estos nuevos virus, vacunas que pueden demorar varios años en su elaboración. Los expertos desde el año 2005 empezaron a advertir del riesgo de una gran pandemia mortal para la humanidad para los siguientes años6. La nueva pandemia que se inició en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, en la provincia de Hubei, con el nuevo coronavirus SARS-CoV-27, ha dejado a la fecha de esta revisión (10 de marzo de 2021) 117.817.568 contagiados, 2.614.600 fallecidos y 66.755.717 recuperados. Se ha logrado en tiempo récord desarrollar una vacuna, que, al ser probada y tras comprobarse que es efectiva y segura, la única barrera que quedaría por superar es la distribución a nivel mundial.

El control que se pueda tener sobre la pandemia y la manera como se enfrente afectará las condiciones sociales de cada país, siendo el resultado final la muerte de muchos seres humanos y cambios en la situación socioeconómica de muchos países. El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y la nueva enfermedad COVID-19 han desestabilizado el mundo entero, conmocionando a las sociedades y alterado la economía y la dinámica laboral desde que el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial para la Salud (OMS) estableciera la alerta mundial de pandemia. A partir de esa fecha han entrado en juego los derechos individuales, los deberes colectivos, las libertades sociales, la salud y el derecho a la vida.

Los países de Europa han sufrido la primera y la segunda ola de contagios y esperan una tercera, y han requerido del confinamiento total a finales de 2020 hasta inicios de 2021. Países como Alemania, Reino Unido, Francia o Italia están bajo la amenaza de una nueva cepa del SARS-CoV-2. Estados Unidos ha llevado el mayor número de muertos y contagios en la pandemia y está en espera de la tercera ola. Los países latinoamericanos más vulnerables por su condición económica e inestabilidad social se encuentran aturdidos, muchos aún no han salido de la primera o de la segunda ola de contagio. La sociedad y su población vulnerable de pobres, marginados y desempleados se ha visto afectada grandemente; la solidaridad no ha faltado, pero el compromiso personal de cuidarse y cuidar a los demás sí ha fallado. La ética personal de respeto, credibilidad, lealtad y benevolencia, así como la seguridad y el bienestar, tanto físico como mental, se han alterado.

Las instituciones internacionales relacionadas con la salud, la bioética y la economía dieron su visión de lo que sería para el mundo la pandemia, determinando que crisis como la de una pandemia son una buena oportunidad para demostrar nuestros mejores principios: justicia, solidaridad, equidad, transparencia y reciprocidad a nivel local y global. Plantean que como parte de la solución está la vacunación masiva, la cual llevará su tiempo para poder llegar a toda la población mundial8.

El objetivo de este artículo es hacer una revisión de los informes emitidos por las instituciones de salud, bioética y economía internacionales durante la pandemia por COVID-19 y una reflexión bioética con una visión holística.

Planteamiento del problema

La bioética antes de la pandemia se ha focalizado básicamente en la medicina y sus principios éticos asistenciales, en la ética clínica y en la ética de la investigación. En la pospandemia deberá ampliar el horizonte hacia una bioética global, social, en donde se tengan en cuenta el bien general y el bien personal.

Para la revisión y análisis de los informes de las instituciones de salud, bioética y economía internacionales y la reflexión bioética se plantearán dos preguntas para evaluar la participación de la bioética en la pandemia COVID-19.

Pregunta número 1

¿Los informes emitidos por las instituciones internacionales de salud, bioética y economía se relacionaron con el sentir de la bioética, la salud, la vida y la conducta humana?

Pregunta número 2

¿Las medidas tomadas durante la pandemia hicieron que la bioética tuviese un protagonismo en la salud, la vida y el comportamiento humano?

Hipótesis

La bioética debe proyectarse hacia una bioética global y social partiendo de su definición: «Estudio sistemático en ciencias de la salud y de la vida que mira la conducta humana dentro de los principios morales».

Soporte de la hipótesis

Ante la situación actual de la pandemia por la COVID-19 nos hemos enfrentado a problemas que competen a la vida, la salud y el comportamiento humano. La vida ha cambiado en su forma de vivirla y entenderla, nos sentimos ahora más frágiles y finitos y podemos perderla en cualquier momento al contraer el virus. La salud no se enfocó a la enfermedad crónica ni a otras enfermedades agudas, ya que lo agudo fue contraer la infección por COVID-19. El comportamiento humano terminó en actitudes poco solidarias que han hecho que la pandemia aún permanezca y se esté convirtiendo en algo letal para la sociedad. Todo esto en la comunidad civil ha generado temores e incertidumbres al sentir que sus derechos individuales y sus derechos civiles se están vulnerando.

Marco teórico

La bioética nació en las décadas de 1950 y 1960 como reacción a las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial y a las violaciones extremas de los derechos humanos en la investigación médica. Los movimientos de derechos civiles de los años cincuenta y sesenta dieron prioridad a principios como la autonomía del paciente y la protección de las libertades civiles e individuales y se convirtieron en piedras angulares legales y éticas de los programas de salud pública y de la medicina asistencial9.

La bioética tiene un origen etimológico bien conocido: vida (bios) conducta humana (ethos), comúnmente traducido como ética de la vida. Fue conceptualizada por Van Rensselaer Potter, quien fue un bioquímico estadounidense, profesor de oncología en el Laboratorio McArdle de Investigaciones sobre Cáncer de la Universidad de Wisconsin-Madison por más de 50 años. Potter en 1970 la definió como una nueva forma de conocimiento que genera un puente entre las ciencias empíricas y las ciencias humanas, y la denominó «bioética». Un puente entre la vida y la conducta humana, la vida y la ecología y la vida y el medio ambiente10.

Potter hacía notar que la bioética era reducida a la ética clínica, la cual tiene importancia innegable al aportar un debate en torno al saber y la práctica biomédica y de políticas de salud pública. Pero la bioética clínica no cuestionaba el sistema social, cultural, político y económico, que es el que marca el derrotero del mundo global. Él era plenamente consciente de este desvío del contenido de la bioética, mientras quedaban en una posición subalterna los principios generales de su ecologismo, y sobre todo el compromiso ético-político que él había asociado a la bioética11. Es lo que hoy entendemos como la visión holística de la bioética, una integración de lo social, cultural, ambiental, político y económico con la vida, la salud y la persona en donde la bioética participa y está presente, denominándose una bioética global12. Es un pensamiento ético nuevo que busca soluciones a los problemas actuales mediante el concurso de la sabiduría que aportan no solo las ciencias, sino también las comunidades y los ciudadanos.

En la primera edición de la Enciclopedia de Bioética se la definió como «el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y de la salud, examinadas a la luz de los valores y de los principios morales»13. Definición que ha sido más acogida en el mundo médico y que será tenida en cuenta para esta revisión de la visión holística de la bioética en la pandemia por COVID-19. Se hace notar a los lectores que han sido ofrecidas numerosas definiciones por parte de autores dedicados a esta disciplina a través del tiempo14.

La bioética en la medicina presta atención al contexto de integración en la atención médica y los derechos de los pacientes, promoviendo la comprensión de los desafíos éticos relacionados con la salud, la cual no comienza cuando estamos enfermos y necesitamos atención médica. Siempre está presente, porque nuestros resultados de salud global y personal dependen del estado socioeconómico y de las formas en que estamos integrados en las familias, las comunidades y el comportamiento y la conducta humana de los otros15. Está fundamentada en reconocer la autonomía y la dignidad intrínseca de la persona y los derechos inalienables de todos los miembros de la familia humana.

La bioética entiende a las personas como parte de una red social y cultural. Se concentra en explorar los aspectos globales de la vida, la salud y el comportamiento de las personas en los dilemas bioéticos que enfrentan. Reconoce nuestra conexión no solo como miembros de la sociedad local, sino como miembros de una comunidad global. Esto significa que reconoce que nos debemos a través de las fronteras, y no solo dentro de ellas; por eso nuestras decisiones locales afectan a otras regiones, especialmente a las menos favorecidas16. Durante la pandemia por la COVID-19 se ha visto en la población civil una falta de compromiso y de responsabilidad con la salud y con la vida, y con su comportamiento se han violado principios sociales como la sociabilidad (relación con los demás) y la subsidiaridad (solidaridad entre individuos), las cuales están basadas en la ética personal17.

En general, con lo vivido y documentado, los marcos bioéticos con los que se contaba no fueron diseñados para una pandemia, y se notó. Para la mayoría de los profesionales de la salud la bioética está vinculada a problemas éticos suscitados por la asistencia clínica, la investigación y el uso de las biotecnologías. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los profesionales de la salud orientan su actividad a la asistencia y al cuidado de la salud de personas concretas, es lógico que su perspectiva ética resulte insuficiente en contextos de una pandemia18.

La bioética deberá estar en la pospandemia en forma global y social, haciéndose más visible, en áreas de la vida, la salud y la sociedad. El legado de la COVID-19 para la bioética es una trasformación dramática hacia estas áreas que necesitan un reconocimiento creciente con implementación de cambios.

Metodología

A partir del 11 de marzo del 2020, día en que la Organización Mundial de la salud (OMS) estableció el estado de emergencia por la pandemia de la COVID-19, muchas instituciones en el mundo generaron información relacionada con la pandemia.

Se realizó una revisión y un análisis de los comunicados y documentos emitidos por instituciones internacionales durante este período. Estas instituciones fueron seleccionadas para el estudio por su credibilidad, por su trayectoria histórica y por su autoridad mundial. Los documentos se consideraron de interés social, cultural, ético, económico, político, y que hubiesen sido emitidos durante la pandemia COVID-19. Las trece instituciones internacionales que entraron en la revisión se distribuyeron en tres grupos para facilitar su comprensión. Grupo número 1: instituciones orientadas a la salud mundial (cinco). Grupo número 2: instituciones orientadas a la bioética mundial (seis). Grupo número 3: instituciones orientadas a la economía mundial (dos).

Grupo número 1. Instituciones internacionales orientadas a la salud mundial

Organización de Naciones Unidas (ONU), Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS), Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). De las cinco instituciones orientadas a la salud mundial se presentan los informes en forma sintetizada, por lo cual se invita al lector a ampliarlos en sus referencias URL (tabla 1).

Tabla 1.

Instituciones internacionales relacionadas con la salud mundial

Institución  Comentario  Referencia  Referencia/URL 
Organización de Naciones Unidas (ONU)  Pone de relieve la necesidad de que se respeten plenamente los derechos humanos y destaca que en la respuesta a la pandemia no hay cabida para ninguna forma de discriminación  Solidaridad mundial para luchar contra la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19) (pdf)  A/RES 74/270. Solidaridad mundial para luchar contra la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19) (pdf)https://undocs.org/pdf?symbol=es/A/RES/74/270 
Organización Mundial de la Salud (OMS).  Declaración de la pandemia por la OMS  Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020. Ginebra  https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---11-march-2020 
Organización Panamericana de la Salud (OPS)  El distanciamiento social retrasaría la transmisión para que los servicios de salud pudieran evaluar casos sospechosos, localizar los contactos, tratar y aislar pacientes  Distanciamiento social, vigilancia y sistemas de salud más fuertes son clave para controlar COVID-19  https://www.paho.org/col/index.php?option=com_content&view=article&id=3366:distanciamiento-social-vigilancia-y-sistemas-de-salud-mas-fuertes-son-clave-para-controlar-covid-19&Itemid=562 
Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)  La COVID-19 se propaga principalmente a través del contacto cercano de persona a persona y de manera continua  CDC. Cómo se propaga la COVID-19 (pdf)  file:///C:/Users/MI%20PC/Downloads/cdc_86365_DS1.pdf 
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)  Emitió la primera autorización de uso de emergencia para una vacuna para la prevención de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2)  La FDA toma acción clave en la lucha contra la COVID-19 al emitir una autorización de uso de emergencia para la primera vacuna contra la COVID-19  https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/la-fda-toma-accion-clave-en-la-lucha-contra-el-covid-19-al-emitir-una-autorizacion-de-uso-de 
Grupo número 2. Instituciones internacionales orientadas a la bioètica mundial

Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST), Comité Internacional de Bioética (CIB), Comité de Bioética del Consejo de Europa, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Red de América Latina y el Caribe de Consejo Nacional de Bioética-UNESCO. De las seis instituciones orientadas con la bioética mundial se presentan los informes en forma sintetizada, por lo cual se invita al lector a ampliarlos en sus referencias URL (tabla 2).

Tabla 2.

Instituciones internacionales orientadas a la bioetica mundial

Institución  Comentario  Referencia  Referencia/URL 
Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO)  Nos recuerda el poder y la importancia de la cultura y el conocimiento para fortalecer el tejido humano y la solidaridad. Igualmente garantizar la continuidad de la educación en niños y niñas  COVID-19 Informe CEPAL-UNESCO. La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19. 2020  COVID-19 Informe CEPAL-UNESCO. La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19.2020 (pdf) https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000374075?locale=es 
Comité Internacional de Bioética (CIB), Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST)  Subrayan que las políticas que no se basan en conocimientos y prácticas de carácter científico y sólido no son éticas  Statement on COVID-19: Ethical considerations from a global perspective.Statement of the UNESCO International Bioethics Committee (IBC) and the UNESCO World Commission on the Ethics of Scientific Knowledge and Technology (COMEST) REV.Paris, 6 abril 2020. Original: inglés. (pdf)  https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373115 
Comité de Bioética del Consejo de Europa  Se deberán tomar decisiones difíciles a nivel colectivo e individual en un contexto de incertidumbres y recursos escasos, que pueden tener un impacto importante en los individuos y la sociedad  Comité de Bioética del Consejo de Europa. COVID-19: Los principios de derechos humanos deben guiar las decisiones de salud. Estrasburgo 14 de abril de 2020 (pdf)  https://rm.coe.int/inf-2020-2-statement-covid19-e/16809e2785 
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)  La pandemia supone desafíos aún mayores para los Estados de las Américas. En términos de políticas, medidas sanitarias y capacidades económicas  Pandemia y Derechos Humanos en las Américas. Resolución 1/2020. Adoptado por La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 10 de abril del 2020  Pandemia y Derechos Humanos en las Américas. (pdf) https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/Resolucion-1-20-es.pdf 
Red de América Latina y el Caribe de Consejo Nacional de Bioética-UNESCO  Expresa su preocupación ante la realización de investigaciones biomédicas en relación con la pandemia de enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19  Red de América Latina y el Caribe de CNB-UNESCOA. Ante las investigaciones biomédicas por la pandemia de enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19  Red de América Latina y el Caribe de CNB-Comités Nacionales de Bioética. (pdf) https://redbioetica.com.ar/wp-content/uploads/2020/03/Declaracion-RED-ALAC-CNBS-Investigaciones-Covid-19.pdf 
Grupo número 3. Instituciones internacionales orientadas a la economía mundial

Organización Internacional del Trabajo (OIT), Fondo Monetario Internacional (FMI). De las dos instituciones orientadas a la economía mundial se presentan los informes en forma sintetizada, por lo cual se invita al lector a ampliarlos en sus referencias URL (tabla 3).

Tabla 3.

Instituciones internacionales relacionadas con la economía mundial

Institución  Comentario  Referencia  Referencia/ URL 
Organización Internacional del Trabajo (OIT)  La COVID-19 tendrá una amplia repercusión en el mercado laboral a corto plazo para la salud de los trabajadores y de sus familias. La crisis económica repercutirá adversamente en el mundo del trabajo  ILO Monitor 1st Edition. COVID-19 and the world of work: Impact and policy responses. 18 de marzo de 2020 (pdf)  La COVID-19 podría cobrarse casi 25 millones de empleos en el mundo, afirma la OIT. https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_738766/lang--es/index.htm 
Fondo Monetario Internacional (FMI)  La pandemia mundial se ha convertido en una crisis económica y financiera, la actividad económica y laboral contraerá el producto mundial  Declaración conjunta del Presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional y la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional. 27 de marzo de 2020  https://www.imf.org/es/News/Articles/2020/03/27/pr20114-joint-statement-by-the-chair-of-imfc-and-the-managing-director-of-the-imf 
Resultado• Grupo número 1. Instituciones internacionales orientadas a la salud mundialOrganización de Naciones Unidas (ONU)

La resolución aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 3 de abril de 2020 A/RES/74/270 observó con gran preocupación la amenaza a la salud, la seguridad y el bienestar humano que representa la pandemia por COVID-19. Reconoció que los más pobres y los más vulnerables serán los más afectados por la pandemia, y que el impacto de la crisis destruirá los logros del desarrollo que tanto costó alcanzar obstaculizando el progreso hacia desarrollos sostenibles. «Pone de relieve la necesidad de que se respeten plenamente los derechos humanos, y destaca que en la respuesta a la pandemia no hay cabida para ninguna forma de discriminación, racismo ni xenofobia.» Expresa su gratitud y apoyo a todo el personal sanitario de primera línea, los profesionales médicos y la comunidad científica y de investigación, así como a otros trabajadores esenciales de todo el mundo que operan en circunstancias difíciles y peligrosas para lidiar con la pandemia. Pide que se intensifique la cooperación internacional para contener, mitigar y derrotar la pandemia, entre otras cosas, intercambiando información, conocimientos científicos y mejores prácticas y aplicando las directrices pertinentes recomendadas por la OMS. «Reconoce los efectos sin precedentes que tiene la pandemia, incluida la grave disrupción de las sociedades y las economías, así como de los viajes y el comercio a nivel mundial, y su impacto devastador en los medios de vida de las personas»19.

Organización Mundial de la Salud (OMS)

El 7 de enero de 2020 la OMS identificó el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y declaró este brote como emergencia de salud pública de importancia internacional. El 11 de marzo de 2020 (64 días después) la OMS declaró el brote de enfermedad por coronavirus COVID-19 como una pandemia (epidemia que se extendería a varios países o continentes y que afectaría a un gran número de personas)20.

Definió inicialmente en sus comunicados que esta pandemia no es solo una crisis de salud pública, sino una crisis que afectará a todos los sectores (productivo, laboral, financiero, económico, salud), por lo que cada sector y cada individuo de la sociedad deben participar en la lucha. Recomendó desde el principio de la declaración de pandemia que «todos los países deberían adoptar medidas y tener un enfoque coordinado entre gobiernos y sociedad, construyendo estrategias integrales para prevenir más contagios, salvar vidas y minimizar el impacto»21. Advirtió además de las nocivas consecuencias que podría traer levantar el confinamiento de manera apresurada en las diferentes regiones del mundo afectadas por la pandemia de COVID-19.

En cuanto al tratamiento para la COVID-19, la OMS puso en marcha el ensayo clínico internacional «Solidaridad», publicado originalmente el 27 de mayo de 2020 y actualizado el 17 de junio de 2020, el cual tenía por objeto descubrir con rapidez si alguno de los medicamentos (off-label o compasivos) utilizados al inicio de la pandemia (hidroxicloroquina, remdesivir, lopinavir/ritonavir y lopinavir/ritonavir con interferón β-1ª) podrían retrasar la progresión de la enfermedad, mejorar la tasa de supervivencia o si pudieran ser un tratamiento eficaz contra la COVID-19. Conocidos los resultados del ensayo «Solidaridad» y analizados los efectos de los cuatro posibles regímenes de medicamentos, en 11.266 pacientes adultos en más de 30 países, mostraron que la hidroxicloroquina y la asociación lopinavir/ritonavir reducen poco o nada la mortalidad de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en relación con los cuidados estándar22. La OMS afirmó que el medicamento denominado Remdesivir de la farmacéutica Gilead Sciences tiene poco o nulo efecto sobre la supervivencia de los pacientes con COVID-1923.

El 17 de junio de 2020 la OMS reconoció que la dexametasona ha conseguido reducir considerablemente la mortalidad en el «estudio Recovery» en casos graves de COVID-19, y que solo debe utilizarse en pacientes críticos, no como fármaco para evitar el contagio del coronavirus. Refiere que «no es un tratamiento en sí mismo» y que podría estar contraindicado en casos leves de COVID-1924.

En cuanto a la discapacidad, la OMS aprobó a finales de marzo de 2020 unas orientaciones dirigidas a «promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales a todas las personas con discapacidad», promoviendo el respeto de su dignidad inherente, así como el cumplimiento de la obligación asumida por los Estados de adoptar todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo del derecho a la vida por las personas con discapacidad25.

Organización Panamericana de la Salud (OPS)

En el informe del 2 de junio de 2020 la OPS refirió que mantener las medidas de distanciamiento social, mejorar la vigilancia y fortalecer los sistemas de salud serían las tres claves para controlar la pandemia de COVID-19 en las Américas. «El distanciamiento social retrasaría la transmisión para que los servicios de salud pudieran evaluar casos sospechosos, localizar los contactos, tratar y aislar pacientes.» La OPS se refirió a las Américas como «una región de enormes desigualdades» que enfrentaría simultáneamente emergencias sociales en salud y economía; que estas deberían abordarse en forma articulada para detener la COVID-19. Estas desigualdades irían a incluir un número mayor de casos, problemas económicos en grupos vulnerables con mayor riesgo, como las poblaciones indígenas, migrantes y personas con enfermedades crónicas. Se refirió también que la respuesta a la pandemia dependería de los trabajadores de la salud, de si están seguros, saludables y si cuentan con suministros de equipos de protección personal (EPP) a medida que aumenten los casos. Los trabajadores de la salud «arriesgan sus vidas para salvar las nuestras, y necesitan nuestro apoyo ahora más que nunca». Recomendó no suspender las medidas demasiado rápido, ya que se corre el riesgo de que haya un resurgimiento de la COVID-19 que podría arrasar con lo que hemos obtenida en los últimos meses26.

La OPS alertó sobre el uso de la ivermectina (medicamento no incluido en el estudio Solidaridad) para tratar la COVID-19 a través de un comunicado oficial. En este se destaca que pese a que científicos del mundo han realizado estudios para determinar la eficiencia de este medicamento para tratar el coronavirus, ninguno de ellos ha sido revisado por pares, ni tampoco se han publicado los hallazgos de manera formal27.

Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)

En su informe de actualización del 28 de octubre de 2020 se refirió y confirmó que la COVID-19 se propaga principalmente a través del contacto cercano de persona a persona y de manera continua. Sugieren que este virus se propaga de manera más eficiente que el virus de la influenza, pero no tan eficientemente como el del sarampión, que es un virus altamente contagioso. Podría ser posible que una persona se infecte por la COVID-19 al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o los ojos. Recomienda: «La mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar la exposición a este virus. Respetando las medidas de distanciamiento social (aproximadamente 6 pies) esto es muy importante para prevenir la propagación de la COVID-19. Además de lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón, cubrirse la boca y la nariz con una cubierta de tela para la cara cuando está rodeado de otras personas»28. En general, cuanto más estrechamente interactúa una persona con los demás y cuanto más larga sea esa interacción, mayor es el riesgo de propagación de la COVID-1929.

El CDC estadounidense publicó el 25 de julio de 2020 una actualización sobre los factores de riesgo para contraer una forma grave de la COVID-19, basados en una revisión de las evidencias disponibles hasta la fecha. Los adultos mayores y las personas con afecciones médicas subyacentes siguen teniendo un mayor riesgo de enfermedad grave, y ahora el CDC ha definido con más detalle los riesgos relacionados con la edad y la afección30.

En el mes de agosto 2020 el CDC replantea lo referente a la toma de pruebas. Esto es lo que dice ahora: «Si ha estado en contacto cercano (a menos de 6 pies o 2 metros) de una persona con una infección por COVID-19 durante al menos 15 minutos, pero no tiene síntomas, no necesariamente necesita una prueba a menos que sea un individuo vulnerable o su proveedor de atención médica o funcionarios de salud pública estatales o locales le recomienden que se haga una»31.

El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) brinda asesoramiento y orientación al director de los CDC con respecto al uso de vacunas y agentes relacionados para el control de enfermedades prevenibles por vacunación en la población civil de los Estados Unidos. El Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR) del 20 de diciembre de 2020 se refiere a la recomendación provisional del ACIP para el uso de la vacuna COVID-19 Moderna32. El informe MMWR del 13 de diciembre de 2020 se refiere a la recomendación provisional del ACIP para el uso de la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-1933.

Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)

La FDA, una agencia que es parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS), protege la salud pública al asegurar la seguridad, la eficacia y la protección de los medicamentos humanos y veterinarios, vacunas y otros productos biológicos para el uso humano, y los dispositivos médicos. La FDA emitió la primera autorización de uso de emergencia para una vacuna para la prevención de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) en personas de 16 años de edad y mayores. La autorización de uso de emergencia permite que la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna, se distribuya en los Estados Unidos, en el Reino Unido, en Canadá y en otros países.

Las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna contienen ARN mensajero (mRNA), que es material genético. La vacuna contiene un pequeño fragmento del mRNA del virus del SARS-CoV-2 que instruye a las células del cuerpo a que produzcan la característica proteína de «pico» del virus. Cuando una persona recibe esta vacuna, su cuerpo produce copias de la proteína de pico, la cual no causa enfermedad, pero desencadena que el sistema inmunológico aprenda a reaccionar de manera defensiva, produciendo una respuesta inmunológica contra el SARS-CoV-2. «Con la ciencia guiando la toma de decisiones, los datos de seguridad y de eficacia disponibles apoyan la autorización de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna porque los beneficios conocidos y potenciales de la vacuna superan claramente sus riesgos conocidos y potenciales»34.

La coordinación internacional COVAX (una innovadora iniciativa de colaboración mundial para acelerar el desarrollo y la producción de pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19 y garantizar el acceso equitativo a ellos) es una asociación entre la Alianza GAVI (Alianza Global para Vacunas e Inmunizaciones), CEPI (Coalición para Innovaciones en Preparación para Epidemias) y la OMS. Su propósito es acelerar el desarrollo y la fabricación de vacunas COVID-19 y garantizar un acceso justo y equitativo para todos los países del mundo35. Esto debido a que los compromisos a largo plazo para controlar la pandemia en todos los países serán más desafiantes, ya que dejarán una brecha de varios miles de millones de personas en los países de ingresos bajos y medianos sin acceso a las vacunas36.

• Grupo número 2. Instituciones internacionales orientadas a la bioética mundialOrganización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

Consideró en su informe inicial que el brote de la COVID-19 es una crisis sanitaria mundial y se refirió a que la pandemia por la COVID-19 nos demuestra que la cooperación científica es clave cuando se trata de un problema de salud pública mundial. De igual manera hace un recordatorio de que la «información tiene que ser siempre de calidad y fiable, en momentos en que los rumores y la falsa información se están difundiendo sin parar. La UNESCO se comprometió en apoyar a los gobiernos en la educación a distancia, la ciencia abierta y el intercambio de conocimientos y cultura, como medios fundamentales para mantenerse unidos y estrechar los lazos que nos unen», así como garantizar la continuidad de la educación en niños y niñas que en estos momentos no pueden ir a la escuela37. Se refirió también que para estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo es imperativo avanzar hacia una educación más inclusiva, repensando el futuro de la educación tras la pandemia por la COVID-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades, de no actuar, se obstaculizará el progreso de las sociedades38.

La UNESCO ha establecido en la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos que se requiere de una sensibilidad moral y de reflexión ética, en donde la bioética desarrolle un papel predominante en las decisiones que han de tomarse ante los problemas que se suscitan39.

Comité Internacional de Bioética (IBC), Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST)

El IBC de la UNESCO y la COMEST emitieron conjuntamente una declaración sobre la COVID-19, el 6 de abril de 2020, en respuesta a las difíciles cuestiones éticas planteadas en los esfuerzos globales para combatir la pandemia de la COVID-19. El documento se denomina «Consideraciones éticas desde una perspectiva global». La Declaración destacó y planteó algunas cuestiones éticas vitales desde una perspectiva global que argumenten y sean reconocidas en todo el mundo. Exhortó a los gobiernos para que tomen medidas urgentes para orientar a los responsables de la formulación de políticas de salud pública sobre el deber de informar al público sobre el «confinamiento social obligatorio» y las consideraciones éticas de respeto al otro y la autoprotección, puntos estos esenciales para tener en cuenta en la lucha mundial contra la pandemia de la COVID-1940.

El IBC y la COMEST «señalaron además que la pandemia puede generar un estrés psicológico en las personas y los grupos vulnerables y marginados de todas las partes del mundo. Especialmente los afectadas por la pobreza, la discriminación, la violencia, las cuestiones de género, la pérdida de autonomía, la edad, la discapacidad, el racismo, el encarcelamiento, la migración y las dificultades específicas que afrontan los refugiados y los apátridas, en los países en desarrollo». Subrayan que las políticas que no se basan en conocimientos y prácticas de carácter científico y sólido no son éticas, ya que van en contra del esfuerzo por generar una respuesta común a la pandemia41.

La UNESCO, la OMS y los comités nacionales de bioética y ética han colaborado estrechamente para ayudar a los Estados miembros a elaborar políticas sólidas sobre cuestiones éticas. Esta cooperación se está intensificando para hacer frente a los desafíos que presenta la crisis actual. La declaración del CIB y de la COMEST sobre la COVID-19 es una referencia central en esta tarea y será utilizada por la UNESCO y sus asociados como instrumento para el desarrollo de capacidades en estos temas42.

Comité de Bioética del Consejo de Europa

En declaración del 14 de abril de 2020, recordó que los principios fundamentales, basados en el respeto a la dignidad humana y los derechos humanos, deben guiar las decisiones y las prácticas médicas en el contexto de la crisis actual. En cuanto a los sistemas de atención médica, se refirieron a que «encontraran limitaciones extremas por el creciente número de casos graves que planteara desafíos éticos importantes a los profesionales de la salud». Se deberán tomar decisiones difíciles a nivel colectivo e individual en un contexto de incertidumbres y recursos escasos, que pueden tener un impacto importante en los individuos y la sociedad»43.

El Comité de Bioética del Consejo de Europa se basó en la Convención de Oviedo. La Convención es el primer texto internacional jurídicamente vinculante diseñado para preservar la dignidad, los derechos y las libertades humanas mediante una serie de principios y prohibiciones contra el uso indebido de los avances biológicos y médicos. El punto de partida de la Convención es que los intereses de los seres humanos deben anteponerse a los intereses de la ciencia o de la sociedad. Establece una serie de principios y prohibiciones en materia de bioética, investigación médica, consentimiento, derechos a la vida privada e información, trasplante de órganos y debates públicos44. Finalmente, el Comité de Bioética del Consejo de Europa facilitará el intercambio de información y analizará los desafíos éticos planteados durante y después de esta pandemia, en el marco de su Plan de Acción Estratégico en Derechos Humanos y Tecnologías en Biomedicina (2020-2025)45.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

En su comunicado el 10 de abril del 2020 refirió: «Las Américas es la región más desigual del planeta, caracterizada por profundas brechas sociales en que la pobreza extrema constituye un problema transversal a todos los estados de la región». A lo anterior se suman las altas tasas de informalidad laboral y de trabajo e ingresos precarios que afectan a un gran número de personas en la región y que hacen aún más preocupante el impacto socioeconómico de la COVID-19. «Todo esto dificultará o impedirá a millones de personas tomar medidas básicas de prevención contra la enfermedad, en particular cuando afecta a grupos en situación de especial vulnerabilidad.» En este contexto, la pandemia supone desafíos aún mayores para los Estados de las Américas. «Considerando que, si bien existen impactos sobre todos los derechos humanos, especialmente en relación con el derecho a la vida, la salud y la integridad personal, también se ven seriamente afectados el derecho al trabajo, la seguridad social, la educación, la alimentación, el agua y la vivienda, entre otros derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA)»46.

La CIDH recomendó adoptar de forma inmediata, urgente y con la debida diligencia todas las medidas que sean adecuadas para proteger los derechos a la vida, a la salud y a la integridad personal de las personas que se encuentren en sus jurisdicciones frente al riesgo que representa la presente pandemia. Tales medidas deberán ser adoptadas atendiendo a la mejor evidencia científica, en concordancia con el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), así como con las recomendaciones emitidas por la OMS y la OPS, en lo que fueran aplicables. «Todas las políticas y medidas que se adopten deben basarse en un enfoque de derechos humanos que contemple la universalidad y la inalienabilidad, la indivisibilidad, la interdependencia y la interrelación de todos los derechos humanos. Igualdad, no discriminación, perspectiva de género, diversidad e interseccionalidad. Inclusión, la rendición de cuentas, el respeto al Estado de Derecho y el fortalecimiento de la cooperación entre los Estados.» La CIDH, con el apoyo de sus Relatorías Especiales sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales y sobre Libertad de Expresión, en ejercicio de su mandato, adoptó la presente resolución con estándares y recomendaciones bajo la convicción de que las medidas adoptadas por los Estados en la atención y la contención de la pandemia deben tener como centro el pleno respeto de los derechos humanos47.

Red de América Latina y el Caribe de Consejo Nacional de Bioética (CNB)-UNESCO

La Red de América Latina y el Caribe de CNB-UNESCO, que agrupa a las Comisiones y Consejos Nacionales de Bioética, tiene como finalidad asesorar sobre los problemas éticos relativos a las ciencias de la vida y la salud humana en un sentido integral y asegurar la defensa de la integridad, la dignidad y los derechos humanos de los habitantes de la región. La CNB-UNESCO expresó su preocupación ante la realización de investigaciones biomédicas en la pandemia de la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. «Recomendando el deber ético de hacer investigación durante el brote de la pandemia a fin de mejorar la prevención y la atención sanitaria de las personas. Refiriéndose a que la investigación en seres humanos durante las emergencias debe contar con garantías éticas mayores, no menores, que en las situaciones ordinarias. Debiendo ser lo más rigurosa posible en su diseño y metodología, con valor social y científico. Que los participantes deben ser seleccionados en forma justa proporcionando una justificación adecuada cuando se escojan o excluyan determinadas poblaciones. Que se debe obtener la aprobación de la autoridad sanitaria y de un comité de ética en investigación en todas las investigaciones con participantes humanos que se realicen en situaciones de pandemia»48.

La Red de América Latina y el Caribe de CNB-UNESCO resaltó la importancia de obtener el consentimiento informado individual de los participantes incluso en una situación de «excepción o alarma», a menos que se cumplan condiciones para la dispensa del consentimiento informado; esta debe ser única y exclusivamente para los procesos asociados con COVID-1949. Los ensayos clínicos aleatorios doble ciego son el estándar de oro para responder a la pregunta científica de si un medicamento produce algún efecto, positivo o negativo, en pacientes con COVID-1950.

Con estos argumentos la CNB-UNESCO exhorta a la totalidad de la sociedad, a las autoridades sanitarias, a las instancias de gestión gubernamental y a las instituciones académicas que subyuguen y sometan sus actuaciones y acciones investigativas al Derecho Internacional de Derechos Humanos, a las recomendaciones de la OMS y a las declaraciones bioéticas universales de la UNESCO51.

• Grupo número 3. Instituciones internacionales orientadas a la economía mundialOrganización Internacional del Trabajo (OIT)

En comunicado de 18 de marzo de 2020 sobre la COVID-19 afirma que «tendrá una amplia repercusión en el mercado laboral, más allá de la inquietud que provoca a corto plazo para la salud de los trabajadores y de sus familias. El virus y la consiguiente crisis económica repercutirán adversamente en el mundo del trabajo en tres aspectos fundamentales, a saber: 1)la cantidad de empleo (tanto en materia de desempleo como de subempleo); 2)la calidad del trabajo (con respecto a los salarios y el acceso a protección social), y 3)los efectos en los grupos específicos más vulnerables frente a las consecuencias adversas en el mercado laboral»52.

El Observatorio de la OIT en su cuarta edición, publicado el 27 de mayo de 2020, se refiere al cierre de empresas y de lugares de trabajo, a pesar de que cada vez más países flexibilizan sus medidas para permitir a los trabajadores regresar paulatinamente a su lugar de trabajo. La crisis de la COVID-19 afectó adversamente a los jóvenes en varios ámbitos, lo que podría dar lugar al surgimiento de una «generación de confinamiento». Debido a que casi el 77% de jóvenes trabajadores en todo el mundo (328 millones) tenían un empleo en el sector informal, frente a un 60% de los adultos trabajadores (de 25 años o más), los jóvenes padecen consecuencias adversas; en particular, interrupción de sus programas educativos o de formación, pérdida de empleo y de ingresos, y mayores dificultades para encontrar trabajo. Refiere la OIT como el confinamiento sigue incidiendo en una forma muy adversa en los trabajadores jóvenes y adultos53.

La OIT celebró del 7 al 9 de julio de 2020 una cumbre mundial para abordar los efectos de la COVID-19 en el mundo del trabajo, bajo el lema «Construir un mundo del trabajo mejor». Los representantes de los gobiernos, empleadores y trabajadores, y otras partes interesadas del más alto nivel, estuvieron conectados desde cualquier zona horaria y pudieron abordar la incidencia económica y social de la pandemia. Previo a esta cumbre planetaria, una semana antes hubo eventos regionales, por continentes. Para las Américas el encuentro previo se realizó el 2 de julio de 2020, bajo el título «Reactivación productiva y trabajo decente en las Américas», en el que participaron ministros del Trabajo y representantes de organizaciones de empleadores y de trabajadores54.

Fondo Monetario Internacional (FMI)

En comunicado del 27 de marzo de 2020 expresó: «Estamos en una situación sin precedentes en la que una pandemia mundial se ha convertido en una crisis económica y financiera en que la interrupción repentina de la actividad económica y laboral contraerá el producto mundial en el 2020». El impacto sanitario ha ocurrido en las economías avanzadas, los países de mercados emergentes y en desarrollo, pero en especial en los países de bajo ingreso. Estos se verán particularmente afectados por la combinación de una crisis sanitaria, una brusca reversión de los flujos de capital y, para algunos, una drástica caída de los precios de las materias primas. Muchos de estos países necesitan ayuda para reforzar su respuesta a la crisis y restablecer el empleo y el crecimiento, dada la escasez de liquidez de divisas en las economías de mercados emergentes y las pesadas cargas de la deuda en muchos países de bajo ingreso. «Informó que los países miembros ya están tomando medidas extraordinarias para salvar vidas y salvaguardar la actividad económica, pero es necesario hacer más. Recomiendan dar prioridad al apoyo fiscal focalizado para los hogares y las empresas vulnerables a fin de acelerar y afianzar la recuperación en 2021.» El objetivo del FMI es ayudar a los países miembros a lograr una recuperación más rápida, vigorosa y eficaz a la crisis mundial55.

AnálisisPregunta número 1

¿Los informes emitidos por las instituciones internacionales de salud, bioética y economía se relacionaron con el sentir de la bioética la salud, la vida y la conducta humana?

Las instituciones internacionales coincidieron en el daño global que iría a ocasionar la COVID-19 en relación a la salud, la vida y las personas. Áreas geográficas definidas como las Américas han sido las más afectadas por el desequilibrio social y político, en donde poblaciones vulnerables se han visto discriminadas en aspectos de salud, vida e integridad personal. La seguridad y el bienestar de las personas, el respeto a la dignidad y a los derechos humanos se vieron mayormente discriminados en poblaciones desplazadas. La OIT y el FMI hicieron ver que el desempleo y la falta de oportunidades laborales contribuirían más al colapso de la economía en estas regiones, siendo los más afectados los jóvenes. La COVID-19 exacerbó las desigualdades y la vulnerabilidad en las clases marginadas en estos países de las Américas.

Fue evidente que durante el desarrollo de la pandemia se puso de relieve la falta de preparación de los políticos y de las políticas de atención sanitaria, y de normas éticas relevantes, en tiempos de urgencia o de excepción. El Consejo de Europa declaró que el acceso a la atención sanitaria debería ser equitativo y responder a criterios médicos para evitar la discriminación de grupos vulnerables, como las personas con discapacidades y ancianos. Situación esta que en el pico de la primera ola no se vio reflejada en países europeos, en donde la justicia distributiva fue fundamental para la distribución del recurso, aunque no tanto el criterio médico.

El CIB, la COMEST y la UNESCO hicieron un llamado a los responsables de la formulación de políticas de salud pública del deber de informar al público sobre el «confinamiento social obligatorio, la cuarentena, el distanciamiento social» y las consideraciones éticas de respeto al otro y la autoprotección. Las políticas fueron informadas; sin embargo, los incumplimientos de las mismas por la sociedad aumentaron los contagios y la mortalidad, al interpretarse como vulneración a las libertades individuales y de los derechos civiles. Esto pudo obedecer también en parte a la infodemia o difusión de informaciones erróneas sobre la pandemia, por intereses espurios o burdamente manipuladores a través de redes sociales56. También al desconocimiento por parte de la población de que los derechos personales ceden ante los deberes civiles en tiempos de excepción y urgencias.

El conocimiento no fue la fortaleza del tejido humano y los hizo menos solidarios al acatamiento de las medidas de distanciamiento, de cuarentena y de bioprotección. La OPS claramente planteó los puntos para controlar la pandemia por la COVID-19, y el CDC consideró que la única forma de evitar el contagio era respetando el distanciamiento social y el uso de cubre-bocas, es decir, respetando al otro y el autocuidado.

La OMS y la UNESCO se refirieron e informaron de las consecuencias que podría traer levantar el confinamiento y la apertura de escuelas de manera apresurada en las diferentes regiones del mundo afectadas por la pandemia de COVID-19. Hubo apresuramiento en algunos países por la necesidad de reactivar la economía y la continuidad de la educación, teniendo que volver al confinamiento y a las restricciones a la sociedad.

Las instituciones internacionales que emitieron sus informes de salud y bioética tuvieron que orientar el manejo para el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, ya que al inicio de la pandemia de la nueva enfermedad COVID-19 no había un tratamiento específico. Hubo una serie de medicamentos que fueron considerados «especiales», pues no se contaba con medicamentos o prescripciones on-label, que son aquellos medicamentos que son usados tal y como reflejan las características de su ficha técnica. Fueron utilizados medicamentos off-label prescritos en condiciones distintas de las autorizadas en su ficha técnica57. También fueron utilizados «medicamentos de uso compasivo» (englobados en el grupo de los unlicensed), fármacos o principios activos que se encuentran en fase de investigación o en trámites para la autorización de comercialización58. «El uso compasivo de un medicamento debe fundamentarse en postulados éticos e indicios de efectividad tan sólidos como los que se requieren para la autorización de un ensayo clínico»59.

La OMS, en la búsqueda del tratamiento seguro y eficaz, realizó la supervisión de los ensayos clínicos «Discovery» y «Solidaridad», aclarando con base a los resultados que los medicamentos que fueron utilizados en el inicio de la pandemia como off-label y «de uso compasivo» no eran seguros ni eficaces, a excepción de la dexametasona. De igual forma, la OPS se pronunció en la necesidad de los estudios clínicos de la ivermectina, de uso antiparasitario. Durante la pandemia no se ha contado con un medicamento on-label, siendo las medidas de protección personal, el distanciamiento social y el lavado de manos el mejor antídoto disponible hasta el momento para evitar el contagio, como bien lo refieren la OPS y el CDC.

Durante el desarrollo de la pandemia se ha hablado de la inmunidad de rebaño (también conocida como inmunidad comunitaria) que ocurre cuando una población se hace inmune a una enfermedad por exposición. Un caso durante la pandemia COVID-19 fue Suecia, que quisieron hacer la inmunidad de rebaño sin una vacuna y tuvieron tasas muy elevadas de infección y también crearon probabilidades más elevadas de muerte en relación con otros países europeos60, quedando claro que, sin una vacuna, solo hay una manera posible de lograr inmunidad de rebaño: la infección masiva, permitiendo que el virus se propague más libremente, lo que conllevaría un costo elevado en vidas humanas y otras muchas consecuencias imprevistas. La OMS, la FDA y el CDC son conscientes que así como los países han tomado legítimamente medidas extraordinarias para proteger a sus poblaciones durante la pandemia actual, como cerrar fronteras y brindar alivio económico, también tienen el derecho y el deber de tratar de asegurar el acceso a una vacuna eficaz para sus ciudadanos y residentes.

La OMS, la OPS, la ONU y todas las instituciones internacionales han reconocido y valorado en esta pandemia a los trabajadores de salud, médicos, enfermeras, quienes se encuentran en la primera línea arriesgando sus vidas para salvar la vida de otros. Es por eso que el CDC en los marcos de asignación de la vacuna establece que existe un acuerdo generalizado en los marcos de orientación nacional de que los trabajadores de la salud (médicos, enfermeras) deben estar entre los primeros en recibir la vacunación contra la COVID-19. Debates éticos relacionados con la reglamentación y el uso de las vacunas no demorarán en suscitar discusiones en torno a los requisitos para proteger a la mayor cantidad de personas, ordenanzas las cuales pueden infringir la autonomía y las libertades individuales, objeciones, por creencias religiosas o filosóficas que entran en conflicto con la vacunación61.

El mundo después de la pandemia COVID-19 y la vacunación será muy diferente, y muchos temas de la salud que eran verdades y certezas ampliamente aceptadas deberán ser reconsiderados62. La información emitida por las instituciones internacionales tuvieron una visión holística del problema ocasionado por la pandemia relacionadas con la salud, la vida y las personas. La pandemia por la COVID-19 mostró que las sociedades de los diferentes países fueron afectadas en lo económico, en lo laboral, en la educación, en la vivienda, en las libertades individuales y en los derechos civiles.

Pregunta número 2

• ¿Las medidas tomadas durante la pandemia hicieron que la bioética tomara un protagonismo en la salud la vida y el comportamiento humano?

En las últimas décadas la bioética se ha centrada en las nuevas tecnologías, como la intervención genética, el diagnóstico pregenético, los embriones congelados, los biobancos, la modificación genética y la reproducción asistida, el final de la vida y la bioética de la investigación en humanos, los derechos de los pacientes y los principios éticos en la ética clínica.

La bioética durante la pandemia COVID-19 fue quien asumió la justicia distributiva de la salud pública a través del principio de proporcionalidad terapéutica cuando se requirió la asignación de un recurso escaso. Más de una forma utilitarista que deontológica, tratando de minimizar el daño a la vulneración de los derechos humanos y de los derechos de los pacientes a la salud y a una muerte digna «haciendo la decisión más humana y más justa», «estableciendo expectativas de vida a corto plazo como aceptables, incluso para no caer en la obstinación terapéutica, siendo los cuidados paliativos su alternativa de manejo».

Los comités de bioética, al igual que los gobiernos, tuvieron que generar procesos reactivos de ética asistencial ante una situación desconocida de excepción y urgencias. Decisiones tomadas que pudieron vulnerar derechos fundamentales y discriminar cuando se determinó el ingreso hospitalario por edad, comorbilidad, razón social, discapacidad y calidad de vida. Fueron los médicos quienes con su escasa formación ética tuvieron que decidir y tomar la carga moral de qué hacer ante situaciones que lo requerían, debiendo tomarse decisiones muy difíciles y a gran velocidad. Hubiese sido crucial evitar poner esta carga sobre un médico solo y aislado en una pandemia, si los comités hubiesen sido funcionales y operativos en muchas instituciones de salud63.

La bioética en lo clínico quedó en deuda al limitarse su acción durante esta pandemia en recomendaciones, orientaciones y consejo, en el acompañamiento diario clínico asistencial. Fue considerada como último recurso en la cadena de atención científica cuando las cosas llegaban a su final y había que tomar una decisión: «continuar o no continuar». El carecer de personal suficientemente preparado y capacitado limitó el acompañamiento asistencial. Por eso, una de las proyecciones pospandemia debe ser la capacitación sobre los temas éticos y bioéticos a todos los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, técnicos), no solo para tiempos de normalidad sino para tiempos de excepción y urgencias, haciendo que los comités de ética y las asesorías éticas sean parte activa y participativa diaria de acompañamiento, orientación y consejo a las decisiones médicas. Este será el protagonismo de la biótica: preparar, formar, educar, hacer presencia institucional.

La bioética, en lo social, también quedó sin proyección al no tener canales fáciles para llegar a la persona, las comunidades y aconsejar su comportamiento y orientar las responsabilidades de los derechos fundamentales y el respeto a los derechos y deberes civiles. La bioética social está dirigida a favorecer y mejorar todo comportamiento humano de las comunidades, orientándolas y dirigiéndolas hacia una actuación social más humana, solidaria, respetuosa y digna, así como en el mejoramiento de las condiciones de vida y de salud de la población, generando un equilibrio con el medio en que interactúan, haciendo énfasis en la promoción de los derechos humanos en una sociedad plural64.

La bioética en la medicina preventiva será en el futuro un pilar importante para la participación en educar a las poblaciones vulnerables, a adultos mayores, a discapacitados, a frágiles, con comorbilidades, con enfermedades crónicas no trasmisibles (diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo) en aspectos de cuidado preventivo, personal y comunitario ante un contagio, con acciones que eviten la transmisibilidad de la infección y favoreciendo el autocuidado.

Desde un punto de vista normativo, los gobiernos tendrán la responsabilidad y el deber de promover y apoyar la educación de la salud de sus poblaciones, una responsabilidad reconocida en los documentos internacionales de derechos humanos.

La bioética que se relaciona con la salud, la vida y el comportamiento de las personas se vio reflejada en cada una de las recomendaciones y sugerencias emitidas por las instituciones internacionales. Al determinar las vulnerabilidades sociales, laborales y económicas y de derechos fundamentales que presentaron los pueblos durante la pandemia se reconoció que hay un puente frágil que integra la vida con la salud y el comportamiento humano.

La bioética deberá tener una visión holística del problema de salud de las personas y de las comunidades, conociendo aspectos de economía en salud, políticas de salud pública, directrices estatales sobre la normativa de la jurisprudencia relacionada con la biojurídica y el bioderecho que le permitan participar en las discusiones con sus recomendaciones en salud y en lo social.

Conclusión

La capacidad de respuesta efectiva de los países frente a la pandemia, a pesar de las recomendaciones de las instituciones internacionales, fue enormemente dispar. Mientras que algunos Estados contaron con sistemas de salud bien dotados y organizados, capaces de garantizar a su población unos niveles aceptables de protección a la vida y a la salud, otros contaron con una cobertura sanitaria que resultó completamente insuficiente para llegar a la mayoría de los ciudadanos y afrontar las amenazas sanitarias más graves.

La enfermedad COVID-19 nos mostró que la pandemia no discriminó por estatus socioeconómico, político, cultural, de género, edad o discapacidad ni punto geográfico. La crisis generada por la pandemia de la COVID-19 puso a prueba la humanidad entera, nuestras sociedades, los servicios sanitarios y la economía a nivel mundial. Los gobiernos que desconocieron la importancia del virus y no previeron una planificación proactiva sufrieron un mayor contagio y una mayor mortalidad.

La visión holística de la bioética muestra que las políticas financieras, económicas, laborales, de educación y de salud pública influyeron en las conductas civiles y en los comportamientos humanos; que la salud y la vida se vieron vulneradas por los comportamientos sociales y el desconocimiento de los deberes civiles; que se requiere de una integración global para determinar el concepto de salud, que seguirá siendo el equilibrio social, cultural y mental de una población, no solo la ausencia de enfermedad.

El mundo entero ha sufrido cambios, pero la vida continúa y este episodio será uno más en la historia y en el recuerdo de los sobrevivientes y una gran lección aprendida para todos.

Financiación

El autor declara no haber tenido ningún tipo de financiación para el escrito.

Conflicto de intereses

El autor declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses en esta presentación.

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