MATERIAL Y MÉTODOS: Se han estudiado 55 pacientes con injerto renal fracasado entre 1990 y 1998, en los cualesse les practicó, o bien transplantectomía subcapsular (23 pacientes) o embolización percutánea del injerto (32 pacientes).La edad media de ambos grupos fue de 40,9 ± 3,14 y 42 ± 2,45 años respectivamente. Tras el inicio de la diálisis sedejó el injerto in situ una media de 10,2 (± 11,2) y 9,9 (± 6,5) meses. Comparamos la estancia hospitalaria, aparición decomplicaciones de la técnica utilizada y resultados de la misma.
RESULTADOS: Aparece síndrome de post-embolización (fiebre de 2 a 5 días) en el 59% de los casos. No hemos observadocomplicaciones mayores derivadas de la embolización; mientras que en el 13% de las nefrectomías subcapsularesaparecieron complicaciones que requirieron reintervención. Existe menor estancia hospitalaria (p > 0,005) en el grupode pacientes embolizados que en el grupo que siguió tratamiento quirúrgico.
La clínica de intolerancia desaparece en el 84,4% de las embolizaciones. En 5 injertos embolizados (15,6%) los resultadosno fueron satisfactorios, lo que nos obligó a la transplantectomía subcapsular diferida.
CONCLUSIONES: A largo plazo, la embolización controla de forma satisfactoria la clínica de intolerancia y conllevauna menor morbilidad que la transplantectomía. La cirugía es útil cuando persiste la clínica de intolerancia tras una omás embolizaciones. Por su seguridad y efectividad, la embolización debe ser un tratamiento de elección en casos seleccionados.
MATERIAL AND METHODS: Between 1990 and 1998, 55 patients with failed renal graft were studied. Patients hadundergone either subcapsular transplantectomy (23 patients) or percutaneous embolisation of allograft (32 patients).Mean age in both groups was 40.9 ± 3.14 and 42 ± 2.45 years respectively. After start of dialysis, the graft was left insitu for an average of 10.2 (± 11.2) and 9.9 (± 6.5) months. Hospital stay, occurrence of complications from the techniqueused, and results were compared.
RESULTS: Post-embolisation syndrome (high temperature for 2 to 5 days) was seen in 59% cases. No major complicationssecondary to embolisation were seen, whereas 13% subcapsular nephrectomies had complications that requiredre-operation. Hospital stay was shorter (p > 0.005) in embolised patients than in those undergoing surgery.
Sings and symptoms of intolerance disappears in 84.4% embolisations. Results were unsuccessful in 5 grafts (15.6%)undergoing embolisation, which resulted in deferred subcapsular transplantectomy.
CONCLUSIONS: Long-term, embolisation shows acceptable control over the signs and symptoms of intolerance andinvolves less morbidity than transplantectomy. Surgery is useful when intolerance persists after one or more embolisations.Because of its features of safety and effectiveness, embolisation should be a choice treatment in selected cases.
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